Todo el mundo estaba en la sala esperando con ansias a que él llegara. Pronto se escuchó el ruido de un vehículo estacionándose y todos se pararon de los muebles esperando una respuesta; por fin había llegado el momento de la verdad.
Entre las personas que estaban se encontraban un rubio y una pelirrosa que habían estado allí desde muy temprano en la mañana. Ambos miraron como la persona por la que esperaban entraba en la sala.
Se hizo un silencio eterno mientras él intentaba encontrar una forma de decirlo.
— ¿Y bien? —había preguntado el rubio, que ya estaba muy ansioso por saber lo que había pasado.
El chico solo lo miró a los ojos y, luego de varios segundos, decidió hablar.
— Es él, es Sasuke, mi hermano... está muerto —había informado Itachi Uchiha, un pelinegro de unos veinticinco años.
Naruto Uzumaki no lo podía creer. Miró a los padres de su mejor amigo. Mikoto, la madre, había abierto mucho los ojos y había colocado una mano en su boca mientras negaba y Fugaku, el padre, simplemente cerró los ojos y bajó la cabeza.
Su mejor amiga, la pelirrosa, comenzó a llorar y cayó sentada en un mueble. Miró a sus padres que comenzaban a consolar a la familia de Sasuke y pensó nuevamente en las palabras que Itachi había dicho.
No, no podía ser cierto. ¡Sasuke no podía haber muerto tan fácilmente!
Salió corriendo de la casa mientras que sus padres lo llamaban a gritos. Él no hizo caso y continuó hasta cansarse. Llegó a un lugar donde no había gente y cayó de rodillas al suelo.
No, no Sasuke, no su mejor amigo. ¿Por qué tenía que pasarle algo tan terrible a alguien tan prometedor como lo era Sasuke? ¿Por qué? Él era la única persona que de verdad lo comprendía ¿cómo podría seguir su vida sin él? Simplemente era tan injusto. No podía entender como algo así podía suceder.
— ¡Sasukeee! —gritó.
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Hinata Hyuuga nunca había sentido tanto temor como el que estaba experimentando en ese momento. Observó desde su limusina el nuevo instituto escolar al que asistiría. No solo era el hecho de estar nerviosa por tener que vivir allí todo el año lo que la hacía temer, sino que también el instituto tenía un aspecto tétrico y misterioso.
El Instituto de Ciencias de Konoha, mejor conocido como el KIS por sus siglas en inglés, consistía en cuatro edificios desaliñados pero actualizados con el equipo necesario por dentro. El primer edificio a la izquierda era la residencia de los varones que constaba de dos pisos, el del medio tenía tres pisos y era donde se encontraba todo lo relacionado con el instituto, habían aulas de clase, laboratorios científicos, laboratorios de computadoras, una biblioteca y una sala de reuniones. El tercer edificio consistía en dos pisos y era la residencia de las féminas mientras que atrás del edificio del instituto se encontraba un cafetorium.
Luego de observar los edificios Hinata suspiró pesadamente. Ya era hora de bajar sus maletas y buscar la habitación que le había sido asignada. La Hyuuga se despidió de su chófer y rápidamente acudió a la residencia de chicas. Frente a esta se encontró con una mujer pelinegra de ojos rojos.
— B-buenas tardes, ¿podría decirme cuál es mi habitación? —preguntó la peliazul. La mujer sonrió.
— Supongo que eres nueva este año, ¿cuál es tu nombre? —dijo la mujer.
— Hyuuga Hinata —la de ojos rojos rápidamente buscó su nombre en la lista que tenía en la mano.
— Aquí estás, tu habitación es la 112, en el segundo piso... —respondió pero se quedó callada al percatarse del número de la habitación.
— ¿Sucede algo? —la pelinegra negó con la cabeza y le sonrió.
— Bueno Hinata, mi nombre es Kurenai y soy la encargada de supervisar esta residencia, también soy profesora en la escuela así que me verás a menudo, espero que pases un año agradable —le dio la bienvenida la mujer.
— M-muchas gracias —contestó Hinata amablemente y procedió a dirigirse hacia su habitación.
— Pobre niña, no sabe lo que le espera con esas dos —susurró Kurenai viendo nuevamente el número de habitación en la lista mientras que sonreía divertida
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Un rubio de ojos azules abrió la puerta de su habitación y se lanzó sobre su cama mientras miraba el techo. Un año más en ese estúpido colegio. Antes habría estado contento por pasar otro año allí e incluso hubiera entrado gritando de alegría a su habitación, pero lamentablemente ya no era así. Todo había cambiado con aquella tragedia que había ocurrido...
Por ello, ese año estaría solo en su habitación deprimiéndose.
Pronto escuchó unos ruidos que venían del pasillo. Parecía que se acercaban a su habitación.
— ¡Hola Naruto! —exclamó alguien entrando a su cuarto.
— ¿Chouji? ¿Qué haces aquí? —preguntó él sentándose para ver a su amigo.
— ¿Shikamaru? —preguntó nuevamente al ver que un muchacho de coleta de piña venía detrás de Chouji.
— Hola Naruto —saludó él despreocupado.
— La directora Tsunade nos asignó a esta habitación este año —contestó Chouji sonriendo.
— ¿Enserio? —dijo el rubio y luego miró que sus compañeros traían maletas— ¡Genial! Significa que no estaré solo —exclamó emocionado.
— Sí bueno, supongo que tendré que acostumbrarme a esta habitación, y a tener a un problemático como compañero —se quejó Shikamaru .
— ¡Oye! ¿A quién le dices problemático Shikamaru? —gritó el ojiazul enfadado.
El de coleta de piña sonrió discretamente. Sabía que Naruto necesitaría a sus amigos luego de lo ocurrido así que, a pesar de haberse quejado, estaba de acuerdo con la idea de que lo trasladaran a su habitación.
— ¿Quieres papas con sabor a grasa de cerdo Naruto? —preguntó Chouji.
— ¡Claro que no! Deberías dejar de comer esas asquerosidades, así no estarías tan gordo —le dijo Naruto pero pronto se arrepintió.
— ¡¿QUÉ DIJISTE?! —gritó su compañero para luego proceder a golpear al rubio.
— " Bueno, que esté de acuerdo con el traslado no le quita que este año vaya a ser problemático" —pensó Shikamaru mientras veía a Naruto luchar por su vida.
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Una vez que Hinata entró a su habitación dejó las maletas a un lado y comenzó a observarla. Era muy sencilla y bonita. Habían tres camas individuales con sábanas rosadas y una mesa de cama al lado de cada una. En el lado derecho de la habitación se encontraba un armario rosado dividido en tres partes. Las paredes eran blancas dándole a la habitación un aspecto más grande. En la pared izquierda la Hyuuga vio una puerta que, dedujo, conducía al baño. Por último se fijó en la ventana de vista clara que había en medio de la habitación. Observó que había una rama de árbol que casi tapaba toda la vista así que la abrió para poder sacar la cabeza y ver si se podía observar algo.
Tan concentrada estaba en lo que hacía que se asustó mucho cuando la puerta se abrió de golpe y entraron dos chicas gritando.
— ¡Ves que te gané frentesota! —gritó una de las chicas que tenía cabello rubio.
— ¡Ya quisieras haberme ganado Ino-cerda! — le respondió la otra de cabello rosado.
Ambas siguieron su discusión hasta que se dieron cuenta de su nueva compañera.
— Frentona — susurró la rubia dándole un codazo a su amiga.
La pelirrosa miró dentro de la habitación y se percató de la asustada chica de ojos perla que las observaba.
— ¡Hola! Sé que no te hemos causado la mejor impresión pero ¿por qué mejor no lo olvidamos? Mi nombre es Sakura Haruno y ella es Ino Yamanaka —saludó.
— Eres nuestra nueva compañera ¿cierto? — preguntó la Yamanaka.
— Sí, mi nombre es Hinata Hyuuga —respondió la ojiperla con una sonrisa.
— ¡Fabuloso! ¿Cuántos años tienes? —siguió preguntando Ino.
— Tengo dieciséis —contestó.
— Entonces estamos en el mismo grado, a lo mejor nos toca juntas en alguna clase —dijo Sakura sonriendo.
— Cierto ¿qué es lo que estudiarás? —le preguntó la rubia a Hinata con interés.
— B-bueno, yo quería estudiar astronomía —contestó ella haciendo que las otras dos se sorprendieran— La astronomía es una ciencia increíble, que bueno que te intereses en en ella —dijo Sakura pero la peliazul bajó la cabeza.
— S-sí pero aún así mi padre me obligó a estudiar para ser médico —las chicas se quedaron en silencio ante lo dicho por la Hyuuga.
Hinata, al ver que sus compañeras estaban en completo mutismo, formó una sonrisa forzada en su rostro y les habló.
— Pero no importa, supongo que me acostumbraré —dijo.
Para evitar que la situación se hiciera incómoda, Ino también habló.
— Bueno, eso significa que estarás en las mismas clases que Sakura, ella también va a estudiar para ser médico —la peliazul miró a la mencionada con una sonrisa.
— Será bueno tenerte como compañera, algunas de las clases que tendremos serán Biología y Anatomía aunque una vez que entiendas la primera te será fácil seguirle el ritmo a la segunda —explicó la pelirrosa.
Hinata asintió y luego miró a Ino con curiosidad.
— ¿Qué es lo que vas a estudiar Ino? —preguntó.
— Yo quiero estudiar Psicología social por lo que estaré en el área de ciencias sociales, tú y Sakura estarán en ciencias naturales así que lamentablemente no tendremos ninguna clase juntas —la rubia hizo un puchero y se cruzó de brazos.
— Mejor para Hinata y para mí, así no tendremos que estar viéndote a cada rato Ino-cerda —dijo Sakura provocándola.
— Pobre de ti Hinata, tendrás que estar todo el año viendo la enorme frentesota de de esta —dijo la Yamanaka respondiendo a la provocación. Sakura estaba a punto de contestarle cuando la peliazul la interrumpió.
— C-chicas —las llamó Hinata preocupada de que empezaran a discutir otra vez.
— ¿Ves lo que provocas Ino? Ahora Hinata tiene miedo de nosotras —se quejó la Haruno.
— ¿Disculpa? ¡Si tú fuiste la que comenzó! —acusó la rubia enojada.
Ambas se miraron con el ceño fruncido para segundos después reirse. La ojiperla las miró confundida.
— No te preocupes por nosotras Hinata —habló Sakura— Es muy normal que discutamos a cada momento —le informó.
La Hyuuga asintió comprendiendo.
— Bueno ¿qué tal si vamos desempacando nuestras cosas? Así tendremos tiempo de mostrarle todo el instituto a Hinata —sugirió Ino. Las demás asintieron y comenzaron a desempacar sus pertenencias. Una vez que todas terminaron Ino se llevó a Hinata para enseñarle la escuela y Sakura se quedó alegando que tenía otras cosas que hacer.
La rubia le terminó de enseñar la residencia a Hinata. En cada piso había una cocina pequeña con una nevera y un cuarto donde se encontraba una lavadora de ropa y una secadora.
Ino quería mostrarle el colegio también pero este estaba cerrado así que optó por ir al cafetorium. El mismo era inmenso, con una plataforma al fondo de este tapada por cortinas. Las otras paredes tenían grandes ventanales y habían cuatro enormes filas de mesas para sentarse a comer. La cocina era bastante grande y el área de servir tenía unas pequeñas vitrinas donde se ponían las diferentes opciones de comida, postres y bebidas.
— Es impresionante —murmuró la peliazul. Ino le sonrió pero antes de que pudiera decir algo alguien la interrumpió.
— ¡Ino! ¡Tanto tiempo sin vernos! —exclamó una pelimarrón con dos moñitos en la cabeza.
— Hola Tenten —saludó la rubia— Hinata, esta es Tenten Ama, está en último año —le presentó Ino— Y Tenten, esta es Hinata Hyuuga, es mi nueva compañera de habitación —Tenten e Hinata se sonrieron— Mucho gusto —saludó Tenten. La peliazul asintió con una sonrisa.
Pronto Ino y Tenten comenzaron a hablar entre ellas. Como Hinata era nueva y no sabía que aportar al tema del que hablaban se entretuvo mirando alrededor del cafetorium. Vio como los estudiantes entraban y salían de este. De repente se sorprendió al notar un papel pegado a la pared. Se acercó para leerlo mejor.
Sasuke Uchiha
Desaparecido el 10 de mayo
Si lo has visto o sabes algo de él favor de llamar al siguiente número
En medio del cartel se encontraba la foto y abajo estaba el número de teléfono de la persona a la que tenían que contactar. Hinata miró la foto. Era un chico muy atractivo de ojos marrón oscuro y cabello azabache. La peliazul apuntó el número en su teléfono por si algún día podía ser de ayuda a las personas que buscaban a aquel chico.
— Hinata, temía que te hubieras ido —dijo Ino poniendo una mano en el hombro de la Hyuuga. Esta se asustó y se volteó hacia su compañera.
— Bueno ya son casi las 9:00 p.m, a esa hora es el toque de queda, deberíamos irnos ya —Hinata asintió ante la sugerencia de su amiga y ambas se fueron del cafetorium. Antes de llegar a la puerta Hinata miró nuevamente la foto del chico.
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Ino e Hinata llegaron a su habitación. Una vez allí ambas se sentaron en el suelo y comenzaron a hablar sobre diferentes temas. Sakura se unía a la conversación de vez en cuando mientras que acomodaba sus libros en la parte del armario que le correspondía.
— Ino... —llamó la peliazul. La nombrada la miró esperando que dijera algo.
— ¿Qué sucede Hinata? —habló la Yamanaka al ver que su compañera no decía nada.
— E-es que yo... —comenzó a hablar Hinata— Yo... vi en el cafetorium una foto de un chico desaparecido, un tal Sasuke Uchiha, ¿ya lo han encontrado? —les preguntó la ojiperla.
Sakura dejó de acomodar sus libros e Ino tomó una bocanada de aire.
— B-bueno, él... ¿Sakura? —tartamudeó Ino y la miró como si le estuviera pidiendo permiso a la pelirrosa.
— Cuéntale Ino —dijo Sakura al ver a la rubia— No es ningún secreto, en algún momento se iba a enterar —siguió.
Ino se volvió hacia la ojiperla y la duda se posó en ella durante unos segundos al no saber que decir. Sakura solo volvió a tomar la tarea de organizar sus libros.
Hinata estaba algo confundida. No entendía el por qué de las reacciones de sus compañeras. La rubia se veía muy nerviosa e incómoda mientras que Sakura parecía no querer prestarle atención al tema a discutir.
— Bueno, Sasuke... él era un estudiante de nuestra escuela —comenzó al fin la ojiazul. Hinata abrió mucho los ojos. Nunca se le pasó por la cabeza la posibilidad que aquel chico fuera un alumno de su instituto.
— N-no lo entiendo —murmuró— Mi padre se encargó de preguntar por todos los incidentes que han ocurrido en esta escuela, en ningún momento mencionó que hubiera desaparecido un estudiante —explicó la Hyuuga.
— Eso es porque, a pesar de que todos lo saben, la institución no lo menciona en ningún momento y ha tratado de mantenerlo lo más secreto posible para que los padres de nuevo ingreso no se alarmen; un incidente como ese podría dañar la reputación de la preciada escuela del director Danzou —interrumpió Sakura de repente poniendo un tono de enojo al mencionar el nombre del director. Ino se le quedó mirando con sorpresa ya que pensaba que su amiga no hablaría nada sobre el tema. Hinata se quedó en silencio; no esperaba que algo así hubiera podido pasar.
Al percatarse de la incomodidad en la habitación, Sakura suspiró y buscó una excusa para abandonar la situación.
— Iré a la habitación de Tenten por un momento —dijo— Quiero ver si tiene sus libros del año pasado, serán de mucha ayuda en este nuevo curso —la pelirrosa salió rápidamente de la habitación. Ino e Hinata la siguieron con la mirada hasta que cerró la puerta.
— Lo siento Hinata, sé que te debe de resultar incómodo saber esto en tu primera noche aquí —habló Ino.
— N-no te preocupes Ino, de hecho me gustaría saber más sobre el tema —contestó la ojiperla. Ino asintió y procedió a contarle todo lo ocurrido con aquel muchacho.
— Como habrás leído en el cartel, Sasuke desapareció el 10 de mayo —la Hyuuga asintió— Bien, ese día que desapareció todavía era tiempo de escuela; faltaban solo dos semanas para finalizar las clases—comenzó.
— Muy pocos se enteraron pero los que lo hicieron estuvieron muy asustados creyendo que podría haberlo hecho un profesor o un criminal cerca de la escuela —continuó ella— Cuando un estudiante reveló que había visto a Sasuke escaparse, los alumnos se sintieron un poco aliviados pero eso no quitaba el hecho de que aún estuviera desaparecido —Hinata le prestaba toda su atención a lo que le estaba relatando la Yamanaka.
— Rápidamente su familia comenzó a poner carteles como el que viste en el cafetorium sin embargo, no lo encontraron hasta comienzos de junio —
— Entonces ¿está aquí? ¿volvió a la escuela? —interrumpió Hinata queriendo aclarar todas sus dudas.
— ¿Qué? —preguntó Ino pero pronto comprendió lo que sucedía.
— No Hinata, Sasuke... él —la rubia le parecía algo cohibida a Hinata y el hecho de que se tardara tanto en responder le provocó un escalofrío.
— Él falleció en un accidente de auto, lo que encontraron fue su cuerpo sin vida, Sasuke Uchiha... está muerto —
Hinata abrió mucho los ojos.
— ¿M-muerto? —la verdad que enterarse de una noticia como esa no era lo que tenía planeado para su primera noche en el instituto.
