Disclaimer: Los personajes contenidos en el siguiente escrito son propiedas intelectual de S. Meyer y han sido tomados sin animo de lucro.

Advertencia: Posible OoC, omisión parcial de la trama del tercer libro (Eclipse)

Prólogo:

Imán del peligro.

Si, esa frase me describía la perfección.

Sentía que mi vida, presente y futura, estaría plagada de vampiros y lobos, llena de amenazas de muerte bastante sanguinarias, agregándole mi fuerte atracción a los hombres con colmillos.

No, esta vez no me refería a Edward exactamente.


Capítulo 1: Ruptura Limpia.

Sentí como mis parpados se abrieron lentamente, con suma pesadez, como si llevara durmiendo tan poco y el cansancio no les dejara separarse, pocos minutos antes había estado soñando con los últimos días que había vivido y de no haber sido por los fríos dedos que rozaron mi piel, yo seguiría sumida en esas fantasías.

Su aroma inundo la habitación, el vació de mi pecho se dilato, sentí como el dolor llenaba el espacio, todas las decisiones que había tomado durante esos días llenaron mi cabeza y el dolor se hizo insoportable pero al fin…El momento había llegado.

- ¿Bella?

Su voz acaricio mis oídos é hizo que el hueco me doliera aún mas, sofocándome, resistí el instinto de estrujar mi tórax sólo porque él estaba ahí y no quería mostrarle cuanto me dolía, su gélido aliento toco mi cara, suspire profundamente, llenándome de su fragancia, porque quizás no lo olería otra vez; intente enfocarlo en la oscuridad pero mi mirada se desvío al reloj que descansaba en mi buro, eran más de las cinco, seguramente Charlie ya estaría en camino al lago para una jornada de pesca maratónica.

- ¿Podemos hablar?- me pregunto, su voz era seria pero al fijarme en su rostro angelical, note que sonreía con timidez, asentí en silencio, buscando las palabras que le diría a continuación.

Me incorpore, sentándome al borde de la cama, recargando mi espalda en la cabecera y abrazando mis rodillas -Justificación perfecta para contener el dolor del pecho, ya que cada palpitación de mi corazón 'ahora desbocado' dolía bastante- esperaba que surgiera el tema de nuestro noviazgo, ya que necesitaba hablar con él sobre ello y establecer lo que sería ahora dicha relación, aun así una parte de mi, quería que no hablara, que se quedara ahí en silencio mientras yo lo admiraba para que así no llegara eso que tanto temía.

Había tomado una decisión definitiva sobre nuestro futuro juntos, algo que a la larga me haría feliz aunque ahora me doliera a muerte, todo dependía de su respuesta a la única pregunta que podía salvar esto.

- Si, claro- exclame con voz ronca, característica de la primera palabra que decimos al despertar- ¿Sobre qué?

- De nosotros- respondió automáticamente y con voz queda.

¡Diablos!, pensé, ¿Por qué lo había dicho? Ahora esto dependía de la siguiente pregunta.

- Antes de hablar de eso, hay algo que necesito saber- dije en voz casi inaudible, no quería oír la respuesta pero era algo necesario, algo que marcaría mi vida o ¿mi muerte?, Edward escucho con atención sin hablar, lo que me dio a entender que podía seguir- Con todo lo que ha pasado, nuestra visita con los Volturis y su amenaza, quisiera saber si…eh…sé que la respuesta será un no de tu parte, por todo eso del alma y que tú no quieres que me sacrifique de esa manera pero…

- ¡Por dios! Bella ve al grano- interrumpió un poco exasperado, sus ojos mostraban la curiosidad por saber que era eso tan importante que yo quería que le dijera.

- Esta bien, al punto- gruñí, esto sería horrible- ¿Me convertirás? No es necesario que sea pronto pero saberlo ayudaría.

- No- fue lo único que dijo y no discutí, de cierta forma, ya estaba lista para esa respuesta, nos quedamos en silencio por varios minutos, que me parecieron una eternidad, eso era todo, la decisión era ahora algo que no podía echar para atrás.

Suspire antes de hablar.

- Bien- señale, recordando en que se había quedado la conversación antes de mi ligera indagación- ¿En qué estábamos?- pregunte, fingiendo que no sabía, clave mi mirada en la colcha que estaba tendida a mis pies, Edward estaba sentado a los extremos de mi cama, mirándome fijamente por lo que intente rehuir a su mirada, no quería que se diera cuenta de lo que estaba por venir.

- Hablábamos de nuestra relación- me recordó con el mismo tono serio, él estaba intentando estudiar mi rostro para encontrar la respuesta a mi comportamiento tan inusual, me sentí orgullosa de haber aprendido durante mis meses de Zombi como dejar mi gesto inexpresivo, pero mi mirada podría delatarme.

- Cierto…pero ¿Cuál relación?- inquirí, su cara se frunció totalmente sorprendido, era verdad, nosotros ya no teníamos nada que nos uniera, él lo había consumado meses atrás- y yo- enfatice- terminamos, bueno, en realidad tú me cortaste.

Edward me miro atónito, quizás pensaba que yo me arrojaría a sus brazos, que lo perdonaría por haberme tratado como algo totalmente desechable ó por haberme dejado en estado deplorable, como si eso llenara el vació que había dejado cuando se marcho quitándome el corazón y llevándoselo con él, ya sin sumarle que no se había molestado en llamarme mas que para saber si en realidad me había suicidado ó no.

Tal vez sí mi dependencia por Edward siguiera latente, ahora lloraría entre sus brazos y le contaría lo patética de mi vida tras su huida con los demás Cullen, que de no haber sido por Jake, yo ahora no estaría debatiéndome internamente sobre si mi decisión era justa ó correcta, incluso talvez no estaría viva.

Pero ahora Jake, él que había sido en un pasado-que ahora me parecía tan lejano- mi puerto seguro, mi amigo…Mi Jacob. Estaba molesto conmigo por traicionarlo al haber escapado para ir a salvar a quién había sido el amor de mi vida…de mi existencia.

- Tienes que entenderme- me rogó- Era por tu bien.

- Por mi bien… ¿Por mi bien? ¡Ja!-ironice, la rabia inundo mi ser, lo que Edward había hecho no fue por mi bien, todo lo contrario, me había dejado mal- ¿Crees que los meses que estuviste lejos, estuve bien? ¡Que ingenuo de tu parte!

- Pero por lo menos estuviste lejos del peligro que implico- su voz tenía un dejo de tristeza escondida, muy bien disimulada-no sabes cuanto sufrí sin ti.

- Es lo que digo yo, no sabes como pude sobrevivir estos meses- intente sosegarme antes de llegar al llanto, suspire varias veces antes de recitar el discurso que ya tenía ensayado desde hacía unas horas-Y es por ese bien que querías hacerme, lo nuestro no puede seguir.

- Pero Bella, yo no volveré a irme- musito lentamente, era una afirmación carente de significado y fundamentos, sin querer hice una mueca de incredulidad que noto amargamente- No me crees.

- No, ¿Cómo hacerlo sí suenan tus palabras tan vacías?, ya que tarde o temprano volverás a marcharte y creo que me sería mas fácil vivir de un recuerdo u olvidarlo de manera definitiva.

- Si tú no quieres que me vaya, no lo haré- exclamo con sinceridad, yo sabía bien que él era muy bueno para ocultar lo que decía dándole otra emoción, quizás yo estaba un poco nerviosa y él temeroso de perder a su mascota de forma decisiva- Lo prometí una vez…

- Esa promesa, en la que me dijiste que estarías a mi lado mientras eso fuera bueno para mí, la rompiste hace meses y ahora que quieres restablecerla, difiero en que tu compañía sea saludable para mí.

Su pálido rostro se ensombreció, se veía perdido en una profunda tristeza, era doloroso verlo así pero no tan doloroso como mi hueco en el pecho, si sumara las horas de dolor y las multiplicara por cuantas veces me sentí morir, lo que sentía ahora sería una vaga comparación.

- Es un bien para ambos- afirme segura de lo que decía era lo correcto, aunque ambos supiéramos que sería un tormento.

- Estás siendo egoísta con tu dolor y no piensas en el mío, en mi sufrimiento y mi sacrificio…

- Ése es el punto, tu sacrificio, cada momento, cada latido es un reto para ti y un segundo menos de vida para mi- había estudiado tanto esos argumentos que sabía que ni el mismísimo Edward, que tenía doctorados y maestrías, podría debatir, si ya se daba por perdido- me canse de esperar algo inmortal y de ir perdiendo vitalidad aguardando, me esforcé por creer que yo era algo lo suficiente bueno para ti y simplemente me niego a seguir.

- ¿Eso es todo?- pregunto derrumbado- das por terminado esto, sin darme una oportunidad.

- Si así lo quieres tomar- conteste, intentando lucir indiferente, estaba apunto de lógralo, su sacrificio sería pagado con él mío, una traición quizás pero sería pagada con el abandono que me hizo, sonreí amargamente, extrañamente satisfecha- después de todo tenemos algo a nuestro favor.

- Ah, si… ¿Qué?- me miro lleno de dolor e incredulidad, inmediatamente aleje mi mirada de la suya.

- Mi memoria me ayudara a volverte un recuerdo que con el paso de los años se hará tenue y desaparecerá, …te distraerás con la primera chica torpe que se cruce en tu camino, alguien que necesite ser salvada a cada momento de cada día- lo sé, esto era un golpe duro, pero ¿Qué mejor para alejarlo de mi? Había caído bajo pero era una técnica segura, usando sus palabras de aquella manera y utilizándolas a mi favor serían mi movimiento final antes de que él se fuera, estaba tan optimista en ese punto, sólo porque ya sabía que el método funcionaba, el mismo Charlie lo había tenido que vivir por mi culpa cuando huí de James…aunque había un defecto, Edward podría recordarlo y hacer caer mi puesta en escena.

¡Victoria!

Su rostro estaba crispado por la desilusión, el desasosiego y la tristeza que le provocaba mi rechazo, ahora se levantaría me miraría con resentimiento y se iría ocultándose en las sombras mientras yo me quedaba llorando sobre mi almohada sujetando mis costillas, tratando de mantener el despojo de corazón que ocupaba ese sitio en buen funcionamiento, se iría y me dejaría atrás…

…Como antes; pero se quedo ahí, estático, controlando su semblante; mientras el dejaba su mirada clavada en un punto muerto pude estudiar su hermoso rostro, si no fuera porque él era un ser mitológico, ahora estaría llorando.

- Entonces, dime algo- rompió el silencio y mi concentración, mientras lo observaba sus ojos se clavaron en los míos e intente sostener la mirada dura que ahora tenían, pero fui una cobarde y preferí mirar a la ventana.

- Lo que sea- dije a punto de flaquear en mi decisión.

- Si me ibas a terminar, ¿Para que fuiste a Volterra?

¡Demonios!

Acaso nunca iba a tener suerte, siempre que algo me salía relativamente bien, se arruinaba, nunca pensé que la plática iría más allá de la parte en la que lo citaba y lo ofendía de manera imperdonable, ya no tenía más argumentos ni ideas.

- Yo no te termine, sólo estoy colocando los nuevos límites- conteste con astucia, creyendo que funcionaría pero estaba equivocada.

- ¿Para que fuiste a Italia?- insistió.

- Yo…eh…fui a Italia- "Vamos, piensa" me presione, tuve unos escasos segundos para inventar algo nada convincente- Porque…er…tan sólo fue un arrebato, vi la oportunidad de pagar una de mis tantas deudas contigo, además Alice necesitaba de mi ayuda para poderte salvar, sólo por eso fui y al verte ahí, yo…yo…no pude evitar recordarlo todo e intentar restablecerlo- Edward abrió la boca para decir algo pero yo fui lo bastante rápida para poner unos de mis dedos en sus labios y callarlo- aún así, ya era demasiado tarde.

- Entonces, ¿Sólo fuiste para pagar una deuda?- asentí- ¿Cuál deuda?

- Dios, ¿Debo hacer un recuento? Te debo la vida por lo menos cuatro veces, ahora tres, un adelanto es algo; Veras Edward- me dolía pronunciar su nombre pero trate de guardar la postura hasta que se fuera- Me canse de ser Louis Lane, y por un momento, unos segundos, yo logre ser Superman.

- Esto es infantil, sí ibas a dejarme regresar sólo por postergar mi muerte, me hubieras dejado con los Volturis- rugió él, ocultando su dolor al igual que yo.

Él no podía creerme, no quería hacerlo, no visualizaba que mi amor ya no le perteneciera y mucho menos creía mi explicación acerca del viaje a Volterra, lo podía leer en su rostro.

- Mientes- justifico.

- ¿Por qué habría de hacerlo?- Repuse.

- Esa es la pregunta correcta- suspiro con frustración- de la cual no logro obtener respuesta, a menos que…

Se acerco a mi cuando pronuncio lo último, yo logre ver sus intenciones en cuanto tenso los músculos, gradualmente se fue acercando mas y más, creo que era un experimento para explicarse a si mismo mi actitud.

Edward sabía que me híperventilaría y no se equivoco, me sentí estúpida cuando inhale su aliento que se propagaba alrededor mío, tan cerca de mi rostro, podía percibir el frío que emanaba de su gélida piel, sus suaves labios rozaron con los míos y se fundieron, presionándose salvajemente, buscando la manera de abrirse paso para dejar pasar su aliento, su dulce sabor lleno mi boca.

Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, me debatí un segundo entre dejarme llevar por sus caricias y acercarme más a él, para sentir su frío cuerpo frotarse con el mío, sin embargo, la visión de aquello me hizo recapacitar y bruscamente lo separe de mí, usando todas mis fuerzas junto con mi autocontrol- las que no sirvieron de mucho- Edward notó mi negativa y se retiro.

- Por favor- suplique agitada, mi corazón luchaba por unirse de nuevo a él- No me lo hagas más difícil.

- No tiene porque serlo, no volveré a partir de tu lado.

- No hay vuelta atrás- sentencie, reprimiendo el dolor que me causaba verlo así- Tú y yo no tenemos futuro o por lo menos, no el que yo deseo.

- Entonces, ¿Así termina?- pregunto dolido.

- Si, creo que si- conteste con la voz más firme de la que fui posible, aunque perdió credibilidad cuando se me quebró, dos veces.

Edward me miro suplicante, tuve que voltear la mirada para no sucumbir ante sus silenciosos ruegos, cuando volví la mirada, él ya no estaba y la ventana estaba abierta, me levante con dificultad, coloque el pestillo tanto en los puntos de entrada y salida.

Tendría que pedirle a Charlie que instalara protección en la ventana, para impedir su entrada de nuevo.

Aún y con esas distracciones, no pude evitar pensar en el beso, tristemente me dije que ese había sido el más difícil para ambos, ya que había sido el de despedida.

Por alguna razón a Charlie le había encantado mi idea de las protecciones para la ventana, implícitamente yo le había dado la pauta para que él pudiera restringir mis salidas, como si Charlie pensara que alguien como yo se podría fugar por la ventana, me imagine intentándolo, la visión final fue que yo estaba colgando de una pierna que se había atorado en el marco de la ventana, era tonto por parte de mi padre creer eso posible.

- Tendrás que esperar unos días, por ahora hay mucho trabajo en la comisaría.

- Esta bien, seré paciente, espero no tropezar cerca de la ventana- resople fingiendo un poco para que mi padre no notara mi actitud…Charlie sólo se río de mi, en verdad lo fingió, se notaba su enojo en todo lo que hacía, desde su postura hasta la modulación de su tono.

- ¿Qué piensas hacer?- pregunto.

- Sobre que exactamente.

- Los Cullen, han vuelto y veo que su 'hijo' también- la palabra hijo la enfatizo mientras empuñaba las manos con rabia-¿Qué harás?

- Si te refieres a Edward- ¡Dios que difícil era pronunciar su nombre!- no debes preocuparte, nuestro noviazgo no se ha regenerado ni lo hará- respondí tajantemente.

Refunfuño algo por lo bajo, pude escuchar algo sobre mi castigo y el nombre que esperaba, nunca volviera a nombrarse en esa casa. Todo estaba conectado, las protecciones eran para que él no entrara a mí cuarto, haciendo un poco más llevadera la pena, evitándolo.

Charlie recogió sus platos y los llevo al fregador, para después irse a enfurruñar en el sofá para ver uno de los interminables maratones de partidos de mil y un deportes, iniciando con el Básquet Ball para terminar en Hockey, no sería yo quien se interpusiera en su itinerario, era mejor así, mínimo no revolotearía a mi alrededor.

Guarde la nueva provisión de pescado en el congelador en lo que decidía que hacer para la cena antes de irme a mi cuarto y desahogar mi dolor.

Sin embargo, creo había algo en mi expresión, ya que Charlie me propuso pedir una pizza para darme la tarde libre, librándome de la cocina y de mi única entretención, no estuve totalmente de acuerdo, necesitaba hacer algo, ¿Qué mejor que cocinar? Sólo por mantener mi mente ocupada, fuera de mí, para retrasar un poco el incesante malestar en mí pecho y de las lágrimas que luchaban por salir.

No supe como fue que llegue a Lunes, me sentía un poco enferma, quizás se debiera a la gran perdida de líquidos en unos días, ni siquiera sabía si lograría soportar hasta el timbre de salida, era muy probable que fingiera lastimarme para huir lo más pronto posible de la escuela.

Estacione mi coche en donde siempre lo había hecho, muy cerca del resguardo que brindaba el edificio "A", suspire repetidas veces, repitiéndome en mil ocasiones- yo puedo hacerlo, yo puedo hacerlo- antes de bajarme, tropecé por ir distraída, de cierta manera no quería levantarme pero lo hice y me encamine a lo que sería un día infernalmente eterno.

Odiaba este horario- era un repudio nuevo, destinado a mi persona, debido a que yo me estaba ocasionando el dolor y se lo ocasionaba a otros- Edward compartía cada clase conmigo y, aunque ahora se sentaba en una butaca distante a mi, seguía siendo difícil; Estaba segura de que no pasaría de ese día, pronto él iría con la Sra. Cope para que arreglara su horario, derrochando sus encantos de cazador con la pobre mujer.

Sentí lastima por ella y un gran vació en mí, esa sería la última vez que lo volvería a ver, según algunos rumores que circulaban por Forks, los Cullen partirían de nuevo en cuanto Alice y Edward se graduaran, algo me decía, que él evitaría a toda costa que yo lo viera hasta la hora de su partida.

La sola idea me partió el corazón, nuevamente.

La primera clase- Literatura y Lengua- fue tediosa, pues el Sr. Mason se había propuesto hacernos sufrir este último semestre, todos estallaron en abucheos cuando el profesor nos encargo un ensayo sobre la literatura contemporánea y como embellecía el noble arte de la escritura. No fue agradable tener una hora de arduo trabajo pero mínimo no dedicaba cada minuto de ese tiempo a pensar en la decisión referente a mi relación con Edward, dolorosamente concluí en que esta separación además de ser benéfica para ambos sería demasiado tormentosa, por lo menos para mí.

- Bella- me llamo Ángela- Edward te esta mirando.

- ¿De verdad?- pregunte fingiendo indiferencia.

- Si, pero se ve extraño- observo- como enfermo, más bien deprimido…- la chica se debatió unos minutos, de seguro se moriría de curiosidad por lo que sucedía entre Edward y yo pero conociéndola, jamás lo preguntaría.

- No, ya no estamos juntos- respondí su pregunta no formulada- Creo que es lo mejor.

- Humm, que lastima, hacían linda pareja- expresó Ángela un poco discrepante en mi decreto.

Me atreví y lo mire de reojo, tampoco parecía que él lo estuviera llevando bien, a pesar de su extrema palidez- y perfecta belleza- ahora se veía devastado, casi aparentando sus 107 años, se veía sombrío, triste en algún sentido.

Cuando llegue a la cafetería y mire la mesa que compartía con su hermana, di media vuelta y escape a mi camioneta, ignorando la mirada que Alice me lanzaba, no quería hacer testigos a mis amigos de mi agonía interna, mucho menos acrecentarla ni hacer sufrir a Edward con mi presencia.

- ¿Por qué lo haces?- salte sorprendida al escuchar la voz soprano de Alice.

- ¿A que te refieres?- inquirí con la mano en mi pecho para sosegar un poco su desenfrenado palpitar, ya que no quería alterar el control de Alice ahora que sus ojos estaban de un negro profundo.

- No te hagas la desentendida- gruño, eso era algo nuevo para mi, nunca la había visto así- Sabes bien de que hablo- aligero un poco su postura adoptando un gesto de suplica- Por favor Bella, vuelve con él, regresa con nosotros- pidió- en las décadas que llevo de conocer a Edward, nunca lo vi tan mal.

- No depende de mi- dije tratando de lucir indiferente a sus ruegos, pero me partía el corazón saber que él sufría.

- ¡Claro que depende de ti!- exclamo desesperada- has sido tú la que lo termino.

- ¡No! Esta vez no Alice, Edward fue el que termino todo antes, él fue quien me dejo y no vino a mi cuando me sentí morir, no vino a salvarme de mi tormento interno, tuve que vivir con mi dolor por meses hasta que encontré una cura y ahora esa cura desapareció- rugí enojada por la idea tan egoísta de mi amiga- así que debo aprender a vivir como una mortal…porque eso ¡Nunca va a cambiar! Así lo quiere él, debo aprender a vivir sin su presencia para que cuando de nuevo se vayan, no me derrumbe.

- Entonces, ¿Esto es una clase de venganza?- pregunto decepcionada- Sólo porque te dejo tratando de hacerte un bien.

- Bien, ¡Ja!- me mofe de su comentario- No me tomes de esa manera, es un bien mutuo, él dejara de protegerme, será libre, lo nuestro no puede ser…No debió ser.

Alice se quedo en silencio por unos instantes que fueron eternos para alguien que era mortal, como yo.

Por más tiempo que analizara su expresión, no podría llegar a una conclusión, ¿Qué se traía en manos?

- Y si accediera a convertirte- señalo Alice- ¿Serviría de algo?

Callé, no tenía un argumento para su propuesta.

- Hagámoslo ahora- indico optimista, demasiado, quizás había visto algo antes de hablar- En este momento.

- ¿De que hablas? Es…es precipitado.

- Es la solución que buscas para seguir con mi hermano, te la estoy ofreciendo- cuchicheo- Vamos con Carlisle, ahora.

- No, Alice, no puedo hacerlo, ¿Dónde queda Charlie, Renée, mis amigos…mi vida?- exprese, notando repentinamente todo lo que tendría que dejar atrás.

- Pensaba que era lo que querías- susurro, sonaba culpable.

- Lo quería, si, pero Edward no- trague saliva para disimular un poco el nudo en la garganta- él no lo aprueba y me canse de esperar.

- Me estas queriendo decir que esto es el final- afirmo, pues lo estaba viendo en este momento, una nota de decepción y tristeza se mezclaba en su voz.

- ¿Podríamos dejarlo en…?- no encontré las palabras y ella tampoco me dejo expresarlas.

Se fue…

Alice desapareció, ahora sentía que mis palabras eran crueles, pude ver en su rostro de granito las pocas probabilidades de que me volviera a ver de la misma manera, siempre me vieron de la forma que quisieron, creando expectativas elevadas, pero en fin, yo sólo era una humana, una torpe y simple humana.

Golpe el volante, desquite mi furia contra mi camión, aunque no le causara el daño que él me causaba a mi, al final solamente logre romperme la mano nuevamente, sin embargo, ese dolor era insignificante, no podía establecer un parámetro de comparación entre la tenue punzada en mi muñeca o el asfixiante dolor de cada latido.

Conduje con la mano rota sobre mi vientre, tenía la leve impresión de que en el pequeño hospital de Forks ya tenían un lugar para que me estacionará yo específicamente, su paciente inevitablemente regular en la sala de emergencias.

Encontré al Doctor Geraldy en la entrada, quien rodó los ojos resignado a verme con la misma frecuencia y se acerco a mí.

- Srita. Swan, creí que al fin dejarías de venir- comento amablemente- ¿Mano rota?- pregunto al notar mi postura.

Asentí.

- Ah- suspiro- No tienes remedio, ni Charlie que es policía y vive al margen del peligro, ha tenido tantos accidentes como tú, tenemos un gabinete sólo para archivar su expediente y eso sin contar las lesiones que no han sido atendidas aquí- expuso al observar las pequeñas cicatrices en el dorso de mi brazo, causadas por los cristales que se me incrustaron en mi pasado cumpleaños, los recuerdos nublaron un poco mi vista.

- ¿Podría hacerme cargo?- escuche la voz tenor más reconfortante y a la que más temía.

- Claro Carlisle- accedió Geraldy y se apartó, mientras yo enjugaba las lágrimas con mi mano sana.

- Hola Bella- saludo normalmente, yo esperaba gritos, quejas, reclamos, alguna mirada llena de cólera por mi absurdo comportamiento en estos días- Tranquila- me dijo- No tienes porque preocuparte- sus palabras para nada me calmaban, pues necesitaba que me gritaran que estaba cometiendo un error al hacer sufrir a Edward de aquella manera- ¿Te encuentras bien?

- S-si- mentí.

Carlisle suspiro profundamente, lo mire a los ojos durante una fracción de segundo y note un poco de desdicha en ellos.

- Dudo que una pequeña fisura cause tanto dolor- discrepo examinando mi mano y descubriendo sin ningún problema el malestar, ágilmente tomó unas vendas para comenzar a curarme, él recordaba perfectamente que no me gustaban los yesos- ahora dime con sinceridad, ¿Cómo te sientes?

- Bien- repetí la mentira con voz rota.

- Si, lo mismo dice mi hijo- murmuro, la mención de Edward me alarmo, él sufría por mi culpa, me sentía escoria, tenía la solución en mis manos y no quería tomarla por egoísmo o ¿Por miedo?

- ¿Cómo ésta él?- pregunte con gesto ausente, prestando toda mi atención a la forma en la que atendía mi lesión.

- Bien- resoplo con sarcasmo e infinita calma, aún así, algo lo atormentaba.

- Si tienes algo que decir, sólo dilo- lo anime a costa de mi propia seguridad emocional.

- Bella, comprendo tu postura, no estoy de acuerdo con ella, pero la respeto, sin embargo mi hijo lo intenta y no lo logra, él siempre quiso dejarlo todo a tu elección, la única vez que decidió Edward, las consecuencias fueron desastrosas.

Me dolía la garganta por el nudo que la apretaba, asfixiándome por la minima entrada de aire.

- Su decisión inicio como un sacrificio y ha terminado como un castigo- insistió.

- No pretendo ser ofensiva pero ya lo hable con él, con Alice y realmente no creo que poder debatirlo contigo- respondí a la defensiva- esto no es más doloroso para él, como lo es para mi.

- Sólo queremos una razón- demando- algo que nos ayude a comprender, ninguno cree que sea una vil venganza, tú no eres así…

- O quizás ustedes no me consideraban así- rugí jalando mi mano vendada y saltando de la camilla- Tal vez yo nunca fui lo que piensan de mi.

- Eso, sin duda me ha quedado claro- Susurro Carlisle tan bajo y tan rápido que sólo yo lo escuche.

Salí de ahí como pude mientras tropezaba con todo a mi paso, sentía una furia devastadora pero sin un punto comparable con el delirio que me causaba saber que los Cullen me consideraban de manera errónea y acertada al mismo tiempo, cuando pude ver el futuro junto a ellos no quise ver que era yo la que truncaba la visión.

Tres Cullen en un día, realmente era todo un record.


Éste no es un fic muy feliz que digamos, no en un principio y menos en la continuación de la trama. Básicamente es un Bellard y un B/?

Espero les agrade, si es así, dejen un review, si no les gusta también xD