Todos los personajes pertenecen a Suzanne Collins.


Presente.

Tan pronto me acerque a la valla pude escuchar como estaba activada.

Deje salir un suspiro frustrado. Esta era la segunda vez este mes.

Aunque se supone que la valla estaba encendida las veinticuatro horas del día para protegernos de las criaturas que habitaban en el bosque, normalmente solo la encienden por dos o tres horas por la noche , pero jamás en el día. Los agentes de la paz normalmente fingen no saber de la caza ilegal que ocurre en el bosque, pues como nosotros, necesitan la carne y frutos que se venden en el Quemador.

Abrace mi chaqueta y comencé a caminar de regreso, resignada a la idea de que al menos por el día de hoy, no podría salir a cazar. La nieve había de dejado de caer en algún punto de la noche pero el suelo estaba repleto de ella ,dejando mis pies fríos con cada paso que daba. Conforme pasaba por el pueblo podía sentir las miradas en mi, uno pensaría que después de cinco años los susurros habrían desaparecido pero en un lugar tan pequeño como el distrito 12 no había muchas noticias nuevas.

Toque la puerta de casa de mi madre y rápidamente fui recibida por Prim, quien me miro confundida.

"Katniss ¿olvidaste algo?". Se hizo a un lado y me dejo pasar. Quite mi abrigo de mi cuerpo y lo deje caer sobre el sillón. Iba a ser un día muy largo sin mi rutinaria ida al bosque. La casa estaba bastante caliente considerando el clima que había afuera.

"La valla estaba activada". Dije mientras me dejaba caer en el sillón, permitiendo que el calor de la chimenea me inundara.

Prim camino hacia mi lado, sentándose en el sillón junto conmigo. "¿De nuevo?". Preguntó.

Sentí como quitaba mis botas y con cuidado me tapaba con la manta que estaba a su lado. Mi cuerpo me venció y rápidamente estaba soñando con ojos azules y cabello dorado.

"Denny, no". Escuche a Prim decir y dos segundos después sentí la presión de un cuerpo contra el mío. Deje salir un suspiro, mis dos minutos de tranquilidad acababan de terminar.

"¡Mami, mira!" dijo con un voz llena de emoción. "¡Mira lo que la tía Prim me enseño!".

Rápidamente bajó del sillón y tomó un arco de juguete del suelo, me miro y con sus pequeñas manos tomo la flecha que estaba en la mesa. Me voltee hacia mi hermana y esta se encogió de hombros diciéndome con la mirada que prestara atención. Aiden apunto y soltó la flecha, dejándola caer solo dos pasos delante de el.

"¿Eso te lo enseño tu tía Prim?" Pregunte mientras lo tomaba entre mis brazos y depositaba un beso en su mejilla. El asintió y me miro emocionado.

"¡Si! Así puedo ir contigo al bosque" Dijo con una sonrisa que me recordó tanto a su padre que me hizo sentir un nudo en el estomago. Todo el era idéntico a su padre, su mismo color de ojos, su cabello del mismo tono y sonrisa que me podía derretir con solo pensar en ella. En días malos Aiden se había convertido en el único que podía hacerme sonreír.

"El próximo verano prometo llevarte solo tenemos que dejar que el frio desaparezca porque sino vas a enfermar como la ultima vez" Con cuidado toque su frente, haciendo sus rizos a un lado para poder ver sus ojos. Aiden sonrió asintiendo mientras bajaba de mis piernas, soltando su arco en el proceso.

"Iré a decirle a la abuela." Grito mientras corría hacia la cocina. Sus zapatos haciendo mas ruido del necesario.

"Estaba tan emocionado que quería ir a buscarte hasta el bosque para enseñarte lo que había aprendido. " Dijo Prim con una sonrisa.

La primera vez que sospeche mi embarazo, la única persona que había estado en casa era Prim. No era nada inusual que las mujeres de la Veta se embarazaran antes de llegar a los dieciocho, solo que yo siempre había jurado que jamás traería un hijo a este mundo de hambre y rechazo, pero había sido tonta, me había dejado llevar por los sentimientos y me convertí en una mas de esas chicas. Mi hermana se había puesto tan blanca como la nieve cuando le conté mis sospechas, preguntando rápidamente como había permitido algo como eso y cuando me eche a llorar, sus brazos rápidamente me abrazaron, su pequeña figura de trece años tapando solo la mitad de mi cuerpo .

Su sonrisa se borro y me miro seria, su largo cabello tapando sus hombros. "¿Qué va a pasar cuando entre a la escuela, Katniss?". Su voz sonaba preocupada.

"No lo se, nada supongo". Me encogí de hombros y comencé a ponerme mis botas, sintiendo mi cuerpo repentinamente frio.

"Sabes que no será así. los rumores no han parado desde que nació".

"No hay mucho que pueda hacer, Prim. Todo lo que se dicen son eso, rumores de señoras mercantiles que no tienen nada mejor que hacer que hablar de los demás". Mi hermana asintió, sabiendo mejor que continuar con el tema.

No había mucho que pudiera hacer. Sabia que Prim amaba a Aiden casi tanto como yo y que al igual que yo no quería que siguiera siendo parte de los rumores del distrito, pues aunque apenas tenia cuatro años y no se daba cuenta de muchas cosas, iba a llegar un momento en el que si lo haría y las explicaciones tendrían que comenzar.

Me levante del sillón caminando a la cocina en donde me encontré a mi madre preparando lo que supuse seria la comida mientras Aiden la seguía contándole como la noche anterior había soñado con un pájaro azul. Mire a mi madre y esta me sonrió, en los momentos en los que estaba con Aiden eran aquellos en los que podía ver un poco de la mujer que era antes de la muerte de mi padre en las minas.

El resto del día transcurrió tranquilo. Al no querer regresar a casa, nos quedamos con mi madre y Prim, ayudando a cocinar, limpiar la cocina o simplemente charlar. En algún momento del día Aiden se sentó el la sala a dibujar, quedándose dormido sobre la mesa dos minutos después, Prim solo sonrió y lo cargo al hasta el sillón donde yo estaba, depositándolo en mis brazos.

No me arrepentía de ninguna de mis decisiones. Quizá pude haberlas manejado de una mejor manera pero en el momento eso fue lo que me había parecido lo mas correcto y aunque se que había lastimado a algunas personas en el proceso no me arrepentía en lo mas absoluto.

La noche llego antes de lo que me hubiera gustado y a lo lejos se escucho el silbido que indicaba la salida de todos los trabajadores de las minas. Me levante de mi lugar y comencé a recolectar todas nuestras cosas. Era hora de ir a casa.

"¿Segura que no quieren quedarse a cenar?". Prim pregunto desde la cocina, sus manos revolviendo un sartén. Negué con la cabeza.

"No. Cenaremos en casa, ya tengo todo preparado". Mi hermana asintió y en ese momento la puerta principal se abrió

El atuendo de Gale era el mismo que usaba todos los días para las minas, todo su cuerpo lleno de polvo de carbón aunque parecía haberse aseado un poco antes de venir. Se acerco y planto un beso en mi mejilla.

"Pensé que ya estarían en casa". Dijo mientras levantaba mi arco y lo acomodaba en sus hombros.

"Estábamos ayudando a Prim con la cena, bueno, Aiden ayudaba." Gale sonrió levemente comprendiendo.

"¿Nos vamos ya? Muero de hambre."

Asentí tomando la mochila con las cosas de Aiden. Desde la cocina pude ver como su cabello se asomaba para ver quien había llegado y rapidamente su cara se iluminó.

"Papá". Grito mientras corría a los brazos de Gale.


Un poco corto pero queria hacer una introducción a la historia sin dar muchos spoilers.

Esta historia la tengo pensada desde ya hace bastante tiempo pero por cuestiones fuera de mi control no me habia podido a poner a sentar y por fin escribirla hasta esta semana.

Les prometo que es Everlark y en los siguientes capitulos veran porque. No va a ser una historia muy larga porque en lo personal no me gusta hacer fics muy largos.

Siguiente capitulo: Katniss y Peeta, Pasado.