Capítulo 1. El comienzo

Ella con dificultad se pone de pie, camina hacia la puerta intenta abrirla pero se da cuenta que la puerta tiene seguro, mira a su alrededor y lo ve a él.

-¿Que…me…hiciste?-articulo la muchacha de cabellos negros.

-Nada malo, bonita solo quiero que te relajes un poco-dijo un muchacho de cabellos rubios.

-¡déjame…ir…por favor!-ella veía todo borroso, veía los ojos verdes de su amigo y la forma en que reía al verla así.

-No aún no te vas a ir-respondió él y se le acerco, ella estaba a punto de caer al suelo pero él la sostuvo e impidió la caída.

-Quiero…irme dé…aquí-pidió ella casi en un susurro.

-Claro que te vas a ir de aquí pero después de hacerte mía-dijo y la beso, ella no tenía fuerza ni para estar de pie así que no pudo detenerlo.

-¿Por qué me haces esto?-pregunto ella mientras el rubio la seguía besando y ella no podía detenerlo.

-Tú sabes por qué lo hago.

-¡No me…hagas nada por favor, Alex, no…me hagas daño!-suplica ella.

Alex recuesta a Cristal y él prende una cámara para grabar todo lo que sucederá a continuación.

-Tu…eres mi amigo…no puedes…hacerme esto.

-Esto te va a terminar gustando, ya quiero ver la cara del idiota de Raphael cuando vea este video, quiero ver su expresión cuando con sus propios ojos vea que te hice mía-Alex se acerca a Cristal y la besa en los labios, le quita con cuidado la camisa color negra que traía puesta ella.

-Ahora si no hay vuelta atrás-dice él y besa nuevamente los labios de la morena, mientras ella no tenía fuerzas ni para pedir ayuda.

Dos meses antes…

Él entra a la recamara de la morena, sin hacer ruido alguno, sus pasos son silenciosos, no quiere hacer ruido, no quiere despertarla aún. Era un muchacho muy guapo de pelo negro parado pero con las puntas de color rojo, ojos verde toxico y unos notables músculos que sobresalían de su camiseta color roja, y traía unos jeans negros gastados muy Cool y unos converse rojo. Sonrío al verla dormir, se veía tan hermosa, él le quita el cabello que le cubría la cara, con cuidado se acerca al oído y le dice:

-Vamos dormilona despierta-a ella se le dibuja una sonrisa mientras dormía pero no despertó, él se le acerco lo suficiente como para poder besarla y le dijo:

-No hace falta que finjas sé perfectamente que no estás durmiendo y si no despiertas te voy a comer la boca-dijo porque ya que la conocía como a la palma de su mano.

-Luego no te quejes-dijo el pelirrojo, estaba a punto de besarla pero ella se incorporó rápidamente en la cama.

-¡Oooh! tranquilo principito-dijo la morena mirándolo con una sonrisa.

-Aun así no te salvas-aseguro él y unió sus labios con los de su mejor amiga.

-Eres un tonto ¿por qué vienes a molestarme tan temprano?-reprocho ella mientras él la besaba continuamente.

-Ya deberíamos estar en clase son más de las 10 de la mañana.

-¿QUEEEE?-ella se asustó al parecer se había quedado dormida.

-No te preocupes no te dirán nada por haber estado toda la mañana ausente-se burló él.

-Raphael ¿pero qué haces aquí? si te ven te ira muy mal, tú aquí no puedes estar.

-Nadie me va a ver, los profesores están dando clase, además todos están desayunando aquí solo estamos tu y yo.

-A mira que bien, pero ahora vete me quiero sacar la piyama, quiero colocarme el uniforme-dice ella señalando con el dedo la salida.

-¿Me estas echando?

-No ¿cómo crees? -dijo ella con sarcasmo.

-Está bien me voy-dijo él yendo hacia la puerta de la habitación.

-Ni se te ocurra espiarme porque te saco los ojos.

-¿Qué clase de degenerado crees que soy?

-El peor de todos ellos pero te hablo enserio no me espíes-dijo ella empujándolo hacia fuera de su habitación.

-Si sabes que si te espiare ¿para qué te tomas el trabajo de sacarme afuera?-pregunta el muchacho de ojos color verde toxico ya estando afuera del cuarto.

-Por qué esta vez le pondré seguro a la puerta para que no entres-dijo ella y le serró la puerta en la cara.

-La próxima vez voy a ser yo quien te ayude a vestirte-dijo él casi gritando para que ella lo pudiera escuchar.

Pasaron como 30 minutos y Cristal salió de su cuarto ya con el uniforme puesto.

-Pensé que te habías ido-dijo ella a su amigo.

-No estuve aquí como un soldado esperando a que salieras.

-Tu como un soldado debería darte un premio es casi imposible que estés quieto-él sonrió, ella empezó a caminar y él su amigo iba detrás de ella.

-¡Rapha!-se quejó ella al sentir la mano de su amigo tocar su trasero.

-Me regañas por todo, si te espió te enojas, si te toco te enojas, pero si te beso ahí si no te enojas ¡Eh!

-Es increíble lo imbécil que eres, tú crees que me gusta que me estés manoseando a cada momento-dice ella enojada.

-Esto me pasa por ser amigo de una…

-De una… ¿Qué? Anda dilo.

-De una…virgen.

-¿Qué tiene de malo que sea virgen? hasta donde sé no es un crimen ¿o sí?

-No tiene nada de malo que nunca hallas tenido sexo…Si tú quieres yo te enseño todo lo que no sabes.

-No gracias, prefiero estar con cualquiera antes que estar contigo.

-Tu padre ¿nunca te dijo que mentir es malo? debería castigarte para que aprender a no mentir-ella lo ignoro y siguió caminando pero Rapha quería jugar un rato con ella y sin que ella lo pudiera evitar él le dio una nalgada en el trasero.

-La próxima te castigaré severamente-dijo él al ver la cara de enojo de su amiga.

-Odio que me hagas eso.

-Pero te gusta que te bese-afirmo él y la beso.

-Recuérdame ¿por seguimos siendo amigos?

-Por qué no puedes vivir sin mí-respondió él con una sonrisa.

-¿Pero quién te crees?

-Admite que soy irresistible, aún recuerdo cuando nos conocimos, me pediste de rodillas que seamos amigos y me diste tanta lástima que acepte ser tu amigo-dijo él burlonamente.

-Yo ni hola te decía fuiste tú quien me ofreció su amistad, tan serio que te veías y resultaste ser un pervertido.

-No creo ser un pervertido solo por espiarte cuando te cambias o te duchas.

-Siiiiii, eres un pervertido por hacer eso.

-Te prometo que nunca más vuelvo hacer eso.

-Ya es la tercera vez en dos días que me lo prometes.

-Yo no tengo la culpa de ser así, la culpa es tuya.

-Sí, de seguro eras un santo antes de conocerme.

-Sí, era un santo, hasta cura iba hacerme-responde él.

-Ya perdí toda una mañana de clases.

-¿Olvidas quien es mi padre?

-No, ya quien es tu padre.

-Entonces relájate.

-No quiere decir que porque tu padre sea el director de este colegio tu y yo haremos lo que se nos plazca.

-¿Quién diría que cambiarias tanto? ya no te pareces a la monja que entro aquí hace dos años.

-Tú me cambiaste, Rapha.

Rato después…

-Cristal ¿quieres salir conmigo este fin de semana?

-Alex gracias por invitarme pero…

La morena no termino de hablar porque Rapha se acercó a ella y la interrumpió.

-Ella va a salir conmigo tal vez deberías darte por vencido ¿no ves que ella no quiere estar contigo?

-Tú no te metas.

-A mí me hablas más bajito ¿entendido?

-Vete al diablo, imbécil.

Rapha no se iba dejar tratar así y afrete de todos le dio una pana en el rostro a Alex.

-A mi tu no me hablas así-dijo Rapha.

-Yo no te tengo miedo-aclaro Alex.

-¡Ya basta los dos!-dijo Cristal.

-Pártele la cara a esa imbécil, Rapha-pidió un amigo suyo, su nombre es Leonardo, un muchacho más alto que Raphael, tenía el cabello negro azulado, y también era muy musculoso.

-Ya cállense-dijo Cristal, pero Rapha y Alex no dejaban de mirarse con rabia estaban a punto de golpearse pero Cristal se coloco en medio de ambos.

-Alex te prometo que la próxima salgo contigo pero este fin de semana saldré con Rapha.

-Está bien, bonita será como digas-él rubio acaricio la mejilla de Cristal.

-No la toques-dijo Rapha.

-Ya basta-dijo Rapha a su amigo y se separo de Alex.

-Cuídate, la próxima vez no habrá nadie que te salve-dijo Rapha a Alex.

-Pensé que esto se iba a poner interesante-dijo Mikey, un muchacho de cara tierna, ojos azul cielo y tenía la cara con pecas, también estaba muy marcado, quien estaba cerca de Xever y observaba la escena.

-Ya sabes cómo es Rapha no se quedara tranquilo hasta ver a ese idiota en la camilla de un hospital-afirma Donnie a su amigo, era un muchacho de pelo castaño, ojos rojizos y más alto que sus amigos.

-Tienes razón, esto no término aquí-responde Mikey con una sonrisa.

En otra parte de la cafetería.

-Es increíble que esos dos se pelen por esa insignificante-dice Mona Lisa.

-Se ve que tiene mal gusto-dice Karai y ríe.