Los personajes de Guerreras Mágicas pertenecen a CLAMP, y los personajes de Sailor Moon pertenecen a Naoko Takeuchi, yo solamente los uso para esta historia.
Céfiro's moonlight
Capítulo 1
~*~ Recuerdos ~*~
Torre de Tokio:
Una hermosa joven de unos 20 años se encuentra sentada en la cafetería de la Torre. Tiene puesto un vestido de tela liviana, ceñido al cuerpo de color blanco con pequeñas y delicadas flores azules estampadas, con cuello en v, largo hasta los tobillos y de mangas largas, a pesar de estar en pleno verano. Un cinto blanco marca su cintura, tiene puestas unas sandalias muy cómodas en color azul y una pequeña cartera completa el conjunto. La muchacha revuelve distraídamente su bebida mientras su mirada se pierde por uno de los amplios ventanales. Suspira de nostalgia al recordar que hoy se cumple un año desde la última vez que vio a sus amigas. Esto se debe a que la vida ha cambiado y ya no son un grupo de niñas de secundaria. Ahora cada una va a la universidad en distintas ciudades y estudian diferentes carreras, no han podido verse en mucho tiempo, pero las vacaciones de verano llegaron y por fin pudieron ponerse de acuerdo para verse. El lugar la Torre de Tokio, destino obligado, después de todo fue el lugar donde se conocieron hace ya seis años, y donde todo empezó. En uno de los ascensores de la Torre, tres jovencitas de más o menos 19 años conversan animadamente.
-Me estoy muriendo de hambre, ¿vamos a la cafetería?.- preguntó la rubia de dos colitas.
-Serena, tenemos que encontrarnos con Lita y Mina en los miradores.- le respondió la muchacha de largo cabello negro.
-Por favor Rei, salí tarde y no pude desayunar.- rogó Serena.
-Eso te pasa por holgazana y perezosa.- acusó Rei.
En ese momento el estomago de Rei protestó.
-Hay Rei, tu tampoco desayunaste ¿verdad?.- preguntó la joven de cabello corto y azulado. A Rei se le tiñeron las mejillas de rojo, y Serena rió con burla.
-Bueno Amy, es que me quedé meditando hasta tarde y me dormí.- se defendió avergonzada.
-Ya sé lo que haremos, vayamos a buscar a las chicas y de ahí vamos a la cafetería, me dijeron que venden unos pasteles deliciosos.- expresó Amy conciliatoria.
-¡Sí!.- Asintió Serena sumamente feliz.
Las chicas bajaron del ascensor y fueron a buscar a Lita y Mina, que se encontraban entretenidas en los miradores.
-Mira Lita, puedo ver la escuela desde aquí y por allá está el local de juegos de Andrew.- dijo la muchacha de largo cabello rubio atado con un moño rojo.
-Es cierto, se ven muy pequeños, ¿no crees?.- le respondió la joven de cabello castaño sujeto en una cola alta.
-Si.-
-¡Chicas!, que bueno que las encontramos, ¿ya podemos ir a la cafetería?.- interrumpió Serena.
-Buenos días chicas, parece que tienes hambre Serena.- observó Lita.
-No desayunó.- le informó Amy.
-Como siempre se le hizo tarde.- aseguró Mina algo resignada, pero con una sonrisa en el rostro.
-Y también a Rei.- agregó Amy como quien no quiere la cosa.
-¡Amy!.- rezongó Rei indignada con la peliazul.
-En ese caso, va a ser mejor que vayamos a tomar algo.- propuso Lita.
-¡Sí!, ¡vamos!.- dijo Serena sujetando a Lita del brazo y corriendo con ella en dirección a la cafetería. Ya allí las chicas se encontraron con dos muchachas que desayunaban en una de las mesas de la cafetería. Una de ellas de cabello rubio y corto, vestida con ropas de hombre, y aspecto varonil, la otra de cabello verde agua, largo hasta los hombros, con un vestido veraniego muy femenino y aspecto sofisticado.
-¡Haruka, Michiru!, ¿qué hacen aquí?.- preguntó Serena acercándose a las jóvenes.
-Generalmente desayunamos aquí los fines de semana cabeza de bombón.- respondió Haruka seriamente.
-Genial, ¿podemos sentarnos con ustedes?.-
-Claro Serena, siéntense.- invitó amablemente Michiru con una sonrisa.
Las muchachas se sentaron y pidieron limonadas bien heladas, a excepción de Serena y Rei que pidieron un desayuno completo.
Una vez que Serena terminó de comer y de probar todos los pasteles que servían en la cafetería, algo llamó su atención. Frente a ella una chica de largo cabello azul miraba melancólica por la ventana mientras algunas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-¿Qué le pasará a esa chica?, se ve muy triste.- señaló Serena algo preocupada.
Haruka y Michiru que estaban de espaldas a la muchacha que señalaba Serena se voltearon a verla, extrañamente había algo en la chica que les resultaba familiar, pero no pudieron identificar que era.
-Es verdad Serena, no luce muy bien.- comentó Lita.
-Tal vez deberíamos ir a ver…- pero Serena se interrumpió al ver la escena. Dos muchachas, al parecer de su misma edad se acercaban corriendo hacia la joven.
-¡Marina!.- gritó la que se veía mas pequeña de las dos, de largo cabello rojo fuego sujeto en una trenza, vestida con un pantalón cargo color beige, zapatillas rojas y una remera musculosa de color rosa claro.
La aludida secó rápidamente sus lágrimas y las ocultó detrás de una gran sonrisa, después de todo hacía mucho que no se veían y no quería preocupar a sus amigas con sus múltiples problemas.
-Hola Marina, perdón por la tardanza, tuvimos que pasar a comprar unos dulces para Lulú.- se disculpó Lucy.
-Si, ahora que está embarazada siempre se le antojan.- sonrió Anaís, quien tiene el cabello rubio a media espalda, viste un vestido verde clarito, tipo solero con tirantes finitos y largo hasta las rodillas, con sandalias blancas.
-Está bien chicas, ¿cómo están?, ha pasado todo un año desde que nos vimos la última vez.- dijo abrazándolas.
-Muy bien, he estado algo ocupada con los exámenes, por eso no les escribí tanto últimamente.- le contó Anaís, al tiempo que tomaba asiento en frente a Marina.
-Ni te preocupes Anaís, todas estamos igual, los exámenes de este año fueron más difíciles.- resopló Lucy recordando cuanto le había costado estudiar para los exámenes durante el año.
-Y los del año que viene lo serán más…- afirmó Marina algo pensativa.
-Por eso ya empecé a hacer los resúmenes.- expresó Anaís acomodándose los lentes con aire inteligente.
-Pero Anaís las clases apenas terminaron, además ¿cómo puedes saber que es lo que te van a dar el año que viene?.- le preguntó la pelirroja con sus clásicas orejitas de gato, cosa que le sacó una sonrisa autentica a Marina, sin ninguna duda Lucy nunca cambiaría y Anaís tampoco.
-Bueno, les pregunté a algunos alumnos más avanzados y conseguí los programas de las materias y algunos libros, así puedo adelantar un poco en las vacaciones.- explicó la rubia.
-Hay Anaís, tú no cambias, las vacaciones son para descansar no para estudiar.- le respondió Marina con una expresión algo resignada.
-Marina tiene razón, este año planeo quedarme en Tokio y ayudar a mis hermanos con el dojo, me dijeron que tienen nuevos estudiantes y según ellos hay algunos muy hábiles, pueden ser contrincantes interesantes.- les contó Lucy.
-Eso es genial Lucy, así podrás practicar un poco.-dijo Marina.
-Si, entre tanto estudio no he podido practicar casi nada, creo que me estoy oxidando.-
-Oye Marina, ¿es verdad que dejaste de practicar esgrima?, creo que eso fue lo que leí en uno de tus últimos correos electrónicos.- preguntó Anaís.
Marina bajo la mirada una fracción de segundo, sabía que en algún momento Lucy o Anaís le preguntarían el por qué había dejado de practicar esgrima, es por eso que ya había preparado una respuesta que sonara lo mas convincente posible, no quería mentirles pero tampoco podía decirles la verdad aún, ya que ella misma todavía no podía aceptarlo.
-A decir verdad Anaís, me quitaba mucho tiempo, y tuve que elegir, si seguía en el equipo o continuaba mi carrera, y definitivamente mi carrera esta primero, aunque no puedo negar que extraño las prácticas.- Respondió Marina tal como lo había estado practicando delante del espejo todo el día anterior.
-No te preocupes, podemos ponernos de acuerdo un día y practicar un poco en el dojo, aunque no soy muy buena con la esgrima.- la animó Lucy.
-Entonces podemos hacer un poco de esgrima y un poco de kendo, así estaremos parejas.- sonrió Marina, sabiendo de antemano que eso nunca pasaría.
-¡Si, es una buena idea!.- asintió Lucy alegre como siempre.
-Oigan, ¿yo también puedo practicar con ustedes?, ya ha pasado bastante tiempo desde la última vez que usé una espada y podría ser divertido.- preguntó Anaís.
-Por supuesto Anaís, claro que puedes, eso ni se pregunta.- sonrió Lucy - Además así será como en los viejos tiempos.-
-Sí, pero, no hablemos de eso ahora, díganme que han hecho en todo este tiempo que no nos hemos visto.- preguntó Marina cambiando de tema, no quería hablar de Céfiro o posiblemente volvería a llorar y no sabría como explicarles a Lucy y Anaís lo que le estaba pasando.
-La verdad Marina, no mucho -empezó Lucy- , he estado estudiando y casi no he salido, cuando empecé la universidad solía salir a pasear con Trisha mi compañera de habitación, nos juntábamos con un grupo de chicas y salíamos al cine o a tomar una soda, pero últimamente entre las clases y los exámenes Trisha viene muy agotada y solo se acuesta a dormir, así que no tengo con quien salir, las otras chicas tampoco tienen tiempo y francamente me aburre un poco salir a pasear por ahí sola, así que es una suerte que las vacaciones hayan empezado, porque eso quiere decir que podremos salir a divertirnos de nuevo.- le contó la siempre activa Lucy.
-Me imagino que debe ser muy difícil para Trisha y sus amigas seguirte el ritmo Lucy.- rió Marina recordando la gran energía de su amiga.
-Y, ¿hay algún chico especial?.- preguntó Anaís con interés.
Esta pregunta descolocó un poco a Lucy que dirigiendo sus manos a uno de sus bolsillos sacó el medallón que Latiz le regaló y respondió: No, creo que después de todo aún no he olvidado a Latiz.-
-Jhm….- Anaís se entristeció un poco pues se dio cuenta que había puesto el dedo en la herida pero agregó: - yo tampoco olvide a Paris, creo que nunca podré…- suspiró.
-¿Y tú Marina?.- preguntó Lucy.
-¿Eh?.- Marina se hizo la desentendida, no quería hablar del tema, parecía que por más que lo intentaran Céfiro siempre era el tema recurrente en sus conversaciones.
-¿Hay algún chico especial?, me imagino que debes tener cientos de pretendientes.- le volvió a preguntar Lucy con su clásica inocencia.
-No, no estoy interesada en nadie, quiero terminar mis estudios primero.- contestó suspirando, después de todo estaba mintiéndole nuevamente a sus mejores amigas y eso no le agradaba ni un poco, pero no quería entristecerlas, a pesar del tiempo transcurrido Marina tampoco había olvidado.
De repente el tiempo se detuvo.
Las tres muchachas se miraron sorprendidas por una fracción de segundo antes de que una luz las cegara. En un abrir y cerrar de ojos, la intensa luz las transportó de nuevo a Céfiro.
Notas de la autora:
¡Bienvenidos a mi nueva historia!, ¿qué puedo decirles? de verdad me gustan las Guerreras Mágicas y Sailor Moon, espero que esta nueva historia les guste. ¡Espero impaciente sus comentarios, críticas, y sugerencias!
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
*YuZuRiKa*
