Nicotine
Hola a todos, les traigo una nueva locura que me ha pasado rondando la cabeza estos días. Espero que les guste. Como siempre declaro que Stephenie Meyer es la dueña de los personajes, yo solo juego un poco con ellos en mi cabeza.
NO APTO PARA CARDÍACOS, simplemente amo tratar de plasmar las locas historias que cruzan por mi mente, esta en particular es un poco fuerte, no solo por los lemmons, sino por la serie de sucesos que pasarán para que por fin Bella llegue a ser feliz. No juzguen todos merecemos un final feliz. :)
A veces simplemente llegas a la conclusión que has perdido el control de tu vida… pero lo más descolocante es, que no lo quieres de regreso...
Muchas veces me he preguntado, ¿qué es lo que espero de la vida? ¿Un marido?, ¿muchos hijos?, ¿una casa blanca en la playa con perros? ¿Una vida llena de rosas y fantasías sobre la vida perfecta?
Me recrimino por ser tan estúpida. Lo tenía todo, absolutamente TODO lo que alguna vez desee, era feliz…. O al menos eso pensaba, hasta que llegó él y con él llego el caos. No me importó perderlo todo, no, eso no era lo peor, lo que más me dolió fue perderlo a él, a quien me hizo despertar del mundo de color de rosa y por primera vez empezar a vivir de verdad.
…..
Ok, definitivamente mi historia merece ser contada, no por ser una persona excepcional, no por ser una heroína sin capa, sino porque el mundo debe saber que no siempre los finales felices son para uno mismo. Tal vez no llegar a un final es lo que realmente te hace feliz.
Para conocer mi historia y entender cómo llegue a arruinarla, tienen que conocer desde el principio… Comencemos así…
Me llamo Isabella Swan, tengo 24 años recién cumplidos. Me considero una mujer lo bastante… como decirlo.. ¿normal? Pero tengo muchas peculiaridades. Soy estudiante de medicina, aunque agradezco a Dios que mi torpeza habitual no influya en mi profesión. Amo los autos, mis padres me inculcaron sobre esa "forma de vida" desde pequeña, amo los deportes extremos, bailar hasta desfallecer, siempre quise aprender a manejar armas de fuego, creo firmemente en la catástrofe zombie (aunque sé que suena ridículo), soy una especie de cerebrito, la mujer más terca que puedas conocer y.. ah! Y casi me olvido… soy una cantante frustrada.
Vivo en un departamento cerca de Central Park con mi novio Jacob, de 27 años. Graduado de Yale en la facultad de Economía, fue uno de los mejores de su promoción, todo un cerebrito y todo un hombre hecho y derecho. Hijo de una de las familias más adineradas de la cuidad y futuro dueño de las empresas Black, que se especializan en telecomunicaciones.
Se preguntarán ¿Cómo una chica con muchísimas ansias de descubrir y vivir nuevas cosas, sentó cabeza tan rápido con alguien tan distinto a ella? Esa es una pregunta fácil... Simplemente porque él fue lo mejor que me pudo pasar en la vida.
A Jacob lo conocí una cálida noche de verano (lo sé, suena como el inicio de una historia cursi, pero vale la pena, créanme, se enamorarán de él al final). Tenía 20 años cuando lo conocí. James, uno de mis mejores amigos, junto con mi hermana menor, Ángela, prácticamente me obligaron a salir esa noche a una fiesta, de una supuesta amiga de James en su casa de playa. Yo me negué rotundamente pero contra ellos no se puede decir que no.
Me alisté lo más pronto posible, me puse un coqueto vestido rosa pálido y maquillé de forma natural, pero con los labios de un color más fuerte. Quería impresionar, no les miento, estaba ya cansada de haber pasado 2 años soltera y sin acción. Al salir vi a James, tan apuesto como siempre con el cabello recogido en una cola que le daba un aire salvaje y su típica pinta de chico malo. Mi hermana en cambio vestía unos leggins negros ajustados que hacían desviar la atención de cualquiera y una blusa blanca con detalles de encaje en el escote, toda una belleza.
Si algo les aseguro con mi vida, es que mi hermana y yo no nos parecemos para nada. Ángela, dos años menor a mi es toda una belleza, pero tenía los ojos de color gris, y su tez era un poco más oscura que la mía, su cabello lacio y negro como la noche, mientras que a mí se me hacía imposible domar las ondas de mi cabello y mis ojos eran de un color chocolate y era mucho más pequeña en estatura que ella. Toda la vida me acostumbre a ser una chica sencilla y tranquila para las personas que no me conocen, solo mis amigos verdaderos sabían que tan loca puedo ser, pero mi hermana destacaba donde sea que iba, siempre los chicos la miraban como leones en plena cacería, a ella le encantaban las fiestas y conocer la mayor cantidad de personas que se pueda en esta vida.
Regresando a aquella noche, fuimos a la fiesta, era una casa hermosa y había demasiada gente. Le pedía a James que por lo que más quiera no me dejara sola aún ya que sus amigos no me daban mucha confianza que digamos. Mi hermana apenas llegó ya tenía a un grupo de buitres (como sabía llamar a todos los chicos que se le acercaban babeando) alrededor suyo tratando de llamar su atención. Me quedé con James y decidí ir a bailar con él un rato y tomar uno que otro cóctel que ofrecían.
La noche era hermosa, estaba el cielo totalmente despejado y la brisa marina me relajó tanto que los pocos tragos que me había tomado empezaban a hacer efecto cuando entre la multitud que bailaba vi sus ojos.
Era el chico más guapo que había visto en mi vida, alto, moreno, con un físico que haría que cualquier chica perder la cabeza y tal vez más. Pero lo que más me llamo la atención fue su rostro, la sensación que me sobrevino al verlo, parecía tan familiar, como si lo hubiera conocido toda la vida, tan dulce. Inmediatamente quedé como tonta comiéndomelo con los ojos, cosa que él no paso por alto. James me sugirió ir un rato a la barra a pasar tiempo con sus amigos y al llegar me pedí otro trago mientras todos conversaban.
Sentí la extraña sensación de que alguien estaba detrás mío, cuando me di la vuelta y lo vi, a escasos centímetros de mí. Sin duda era alto y muy guapo más de lo que parecía de lejos.
-Preciosa- me susurró mientras yo me perdí en su mirada. –Baila conmigo-.
Asentí despacio ya que no encontraba mis cuerdas vocales para emitir ni una sola palabra. ¿Cómo querían que no me derrita cuando semejante ejemplar de hombre se me acercaba así de la nada?, les juro que ese momento no le hubiera negado nada que me hubiese pedido.
Tomó mi mano con delicadeza y ahí fue cuando entré de nuevo en razón y lo vi completamente. Mientras me llevaba de la mano hacia la arena donde todos estaban bailando vi su espalda, ancha y fornida, aunque no exageradamente, sus brazos tan bien formados que me daban ganas de agacharme hacerles una ovación y un trasero que no se imaginan señoritas. Llevaba una camisa polo color verde oliva y una pantaloneta blanca, parecía modelo sacado directamente de las mejores revistas femeninas, definitivamente un bombón.
Al llegar se dio la vuelta y sus manos bajaron a mi cintura, lo más extraño es que no tenía miedo que fuera un maniático, un violador, o un asesino en serie, estar junto a él me daba una extraña sensación de tranquilidad que jamás había experimentado.
Se acercó a mi oído mientras empezábamos a bailar y me dijo -Soy Jacob, y ¿tú preciosa?-.
-Soy Isabella- dije más en lo que parecía un suspiro.- Pero puedes decirme Bella- dije ya con la voz un poco más coqueta, debía poner los pies en la tierra y no perder la oportunidad de hablar con él.
-Hermoso nombre, al igual que tú, preciosa.- dijo mientras me tomaba de la mano y me hacía dar una vuelta completa, fue un gesto muy lindo e inmediatamente me quedé prendida de aquel chico.
Pasamos bailando casi toda la noche, tomamos algunos cocteles más, yo ya evitando los que tenían mucho alcohol ya que no quería que Jacob me viera en mal estado. Quería conocerlo así que nos sentamos cerca de la barra, cerca de unas palmeras y comenzó a contarme sobre él, la universidad, su afición por los negocios de su padre, su familia, sus dos pequeñas hermanitas, sus intereses y más, yo le conté varias cosas sobre mí y me sorprendió ver que teníamos ciertas cosas en común, aunque Jacob no estaba muy acostumbrado a salir con sus amigos, lo hacía de vez en cuando.
-No vas a creerme o me dirás mentiroso, pero desde que te vi llegar, quise sacarte a bailar.- confesó un poco sonrojado, lo cual también hizo que me ruborizara.-No suelo hacer esto, te lo juro, soy muy tímido con las chicas, pero sencillamente, necesitaba conocerte.-
Sonreí tímidamente.- Me perdí en tus ojos cuando te vi, eres demasiado guapo, -
-y sexy, que no se te olvide.- bromeó lo cual hizo que me riera mucho. Jacob era un chico muy amable y bromista, me encantó su forma de ser y me hizo reír con sus chistes toda la noche.
-¿Quiere pasear por el borde de la playa un rato conmigo?- me preguntó con una brillante sonrisa, tomé su mano y caminamos.
Era extraño, tenía esa sensación de que a Jacob lo conocía de toda la vida, era muy fácil estar con él, era tierno y muy carismático. Agradecía todos los dioses porque James y Ángela me sacaron a rastras de la casa, sino nunca lo hubiera conocido.
Al llegar no pude evitarlo y me saqué las sandalias para sentir la textura de la arena colarse por los dedos de mis pies, la luna estaba en lo alto e iluminaba toda la línea costera. Cerré los ojos por un momento y al abrirlos me percaté que Jacob me miraba intensamente, caminó hacia mí y me vi que también tenía sus pies descalzos.
Se acercó y acarició con el borde de su mano mi brazo y sentí la electricidad pasar por toda mi piel. Mi corazón latió con fuerza. Su mano bajó hasta llegar a la mía y entrelazó sus dedos con los míos, a lo que yo inmediatamente accedí y tomé su mano sin dudarlo. Desvié mi vista hacia nuestras manos entrelazadas y sentí como su otra mano se coló por mi cuello, tomando mi rostro y haciendo que lo mire directamente.
Perdí el aliento. Sentí que mi corazón iba a estallar mientras veía que lentamente se acercaba hacia mi rostro y cerré los ojos. Sentí el roce de sus labios con los míos y me besó. Fue el beso más dulce de mi vida, se sentía tan correcto, como si toda la vida hubiera esperado por ese beso. Mis brazos tomaron vida propia y empecé a acariciar los suyos. ¿Creen en los besos de cuentos de hadas? Pues este era lo más parecido que había tenido a uno. La brisa del mar, la música de fondo, el suave roce del agua acariciar mis pies, las luces de fondo. Todo fue perfecto.
Nos separamos por falta de aire con las mejillas sonrojadas y lo vi directamente a los ojos. No había duda, estaba perdida.
...
Muy bien, ahora saben cómo conocí a Jacob y que con un simple beso se convirtió en mi vida.
Al principio empezamos a salir con sus amigos, conocí a Embry, a Paul, sus amigos de toda la vida; a Leah y Emily, sus hermanas; Billy y Susan, sus padres. Salimos muchas veces, al cine, a comer, fiestas, hasta un día me llevó a nadar con delfines. Era una persona muy divertida, muy amorosa y me enamoré de él con mucha facilidad.
Al año, Jacob se graduó de Yale, fue uno de los mejores días de su vida, festejamos, pasamos con amigos y familia; y en la noche ya un poco más solos en su nuevo departamento (cortesía de sus padres, como regalo de graduación) Jacob me pidió que me mudara con él. Esa fue una total sorpresa, llevábamos un año juntos, pero jamás me hubiera puesto a pensar en vivir con él. Yo vivía con mis padres y Ángela, pero ¿mudarme con Jacob? Era un enorme paso en nuestra relación, más aún porque nunca habíamos estado juntos… íntimamente hablando.
Jacob era una persona muy apasionada y me había confesado que él había estado antes con otras chicas, pero yo a mis 20 años, aún seguía siendo virgen. Siempre nos besábamos muy apasionadamente, sí, muchas veces nos ganaban las ganas y terminábamos en su casa medio vestidos y tocándonos pero nunca habíamos hecho el amor, aún no me sentía lista y él respetaba eso.
Pero ¡¿mudarme con él?! Esa sí que era una enorme decisión. Estábamos en la sala de su casa sentados en un enorme sofá de cuero blanco mientras escuchábamos un poco de música. Ya toda la gente se había ido de su fiesta de graduación y yo me quedé ayudándole a arreglar lo último que quedaba.
-Ven a vivir conmigo amor, no quiero ya despertar sin tenerte a mi lado.- me dijo con sus ojos brillando ante la expectativa.
-No hay cosa que quisiera más Jacob, pero no sé qué dirán mis padres.-
-Te dejaron hoy quedarte a dormir conmigo, con el pretexto de que estarías muy cansada por la fiesta para regresar a tu casa, así que no creo que hagan mucho problema la verdad amor.- Me dijo, por una parte tenía razón. Mis padres amaban a Jacob y eran muy permisivos en los que a él respectaba.
-Dime que sí Bella y me harás el hombre más feliz de la tierra, además ya mismo es mi cumpleaños, anda amor vive conmigo bebé dime que sí.- dijo tomando mi mejilla y dejando pequeños besos por mi mandíbula que me revolvían el estómago y me ponían la piel de gallina.
-Mhmmm…- logré gemir mientras él me tomaba con una mano de la cintura y con la otra tomaba mi cuello para seguir besándolo. Con cada beso que me daba me derretía más y más por él y un extraño fuego en mi ombligo bajo empezaba a aparecer.
-Eso es un sí.- dijo entretenido con mi cuello pero esbozando una enorme sonrisa.
Puse mis manos en su pecho y me separé un poco para verlo a los ojos.- Sí Jacob, me mudaré contigo amor.- dije y me lancé a sus brazos para abrazarlo.
-Me haces el hombre más feliz de la tierra Bella. Te amo.- me tomó de nuevo del rostro y me beso profundamente. Sentí su lengua delinear el borde de mis labios pidiendo permiso para explorar por mi boca, con gusto accedí y empezamos a besarnos muy apasionadamente.
De pronto me tomó de la cintura y me recostó sobre el sofá sin parar de besarme. Nos separamos para tomar aire pero inmediatamente sentí como sus labio empezaron a descender por mi cuello. Dios era una sensación tan placentera que me hizo gemir en respuesta.
-No Bella no gimas así que sabes lo loco que me vuelves.- me susurró pegando su boca a mi oído y para darle énfasis a la situación se pegó un poco a mi cuerpo y pude sentir cierta parte de su anatomía que estaba ya muy despierta. Me encantó la sensación y levanté las caderas a lo que él lanzó una maldición y volvió a devorar mis labios.
Nuestras manos empezaron a pasear por nuestros cuerpos. Amaba tocar la espalda de Jacob, y sus brazos que me volvían loca. Sin darme cuenta sus labios bajaron y llegaron al borde del escote de mi vestido. Me tensé pero inmediatamente al sentir su boca me olvidé de todo y dejé que continuara.
Jacob con una mano bajó un poco el borde de mi vestido liberando mis pechos cubiertos por un sostén de color blanco de encaje.
-Tan hermosa.- dijo entre besos. Una mano se coló por debajo del vestido y comenzó a acariciar mis muslos. Dios sentía que me mojaba rápidamente y me sonrojé. Poco a poco su mano se fue acercando hacia mis bragas y delineó con un dedo su contorno por mi cadera enviando miles de descargas eléctricas a mi centro que se mojó aún más. No tuve que pensarlo más. Amaba a Jacob y tomé la decisión.
-Jacob mírame a los ojos.- susurré a lo que él dejó de besar mi pecho y levantó la mirada.
-Te amo mi amor.- me besó castamente en los labios de nuevo y me perdí en sus ojos, tan hermosos y dulce que me dieron más fuerza para decir lo que hace mucho tiempo anhelaba.
-Jacob, hazme tuya.- Vi como sus ojos se agrandaron ante tal petición y tragó en seco.- Quiero que me hagas el amor.- dije mirándolo y sin esperar más sonrió tan dulcemente, se levantó y de la mano me llevó hacia su habitación.
Abrió la puerta y entramos a la habitación a oscuras, todo tan ordenado, una mezcla de colores neutros pero en total armonía, ventanales enormes que daban la mejor vista de la ciudad y la iluminaban tenuemente. Una habitación tan propia de Jacob y en el centro una enorme cama con sábanas azul oscuro que realmente imponía.
Tragué en seco, de verdad esto iba a pasar, lo había soñado tantas veces, lo anhelaba tanto que no iba a permitir que mis nervios me jugaran una mala pasada. Jacob se giró hacia mí y cualquier duda que pude haber tenido se disipó.
-Ven preciosa.- me dijo en un susurro.
Le seguí hasta el borde de la cama. Jacob tomó mi rostro entre sus manos y con el pulgar acarició mis labios. Depositó un casto beso en mis labios y empezó a deslizar suavemente por mis hombros los tirantes de mi vestido. Nunca perdimos el contacto visual. Amaba eso, Jacob era tan seguro pero a la vez tan suave y tan dulce que no me preocupaba por nada, le confiaría mi vida sin pensarlo dos veces.
Me jaló hacia él y me envolvió en sus brazos, aspiró el aroma de mi cabello. Podía sentir el latido de su corazón acelerado y lo abracé con todas mis fuerzas. Pasamos solo unos segundo así, luego nos separamos y ahora fue mi turno de devorar sus labios. Dejé que su lengua se abriera paso por mi boca explorando todo lo que quisiese.
Tengo que hacerlo, me dije mentalmente, tengo que ser atrevida, no puedo estar como momia. Mis brazos cobraron vida y empezaron a pasearse por el pecho de Jacob, podía sentir su muy bien formado cuerpo y con los dedos temblorosos empecé a desabrochar su camisa mientras Jacob bajó el cierre de mi vestido y este terminó cayendo silenciosamente al suelo. Nos separamos para tomar aire y Jacob no desaprovechó la oportunidad y me jaló de la cadera haciendo que pegara un salto para envolver mis piernas alrededor de su cintura. Nos volvimos a besar y Jacob lentamente caminó hacia la gran cama azul.
Sentí como mi espalda quedaba sobre el colchón y a mi novio encima de mí. Mis manos rápidamente empezaron a bajar por el pecho de Jacob llegando a mi objetivo, su pantalón, con un poco de torpeza desabroché los botones y Jacob de una patada terminó quitándoselos. Verlo en boxers era definitivamente algo digno de ver, más aún cuando un enorme bulto se hacía notar en ellos. Soltó una risita pagada de sí mismo al ver cómo lo devoraba prácticamente con la mirada.
–Te amo Bella.- me susurró mientras volvía al trabajo y esta vez pasaba sus manos por mi espalda llegando al broche de mi sostén, no le costó mucho tiempo abrirlo (no quiero ni saber de dónde, ni cómo adquirió experiencia en eso), liberando mis pechos a su voluntad. No eran ni muy grandes ni muy pequeños, pero sí muy firmes y redondos cosa que agradecía infinitamente.
Mi reacción instantánea fue tapármelos, pero Jacob detuvo mis manos.- Eres tan hermosa amor.- dijo mientras acercaba su boca a mis pechos, no podía contener mis suspiros cuando sentí la lengua de Jacob recorrer por todo mi pezón hinchado. Su otra mano se encargaba de darle atención al pezón que quedaba libre y se alternaba. Yo no podía contener más los gemidos, peor aun cuando sentía que Jacob se colocó mejor sobre mí para sentir claramente su bulto rozándose con mi entrepierna, que para ese momento ya estaba echa toda una laguna.
Sus manos con delicadeza descendieron hacia el borde de mis bragas y comenzaron a bajarlas lentamente. No podía echarme para atrás ¿o sí? No me importaba nada, solo quería que Jacob me hiciera sentir como nunca nadie lo había hecho. Imité su acción y tomé el borde de sus boxers bajándolos poco a poco y él me ayudó a quitárselos de una buena vez.
Era la primera vez que veía así a Jacob, era grande, sin duda, y me entraron de nuevo los nervios, ¿será que la primera vez duele? ¿Eso es capaz de entrar bien por ahí? Jacob al parecer vio la duda en mis ojos que rápidamente tomó mi rostro y volvió a besarme pero esta vez más lentamente y profundamente arrancándome un suspiro. No, no debe haber dudas, me dije a mi misma.
Jacob se colocó sobre mí de tal forma que sentía su pene duro como una roca rozando mi entrada húmeda hasta más no poder. –Bella, mi amor, ¿estas segura de esto?- preguntó una vez más, pero no ya no había vuelta atrás de verdad quería hacerlo, lo amaba.
-Sí Jacob, estoy segura,.- respondí en un hilo de voz. Sus ojos se iluminaron con un hermoso brillo y volvió a besarme.
-Te amo.- me decía entre besos a lo que yo estaba más que gustosa. –Yo te también te amo Jacob.-
Con una mano tomó su pene y lo guió suavemente hacia mi entrada. Empecé a sentir un poco de presión mientras ingresaba centímetro a centímetro. – Bella, esto va a doler un poco pero pasará pronto te lo prometo.- Asentí ya que no encontraba mi voz.
Jacob movió un poco más las cadera y entró totalmente haciendo que me contraiga un poco de dolor. Sí dolía, pero más era la presión que sentía. Una solitaria lágrima cayó por mi mejilla, la cual Jacob atrapó con sus labios. Por unos segundos se quedó quieto hasta que me acostumbrara a su tamaño. Luego empezó a mover lentamente sus caderas haciendo que el dolor desapareciera, dando paso a una sensación extraña en mi vientre. Sus embestidas era cada vez más rápidas y profundas haciendo que perdiera la cabeza, esto era el puto cielo, el dolor había cesado por completo y solo sentía un delicioso placer cada que se hundía en mí.
Pronto la habitación empezó a llenarse de nuestros gemidos. Era definitivamente lo mejor del mundo. Sus besos eran muy apasionados, que no me importaba perder la conciencia ese momento por la falta de aire. Jacob aceleró sus movimientos y de la nada empecé a sentir una especie de nudo se formaba en mi vientre bajo, era como alcanzar el cielo poco a poco, demasiado placer. Podía ver el rostro de mi novio, una pequeña gota de sudor bajaba por su frente y se contraía de placer con cada embestida.
El nudo en mi vientre cada vez se hacía más grande, y sus embestidas me llevaron a tocar el cielo con los dedos, haciendo que explotara en miles de pedazos. Escuché un rugido de placer de parte de Jacob y sentí como se derramaba en mi interior. Definitivamente la mejor sensación que había experimentado en mi entera vida.
-Amor, ¿te encuentras bien?- preguntó Jacob una vez que recuperamos nuestras respiraciones. Me encontraba sobre su pecho mientras el acariciaba con la yema de sus dedos mi espalda desnuda.
-Si, eso fue… wow.- dije con una enorme sonrisa en mi rostro. Jacob tomó mi mentón e hizo que levante el rostro para depositar un casto beso en mis labios. – Te amo Bella, te amo demasiado.- dijo juntando nuestras frentes.
-Yo también te amo con mi vida Jacob.- juré ese momento que toda la vida me dispondría a amarlo, sabía que él sería el único en mi vida.
Pero como siempre, estaba equivocada.
Bueeeeeno, ¿Qué les pareció? algo medio ameno para comenzar una historia muy dramática? jejee. Díganme qué les pareció! Este historia me imagino que tendrá uno 20 capítulo masomenos pero largos así que no se preocupen.
Dejen sus comentarios, opiniones, ideas y más muchachos. Mañana subiré el próximo cap, (sino me da un ataque de inspiración antes) jeje
Les mando un mega abrazo! :3
att: Sam
