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Delegados, ¡Las formas!:
Una trágica historia de amor dentro de un Modelo de Naciones Unidas.
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Lista de personajes:
Elizabeth Bennet, delegada de Longbourn, comisión A
Charlotte Lucas, delegada de Longbourn, comisión B
Jane Bennet, embajadora de Longbourn
William Darcy, delegado de Pemberley, comisión A
Charles Bingley, embajador de Pemberley
Caroline Bingley, delegada de Pemberley, comisión B
Collins, delegado de Kent, comisión B
Fitzwilliam, prensa
Wickham, autoridad de comisión A
Lady Catherine de Bourgh, presidenta de la comisión organizadora Rosings
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No sé si en todos los países se hará este Modelo de Naciones Unidas. Por lo pronto, en mi país sí, y si ustedes no saben de qué se trata, pueden ver la película de las gemelas Olsen que se sitúa en Londres. En este fic, el Modelo de Naciones Unidas en levemente modificado, para poder simplificar la historia. En lugar de países, las delegaciones representan las típicas casas del libro. No va a haber ni Consejo de Seguridad ni EcoSoc, habiendo solamente embajadores y delegados de ambas comisiones de la Asamblea General. Es claro que semejante debate nunca ocurriría en la ONU, y que presidencia nunca otorgaría tan seguido la palabra a tan sólo dos delegados. Si por alguna de esas extrañas casualidades de la vida ustedes desean leer el reglamento y demás sobre el Modelo en la vida real, les dejo la página de los organizadores: www(punto)concienciarosario(punto)com(punto)ar (poner los puntos).
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1. Prólogo: Antes del modelo
Es una verdad reconocida universalmente, que las peleas entre una mujer y un hombre rara vez no significan algo más que un simple desacuerdo.
Por más poco que sean conocidas las opiniones e intenciones de cada uno de los enemigos en el primer enfrentamiento, esta verdad nunca es más cierta que cuando ambos entran en un apasionado debate.
–Sr. Director –le dijo su secretaria a él -¿escuchó que al fin ya llegaron las noticias de Netherfield?
– ¿Netherfield? ¿La sociedad que organiza el Modelo de Naciones Unidas?
–Sí, ya llegaron los nombres de las delegaciones asignadas a nuestra escuela. Vamos a representar a la delegación de Longbourn.
–Considero que la alumna Elizabeth Bennet debería ser una de las delegadas –dio su opinión el director.
– ¿Por qué? Ella no es ni la mitad de linda ni de buena que su hermana Jane –se quejó la secretaria, cuyas preferencias eran claras, apariencias por sobre inteligencia.
–La alumna Jane podría ser embajadora, ¿me hace el favor de llamarlas a ambas, y también a la alumna Charlotte Lucas? –pidió cansadamente el director.
Y así, mediante la secretaria, fue que Elizabeth se enteró que debía representar en el Modelo de Naciones Unidas, que se iba a hacer en Rosings Park, a la delegación de Longbourn, junto a su hermana Jane (embajadora) y su mejor amiga Charlotte (la otra delegada). No pasó demasiado tiempo hasta que Elizabeth ya se hubo aprendido e investigado todo lo que tuvo a su alcance con respecto a su tópico asignado: "La protección del clima mundial para las generaciones presentes y futuras".
Pero se equivocan si pensaron a Elizabeth como una de esas personas que vive estudiando. Ella solamente era muy curiosa, y la enfurecía quedarse con dudas. Inevitablemente, ella también era muy competitiva, por lo que supuso el director que sería la candidata ideal para participar en el modelo.
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Mientras tanto, en otra escuela, Will Darcy estaba discutiendo con su mejor amigo, Charles Bingley.
– ¿Qué tiene de malo? –preguntó Charles por enésima vez, sin poder entender el problema.
–Vos la defendés porque da la casualidad que Caroline Bingley es tu hermana, pero, no quiero que ella sea la otra delegada de Pemberley. Encima, que seguro todos nos van a atacar, por ser potencias mundiales, y ella no va a tener idea de que responder.
–Darcy, tranquilizate, total, sabés que ella es capaz de estudiarse todo con tal de llamar tu atención.
Will suspiró, Caroline, la hermana de Charles, iba a ser la delegada de la Asamblea General "B" de Pemberley en el Modelo de Naciones Unidas. Ella era la típica hueca, que sólo la conocía por ser sus familias amigas, y si bien no era fea, su estilo carecía de personalidad. Por decirlo de alguna forma, Darcy era un tipo extremadamente estricto, las chicas de su escuela hacían fila esperando su "aprobación", pero ninguna era lo suficientemente linda para tentarlo… tan sólo era "tolerables".
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– ¿¡Qué me voy a poner!? –chilló Elizabeth el día anterior al modelo.
Las chicas estaban en casa de las Bennet, estudiando las últimas cosas que habían encontrado.
–Lizzy, ¿recién hoy te das cuenta que no podés ir en jeans y zapatillas? –preguntó Jane, sin nunca perder la paciencia.
–De verdad, Lizzy, ¿a dónde estabas cuando hablamos de si llevábamos pollera o pantalón? –preguntó Charlotte, riéndose de la cara de miedo de su amiga.
– ¿Voy a tener que usar tacos altos? ¿Cómo se supone que voy a caminar de un lado para en otro con tacos? –se quejó Elizabeth.
–Precisamente, no vas a ir de un lado para el otro, te vas a quedar quieta –repuso Charlotte, como hablando con una nena de cinco años.
– ¿Ustedes que se van a poner? –preguntó Lizzy, dándose por vencida, no sin antes soltar un bufido.
–Yo, una pollera negra lisa, tacos negros y camisa blanca, lo que usa todo el mundo –contó Charlotte, que no le gustaba llamar la atención, y menos si de ropa se trataba.
–Creo que me voy a poner la pollera tiro alto negra, con la blusa color perla y los tacos negros –respondió Jane, tratando de no presumir, ya que era la más linda del grupo.
– ¿Quedaré muy mal si voy con esto? –dijo Elizabeth, señalando lo que tenía puesto, unos jeans gastados tiro bajo ajustados, una remera roja con estampados en blanco. Tenía en los pies unas pantuflas enormes con forma de patas de pato, es decir amarillas y esponjosas.
Jane la miró con cara reprobatoria, y Charlotte intentó disimular su ataque de risa.
–Bueno, si no les gustan mis pantuflas tengo unas violeta con garras verdes, ¿esas serían mejor? –comentó Lizzy, riéndose mientras miraba sus pies.
De la nada, sintió que la agarraban de ambos brazos. Vio que Jane y Charlotte la habían atrapado, arrastrándola por las escaleras mientras se ahogaban literalmente de risa.
Entre las dos, la pusieron en la cama de Jane, donde Elizabeth se sentó y se cruzó de brazos en forma ofendida, como un nene malcriado.
–Creo que voy a tener que prestarte ropa, hermanita… ¡no puedo creer que no tengas ninguna pollera! –dijo Jane, mientras se ponía a rebuscar en su armario.
Le mostró varias polleras de diferentes colores y largos, las cuales ninguna terminó por convencer a Elizabeth, que se empeñó en usar pantalones. Jane, sabiendo que iba a ser imposible convencerla de usar una pollera, encontró unos pantalones negros ajustados tiro alto, con botones.
– ¡¿Tiro alto?! ¿De dónde sacaste eso? ¿De un museo? –gritó.
–No seas ridícula, Lizzy, ¿hace cuanto que no tocás una Vogue, o pasás delante de una vidriera? –chilló incrédula Charlotte.
– ¡No me importa lo que esté de moda, yo no me voy a poner eso!
–Vas a tener, es ese pantalón o una de las polleras, no tengo otra cosa formal que puedas usar, y nada de mamá te va a quedar bien –dijo Jane, mientras prosiguió a buscar la parte de arriba.
Le pasó una blusa de mangas cortas fruncidas de un impactante raso verde inglés, y una parte de arriba de traje también negra. Por último, su hermana le dio unas delicadas medias negras y unos tacos del mismo color de la blusa. El conjunto era muy lindo, si bien para Elizabeth eso era algo que nunca había pensado en usar. Ella no era de esas personas que no tienen idea de la moda, pero tampoco se lo tomaba tan a pecho como las otras. Ella vivía en jeans, eran lo más cómodo y lindo que usaba. Su estilo era extremadamente casual.
No pudo evitar hacer una mueca al ver los verdes tacos altos, y pensar en cómo iba a hacer para caminar. Ella, por más que no era torpe ni nada por el estilo, no estaba acostumbrada a caminar en esas mortales trampas que algunas personas llamaban zapatos.
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Caroline bajó las escaleras de su casa con el mentón bien en alto. Antes de entrar en la sala, se miró en el espejo una última vez. Le gustó lo que vio, definitivamente, su diminuto vestido rojo iba a cumplir con su cometido: llamar la atención de Darcy. Caminando con paso seguro en sus mortales tacos rojos, y asegurándose de que todas las partes de su cuerpo que quería resaltar luciesen bien, se adentró en la sala en la que Darcy y su hermano estaban estudiando.
Tratando de hacer mucho ruido con sus tacos sobre los pisos de reluciente madera, se acercó a uno de los sofás. Al que estaba ocupado por Will Darcy.
Él, que tenía la nariz pegada a unas estadísticas del cambio climático de Pemberley, se dio cuenta de la presencia, para él ingrata, que se le imponía al frente. A pesar de haberla notado, no levantó la vista, ni dio muestra alguna de saberla ahí.
– ¿Will? ¿Te gusta mi ropa? –preguntó Caroline, tratando de que se voz nasal sonase seductora.
–Caroline, no creo que Darcy dejase a Georgiana salir así a la calle –se rió Charles de sus intentos antes de que Darcy respondiese.
Darcy siguió callado. Sabía que si iba a responder, lo más probable iba a ser que terminase ofendiendo a la hermana de su mejor amigo.
– ¿Qué estás haciendo, Will? ¿El clima de Pemberley? ¿Para qué querés saber eso? –preguntó estridentemente.
–Es el tópico que voy a tratar mañana –respondió secamente el aludido.
– ¿No era eso de los pobres?
–Eso es la comisión "B", tenemos diferentes temas.
– ¿Qué? ¿No vamos a estar juntos? –dijo abiertamente desconcertada.
–No –dijo Will. Por suerte, pensó él.
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Hola!!!
Acá vengo con un fic nuevo, que estoy segura que nadie va a leer, salvo a las personas que obligue… Pero, si sucede lo contrario, agradecería que me lo hicieran saber con un review… si???
Espero que les guste, y si tienen alguna duda sobre algo, por favor, mándenme un PM.
Saludos,
Fer
