No hay nada mas peligroso que la mismísima soledad; solo ahí uno es propenso a pensar. ¿Pensar? Si, exactamente me refiero a eso: a es ese momento de intimidad que tenemos para hablar con nosotros mismos evocando situaciones del pasado que no hace mas que expulsarnos de la realidad y sumergirnos en recuerdos que juegan con nuestra razón.
¿No te es familiar la palabra amistad, Terrence? Si, la amistad que alguna vez tuviste con aquella chica que se convirtió en la excusa perfecta para huir de esas saltas de humillaciones ¿Humillación? A la que tu propia madre te expuso en el momento de renegar de ti por temor a que la sociedad la condenara y asi evitar perder la fama que, al parecer, le había costado tanto mantener ¿Fama? La que tu supuesto amigo Robert te negó por algunos que otros errorcitos que cometiste; y una vez mas volvemos a la amistad, la que un personaje con pelo tan dorado y largo como el dia mismo te ofreció ¿Y todo para qué? Para al final quedarse con la chica por la que perdiste todo.
Todo es un vicio ¡Una falta! ¿Ves lo que te digo del pensar, que es malo y que no te hace nada bien? Hete ahí, postrado en esa cama de mimbre, fumándote mas de una cajetilla de cigarro al dia mientras hablas conmigo: tu mas ferviente amigo.
-¿Amigo?-una apenas media luna lograrò formarse en aquel rostro desencajado.
-Si,amigo mio: amigo. Aunque no lo creas aun tienes eso.
-No lo creo.- rezongó el ex actor.
-Puedes creerlo o no, es tu decisión.-
-No puedo tener amigos, siempre terminan traicionándome.
-¿Acaso te he traicionado alguna vez, viejo amigo?-
-Que yo recuerde…-Se alzo de hombro al tiempo que hacia una mueca con sus labios.
-Es que hay nada que recordar…
-Tienes razón: el recordar es malo ya que te hace repetir esa ida de porquería que alguna vez tuve.
-Ante eso no tengo ninguna replica.
-Gracias a ti estoy cómodo donde estoy.
-No me creo merecedor de tan fino acto.
-Quiero viajar…-murmuraba.
-¿Y que te lo impide?-
-Yo.
-Yo soy tù y te doy permiso para que realicemos ese viaje. ¿Hacia donde quieres ir?
-Hacia las personas que me convirtieron en esto; de alguna manera quiero hacerles llegar un presente de agradecimiento.
-Vamos.
Terrence tomò su vieja gabardina y bolso para emprender ese tan anhelado viaje junto a la persona con la que tanto confiaba: èl. Mientras caminaba por las calles grises y fría de la vieja ciudad de Nueva York, los recuerdos seguían jugando en su contra y miles de cosas se le ocurrían.
-¿Estas listo?-repetía aquella vocecita cada vez que hacían una parada en cuyas zonas se encontraban aquellas personas que Terrence tenia en su pequeña lista mental. Todos recibían el regalo que Terrence les había preparado, mismo que terminaban de una manera artística con sus prometedoras vidas.
Por eso el pensar tanto no es bueno. Cuidado: puede lanzarte a ti también hacia una aventura donde el desconfiar del mundo es el plato fuerte.
Fin.
