Era una fresca mañana en primavera, aún quedaban estragos del invierno anterior mientras caminaba por el malecón al que por trabajo, había tenido que asistir. La brisa que golpeaba su rostro no hacía más que fascinarla, sus cabellos se mecían en un compás que era tan… relajante…

— ¡Hey Tsubasa, concéntrate por favor! —Escuchó la voz de su compañera ligeramente molesta, pero sus ojos bermellón no lo mostraban—Estamos algo atrasadas con esta sesión, los resultados se entregan el lunes y no hemos avanzado mucho. ¡Necesito de mi fotógrafa experta!

—No es mi culpa que por ponerte a novear se te olvidara que teníamos T-R-A-B-A-J-O—Deletreó con exasperación mientras que ajustaba ciertas cosas en la cámara que colgaba de su cuello. Pasó su mirada por su superiora y mejor amiga, Amou Kanade, para notar el puchero en sus labios, sonrío ligeramente por eso, era bastante gracioso. Mientras devolvía los ajustes a cómo había programado con anterioridad, abrió la galería por error notando que había varias fotografías de su amiga junto con una castaña bastante hermosa. Ya sabía quién habia desajustado su cámara.

Escuchó un suspiro cansado de la pelirroja a un lado suyo. Su mirada la encontró bastante centrada en su practicante la cual igualmente se veía bastante impaciente. Tsubasa Kazanari solo frunció el ceño al percatarse de que su muy apreciada Kouhai seguramente le estaba igualmente echando la culpa cuando la responsable había sido otra.

—Recuérdame citar a Chris veinte minutos después de la hora para la próxima, porque con tu tardanza y su impaciencia…

—Y tú recuérdame encerrarte en un sótano sin acceso a mi cámara—Respondió clavando sus ojos azulados en los de Kanade aun cuando su irregular peinado tapaba sus ligeramente los suyos—Y a todo esto ¿Por qué te tomaste tantas fotos con esta chica con mi cámara y no tu celular? —Preguntó mostrando la causa de su retraso.

— ¿Celosa? —preguntó burlona.

—No en esta vida.

—Calidad Tsubasa, calidad—Respondió pasando un brazo sobre sus hombros para después recargarse sobre ella, después de todo era ligeramente más alta—Mira esos ojos, ese cabello, ese cuerpo tan exquisito y esa sonrisa tan coqueta—Señaló a la tan despampanante chica—No podría apreciarse igual con la cámara de un Smartphone y menos con tan poca luz.

— ¿Y por lo menos conseguiste sacarle una cita? —Preguntó alzando la ceja—Porque de no ser así juro que borraré todas las fotos que te tomaste con ella y de ella, no quedaré como una acosadora.

Más que eso, ya es mi novia—Sonrió con orgullo.

— ¡¿Qué cosa?! —Saltó de inmediato.

— ¡¿Vamos a comenzar de una vez o no?! —La chica de baja estatura, cabellos albinos y ojos lavanda, Yukine Chris, había explotado.

—Mejor que sea media hora…—Murmuró Kanade.

—Creo que ya lo tengo—Tsubasa ignoró a la que podría llamarse su jefa para después sujetar la cámara frente a su rostro—El enfoque ya lo ajusto dependiendo de la situación—Giró de la parte frontal del aparato señalando a su Kouhai guiñando el ojo con un toque juguetón.

—Ya era hora—Kanade no pudo evitar reírse al ver a Chris sonrojada por la acción de su amiga.

—En ese caso, vayamos un poco más a la orilla—Kanade tomó rápidamente el liderazgo. Cuarenta minutos después la sesión estaba casi finalizada, solo faltaba esperar a que el sol estuviera en su punto exacto para tomar la foto que sería la estrella en su galería. Chris sujetaba de aquella lona blanca mientras que Tsubasa permanecía pegada a la lente. El teléfono de la Amou sonó interrumpiendo momentáneamente la concentración de aquellas dos, después de disculparse se alejó para contestar. Justo al momento que Tsubasa retomó su posición notó que el paisaje no podía ser más perfecto, por lo que rápidamente le dio la indicación a su kouhai quien se puso en su puesto.

Al momento en que apretó el botón la Kazanari notó que se había equivocado, de forma improvisada había tomado un paisaje más bello. Estaba segura de que Kanade al volver pensaría que todo había sido perfectamente planeado al contarle lo sucedido, a decir verdad era completamente imposible creer que aquello era coincidencia.

Una bella mujer de ondulados cabellos rosados –seguramente no demasiado mayor a ella– que muy probablemente realizaba un paseo mañanero por la playa se atravesó en el momento exacto. Chris se había percatado de aquello antes y llamó la atención de aquella desconocida, pero Tsubasa ya había apretado el botón que capturaría el paisaje, por eso la fotografía quedó tomada cuando una expresión de inocente confusión se dejó notar cuando se dio la vuelta, a pesar de que la fotógrafa se prendó a la seducción de aquellos orbes cían.

—Oh lo siento, no quise estorbar. No me había dado cuenta de que estaban por aquí, de verdad lo siento—Se disculpó genuinamente aquella mujer. Chris chasqueó la lengua con tal de no decir nada, solía ser algo arisca con la gente y sabía que podría molestar a su superior de continuar con aquella actitud.

—Eh…—Por un momento Tsubasa había perdido la capacidad de hablar coherentemente—N-No se preocupe, siempre se puede sacar otra toma, además…

—Ademas…—Repitió aquella mujer al ver que la chica de cabellos azulados se habia cortado.

—Nada, nada—Agitó la mano frente a ella con una sonrisa.

—Bueno, me despido. De verdad lo siento—Se inclinó.

—Le repito, no se preocupe. —Respondió la reverencia y le dejó irse.

Al momento en que aquella mujer dejó a la dupla de senpai y kouhai Kanade regresó. Miró con curiosidad el ligero nerviosismo y deje de culpabilidad en quien abandonaba el lugar junto con el fastidio de Chris y la enorme sonrisa dibujada en Tsubasa todavía en alguna clase de trance.

— ¿Me perdí de algo? —Preguntó. Chris negó al igual que Tsubasa—El cielo está precioso, ¿ya tomaron la fotografía?

— ¡Senpai! —Exclamó la albina alarmada mientras ponía la lona como estaba anteriormente.

— ¡Cierto! —Reaccionó girándose hacia el paisaje que anteriormente había retratado, obviamente no podía utilizar la fotografía anteriormente tomada, es más debía borrarla, accidente o no, no tenía la aprobación de aquella desconocida.

Por suerte solo había sido un momento y no había variado aun la posición del sol. Miró el carrete para comprobar que se había tomado correctamente y honestamente, había sido una de sus mejores tomas desde que había iniciado con su carrera pero… no pudo evitar pensar que la que había tomado anteriormente era mucho mejor.


Se dejó caer sobre el sofá frente a todas las cámaras y reflectores con cansancio, había sido un mes bastante pesado, de por sí la firma a la que ella y Kanade se encontraban asociadas les daba el suficiente trabajo para no poder vaguear, el que trabajaran igualmente de manera individual y no fueran tan codiciosas les conseguía trabajos para bodas, quince años, eventos empresariales… sentía que iba a explotar.

—No me digas que ahora te quieres volver modelo—La voz indistinguible de Kanade habló frente a ella.

—Estoy cansada—Respondió. Había sido una temporada realmente alta y era ella quien tomaba las fotografías y las revelaba casi en su totalidad. Kanade podría decirse que era más como su directora de imagen además de encargarse de aceptar y rechazar eventos, el problema es que era bastante fácil de persuadir por lo que había ocasiones –como aquella– en las que terminaba sobrecargándola. Eran algo así como cuerpo y mente, Kanade pensaba y Tsubasa actuaba conforme a esos pensamientos. Yukine se les había unido hace tres meses atrás pero tampoco hacía mucho realmente, no querían sobrecargarla, ella solía decir que no había problema pero tanto Kanade como Tsubasa tenían presente el reporte que debía entregar cada semana y no andaban especialmente ansiosas de que les llegara un citatorio por parte de las autoridades de protección a estudiantes.

—Reconozco que esta vez me he pasado—A pesar de tener los ojos cerrados, Tsubasa sabía a la perfección que cara estaba realizando su amiga a juzgar por su risilla nerviosa—Te prometo que tendremos unas merecidas vacaciones después de esto.

—Solo quieres novear—Desde que Kanade había revelado que tenía novia se la había pasado demasiado tiempo con ella, bueno era normal y considerando que la Amou nunca duraba más de dos semanas con novia era algo positivo, sin embargo, Tsubasa estaba ligeramente molesta por haber sido dejada tan de lado no solo en el ámbito personal, había veces en las que se había pasado al ámbito laboral. ¿Por qué? Resultó que dicha novia era una modelo de bastante fama dentro de su propia firma pero en el extranjero y no llevaba más de dos días de transferirse y ya se había encontrado con Kanade, apenas cumplió la semana y ya eran noviazgo.

—Siempre me dices lo mismo—Rezongó.

—Porque es cierto.

—En todo caso levántate—Su tono de voz, aunque autoritario, continuó siendo casual—Las verdaderas modelos están por llegar junto con tu camarada favorita…

Ojos índigos se abrieron con sorpresa al saber de quien hablaba. Hibiki Tachibana, una bastante talentosa fotógrafa que aun siendo dos años menor que ella, se graduaron al mismo tiempo, era una gran ayuda y un gran dolor de cabeza al mismo tiempo. No sabía si alegrarse o decepcionarse de que pocas veces coincidieran.

De mala gana terminó levantándose del sofá. Observó de nuevo el set que habían armado junto al fondo verde que utilizaría Kanade para la edición de fondos (porque sí, cuando debía hacerse edición también era trabajo suyo) y solo pudo pensar en qué clase de cosas estaba pensando Kanade cuando aceptó aquel trabajo.

— ¿Y de qué decías que iba a ir la sesión? —Preguntó al notar los colores no solo del sofá, sino igualmente de la alfombra y los pocos accesorios, leyó en un artículo que se le llamaban "los colores del placer".

—Lencería femenina—Respondió con simpleza, Tsubasa se golpeó la frente con fuerza.

— ¿Y dices que Tachibana va a ayudarme?

—Sí.

— ¿Y tú vas a estar aquí?

—Por su pollo.

— ¿Con Yukine?

— ¿Por qué haces preguntas tan obvias?

—No debí haberme levantado hoy—Otro de los talentos ocultos de Hibiki aparte de la fotografía era la modelo, Kohinata Miku, su novia desde hace años estaba como modelo estaba siempre en cada maldita sesión suya, por tanto Hibiki estaría viendo a Miku en lencería que a juzgar por la decoración –y como Kanade movió las cejas tan sugestivamente cuando dijo de que iba la sesión– sería provocativa y terminaría soltando cada cosa que le venga por la mente, cosa que Chris odia, agregando a Kanade siendo tan… viva como de costumbre… sí Chris explotaría y por ende ella también.

—Eso hubiera sido una pena total—Habló una tercera voz a sus espaldas. Al girarse no pudo sino impresionarse por la portadora de aquella voz, llevaba una enorme bata negra pero era más que seguro que debajo llevaba la lencería que estaba por fotografiar.

—Ho-Hola…—Dijo Tsubasa casi en susurro, Kanade sonrió con picardía, estaba claro que ambas recordaban quien era ella, en especial Tsubasa, aquellos ojos eran tan bellos como aquella vez.

—No puedo creer que haya venido a encontrarme con la bella fotógrafa de la vez anterior.

Tsubasa pasó saliva con dificultad, habían pasado casi dos meses desde aquella vez y en ese momento se sintió como si solo hubiese sido un día.

—Yo no sabía que eras modelo de SONG, aunque debí suponer que estabas relacionada con el medio… quiero decir, saliste muy bella en aquella foto—Comentó la peli-azul, la pelirroja no pudo más que reírse de ver a su inmutable amiga tan cortada.

—Amou Kanade, mucho gusto—Interrumpió el aire tan tenso que desprendía la Kazanari y el ligero sonrojo que comenzaba a pintarse en la modelo al extender su mano a la mujer que era incluso más alta que ella. La modelo sonrió de una manera que le envió a Kanade un escalofrío a su espina dorsal antes de tornarse únicamente divertida.

—Maria Cadenzavna Eve—Tomó su mano y le dio un ligero apretón.

— ¡Ay no es cierto! —Exclamó Kanade al instante mientras Tsubasa observaba a Maria con incredulidad.

— ¿Cadenzavna Eve? —Preguntó Tsubasa dándose un azote mental junto con Kanade. ¡Dioses! Mismos ojos, mismas mejillas, misma nariz… ¿Cómo no notó el parecido antes? ¿Cómo es que Kanade no reconoció a su cuñada en primer lugar?

—Es serbio—Contestó simple malinterpretando su pregunta.

—Sí, sí… ya lo sabía—Comentó por lo bajo girándose con la de ojos bermellón— ¿Cómo es que no reconociste a tu cuñada? —Reclamó.

— ¡No es mi culpa! —Se agitó de inmediato— ¡Según yo era rubia y estaba en Londres!

Ahora fue Maria quien soltó una risa.

—Mi participación en esta sesión fue improvisada—Confesó—Al parecer hubo problemas con una de las modelos y mi hermana me recomendó, llegué la noche pasada a decir verdad.

—No se nota…—Comentó Kanade— ¿Pero que no eras rubia?

—Era…—Respondió Maria.

—Te ves más linda así—Comentó Tsubasa de la nada.

— ¿Cómo lo sabes si no me has visto antes?

—Pues…

— ¡Kana-chan! ¡Estoy tan feliz de verte! —Serena Cadenzavna Eve a quien Tsubasa ya conocía bastante bien, se abrazó a Kanade al tiempo que las modelos faltantes junto con los técnicos encargados de la iluminación hicieron su aparición. Por el rabillo del ojo encontró a su Kouhai bastante malhumorada a un lado de Hibiki quien prácticamente estaba encima de Miku y detrás de ellas otra persona que ella conocía bastante bien, Ogawa Shinji.

—Yo estoy más feliz en este instante, créeme—Olvidándose momentáneamente de su presencia, la de ojos bermellón dejó notar su descarada lascivia al ver las prendas que Serena modelaría, pues contrario a su hermana, no llevaba bata. La Kazanari no pudo más que maldecir a su curiosidad cuando le hizo ver a la novia de su amiga.

—Necesitaré unas cuantas aspirinas…—Se quejó.

—Y yo paciencia…—Escuchó a Maria a su lado. Ambas se vieron con resignación y después de que entrara el gerente de la compañía, todos tomaron sus respectivos lugares.

Una a una las modelos fueron pasando. Cabe mencionar que Tsubasa rezaba en idiomas que no sabía a dioses que encontró en la internet cuando fue el turno de Miku, Hibiki llegaba a ser bastante posesiva (y con la lencería que modelaba no la culpaba para nada) con su novia y por mala fortuna, Tsubasa fue la encargada de fotografiarla. El proceso se repitió cuando a Hibiki le tocó fotografiar a Serena, porque Miku era posesiva y celosa al doble, aunque igualmente le dieron ganas de desconocer a Kanade por las cosas que estaba soltando mientras tomaba su propia sesión con Serena, y sintió que Maria estaba por hacer lo mismo por la manera en la que Serena le seguía fácilmente el rollo con poses que habían sonrojado a más de una y causado que los hombres tuviesen que abandonar la sala.

—Y la última es, Maria-san…—Kanade dudó un poco al poner el honorífico pero lo hizo de todas formas. Tsubasa aprovechó que Maria todavía no se quitaba la bata para cambiar la memoria, pues era una memoria correspondiente a cada modelo—Tsubasa, posición número siete.

—Como digas…—Acató sin girar a verla mientras hacía el cambio, escuchó a la pelirroja darle ciertas instrucciones a Maria mientras que le hablaba a Yukine para que le ayudase a separar las memorias con ciertas especificaciones.

— ¡Y aquí va la última joya! —Bromeo Kanade, Tsubasa tomó eso como una señal para comenzar así que se giró pero no pudo ponerse en posición porque casi se le caía la cámara de las manos mientras que su rostro se ponía rojo a una velocidad descomunal— ¿Estás bien, Tsubasa? —La aludida tenía la boca completamente seca así que solo dio un asentimiento con su mirada clavada en Maria, quien le devolvía el gesto con cierto brillo en la suya.

Al final del día Tsubasa estaba completamente hipnotizada por culpa de la extranjera, no pasaría mucho tiempo para que se volvieran a ver sin razones laborales de por medio, aunque pasaría mucho menos tiempo para que la peli-azul pudiese comprar la revista en la que había trabajado.

¿Pero qué era lo que le llamaba realmente la atención? ¿El trabajo que había hecho ella como fotógrafa o el trabajo que había hecho la peli-rosa como modelo?


Sonrió con cierta ilusión mientras que exploraba el estudio de Tsubasa. Llevaban casi medio año saliendo, si es que se le podía decir así cuando no habían formalizado nada realmente. Al igual que la primera vez, que estuviera allí era algo que no había sido para nada planeado. Ella y Tsubasa habían quedado ir a comer pero a la peli-azul le había surgido una entrega de última hora (Kanade no queriendo separarse de Serena y delegando a Tsubasa) y al no querer darle un disgusto –pues Maria le había confesado que no le gustaban las motocicletas– sugirió que le esperara en el estudio y ella no puso ninguna oposición.

—Sabía que guardaba fotos mías—Celebró victoriosa cuando vio no solo las que se habían tomado juntas, sino también las de aquel trabajo solo unos cuantos días después de la lencería femenina en donde fue Tsubasa quien sustituyó a última hora al fotógrafo de una sesión que ya tenía programada porque éste había caído enfermo terriblemente. Estaba segura que si buscaba bien podría encontrar las fotos en lencería, no lo demostraba mucho, pero Tsubasa también tenía su lado pervertido.

Medio año atrás no se hubiera imaginado de aquella manera, completamente embobada por una persona no sólo dos años menor que ella, sino que dicha persona ¡fuese una chica! No tenía problema alguno con eso, pero ciertamente a ella le gustaban los hombres, no había salido con una sola chica en su vida fuera de Tsubasa, posiblemente por eso se cortaba demasiado y posiblemente también por eso Tsubasa se cortaba al pedirle que fueran novias, se lo había confesado cuando salió a colación la duda de qué clase de relación estaban sosteniendo. Si le hubieran preguntado: ¿Saldrías con una mujer? Ella respondería que debía ser un caso muy especial, y ciertamente Tsubasa lo era.

Cuando vio a Tsubasa por primera vez en aquel malecón no habían pasado más de dos meses que había terminado su anterior relación la cual era bastante tóxica, no le llamó más la atención de la necesaria, en aquella primera sesión le cayó bastante bien y ya que era la mejor amiga de su cuñada le pareció bien convivir con ella, de hecho las primeras citas que tuvieron se dieron por el hecho de que en su mente eran salidas de "amigas" hasta que Tsubasa le sumergió en un espacio tiempo desconocido y se besaron. De allí las cosas comenzaron a tomar un sentido más romántico llegando al punto actual, en donde Maria Cadenzavna Eve estaba completamente enamorada. ¿Cómo pasó? No se lo explicaba, bien podía ser su amabilidad, como su seriedad, tu timidez que salía a ratos, lo densa que podía ser en ocasiones, lo apasionada que era con su profesión, el cómo la trataba, que nunca le presionara, que se mostrara lo suficientemente inocente… eran muchas cosas.

— ¡Pero que linda! —Exclamó viendo una foto en la que se veía, Tsubasa había sido tomada por sorpresa en una brisa, irónicamente en el mismo malecón en un momento similar a la fotografía en la que ella se había colado –la cual por cierto estaba enmarcada – entonces le vino la idea de juntar las imágenes, así que esperando que su amada fotógrafa no se molestara, la recortó con el mayor cuidado del mundo y la pegó sobre el cristal con cinta adhesiva.

—Eres tan tierna…—Sonó una voz grave a sus espaldas que conocía bien. Al segundo siguiente ya tenía a Tsubasa abrazándole desde su espalda.

— ¿Cuánto tiempo llevas observándote? —Preguntó sonrojada, le daba vergüenza que la gente viera ese lado de ella, no había excepciones.

—Desde que tomaste el cúter—Contestó notablemente feliz depositando un beso en su cuello— ¿Sabes? Te amo.

— ¿Hablas enserio? —Preguntó Maria encarándola.

— ¿Por qué no lo haría? —Tsubasa se vio confundida.

—Porque lo dices tan fácil pero aun no me puedes pedir que sea tu novia.

—Creí que ya lo éramos desde que nos besamos y esas cosas—Maria se puso colorada, Tsubasa también al caer en cuenta de que las cosas no habían sido completamente claras—Maria…

—No hables.

— ¿Te enojaste? —Preguntó con preocupación.

—No.

— ¿Segura?

—Sí.

— ¿Entonces porque te callaste tan de repente?

—Me quitaste la capacidad de hablar correctamente.

— ¿Eres virgen?

— ¡¿A qué viene la pregunta tan de repente?! —Maria no se sorprendería si comenzaba a salir humo de su cabeza, si Tsubasa quería cambiar el tema, ¡había otras maneras de hacerlo!

— ¿Lo eres?

—N-No…

—Soy tu primera novia ¿verdad?

—Si…

—Bien

— ¿Bien?

—Bien

—Pues bien…

—Perfecto

— ¡¿Eh?! —Maria no pudo reprimir su sorpresa cuando Tsubasa le levantó con facilidad, ya sabía que era fuerte, pero no sabía qué tanto.

— ¿Me amas? —Preguntó la oji-azul centrando su mirada en la oji-verde.

—Con locura—Confirmó con una sonrisa que dejaba a relucir su honestidad.

— ¿Confías en mí? —Maria asintió. Tsubasa sonrio y besó su mejilla sentándola sobre el escritorio desocupado del lugar para después quitarse el nudo de la corbata que estaba usando y utilizarlo para vendar sus ojos. Maria no se sintió del todo a gusto con esa acción, le traía un mal recuerdo con su última pareja, tembló ligeramente cuando sintió las manos de su contraria pasarse por debajo de su blusa tocando directamente su abdomen.

— ¿Por qué me…?

—La vista es inútil cuando se ocupa medir el amor por medio de acciones—Respondió en un susurro en su oreja tan lleno de dulzura que le permitió calmarse y recordarle a su cuerpo que quien estaba con ella era Tsubasa y que ella jamás le haría daño.

La primera vez que Maria entregó su cuerpo, cedió su alma y renunció a su corazón, a pesar de haber sido de una manera posiblemente considerada como poco romántica, pero llena de espontaneidad, estaba segura de que había sido el acto más hermoso de su vida. Por primera vez en sus veintisiete años de vida amó y se sintió amada, por primera vez se sintió segura, por primera vez se dejó hacer completamente. Porque hubieron más, muchas más ocasiones.


— ¿Está todo listo? —Preguntó Maria a su ahora prometida con la que llevaba casi dos años ya de relación.

—Sí, ya. Ogawa-san dijo que me traería las cosas faltantes del cuarto oscuro, ya solo queda esperar que Kanade y Serena vuelvan del supermercado—Contestó Tsubasa mientras salia del lugar con las últimas cajas, por fin después de tanto tiempo habían alquilado un lugar juntas y después de una ardua semana de trabajo habían puesto el piso en un orden más o menos decente… según Maria.

— ¿Sabes que amerita esto? —Preguntó Maria con una ligera sonrisa. Tsubasa no respondió, bueno, no con palabras. Esa extraña conexión que habían compartido desde el inicio se dejó a lucir cuando la oji-verde extendió su cámara a la oji-azul quien la tomó con una sonrisa y de inmediato apuntó a su hermosa prometida quien ya esperaba con una linda sonrisa.

—No puede ser…—Se quejó Tsubasa cuando notó como un mensaje de error aparecía en la cámara.

— ¿Qué pasó? —La voz de Maria sonaba divertida por como la cara de la peli-azul se contraía en un puchero.

—Olvidé que el martes entregué la memoria a Kanade con el último trabajo que hicimos juntas—Respondió.

— ¿Cuál exactamente? —Preguntó con picardía— ¿Hablas de la campaña de productos para el cabello o…?

— ¡Maria! —Exclamó su nombre avergonzada cuando entendió a qué se refería—Eso jamás lo entregaría a nadie que no fueras tú.

— ¿Y porque no la usamos?

— ¿Quieres hacerlo ahora? —Preguntó ladeando la cabeza con confusión.

— ¡No! —Ahora la extranjera fue la que se sonrojó—Hablo de la que siempre utilizas en nuestras citas.

La cara de Tsubasa se iluminó. — ¡Es verdad! Hace tiempo que no la usamos, me había olvidado de que la teníamos.

—Bueno, en ese caso, usted mi fotógrafa estrella—Clavó el dedo índice por encima del pecho de Tsubasa sin perder su toque juguetón—Me esperará aquí mientras voy por la memoria.

— ¿Sabes en dónde está? —Preguntó.

—Claro, si yo soy la que pone en orden no solo tus cosas, también tu vida—Guiñó dejando a la menor quien le miró hechizada, realmente amaba con todo su ser a esa mujer.


¡No me maten! ¡No me maten! ¡No me maten! Se los pido de corazón, no me maten. No debería estar publicando esto pero la inspiración y no se pudo hacer nada, solo es un two-shot y la continuación la verán en los próximos días ¿Porqué? Por que medio final ya está escrito, solo unas 500 palabras más y va a estar terminado.

Por si no lo han notado, este fic se basa en el video musical de Kiss bajo el título "Because I'm a Girl" (ojo, dije BASADO el final será distinto) así que han de saber que estas fueron las rosas y la siguiente parte son las espinas. ¿Lograrán eliminar todas las espinas? Eso lo sabrán dentro de poco, no se preocupen. Sin nada más que decir, un saludo a las 2.09 de la madrugada, nos leemos después con el capítulo final de "Un momento" solo recuerden que los personajes de SENKI ZESSHOU SYMPHOGEAR no me pertenecen y solo los utilizo para hacer yuri en todo el sentido de la palabra (?)

Se despide por hoy, Alondra Scarlett