Onceavo día de las competencias, Río y su clima desconocido afectaba las competencias de vez en cuando; Suecia acababa de vencer a Brasil en el soccer femenil, así que los cariocas no se encontraban de buen ánimo. Atletismo por fin hacía gala de sus competidores de todas partes del mundo, desde Ba Sing Se hasta ciudad República pasando por ambas tribus agua del extremo del planeta.

Korra, la representante de una de ella trataba de acostumbrarse al clima desde su llegada, la humedad del lugar afectaba su respiración y temía que eso le hiciera perder la competencia, la chica no podía darse ese lujo, años de entrenamiento, de conseguir el dinero necesario y sacrificios habían valido la pena al estar en sus primero juegos olímpicos.

Paseó su mirada por las gradas, sus padres ondeaban la bandera de la tribu, la gente a su alrededor gritaba y vitoreaba el nombre de su competidora, faltaban unos minutos para comenzar la carrera de 5000 metros, podía concentrarse...debía concentrarse.

-Buena suerte- le sonrió una chica un poco más baja que ella, bellos ojos oliva y cabello corto redondeado a su rostro, Beifong se leía en el papel pegado a su playera, Korra le sonrió y le dio la mano deseándole lo mismo.

La voz indicándoles que fueran a sus posiciones retumbó en el lugar y en sus oídos.

Era el momento.

El sol quemaba su piel acanelada pero ella no lo sentía, saltó en su lugar para anunciarle a sus músculos que después de tantos años este era el momento de demostrar de lo que era capaz, levantó la mano para saludar a sus padres que gritaban hasta quedarse afónicos.

-Bien Korra...llegó el momento, sin distracciones, tu puedes, eres la mejor-

Se colocó en al lado de las demás competidoras, una cámara se quedaba con ellas cuando su nombre era mencionado por los alta voces, sonrió incómoda. No prestó atención hasta que mencionaron a algunas de las mejores en el deporte

-Kuvira Lang de Zaofu-

-Opal Beifong del Templo Aire del Norte-

-Asami Sato de Ciudad república-

Korra bufó, no se dejaría intimidar por ninguna de esas chicas. El estadio guardó silencio al terminar las presentaciones, las mujeres corrieron a la línea y tomaron posición.

-Corre...Corre y no te detengas- susurró para sí.

El disparo resonó y Korra y las demás comenzaron a moverse con agilidad, debía aguantar todo el recorrido, necesitaba guardar sus fuerzas.

-Pero la adrenalina...-Pensaba sin evitar sonreír, era de las primeras pero se encontraba justo en medio del tumulto, no podía rebasarlas si continuaba ahí, debía hacer algo rápido.

Sus ojos azules se movieron hacia su lado derecho, las demás habían comenzado a rebasarla, la dejaban atrás sin ningún esfuerzo.

-No...no puede ser- Korra cerró sus ojos con fuerza -¡Vamos! -

Para cuando los abrió su concentración se había ido, sus piernas le fallaron y se tropezó sin esperanza alguna.

-¡Mierda!- Su cuerpo se impactó contra el suelo caliente mientras sentía a otra corredora tratar de saltarla sin éxito alguno, su cuerpo se contrajo y calló en posición fetal, la otra chica había caído a su lado.

-Fallé...todo mi esfuerzo...el de mis padres...el apoyo de mi tribu- Korra se mantenía en posición fetal -Soy una vergüenza- Las lágrimas comenzaban a salir hasta que una mano se colocaba en su hombro.

-¡Levántate! esto aún no termina- una fuerte pero melodiosa voz la sacó de sus pensamientos- ¡Vamos!- Sintió un par de manos tratando de levantarla, por inercia la morena comenzaba a levantarse

-¡Arriba! SON LAS OLIMPIADAS MALDITA SEA-

-Corre- susurró la chica, Korra dio la vuelta para levantarse, no había podido ver a su salvadora, se irguió y comenzó a correr como si nada hubiera pasado

-Aún puedes lograrlo-

Una cabellera negra se ondeaba a su derecha en una coleta alta, no se le hacía familiar...

-¡Concéntrate!- se gritó a sí misma tratando de ignorar el suave aroma a jazmín que desprendía la otra chica, caminaron un par de metros hasta que sintió a la otra atrasarse.

-Oh no...- La pelinegra cojeaba, se estaba rezagando

-¿Qué haces? ¡sigue corriendo!-En segundos pudo escuchar a sus padres gritar, a la gente que había ido hasta una de las ciudades de la nación del fuego para apoyarla y a sí misma gritando que continuara...pero no podía.

Sus piernas continuaban corriendo pero su cabeza y brazo izquierdo se dirigían hacia la chica que continuaba a pesar del dolor

SATO. Decía el papel en su uniforme. Su hermoso rostro contraído por el dolor pero su caminar continuaba.

-Vamos- Korra la espero, no iba a dejar a esta desconocida

La otra competidora no había dado más de dos pasos hasta que un dolor agudo le recorría la pierna izquierda, lanzando un grito e inevitablemente deteniéndose.

-No no no, vamos, lo lograrás, no te detengas- su voz se quebró -Es mi culpa, yo le caí encima-

La chica se levantó y soltó otro grito, su cuerpo se dejó caer por el dolor.

-No...me duele-

Korra se detuvo por completo y sus ojos se encontraron, no podía dejarla ahí y seguir con la carrera...algo dentro de ella se lo impedía.

-Levántate..todavía...todavía podemos ganar- la chica le sonrió a pesar del dolor, Korra sintió sus mejillas enrojecer, sus manos tocaron las de la chica intentando levantarla-No..no sé qué hacer, pero por favor, levántate-

-Vete-

-¿Qué?-

-Anda y corre, no llegaste hasta aquí para no terminar la carrera- la decisión en su mirada casi la hace salir corriendo para acatar la orden

-No te dejaré-

-Hazlo.. y yo te alcanzaré- sonrió- Soy Asami-

-Korra- susurró comenzando a alejarse

-¡Te veré en la meta!-

La morena continuó con la carrera, a estas alturas sabía que no conseguiría calificar pero su honor y la mirada de Asami la impulsaban a continuar; su mirada se enfocó hacia el frente pero no pudo evitar mirar hacia la pantalla que enfocaba a la ojiverde y como esta se levantaba, Korra sonrió, terminarían la carrera.

Para cuando Asami había llegado a la meta sabía de antemano que era la última, su pierna le quemaba pero ella quería terminar, la meta no estaba lejos, el sol le quemaba pero su padre le había enseñado a seguir adelante a pesar de todo, no podía detenerse, le había dicho a Korra que se verían en la meta y Asami siempre cumple su palabra.

-Vamos...-respiraba con dificultad, su mente trataba de ignorar el dolor- Ya casi- atravesó la línea de meta y antes de dejarse caer sintió dos poderosos brazos sosteniéndola, levantó la mirada y Korra le sonreía ampliamente.

Ambas se sonreían como si ya tuvieran medallas en sus cuellos, el púbico aplaudía y vitoreaba mientras el staff del estadio le acercaba una silla de ruedas a la competidora lastimada.

-Lo siento, por mi culpa-

-No- le cortó Asami- está bien yo...-

-Felicidades- dijo el chico del staff- Han calificado-

-¿Qué?-

-¿Qué?-

Las dos no salían de su asombro, voltearon a ver la pantalla y efectivamente sus nombres aparecían en la lista

-Los jueces decidieron que sus acciones eran dignas de los juegos y las colocaron en la lista-

Asami, sentada en la silla de ruedas giro para ver a Korra con lagrimas en los ojos, el trabajo, el esfuerzo y su buena acción eran recompensadas.

Kai, como se llamaba el chico las escoltó hasta el túnel de salida, Korra no se había alejado de Asami en todo el trayecto.

-Kai, ¿puedes ir por mi entrenador? los he olvidado-

El chico sonrió y corrió de vuelta a la pista dejando solas a las chicas.

-Asami, no quise...- su mirada azulada no podía encontrarse con la de la otra chica por la vergüenza que sentía.

-Una cena- soltó de repente girando la silla para verla de frente

-¿Cómo?-

-Ambas estamos dentro de la competencia, si quieres pagarme una cena será el costo-

Korra dudó un momento, pero rió nerviosa aceptando la propuesta.

-Ya veremos lo que sucede después, ya sabes lo que dicen sobre la Villa Olímpica- Kai volvía corriendo con su maleta- Adiós Korra-

La mencionada se quedó en el túnel estática. La chica Beifong que la había saludado antes de la carrera pasó a su lado.

-Oye, disculpa...¿puedo hacerte una pregunta?-

-Claro- se giró con maleta en mano

-Son mis primero juegos y... quisiera saber, ¿qué es exactamente lo que ocurre en la villa olímpica?-

La chica de pelo corto se sonrojó con violencia, tomó con fuerza su maleta y rió mirando a todos lados.

-Bueno...en la villa hay...sexo...mucho sexo-

En ese momento imágenes de la pelinegra y ella realizando actos sexuales en todas las posiciones habidas y por haber se pasearon por su mente.

-Gr..gracias-

-¿Alguien te dijo algo?-

Meditó unos segundos- Lo que pasa en la villa se queda en la villa-

La menor rió con fuerza y golpeo su espalda amistosamente.

-Sexo, amiga...esa persona quiere sexo-

Y en ese momento las competencias quedaron totalmente olvidadas.