Capítulo 1: En la noche de luna llena

La noche estaba en su peak, al igual que la fiesta cuando quise salir a tomar aire. La música retumbaba, la casa estaba repleta de adolescentes bailando, borrachos, drogados, besándose, haciéndolo y más. La estaba pasando bastante bien, pero quería estar sola un momento, tenía a Thomas, un compañero de Jackson del equipo de Lacrosse pegado a mis talones desde que Lydia me lo encajó para ser mi cita de esta noche, no quería una cita... Estaba pasando un buen rato con mis amigos, quería mi espacio y disfrutar de un buen trago. Cuando Thomas ya se empezó a poner lo bastante ebrio para atreverse a lanzarse a robarme un beso decidí huir y buscar a quien sea para que me quitara a Thomas de encima. No encontraba ni a Lydia ni a Jackson, Danny al parecer se había ido temprano con su novio, Allison debía de estar por ahí con McCall. Si no fuera porque no tenía idea cuantos vasos de vodka se había tomado Thomas le pondría un poco de belladona en el vaso para que se durmiera y me dejara en paz. Pero, ahora estaba más precavida que antes, así que decidí escapar al antejardín por la puerta de atrás cercana a la piscina.

-Sally-. escuché que me llamaban, debía ser mi supuesta cita, volteé la cabeza para ver si lo veía, había un mar de gente entre ambos, así que por ahora estaba salvada.

-Auch-. choqué con un cuerpo duro de hombre, por suerte mi vaso no derramó en su camiseta blanca. Elevé la vista ya que era bastante más alto que yo. Un muchacho mayor, con ojos verdes intensos me quedó viendo, pestañeé repetidas veces como si estuviera lo suficientemente ebria para imaginarlo. -Lo siento-. susurré al ver que no me había fijado. Y seguí mi camino antes de que se me ocurriera decir alguna estupidez o toparme con Thomas. Miré hacia atrás y vi como el muchacho también lo hacía, nunca había visto un rostro como el de él, pero tuve esa sensación de no ser la primera vez que me topaba con él, no le di demasiadas vueltas y me volteé para buscar mi salida.

Quizás estaba algo más precavida desde el ataque ocurrido en los bosques, la chica descuartizada, eso nunca ocurría acá en Beacon Hills, era una ciudad pequeña como cualquier otra de California, lo que al menos tenía claro era que excenta de actividad paranormal, Beacon Hills no estaba. Y era por esa misma razón por la cual mi abuela insistía en que llevara colgando un amuleto de plata en mi cuello, y belladona con acónito a donde fuera, sabía que mi abuela tenía un instinto para estas cosas, más que nada Bruja mala nunca muere, pero en mi existencia en Beacon Hills nunca había visto o recordado cosas fuera de lo comunes que no haya ocasionado yo misma. De todas maneras mejor no dudar de mi abuela, ya que hasta yo misma tenía un extraño presentimiento desde que vi en las noticias lo ocurrido en el bosque.

Salí al porche de la casa a tomar aire, me senté en un escalón y chequeé la hora, 1:45, la noche estaba helada, la luna llena iluminaba el pavimento junto unas tenues luces encendidas aun, me incorporé para ver si veía aun el auto de Danny, pero no. Tuve esa extraña sensación de cuando sientes que alguien te observa, pero no sabes exactamente donde. Me giré, pero solo sentí el viento que venía desde el frondoso bosque. Cerré los ojos, últimamente tenía sueños extraños con el bosque de Beacon Hills, vivía al lado el bosque así que no era anormal soñar con él, pero repetidamente, me hacía pensar que era algo que tenía que saber mi abuela, pero no quería más magia, más predicciones, más ritos, más pociones, por ahora…solo quería ser Sally, estudiante de secundaria, disfrutando con sus amigos.

Busqué mi celular, llamaría a un taxi, probablemente no responderían taxis a esta hora ni vendrían a este lado de la ciudad, pero valía la pena intentarlo...

-Sally, ahí estás!-. escuché la voz de Lydia venir hacia mi. Venía con el labial rojo algo corrido, y arreglándose la ropa- Thomas te ha estado buscando por todas partes, qué haces acá?-. dijo con una mano en la cintura y la cabeza inclinada, mirándome el reproche.

-Yo…estaba tomando algo de aire, vuelvo de inmediato, no quiero emborracharme-. mentí, me levanté y le arreglé el labial con mi pulgar.

-Estupendo! Le diré a Thomas que estás acá-. dijo a través de mi dedo.

-No ! Lydia-. dije tomándola del brazo antes de que se fuera buscar a Thomas. -Yo iré a buscarlo, no te preocupes amiga-. le di mi mejor sonrisa de amiga responsable. Lydia me miró con sospecha, luego se le pasó y me sonrió.

-Ok, te veo adentro, linda-. me dijo lanzándome un beso con la mano.

Solté un suspiro y bajé a la acera. Probé mi trago, pero ya estaba demasiado amargo, con una mueca de asco lo tiré al basurero.

Marqué el numero del taxi, pero nadie contestó, la compañía salía fuera de servicio. Suspiré, la señal era pésima aquí. Cuando pensé en llamar a Allison veo a McCall salir rápidamente, corriendo y yendo su auto y echándolo a andar, casi me golpeó al salir. Luego aparece Allison corriendo tras él.

-Allison, qué sucede?-. pregunté poniéndome de pie.

-No se, Scott, se sintió mal y se fue-. me dijo con cara confundida. Guardé mi teléfono y fui hasta ella.

-Cómo, no te dio explicaciones?-. Allison negó.-Quizás se enfermó del estómago, o le cayó mal el ponche-. dije tratando de consolarla ya que lucía bastante decepcionada.

-Tal vez, pero me dejó sin explicación….tú qué haces acá? Thomas te andaba buscando-. me dijo cambiando de tema.

-Solo tomaba algo de aire, yo creo que me iré a casa…ya estoy cansada…-.

-Stiles me llevará, quieres irte con nosotros?-. me ofreció amablemente.

-No, no te preocupes, estoy cerca de casa y creo que llamaré a un taxi, Stiles vive hacia el otro lado además-. cosa que era verdad, no lo haría recorrerse toda la ciudad.

-Segura?- yo asentí.- Ok, entonces nos vemos en clases-. se acercó y me abrazó, le respondí -Estás helada, no tienes frío?-dijo tocando mi brazo.

- Ten toma mi blazer-. me ofreció su blazer azul oscuro.

-Gracias, que tierna-. dije sonriéndole, en realidad estaba helado y solo llevaba puesto un vestido con tirantes. -Nos vemos, y Allison, por favor no le digas a Thomas ni a Lydia que estoy afuera…-. dije con suplica. Allison me miró extrañada con una sonrisa.

-Esta bien-. me dijo yéndose.

Bajé nuevamente a la acera, intenté tener servicio, pero no había. Lo último que quería era pedirle a Thomas que me fuera a dejar a casa, de seguro no saldría gratis. Jackson y Lydia se irían más tarde, y mi padre estaría durmiendo profundamente.

Una pareja pasó de camino hacia a el bosque se iban riendo y ebrios, con claras intenciones de hacer más que eso. Los vi adentrarse, el bosque solo prometía oscuridad, y el viento frío que hacía ulular las hojas de los árboles. No me habría detenido más tiempo a pensarlo cuando vi unos ojos rojos que se asomaban por el costado de los muchachos, parpadeo para ver si es parte del cansancio de mi mente, pero siguen ahí, veo como la figura oscura se aleja en la penumbra de los arboles. Bajó hacia el bosque, se que no debería, debería marchar al otro lado y buscar un taxi o alguien conocido que me lleve a casa, pero mi curiosidad me lo impide y mi miedo a que otro ataque ocurriera y no podría hacer nada para evitarlo, me acerqué a paso veloz, pero los ojos se desvanecieron en la oscuridad. Me puse contra un árbol dudando si entrar o no, sería un animal salvaje? Y si lo era no debería advertirle a esa pareja? O solo era mi paranoia?

-Hey.. qué haces ahí?-. escucho una voz de hombre que se dirige a mi. Me giré algo asustada. Era el muchacho con el cual había chocado anteriormente. Estaba de pie frente a un Camaro negro.

-Nada..- respondo alejándome del bosque. Siento como la mirada de él me sigue.

-Necesitas que te lleven?-. me dice serio,

-No, gracias-. respondo cortante. De seguro me iría con un extraño a casa.

-No encontrarás taxis a esta hora-. me dice. Me giro a verlo. Me queda viendo con una mirada de estar aburrido, pero su cara estaba seria y apretando los dientes, apoyado en el auto con los brazos cruzados.

-Ese no es tu problema-. dije con voz seria.

El muchacho se acercó a la luz parándose de el auto. Era alto, de cabello oscuro, ojos verdes penetrantes, facciones duras y definidas, cejas pobladas, sin barba. Vestía chaqueta de cuero, jeans negro y camiseta blanca. Era atractivo, pero no gracias, no sería una chica muerta por un muchacho apuesto estilo James Dean.

-No te lo pediré de nuevo, pero de verdad prefieres caminar?-. dijo entre dientes, sentí su mirada recorrerme de arriba a abajo ligeramente, sin señales de lujuria, solo viéndome.

-A irme con un extraño, si, caminar suena bien-. dije ya apestada de que me molestara y con mis manos cruzadas debajo de mi pecho.

-Que tierna, soy amigo de Scott, ahora subes? Antes de que te apetezca meterte de nuevo al dijo rudamente. Enarqué las cejas enojada, iba a responder ante eso, pero escucho la voz de Thomas llamándome.

-Sally !-.

Giro mi cabeza hacia la casa, y veo como Thomas se acerca desde el fondo del salón. El muchacho mira hacia donde yo veo y asiente.

-Entonces parece que ya tienes quien te lleve...-. me dijo sacando las llaves de su auto.

-Espera...- dije apresurada.-Esto es solo un te llevo a casa por ser compañera de McCall? O un te llevo a casa a cambio de tu número de teléfono y una ida al mirador de Beacon Hills?-. Vi como ponía los ojos en blanco ante lo que había dicho.

-No me interesan las adolescentes de preparatoria-. dijo seriamente y me abrió la puerta del Camaro. -Subes?-. Di una última mirada hacia la fiesta y me apresuré, era mi única salida ahora que Thomas me vio afuera. Me subí al Camaro negro, los asientos estaban limpios, al igual que el interior del auto, parecía como que nunca llevara a nadie de copiloto ya que el respaldo estaba demasiado adelante que mis rodillas chocaban con el aparador del auto.

-Dónde vives?-. dijo encendiendo el motor

Me puse el cinturón.- Lake Road 2580-. dije viendo por el espejo retrovisor lateral del auto como Thomas salía y me buscaba. Sentí algo de remordimiento al verlo así, pero nunca pedí salir con él, Lydia me lo enganchó esta noche y ya estaba ebrio !

-Qué sucede?-. dijo él viéndome extrañado.

-Nada-. dije volviendo a mi asiento. El auto salió con rapidez a la carretera tomando dirección norte. Tomé aire algo asustada de estar con un completo extraño que me llevaba a casa.

-Era tu novio?-. dijo.

-Quien?-. dije haciéndome la que no sabía a quien se refería.

-El tipo que salió y te buscaba-. dijo haciéndolo sonar muy obvio.

-Thomas, no, Dios no, no es mi novio-. dije aliviada. Él no dijo nada. Me abracé a mí misma, estaba helada. Él encendió la calefacción.

-Gracias-. susurré. No hablaba demasiado al parecer, tenía la mirada fija en la ruta, hacía curvas pronunciadas, pero frenaba despacio y aceleraba rápido.

Nunca lo había visto en Beacon Hills, no era que conociera a toda la ciudad, pero de seguro no olvidaría a alguien que se ve como él.

-Así que conoces a McCall?-. pregunté para romper algo de silencio y de verdad saber que no estoy tomando una decisión directa a mi muerte.

-Si, eso te dije-. me respondió como si fuera obvio.

-Son amigos?-. pregunté casi temiendo que me tirara del auto ante su mirada dura.

-Algo así- dijo dándome una corta mirada.- Tú eres compañera de él?-.

-Si, vamos juntos a Beacon Hills-. dije. -Y tú de dónde lo conoces?-.

-De por ahí-. dijo cortante. Como si eso me hiciera creer menos que él era un psicopata. -Solía ir a Beacon Hills también-. dijo calmando mi ansiedad y sospecha.

-De verdad? Nunca te había visto-. dije sorprendida.

-Salí hace bastante tiempo-. No pregunté hace cuanto ya que no creo que me hubiera respondido, así que traté de calcular su edad para ver hace cuando habría salido, se notaba por lo menos unos 5 años mayor que yo, quizás sus facciones duras y la cara de poca amabilidad le agregaban algunos más.

-Qué sucede? Estás tratando de ver que edad tengo?-. Negué con el rostro. -Confórmate con mayor que tú-. No respondí y me quedé en silencio algo asustada de hacer más preguntas.

-Entonces, te aburriste de la fiesta…o solo estabas esquivando a tu novio?-. dijo rompiendo ahora él el silencio.

-No es mi novio, y no, no me aburrí de la fiesta, solo estoy cansada-. dije viendo por la ventana. -Y tú qué hacías ahí sino te interesan las adolescentes de preparatoria? Vendiendo drogas o alcohol?-. dije entre ironía y verdad.

Me dio una mirada de enojo entrecerrada. Sus ojos si que expresaban. - Acaso tengo la apariencia de vender drogas?-. dijo en un tono como si lo hubiera insultado, técnicamente lo hice.

No respondí y me reí internamente. El suspiró. -No, estaba esperando a alguien-.

-A Scott?-.

-Si-.

-Lo vi irse apresurado-.

-Eso noté-.

-Esta en esta curva-. dije viendo asomarse mi casa. La estructura alta, de cerca blanca con tejas azules. -Mi casa-. dije al ver que me miró sin entender. Dobló y aparcó cerca de la cerca que separaba mi casa con el terreno del bosque.

-Gracias por traerme-. dije desabrochando mi cinturón.

-No hay de que, deberías saber decirle que no a tu novio, en vez de escapar de él-. dijo cuando abrí la puerta del auto.

-No es mi novio-. dije nuevamente molesta.

-O elegir mejor a tus conductores designados-. Cerré la puerta del auto y no le respondí, solo le di una mirada entre cerrada de molesta.

-Gracias nuevamente y adiós-. dije viéndolo. -Espero que te hayas divertido en la fiesta-. dije con una intención no tan sincera evidentemente y me marché. Llegué al porche de mi casa, saqué mis botas vaquero para no hacer ruido y abrí la puerta, giré el rostro al escuchar el ruido del Camaro tomar la carretera de nuevo.

Nuevamente desperté agitada y sudorosa por las pesadillas, recordaba una casa de madera en llamas, una casa en la cual nunca he estado, el bosque próximo, helado, oscuro, y unos ojos rojos siguiéndome, una criatura saliendo de las sombras, y finalmente los ojos verdes del muchacho que me trajo a casa. Fui a la ducha rápidamente para no llegar tarde a la escuela y sacarme todas esas pesadillas de encima, me miré al espejo de mi baño, mis ojos color caramelo me devolvían la mirada algo desconcertados, mi piel blanca algo colorada por la ducha caliente revelaba unas tenues ojeras, un poco de hielo bajo mis ojos lo resolverían. Peiné mi larga melena color chocolate, sin desaparecer esas ondas naturales que tenía de niña. Fui a mi guardarropa y tomé unos shorts y un sweater holgado. Terminé de guardar mis cuadernos en mi mochila y bajé a la cocina para tomar mi desayuno y saludar a mi padre y abuela.

De camino a clases solo pensaba en si debería o no contarle a mi abuela sobre estos sueños, claramente querían decirme algo, aunque no se si querría saber qué, tampoco quería averiguarlo aún. Si le decía algo mi abuela no se quedaría solo en eso, no me dejaría salir de casa de noche, me diría que quizás alejarse un poco de la ciudad sería bueno o cosas por el estilo, y si no solo me quedaba la incertidumbre, algo que ella me repetía desde niña era que las coincidencias eran pocas.

Entré a la escuela y saludé a algunas personas en el pasillo sin detenerme. Me dirigí a mi casillero a sacar mis libros. Cerré mis ojos por un momento sentí ver los ojos rojos del bosque de nuevo en mi mente.

-Entonces…a dónde se supone que te marchaste anoche?!-. escuché la voz de Lydia aguda en mi oído. Salté del susto. A mi lado izquierdo estaba mí amiga pelirroja apoyada con una mano en el casillero siguiente y la otra en la cintura mirándome con regaño. No le había contado lo del chico de anoche, y tampoco como evadía a Thomas.

-A casa, dónde más?-. dije sacando mis cuadernos. -Te mandé un mensaje de texto-.

-Y qué pasó con Thomas?-. dijo obviando mi respuesta.

-Ebrio, y con más dedos que sustancia blanca-. dije siendo completamente honesta.

-Entonces…se besaron?-. La miré con cara de si estaba hablando en serio…y al parecer si lo estaba haciendo.

-Dios, no, Lydia! Ni siquiera quiero-. dije asqueada.

-Entonces no te gusta?-. sonaba preocupada.

-Obvio que no, te dije un millón de veces que no. Ya es hora de que dejes de presentarme a cada jugador de Lacrosse-.

-Eso lo haré cuando sienta que superaste a tu ex en un 100%, y nadie piense que andes llorando por los pasillos por él-. me dijo con una sonrisa en el rostro.

-Lydia, nadie piensa eso-. le dije cruzada de brazos. Lydia puso cara de dudarlo.

-Es verdad, pero yo si, así que…pensaremos en tu próxima cita-. dijo llevándome hacia donde estaba Allison.

-Un tiempo sola no me hará nada mal, amiga-. dije mirándola haciéndola entrar en razón.

-Mmmmm….lo veremos-.

Saludé a Allison, quien nos contó lo extraño que fue Scott en la fiesta y recordé cuando lo vi irse apresurado y ella atrás con cara de decepción.

-Scott es muy atolondrado..de seguro le cayó algo mal al estómago y le dio vergüenza decirte-. le dije tranquilizándola. Conocía a Scott desde el jardín de niños, nunca lo había visto salir con una chica, que yo recuerde, y no creo que sea tan tonto de arruinar su oportunidad con Allison.

-Mmm-. dijo Lydia hincando los hombros como si no estuviera de acuerdo.

-Si eso también puede ser, al final pudiste conseguir un taxi?-. preguntó Allison hacia mi.

-Mmm…no, un amigo de Scott me llevó a casa-. dije sin ni siquiera saber el nombre del tipo del Camaro.

-En serio? Quién?-.

-No se su nombre, es un muchacho alto con chaqueta de cuero, conducía un Camaro negro-.

-Eso suena a Rebelde sin causa, querida-. dijo Lydia. Yo reí porque completamente parecía así.

Apenas salimos de la clase de inglés cuando una chica se nos acerca y dice que Jackson tuvo un accidente en la práctica de Lacrosse. Lydia jugando el mejor papel de novia preocupada fue hasta la cancha, llevándome por la muñeca.

Lydia corrió hacia Jackson quien estaba en la cancha rodeado del equipo y el entrenador. Me quedé mirando desde las graderías, de seguro tendría un esguince, eso significa una lesión de la cual hablaría toda la semana en el almuerzo. Me fijé que había alguien más al lado de Jackson arrodillado, y alguien…Stiles? Lo ayudaba a ponerse de pie, McCall? Quizás él lastimó a Jackson entrenando, oh oh, tendría serios problemas con Lydia seguramente, además que ya empezaba la temporada en Lacrosse. El sol me llegaba de frente, Lydia y los demás ayudaron a Jackson a llevarlo adentro. Una figura quedaba en la cancha. No veía bien, una figura alta, con las manos en los bolsillos, chaqueta de cuero y cabello oscuro. Se parecía al muchacho del Camaro…Fijé la vista, pero Lydia me llamó de un grito desde los camarines. Caminé hacia adentro, cuando volteé el rostro ya no había nadie.

Volví al camarín junto a Lydia, quien estaba poniéndole hielo a Jackson.

-Estoy bien, Lydia, suficiente de hielo-. dijo quejándose.

-Tienes que ponerte el máximo posible para que baje la inflamación-. dijo Lydia. Jackson tomó el hielo y se lo puso.

-Y si vamos al Hospital?-. dije.

-No-. me dijo Jackson.- No exageren-. dijo bajando la voz.

Miré a mi alrededor estaba el equipo de Lacrosse, menos Scott y Stiles, junto a Jackson.

-Y Scott salió herido?-. pregunté, aunque por el rostro de Jackson no debí haberlo hecho.

-No, Sal, McCall al parecer está perfectamente bien, como si estuviera nadando en esteroides-. dijo burlón. Danny rió.

-Con reposo andarás bien, además tienes que jugar el sábado-. dijo Danny.

-Es verdad, lo mejor será ir a casa Jackson-. dijo Lydia. Asentí afirmando la decisión de Lydia.

_o_

Llegué a casa temprano. Lydia me llamó para hablar sobre Jackson quien no sabía ahora si podría jugar el sábado, y la tenía sumamente preocupada porque si Jackson no jugaba, todo recaía en que Scott con el equipo pudiera ganar.

-Lydia te digo que antiinflamatorios y hielo se le pasará el dolor…no creo que sea tan grave….-le dije para que se calmara un poco.

-Dice que el dolor no cede, que no podrá jugar si sigue así. Me está volviendo loca-. me respondió

- Bueno, pero Jackson sabe que esas cosas pasan en Lacrosse…siempre todo lo exagera más de lo que es, si le duele tanto porque no se inyecta una dosis de corticoides y ya…-Sentí el ruido de un auto llegar. Era un Camaro negro.-Te llamo luego amiga, ok? Y por favor, relájate-. le dije. Qué estaría haciendo él aquí?

Lo miré extrañada. -Hola ? -. dije guardando mi celular en el bolso que traía colgado viéndolo algo desconfiada.

Vi como se bajaba del auto con algo debajo del brazo. -Hola-. dijo acercándose a mi. -Dejaste esto en el auto la otra noche-. dijo pasándome un blazer azul oscuro. Era el blazer de Allison, lo había olvidado completamente.

-Gracias, ni siquiera me acordaba que lo traía, es de una amiga-. Dije tomándolo. Él no dijo nada. -Perdón por haberte hecho venir hasta aquí-.

-De nada, no fue molestia-. dijo serio y volvió de camino a su auto.

-Cómo supiste que estaría aquí?-. dije acercándome antes de que abriera la puerta del Camaro. Me miró extrañado y con una sonrisa burlesca.

-Vi tu auto-.

-Y cómo sabes que es mi auto?-. dije cruzada de brazos. Él puso los ojos en blanco.

-Estabas manejando…supongo que es tu auto-. Lo seguí mirando sospechosamente.

-Ok-. dije.- Gracias de nuevo-.

-No hay de qué-. dijo él molesto.

-Espera..-dije yendo hacia él, y vi como puso cara de apático. -Nunca pregunté tu nombre antes…- dije corriendo un mechón de pelo detrás de mi oreja y alzando un brazo por el sol en mi rostro.

-Derek-. me dijo simplemente cambiando la expresión.

-Ok, gracias Derek. Mmm…yo soy Sally-.

-Lo se-. lo miré extrañada, nunca recuerdo haberle dicho mi nombre.

-Tu novio gritó tu nombre en la fiesta-.

-No es mi novio-. dije nuevamente.

-Como sea-. dijo él y entró en el auto. -Adiós Sally-. Hice un gesto de despedida con la mano y entré a casa nuevamente.

Entré a mi casa, el olor a lavanda me pegó fuerte en la cara, la abuela se había excedido con la cosecha. Me encantaba la lavanda, pero ahora la sentía hasta en mi ropa interior.

-Hola-. dije viendo si había alguien en casa.

-Estoy en el jardín, cielo-. dijo mi abuela. Salí y esta ella arrodillada cosechando en el jardín, llevaba su jardinera y un sombrero de paja grande.

-Hola abuela-. dije acercándome a abrazarla.

-Hueles a perro mojado, querida-. me olorocé, pero solo sentí mi perfume dulce de jazmín y más lavanda. -Cómo estuvo la escuela?-.

-Jackson se lastimó en Lacrosse, nada nuevo-.

-Ese chico desde pequeño ha sido un bueno para el drama-. replicó.

-Lo se, abuela— dije sentándome en la mecedora. -Que plantas tanto?-. pregunté viendo que llevaba unas 8 plantaciones.

-Acónito, querida-.

-Para espantar a quien?-. dije sin tomarla en serio.

-Hombres-lobo-. me dijo.