Sus miradas se encuentran y Fakir como Ahiru, ellos se aproximan para estar lado a lado. Ella tiene un vestido lleno de plumas amarillas. La música comienza a sonar y se colocan en posición para comenzar la danza, el pas de deux.
Sus manos se rozan, la sostiene en el aire, la levanta. Su delgado cuerpo era tan ligero, como las plumas que tiene su vestido. Sus ojos son como el cielo, ella sonríe.
Sus bocas están tan cerca, sus alientos se mezclan y luego son sus labios, en esa posición donde la tiene agarrada de la cintura, la levanta unos centímetros del suelo. Sus bocas se unen, pero cuando se separan.
Plumas, van cayendo, van desprendiéndose del vestido, el color amarillo cubre y dificulta su campo de visión, va a dejarla al suelo, pero ella se desvanece.
—¿Ahiru?
(Quack) (Quack)
¿Quack?
Ahora había un pato en medio del escenario.
(Quack)
Escucha graznar al pato, nuevamente. Y en eso, se despierta sobresaltado, sus dedos aun sosteniendo la pluma donde estaba escribiendo la historia que la volviera humana y que en mitad de escribir su relato, cae dormido. El graznido lo vuelve a alertar y posa su mirada en quien lo había producido. El pato Ahiru estaba en lago, al parecer comunicándose con otros de su especie. Dejando de ver esa escena, Fakir, se permite cerrar los ojos momentáneamente, mientras trata de rememorar su hermoso sueño.
