Se limita a observar, mira el cómo su aprendiz se desplaza ágilmente por el bosque desde el árbol pilar, mantiene su vista bloqueada en Marulk, espera el hecho de que pida ayuda, observa como evade bestias con una agilidad impresionante, fruto del entrenamiento.

Siente de cierta manera nostalgia, recuerda hace tantos años, el cómo ese muchacho vendría a su habitación a la mitad de la noche por una pesadilla, no intercambiarían palabras, simplemente le permitirá acomodarse junto a ella, quizá pasaría su mano por su cabello azul para calmarlo un poco, y luego dormirían juntos.

Baja el catalejo un momento, sigue observando el cómo su discípulo, vistiendo una especie de copia de las ropas de su maestra, sigue buscando en la espesura su objetivo.

Vuelve a pensar en lo poco que le ha parecido el tiempo en que Marulk era un muchacho indefenso, ahora era un silbato lunar, lo suficientemente competente para superar más de una adversidad, ¿por qué le había parecido tan poco?, ¿por que sentía la nostalgia en aquel momento?

No era la persona más mentalmente estable, lo sabía, pero, ¿por qué se sentía de esta manera?

¿Quizá por que Marulk ya no era más aquel pequeño que podía proteger?, ¿era por ello quizá?

Su mente, como en varios puntos en el pasado, era un desastre, volvió a observar, Marulk ya estaba regresando, con aquella reliquia que ella había colocado días atrás en mano, señalando que había concluido con éxito este ejercicio, desamparando sus esperanzas de que le pidiera ayuda.

Un pensamiento se le paso por la mente mientras veía a su crecido discípulo aproximarse, un pensamiento involuntario, pero uno a fin de cuentas.

"¿Por que crecen tan rápido?".