Disclaimer applied.

Éste es un pequeño drabble que me ha encantado escribir. No sé si es la trama o qué. Pero bueno.

Dedicado a Roosse. Manola te quiere mucho. Espero lo disfrutes. Te aconsejo que escuches la canción Lost boy de Ruth B.


Lost boy

Desde que es un niño ama ese cuento. Su madre se lo leía en voz baja.

Pero ahora su madre ya no está más. Ya no hay nadie más a su lado. Solamente Kageyama. Un pequeño de su edad que lleva las ropas tan sucias como él.

Viven en un pequeño bosque al final de una solitaria carretera. Quizás son fantasmas porque pueden volar y levitar. Quizás solamente es solamente su imaginación. Han llamado aquel bosque "El país de Nunca jamás", y es su secreto.

Ninguno sabe cómo llegó allí. Hinata solamente recuerda despertar tirado en medio de aquel bosque y los penetrantes ojos de Kageyama mirándole con curiosidad. Sus ropas estaban sucias y con el tiempo la suyas también lo hicieron, se ensuciaron.

Han pasado diez años y no crecen, lucen como un par de niños de nueve año.

¿Estarán muertos?

No lo saben, pero aman correr alrededor del bosque y aman dormir en las ramas de los arboles apoyándose el uno al otro.

En las tardes Tobio se vuelve el Capitán Garfio y Shōyō se vuelve Peter Pan. Las ramas son sus espadas y los troncos sus barcos.

Ellos son niños perdidos.

No tienen nada más que el uno al otro. Y eso es lo mejor para ambos.

Shōyō tiene la sonrisa más hermosa ante los ojos de Tobio. No sabe por qué, pero cuando el más pequeño grita "en guardia" sus ojos se iluminan y entonces siente que todo dentro de él explota como fuegos artificiales al final de un festival.

Tobio tiene la mirada más gentil del mundo, Shōyo muere de risa cuando éste se pone una hoja seca en su ojo para simular un parche. La mirada de Tobio siempre está llena de sorpresa y alegría cuando gana contra él.

Son niños perdidos en su propio cuento de Peter Pan.

Y en las noches miran la luna y las estrellas.

—Ésa es muy hermosa —apunta Shōyo al cielo.

—Idiota —dice Kageyama con una mueca—, todas las estrellas son hermosas y ésa que apuntas es la luna.

Tobio pone los ojos en blanco y entonces nota, bajo la leve y tenue luz de la luna, el sonrojo de Hinata.

—Es que para mí es una estrella porque así es como brilla Kageyama, y sí es la luna. Pero para mí es una estrella muy grande. Porque Tobio es una estrella muy grande para mí. —Hinata le da una leve sonrisa y está tan sonrojado que no soporta el ardor en su rostro.

No saben qué son.

No saben si están vivos o muertos.

No saben por qué levitan.

No saben por qué vuelan.

Pero sí saben una cosa, son niños perdidos que se encontraron el uno al otro.

Tobio también ama Peter Pan, él recuerda un poco la voz de su madre contándole aquel cuento antes de morir.

—Tú eres mi Peter Pan —le dice, mira sus manos, está totalmente sonrojado como Hinata—. Eres ese "creo en las hadas" que nunca dejo de escuchar y me ayuda salir adelante. Eres el mejor niño perdido del mundo, derrotarías a Garfio con una sonrisa —es sincero. Logra hacerlo, lleva su mirada hacia Hinata, éste tiene los ojos cerrados y respira con suavidad—. Shōyo es el Peter Pan más genial de todos los tiempos.

Deja de mirarlo y de nuevo lleva su mirada al cielo. La luna brilla en su máximo resplandor. Cierra sus ojos.

—Kageyama —llama Hinata.

Abre sus ojos y mira a su lado.

Un beso. Un leve y suave beso inocente en sus labios. Se siente fuera de su mundo. Fuera de aquel pequeño rincón del mundo.

Hinata deja de besarlo y entonces no se siente del todo un niño perdido.

Probablemente no son del todo unos niños perdidos.

Porque son el hogar del uno y del otro.


Espero te gustara tanto como a mí al escribirlo.

Les quiere, Ray.