Conjunto de drabbles y one-shot.
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
Tabla Momentos
3. Encuentro
30 Vicios
Era un día de otoño como cualquier otro, o eso creíste que sería. Si hubieses sabido lo que sucedería, quizás habrías preferido no salir de casa hoy. Pero claro, nada ni nadie, podía saberlo.
Era un día de otoño como cualquier otro, o hubiese sido así, si de camino al trabajo no chocaras con alguien. ¿Quién hubiese sabido que justo al doblar la esquina alguien te llevaría por delante? Obviamente, nadie.
Era un día de otoño como cualquier otro, quizás lo podrías haber catalogado así, pero no tuviste la dicha de hacerlo. Ya que no solo alguien te choco y cayó encima de ti, eso lo podrías haber perdonado; pero claro, definitivamente hoy no era tu día de suerte. No fue suficiente el haberte llevado por delante y utilizarte de amortiguador, sino que habría que agregar que derramó todo su café encima de tu nuevo tapado Armani. Sí, ese por el cual estuviste esperando tres meses para que lo traigan del exterior.
Podrías haber soportado cualquier cosa, pero no eso. Pobre de la criatura que cometió tal atrocidad. Ni el mismo lucifer hubiera querido presenciar ese momento, tu cara no era precisamente muy amigable, claro que esto siempre es así, pero en este instante no se comparaba en nada con la que acostumbras llevar a diario.
Abriste los ojos para poder ver quien había sido el inepto que no solo te había tirado, sino que había arruinado por completo tu día, no, tu semana, quizás el mes entero. Lo primero que viste fue algo rosa. ¡Genial! Te tocaría lidiar con un loco adolescente que le gustaba teñirse el pelo de colores extravagantes. Bajaste la mirada y te topaste con unos grandes ojos verdes, los cuales te miraban expectante, al parecer analizándote, igual como lo hacías tú. En ese momento lo notaste, no era un él, era un ella.
—¿Podrías levantarte? —fue lo que salio de tu boca con un tono bastante amenazador, lo cual hizo que la joven se apartara de ti al instante, como si quemaras.
—Lo siento —dijo avergonzada, mientras te incorporabas—. No te vi, de verdad discúlpame.
Se veía realmente mortificada por lo sucedido. Extrañamente al verla así, tu ira disminuyo; pero eso no significaba que no se llevara una buena reprimenda.
—Tsk. Ten más cuidado cuando andas por la calle —. Bien, te salio mucho más suave de lo que imaginabas.
—¡Oh, no! Lamento lo del café, por favor permítame pagarle la tintorería para su tapado. ¡Dios! No lo puedo creer… —Al parecer no prestó mucha atención a lo que le dijiste. Ella siguió hablando sola, disculpándose por lo sucedido. Mientras que la analizabas. No era adolescente como creíste en un principio, tendría alrededor de 25 años como vos a pesar de que le sacabas una cabeza. Su cabello, como ya bien lo notaste antes, era de color rosa y lo llevaba un poco más abajo de los hombros. Tenía una piel tan blanca que parecía de porcelana. Era una chica bonita, no despampanante, pero linda. Hubieses seguido con tu análisis de no ser porque notaste que ella se calló, al parecer, esperando una respuesta; pero claro, ¿qué le ibas a decir? No escuchaste nada de lo que dijo. Optaste por utilizar uno de tus conocidos 'hmp', a lo que ella te miró con cara interrogante. Suspiraste, ¿por qué de todas las personas te tenía que pasar esto a vos?
—Ya, no te preocupes. Solo no vuelvas a aparecer frente de mi vista —le dijiste. Ella frunció el ceño por tu grosero comentario. Decidiste ponerle fin a esta absurda "conversación", antes de que las cosas empeoren.— Adiós —te despediste. Le pasaste por un lado y seguiste con tu camino, rezando a Dios no volverla a ver. Lo hiciste bien, te felicitas internamente. Lograste aplacar tu ira. Claro que no todo el crédito es tuyo. De repente sentiste como alguien te toma el brazo para que te detengas. ¿Y ahora que? Fue lo primero que pensaste. Te giras para saber quien te detenía, y allí estaba otra vez… la molestia rosa. Te mira sonriendo, como si lo sucedido hace apenas unos minutos no hubiese ocurrido. Arqueas una ceja, y la miras esperando a que te diga que pasaba. Ella te sonríe y estira su mano con un papel, el cual aceptas dudoso.
—Soy Sakura Haruno —dijo aún sonriendo, gesto que no pasaste desapercibido.— Ahí esta mi número. Llámame si necesitas algo, te pagaré esto como sea… —Te miro, esperando obviamente que le digas su nombre.
—Sasuke Uchiha.
—Bien Sasuke, ya sabes cualquier cosa me llamas. Voy a estar disponible para vos cuando lo necesites. Adiós —Se dio media vuelta y continuó con su camino. ¿Qué quiso decir con esa frase? Que mujer más descarada. Miraste la tarjeta, y lo entendiste todo…
En ella decía: "Dra. Haruno Sakura" Sonreiste de lado, como acostumbrabas a hacer. Interesante, fue lo que pensaste en ese momento, fue un encuentro interesante. Definitivamente este no era un día de otoño como cualquier otro…
