Disclaimer: Todo lo que reconozcas es propiedad de JK Rowling
Este fic participa del reto "Drabbles, drabbles y más drabbles" del foro Multifandom is the new Black
Primer día de verano
El primer día de verano era un día agridulce para Lily Evans. Por una parte, siempre le había gustado aquella estación. Le gustaba poder correr descalza por el césped, meter los pies en los riachuelos e ir a la piscina e, incluso, a la playa. Siempre había sido su estación favorita, pero, por otra parte, las cosas habían cambiado bastante desde que comenzó sus estudios en Hogwarts. De repente el verano no le parecía tan bueno.
No es que no echara de menos a su familia –¡ni mucho menos!–, pero en el colegio podía practicar hechizos y aprender montones de cosas interesantes. Allí podía ser ella misma sin miedo a que la juzgaran y no tenía que aguantar las miradas de desprecio y los comentarios mordaces de su hermana. Al principio aquello había sido horrible, aunque poco a poco había ido acostumbrándose. Petunia y ella habían tenido siempre una buena relación y le rompió el corazón ver cómo habían cambiado las cosas tras su primer año en Hogwarts. Cuando fue a abrazarla, la mayor dio un par de pasos hacia atrás y la fulminó con la mirada. «Ya ha vuelto el bicho raro». Aquellas palabras se quedaron grabadas a fuego en su memoria. Había escuchado a su hermana llamarla de esa forma miles de veces desde que se dio cuenta de las cosas que podía hacer, pero aquel día todo fue… diferente. Y mucho peor. Había esperado que Petunia la hubiera echado de menos, pero al parecer su vida era mucho mejor sin ella.
Además, al menos los veranos anteriores había tenido a Severus, pero después de haberla llamado «sangre sucia» ya no podía seguir siendo su amiga y tampoco podría quedar con él para ir a pasear. La verdad es que aquel año parecía que el verano iba a ser más agrio que dulce. No sabía cómo aguantaría hasta septiembre, no le apetecía ni siquiera tomar el sol mientras leía un libro o darse un baño en la piscina.
–Bienvenida a casa de nuevo, cariño.
Su padre la saludó con una amplia sonrisa y ella se obligó a fingir alegría. Se alegraba de verlo, pero iba a echar mucho de menos su vida. Suspiró mientras abrazaba al hombre. Al menos el verano pasaría rápido.
