Sigue sin ser gracioso
Shershiya Runa
Capítulo posterior
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"La marca aparece entre los 10 y los 12 años,en promedio. El lugar varía dependiendo de la persona y su contenido es una muestra de la personalidad de su otra mitad.
El Alma Gemela dirá esas palabras, como primer intercambio verbal. Eso hará que su identificación sea sencilla y precisa. No puede haber error[...]"
Cerró el libro con fuerza y enojo. La bibliotecaria le reprendió al escuchar y observar semejante falta de respeto por algo tan hermoso como un libro.
Midorima la ignoro volviendo a abrirlo en una parte más adelantada.
"Las Almas Gemelas están hechas a la medida de su contra parte. Son su complementario.
Se pueden llegar a presentar casos en los que sus personalidades son un tanto dispares, pero todo eso queda resuelto, o aceptado, cuando se unen por primera vez. Es en ese momento, durante la primera unión, donde las cosas quedan claras para ambas partes y se permite un desarrollo armonioso de la relación."
Le hizo reír un poco el si ni siquiera quería ver a "esa" persona, mucho menos iba a querer acostarse con él...¿¡Quien en su sano juicio quisiera acostarse con alguien tan molesto?!
Se levantó de donde estaba y fue con la bibliotecaria a entregar su credencial y a sacar ese libro sobre Almas Gemelas que le habían recomendado.
Kuroko le había dicho que le había ayudado mucho cuando conoció a la suya, y si en alguien confiaba con respecto a libros-después de él mismo y tal vez Akashi- era en el chico fantasma.
Se subió a su auto y dejo la Universidad de medicina detrás, se recordó que había prometido visitar a sus antiguos compañeros de equipo esa tarde así que se encaminó directamente a la cancha de básquet cerca de su antigua preparatoria. Maldita su suerte de tener que verlos en ese momento.
Después del accidente en la cafetería no había vuelto a ver al molesto chico, es más, Midorima había salido corriendo de ahí después de que su cabeza uniera las piezas y se diera cuenta lo que eso implicaba.
"Pareces un pastel verde con cobertura de chocolate"
Esas molesta palabras se repetían una y otra vez en su cabeza desde entonces, como si no hubiera tenido suficiente de verlas una y otra vez cada que se bañaba, o se cambiaba de ropa por años.
Sin que se diera cuenta las calles le habían llevado a la vieja cancha callejera donde había quedado de verse con ellos. Para su fortuna solo estaba Kuroko, el alma gemela de este y el gigante de Murasakibara.
Un poco de calentamiento, unos cuantos tiros de tres puntos-su especialidad- y para cuando los demás llegaron estaban listos para ese partido que se había pospuesto desde hace varios meses.
Eran buenos, al menos eso decían los periódicos y las revistas de su tiempo. Hubo un tiempo donde a ninguno le importaba tener un lugar en las portadas o hablar en las entrevistas, hubo otro donde si lo hizo y eso casi logro que el amor por el juego se perdiera, todo gracias al chico fantasma y a su recién descubierta alma gemela que les hizo redireccionar el camino, y darse cuenta que amaban jugar.
Ahora sólo era un pasatiempo, algo que hacer después de clases y pasar un buen rato.
Midorima se sentó en la banca con la respiración agitada y secándose el sudor con una toalla. No se dio cuenta que una figura pequeña y de cabello rojo se sentó a su lado hasta que hablo.
-¿Todo en orden?- le hablo Akashi con su voz elegante y sería. Le veía directamente, como siempre, esperando que le contestará y sin darle opciones de mentir. Odiaba que tuviera la facilidad para hacer eso.
-Se puede decir...- le contesto intentado no ahondar en el tema.
-Es sobre tu descubierta Alma Gemela- no le pregunto, sino que se lo aseguro de esa forma tan especial que tenía. Midorima no lo negó, tampoco se lo afirmo ya que no había necesidad de ninguna.
-¿Como te enteraste?
-Yo lo sé todo acerca de ustedes- cuando lo volteo a ver él de reojo le sonreía de lado. De cierta forma eso no le pareció más espeluznante que de costumbre.
-¿Sabes que eso es raro?
Akashi se rió por lo bajo.
-Estuve presente cuando hablaste por teléfono a Kuroko, preguntadole por libros acerca de ese tema.
A pesar de haber confesado, eso no le hacía sentir mejor.
-Crei que me hablarías a mí, cuando ocurriera.
Midorima no pudo decir nada ante eso.
Si bien Akashi era, en palabras sencillas, su mejor amigo, o algo muy cercano a eso, no creía que decirle eso sería lo más adecuado, no cuando en el pasado, mucho tiempo atrás, él mismo había sido con quien Akashi había intentado negarse que había conocido a su Alma Gemela en la secundaria.
Akashi había conocido a Murasakibara apenas entrando a Teiko, y como se sentía tan joven y tan presionado como para aceptar que ya debía enlazarse con alguien decidió tomar la vía rápida de ignorar al gigante y desquitar sus frustraciones con el peli verde. Estaba de más mencionar que Murasakibara estuvo todo ese tiempo muy enojado con él.
Akashi había intentado huir de lo inevitable. Y en ese momento se sentía perdido al darse cuenta que él también lo estaba haciendo.
-Solo quería negarlo por un poco más de tiempo.
-¿Negar qué?
La pregunta venía de un tercero. No se habían dado cuenta que los demás habían decidió refrescarse al igual que ellos, y ahora los tenían a todos de frente, atentos a lo que había dicho.
Y la pregunta había venido de quien menos quería que se enterará.
-De que conoció a su Alma Gemela.
Lo que siguió fue el grito de asombro de Kise-quien hizo la pregunta- y la estupefacción de todos los demás, menos de Kuroko y su pareja.
-No sabía que tú podías estar hecho para alguien- le dijo Aomine mientras le sonreí burlón- y mucho menos que alguien estuviera hecho para tí.
Lo que siguió fue un codazo en las costillas de Kise y otro en el estomago de Kuroko.
Aomine no tenía marca por ninguna parte. A sus 10 años no había aparecido y seguía sin hacerlo, por lo que esos temas para él le resultaban triviales. Él era de la idea de que tu elegías a quien amar, por eso estaba dispuesto a pelear contra el Alma Gemela de Kise, ya que después de todo lo que habían vivido estaba determinado a nunca dejarlo ir. El rubio no podía evitar ser feliz por eso, y a la vez tener miedo por la misma razón.
-Es solo un idiota...Nada importante.
Todos se quedaron callados, porque claro que era importante...Solo que Midorima seguía en la negación misma.
Kuroko iba a agregar algo más cuando se escuchó el alboroto de unos tipos unos metros lejos de ellos. Venían hablando animadamente y quejándose de una injusticia. Cuando Midorima les puso verdadera atención quiso arrojarse contra el suelo y hacer como que no estaba ahí, porque uno de esos chicos no era otro que su dolor de cabeza actual.
"Pareces un pastel verde con cobertura de chocolate" las palabras en su piel volvieron a quemar con fuerza. Más cuando sus puños se cerraron y su expresión cambio hasta dar miedo, ya que era imperdonable la manera en la que ese estúpido rubio estaba sosteniendo la cadera de su idiota alma gemela. Simplemente no podía ser.
"Las Almas Gemelas están hechas a la medida, no hay margen de error. Y una vez hecho el primer contacto se verán envueltos en coincidencias extraordinarias hasta que se de la primera unión. Nadie ha podido explicar satisfactoriamente este suceso, simplemente se ha tomado como algo verdadero.
También, después de la primera interacción, se presenta un fuerte sentimiento de pertenencia, así como de posesividad. Es inevitable e imposible escapar de el."
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He aquí este "tal vez"... Es un regalo para empezar la año con el pie derecho.
Gracias por leer, espero les haya gustado...Y nos vemos en nada semana para la última parte. Ahí es donde hablaré de mis razones para hacerlo como lo hice.
Saludos.
