Solamente hacía un mes que había huído de Smallville, si esa era palabra huír. Sin preguntar, sin querer saber, abrumado por su propio poder había salido corriendo. Fue la mejor idea que se le había ocurrido, aunque viendo su apartamento en pleno centro de la ciudad, con todos los lujos y comodidades del mundo, no es que fuese a quejarse.

Se miró en el espejo, por alguna razón con la kriptonita roja no había perdido toda su consciencia, pero si que salía ese puntito sádico que todos tenemos, iba con unos vaqueros negros ajustados, camiseta roja y chaqueta de cuero. Se echó un poco el cabello hacia atrás y salió, en busca de algo de diversión, hacía días que ser Clark Kent, el bueno, el sonriente y el puro habían acabado. Él era Kal y hacía lo que le daba la gana. Habían muchos letreros luminosos por toda la ciudad, cuando vio uno en especial que le llamó la atención, ese brillo rojizo le recordaba a la kriptonita roja. Sonrió de lado y entró, no hizo falta sino que pidiese una copa para tener un grupo de chicas mirándolo y un grupo de chicos intentando darle conversación.

Por otro lado de la discoteca, sentando en uno de los sofás y en un grupo de amigos, se encontraba uno de los millonarios más jóvenes y famosos del momento, Bruce Wayne, ojos azules, cabello negro, barba de apenas dos días, traje caro, buen cuerpo. Sin duda el hombre perfecto para la mayoría, pero su mueca de aburrimiento era palpable.

-Si al menos hubiese gente interesante -Masculló para si mismo mientras veía de reojo a dos de sus amigos, intentando ligar en vano y bebió un poco de su vodka negro, al menos el alcohol era bueno.

-¡Bruce vamos a bailar! -Le exclamó en alto uno de sus mejores amigos, Richard Grayson, le habían encontrado por casualidad y cada noche era como una macro fiesta.- ¡No seas aburrido! -Le dijo riéndose mientras tiraba de su brazo con suavidad.-

-Dick ya sabes que no bailo -Repuso algo molesto y luego miró a su alrededor, dentro poco tendría que dejar de divertirse de esa forma. Se bebió lo que quedaba en su vaso de un solo trago y sonrió de lado mientras se ponía en pie.

Llevaba unos minutos en la barra, con algunas copas de más, no estaba demasiado animado esa noche. Ya tenía cerca de cinco números de teléfono y no los llamaría, simplemente era diversión. Suspiró recordando los buenos momentos, recordando los momentos con Lex, ahora muerto. Apretó el vaso con cierta fuerza pero al final tomó el último trago y se dejó llevar por dos chicas a bailar.

Bailaba al ritmo de la música moviéndose de manera sensual, sin duda era una especie de super hombre, pues cada vez estaban todos más pendientes de como movía las caderas, hasta que bailando se rozó sin darse cuenta con la espalda de un chico más o menos de su edad, muy guapo, ¿para qué mentir? Estaba buenísimo. Sonrió de lado acercándose un poco más al chico y comenzó a bailar a su lado, cada vez más cerca, podía notarlo algo nervioso, pero tampoco parecía importarle.

-¡Vaya con Bruce! ¡Si que liga! -Exclamó entonces divertido Dick que lo veía bailar aun con la copa en la mano, bailando entre sus amigos.

Sus miradas se encontraron y no pudo evitar sonreír algo más y seguir bailando, cada vez estaba más pegados el uno al otro y podía sentir el duro pecho del chico contra el suyo. Pero cuando sintió sus labios cerca de su oído no pudo evitar estremecerse de pies a cabeza, ladeando esta, quería tenerlo más cerca. Más.

-Eres muy guapo -Susurró con una sonrsilla divertida mientras bajaba las manos por sus caderas y mordió el lóbulo de su oreja, fingiendo una estocada bastante dura.-

-Tú tampoco estás mal -Contestó con las mejillas algo acaloradas y le miró sonriendo mientras le pasaba los brazos por el cuello, jadeando adrede muy cerca de sus labios, casi a punto de besarlo y volvió a mirarlo a los ojos, notando un extraño brillo rojizo en estos.-

-¿Qué te parece si vamos a un lugar más tranquilo? -Volvió a susurrar contra su oído bajando esta vez las manos hasta su trasero, casi besando su cuello y le miró,sonriendo de esa manera tan cautivadora y tras agarrar su mano salieron de allí.

Pasaron pocos minutos y cuando salieron de aquel lugar, fueron entre caricias algo bruscas hasta la moto de Kal, que le hizo subirse y condució hasta su apartamento. Ambos estaban acalorados y mientras él abría la puerta, aquel chico de traje estaba demasiado ocupado en besar y lamer su cuello, pegándose más a su cuerpo. Giró y ambos quedaron dentro, volvió a acariciar su espalda, ahora bajo su chaqueta, cerrando con el pie y le hizo separase para quitarle la chaqueta y qué decir de la pobre camisa, quedó rota en el suelo. No hicieron falta palabras y volvió a acercarlo a su cuerpo, dejando que le desnudase y se acercó a su rostro, iba a besarlo pero no lo hizo, bajó por su cuello, dejando grandes marcas en la blanca piel de Burce, el cual se dejaba hacer rozándose más con su cuerpo mientras dejaba que los dedos recorriesen el marcado abdomen de Kal. El chico le miró sonriendo y lo tiró contra la cama, quizás algo brusco, pero no esperó a que pudiese opinar pues se puso encima de él, agarrando sus muñecas con una sola mano.

-Espera...esto no ... -Intentó decir el millonario tratando de soltarse, pero era demasiado fuerte y su cuerpo se quedaba quieto sumiso y esperando las caricias de aquel joven.

-¿Acaso...-Empezó a decir algo socarrón mientras volvía a recorrer su cuello y pecho con besos, algunas veces le pasaba la lengua juguetón.- intentas negar...-Continuó hablando en un susurro y le mordió el cuello con cierta fuerza, dejando que sintiese su entrepierna dura contra su vientre.- qué estás totalmente cachondo? -Terminó de preguntar, mirándolo a los ojos, lamiendo obcenamente sus labios para luego poseer su boca.

Bruce no sabía qué decir o qué hacer, con la fuerza del chico solo podía retorserce de placer bajo su cuerpo. Un dulce jadeo escapó de sus labios al sentir aquel mordisco en su cuello y ladeó la cabeza para dejarle más espacio, aunque nunca había sido el sumiso de nadie esta vez no podía hacer nada para evitarlo. Cerró los ojos con las mejillas sonrojadas y movió un poco las caderas, su miembro quería atención. Kal-el sonrió complacido con la reacción del millonario y le quitó lentamente los pantalones, para luego hacer lo propio con los suyos y volvió a ponerse encima, ahora dejando que ambas entrepiernas se rozaran. Le miró, con un brillo rojizo por un momento en los ojos y se agachó sobre su cuerpo, volviendo a besarlo, mientras le quitaba despacio la ropa interior.

-Vaya...no solo tienes una gran fortuna -Susurró contra su oído mientras comenzaba a acariciar despacio su miembro, disfrutando del calor que emanaba, de lo duro que estaba. Le gustaba verlo retorcese cada vez que tocaba su glande.-

-No digas esas cosas -Respondió entre jadeos de pleno placer, intentando taparse la cara con las manos o morderse el dorso de estas para no jadear ante aquel chico, pero de nuevo volvió a agarrarle las muñecas, como si fuese un agarre de acero.

Los segundos para Bruce se hicieron apenas un parpadeo ya que las caricias del otro pararon. Gruñó por lo bajo volviendo a mover las caderas en busca de más, pero entonces le vio sentando sobre su pecho, tenía el miembro de aquel hombre justo contra su boca. Sonrió de lado, dándole una lamida sobre el slip, para luego dar húmedos besos. Kal jadeó ante esa respuesta tan positiva y se bajó con la mano libre la ropa interior, suspirando al sentir los labios del ojiazul rozar contra su glande, moviendo las caderas y metiendo este en su boca, sin consideración alguna. Comenzó a moverse, a penetrar su boca, cada vez era más placentero, llegaba hasta la entrada de su garganta y le veía casi atragantarse mientras luchaba por moverse, pero claramente ¿qué podría hacer un simple humano contra él? Tenía más fuerza que él y eso era ya evidente. Por su parte, Bruce suspiró tratando de coger aire entre jadeos cuando sacó su miembro y le miró, un hilo de saliva iba desde su boca hasta el miembro del desconocido, pero aquello había sido bastante extremo, empezaba a sentirse algo asustado.

-No...-Murmuró cuando fue a hacerlo de nuevo y ladeó la cabeza, cerrando los ojos.- Para, no nos va lo mismo...quita...-Volvió a replicar, esta vez algo más alto mientras cerraba los puños tratando de soltarse, pero solo conseguía que el agarre del otro fuese más fuerte.

-Oh, vamos, no te vayas ahora...-Susurró Kal con esa sonrisa tan encantadora como sádica, volviendo a llenar su cuello y pecho de besos mientras se quedaba entre sus piernas, acariciando despacio la entrada de Bruce.- Estás hasta mojado...serás guarro -Dijo divertido volviendo a morder sus labios, para luego besarlo con intensidad.

Iba a quejarse de nuevo, ese lenguaje, esa brutalidad, no iban con él. Le gustaba que fuese lento, pasional, intenso...Pero eso se estaba pasando de extremo ¿O quizás no? En su vida había estado tan excitado como esa vez y gimió abriendo un poco las piernas ante la nueva zona víctima de caricias de Kal. El cual al verle así de receptivo dio un paso más y comenzó a meter y a sacar un dedo despacio, haciéndolo gemir entrecortado de placer.

-To..Todo lo bestia que fuíste antes...¿Por qué no..-Gimió algo más alto al sentir un segundo dedo y en un milisegundo tocó su próstata con ambos.- la metes de golpe? -Preguntó, totalmente rojo y avergonzado por su lenguaje, abriendo más las piernas, parecía que estaba en celo, pero es que lo volvía realmente loco de placer.

Sonrió de nuevo, aquello le había encendido más aún y agarró sus caderas, ahora con ambas manos, sujetándolo con fuerza y le penetró de una sola estocada, sintiendo como se abría a su paso por la fuerza, ese chico era realmente apretado. Lo miró, para ver si aún seguía bien o sentía demasiado dolor, pero Bruce estaba con los ojos cerrados, los brazos laxos sobre la cama, había gemido con fuerza y trataba de acostumbrarse a tenerlo dentro, pero era demasiado grande. Kal-el lo sabía, pero ¿quién no tiene placer con un poco de dolor? Se movió despacio, hacia fuera y Bruce se quejó. De nuevo hacia fuera y así hasta salir del todo; pero volvió a penetrarlo al completo con fuerza, gimiendo roncamente sobre sus labios. Los gemidos de Bruce tampoco se hicieron esperar y le besó con fuerza, casi que haciéndose daño mientras rodeaba su cuello con los brazos, arañándole un poco.

-Eres enorme...-Murmuró en un jadeo mirándolo a los ojos, para su suerte llevaba varios segundos quieto, pero su entrada ardía y aún así, notaba ese agrio dolor que solo le excitaba más aún y movió las caderas.- Dame más -Susurró con un gruñido ronco, besándolo ahora con pasión, gimiendo contra sus labios.

-Vaya, el niño saber jugar -Susurró sobre sus labios y comenzó a moverse, sintiendo como el beso cada vez se volvía más violento y comenzó a masturbalo al rápido ritmo de las estocadas.

Gemía sin poder controlarse ninguno de los dos, sintiendo la sangre de sus labios y lenguas mezclarse entre sus besos fuertes y apasionados. Sus cuerpos estaban llegando al límite y Bruce sentía que quedaba poco para llegar al orgasmo, su entrada se contría cada vez más y las caricias de Kal-el en su miembro eran totalmente espectaculares. Un gemido grave de Kal resaltó entre los demás, pues se había corrido dentro del millonarío, dejándose caer sobre él. Sintiendo al mismo tiempo el semen del chico que tenía bajo su cuerpo, el cual había gemido con fuerza viniéndose en su mano.

Sus miradas se cruzaron, aun jadeantes y brillantes de deseo, pero Kal notó el cansancio en el millonario, seguramente nunca lo había hecho de esa manera. Sin saber por qué tras salir de él y quedarse mirándolo fijamente este comenzó a reírse, aun le duraba la borrachaera del pub. Ladeó la cabeza sonriendo y se acercó a su cuello mordiéndolo con fuerza, ese humano recordaría con quién estuvo.

-Lárgate -Dijo entonces con una voz algo más seca, su lado normal había salido algo más a la luz, en medio de aquel revuelo se había quitado el anillo y salió de la cama comenzando a vestirse rápidamente, poniéndose algo rojo.-

-Joder ¿ahora? -Se quejó suspirando y dejó caer la cabeza sobre la almohada, se estaba quedando dormido y trató de levantarse, teniendo que apoyar las manos sobre la mesa de noche con la espalda encorbada.-

-¿Qué haces? Te dije que te fueras -Volvió a decir, aunque no tan firme como estaba antes, pero le miró sonriendo de lado y se acercó despacio a él, dándole una suave bofetada en las nalgas, con la mano abierta, para luego acercarse más y pasar la lengua por su entrada.- Curado, ahora largo -Dijo aún con enfado, o al menos intentándolo.

-Vale, ya me voy...-Respondió en apenas un murmullo intentando vestirse, pues aquel gesto le había dejado algo caliente además de avergonzado. Eso sin incluír que tenía las piernas algo acalambradas por el fuerte orgasmo.

Se miraron una última vez, Kal estaba como quién se sentó un rato en el sofá y ahora se puso en pie. Ligeramente despeinado, solo con los pantalones, pero aparte de eso no tenía ninguna marca. Bruce, por otra parte, tuvo que abrocharse la chaqueta al no poder ponerse la camiseta, con las piernas acalambradas, además de lo hinchados y rojizos que tenía los labios, incluyendo las marcas del cuerpo. El millonario alzó la mano para despedirse y luego salió de allí cerrando la puerta, esa noche, Alfred, su fiel mayordomo que le había acompañado hasta allí le llevaría hasta el hotel, él no haría preguntas.