Hola! He decidido traer a ustedes este Fic, un IchiRuki que ojalá les guste tanto como a mi escribirlo, antes que pregunten es un UA, y está basado en una novela que leí hace mucho, de laque lamentablemente ya no recuerdo el autor, pero se llama "el amante" obviamente yo le imprimí mi toque original =) y les traje el prologo y el primer capítulo para que se entienda mejor…
Antes que nada haré unas advertencias: es un fic con contenido explícito, y no es apto para menores de edad, si no te gusta por fsvor no leas, otra cosa es que tal vez haya un poco de Ooc, y algunos Oc, pero será muy poco y trataré de conservar a los personajes tal y como son lo más posible… ahora sí, chicas ychicos ojalá les guste esto…
Let´s read!
Prólogo…
Él la miraba con indiferencia, y aun así en aquellos ojos de miel se reflejaba una intensidad que no era de ese mundo, ardían en llamas, y a la vez eran melancólicos…
Ella seguía ensimismada en esa efímera visión, delante de sus ojos había aparecido de un círculo de brillantes haces de luz una gallarda figura, era alto, con un cuerpo escultural y un abdomen perfectamente marcado, su cabellera revuelta de un naranja intenso y unos ojos afilados, ambarinos, su rostro varonil y bien definido con el entrecejo fruncido, dando un aire salvaje, sobre todo por ese par de pequeños colmillos que sobresalían de esos labios tentadores…vestía solo un pantalón negro y traía una cadena al cuello…
Así que ella lo había liberado. Por fin luego de siglos de permanecer en cruel letargo alguien le había invocado, seguramente para requerir sus servicios, de cualquier forma estaba libre ¡libre! vería el mundo de nuevo con sus ojos ¿cuánto había cambiado, cuánto tiempo hacía desde la última vez? … tendría tiempo de averiguarlo, ahora era tiempo de cumplir con su trabajo…
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Darkness Lover
Capitulo I.
La lluvia caía incesantemente golpeando los cristales de aquella oficina, el reloj apuntaba las nueve con treinta minutos y el lugar casi vacío estaba en completa penumbra, salvo, claro estaba, por la pequeña lámpara que alumbraba el cubículo de la última fila a la izquierda, justo junto al ventanal. Ahí enzarzada en el teclado del ordenador se hallaba una preciosa chica de cabellos cortos color azabache, a quien el tiempo parecía pasarle en vano, sola como estaba en la oficina solo se ocupaba de una cosa: su trabajo. Un relámpago fugaz cruzó el cielo de lado a lado y fue lo único que logró distraerla momentáneamente de su tarea, la joven posó la mirada en el ventanal y arqueó las cejas ante la oscuridad de la calle, ¿ya tan tarde era? Debió salir desde las siete.
Echó un resoplido y finalmente cerró la computadora. Mañana sería otro día. Si, otro rutinario día en su rutinaria y solitaria vida. De pronto la luz de la oficina se encendió súbitamente y la joven dama dio un respingo sorprendida, sobre todo cuando una alegre y melodiosa voz canturreó su nombre
-Rukia chan! –ella sonrió a aquella guapa mujer que le había llamado, una rubia despampanante de figura voluptuosa y delantera prominente, su blondo y largo cabello lo llevaba suelto con una diadema ancha y blanca, todavía tenía el uniforme del trabajo, que le quedaba la mar de bien, aunque con ese cuerpo de modelo todo lo que ella ponía se le veía genial…
-ah, hola Ran… -saludó la joven morena a su amiga, Rangiku Matsumoto, la "consentida" de la oficina y también su mejor amiga- que haces aquí a esta hora? No te fuiste temprano hoy?
-ay si amiga, solo que me olvidé unos papeles y tuve que volver, me ha traído Gin…-ante esto último sonrió contenta y Rukia rodó los ojos
-ya te dije que ese tipo es un idiota! –se quejó mientras recogía su abrigo y terminaba de ordenar su escritorio, le gustaba dejarlo listo todo para el día siguiente, era algo casi metódico para ella, volvió a mirar el rostro de su amiga en el que había aparecido una triste sonrisita- perdona Ran… sabes que no me agrada, es de esos superficiales que solo quieren una cosa…
-sí, si… acostarse conmigo…-terminó la frase con un puchero- ¿por qué siempre me dices esas cosas? Tampoco te gustaba Richard, ni Renzo ni Keitaro…
-y no tuve razón con todos ellos? –intervino sutilmente la joven caminando hacia la rubia, esta cogió sus papeles y salieron ambas de la oficina apagando el interruptor de la luz
-bueno…
-ya ves?...-Rukia meneó la cabeza bajando las escaleras- lo que tú necesitas es un hombre de verdad, uno que te quiera no por tu cuerpo sino por lo que vales como mujer…-la rubia sonrió un poco
-sé que me lo dices porque me quieres, pero ya verás que Gin es el bueno amiga…-la chica se despidió y le hizo la mano, Rukia vio aparcado fuera del edificio un elegante auto blanco y caro en el que un guapo hombre de cabello y piel claros esperaba al volante, Rangiku corrió hacia el auto y entró, la morena se encogió de hombros y se dirigió a las escaleras para bajar al estacionamiento a buscar el suyo
-ay Rangiku, ojalá este no te haga llorar…- mientras caminaba distraída chocó con un joven de cabellos albinos que iba metiendo una pila de papeles en la cajuela de su auto, ella trastabilló y el guapo chico le sostuvo con el brazo que tenía libre
-se encuentra bien?...-preguntó con una voz varonil que parecía no provenir de él mismo, ya que su aspecto era algo infantil, pese a ello hacía un contraste muy agradable, y si le sumabas esos intensos ojos verdes la impresión era por demás interesante
-oh… si, muchas gracias… discúlpeme, venía distraída…-Rukia no pudo evitar reparar en que jamás había visto a ese joven en las oficinas, el muchacho pareció darse cuenta y sonrió ligeramente
-me acaban de trasladar, soy Hitsugaya Toshiro…-explicó
-ah, entiendo… Kuchiki Rukia, es un placer… -ella le tendió la mano y el muchacho arqueó las cejas
-Kuchiki?... es usted familiar del presidente Byakuya?
-es mi hermano mayor…-dijo no muy contenta, a pesar de que eran familia ella y Byakuya no se llevaban bien, de hecho casi ni se frecuentaban y por esa misma razón, aunque ella debía por derecho ocupar un cargo en el consejo presidencial de la empresa, se había negado rotundamente.
-ah claro…-el estrechó su mano con cortesía- pues estoy a sus ordenes Kuchiki-san…
-no, nada de eso, llámame Rukia, como todos…-la joven le sonrió amablemente y el albino no pudo evitar notar que era una mujer encantadora. Se despidió del chico y subió a su automóvil sonriendo ligeramente, pese a su apariencia seria y un tanto infantil ese muchacho le había parecido muy buena gente, seguramente se llevarían muy bien. Que tonta, olvidó preguntarle en qué área estaría, bueno seguro lo vería en el corporativo mañana…
Subió a su auto y arrancó, lo primero que hizo fue encender la radio, mientras tarareaba la canción iba pensando en qué haría para cenar porque no tenía casi nada en la heladera, bueno nada más que cenas congeladas y refresco, pero estaba algo floja para ir a hacer el súper, todo lo que quería era llegar, darse una ducha y tirarse en su cama… de todos modos no tenía nada mejor qué hacer…
Y es que su vida se limitaba a eso. Trabajar e ir a casa. A veces salía a tomar un café con Ran y las muchachas pero nada más. Muchas de sus amigas tenían novio o estaban casadas ya, con hijos, y una hermosa familia, pero ella no… ya no creía en el amor…
-Kaien…-murmuró para sí y sus ojos se empañaron ligeramente. No. Se prometió no volver a pensar en él, no volver a recordarlo, ella fue la tonta, Kaien no tenía la culpa, y aun así se sentía tan mal…
Cuando era una jovencita se enamoró de su profesor de esgrima, era un hombre encantador, guapo, fuerte, tenía una sonrisa que te derretía, su cabello revuelto y oscuro y su mirada profunda. Él también se interesó por ella y había mucha química, demasiada… tanta que cuando Rukia estuvo a punto de confesarle lo que sentía se enteró que Kaien tenía familia…
-dios… todavía no puedo con esto…-musitó haciendo un alto para el semáforo
Cuando vio aquella tarde a la mujer que había ido a buscar a Kaien sintió un nudo en la garganta. Su vientre abultado apenas y esa sonrisa que puso cuando se arrojó a sus brazos fue todo lo que necesitó para abrir los ojos. El volteó inmediatamente hacia ella y una profunda pena se reflejó en esa mirada… Rukia echó a correr sin tiempo siquiera de dejarlo hablar. Al día siguiente renunció al club de esgrima, fue algo triste ya que tenía mucha facultad. Kaien trató de hablar con ella pero no quiso seguir con eso… "tienes un hogar, una familia… no la desperdicies… que seas muy feliz" esas fueron sus últimas palabras para él…
y sin embargo el destino le tenía preparado aun más sufrimiento. Luego de seis meses de haber renunciado al club de esgrima estaba un poco más repuesta, hasta que volvió a verlo de pie en la puerta de su instituto. Si, Kaien había ido a verla, a decirle que no podía olvidarla… esa tarde definitivamente jamás la borraría de su memoria, él trató de besarla y Rukia se apartó temblando, su solo tacto le quemaba la piel, cuando él volvió a cogerla de la cintura le asestó una bofetada, con lágrimas en los ojos le reclamó no haberle contado de su familia, que ella no era ese tipo de chica y que no quería volver a verlo nunca… y jamás lo haría. Esa misma noche Kaien tuvo una discusión con su esposa mientras manejaba y el auto se volcó en la autopista…
-fue mi culpa…-musitó. No había podido dejar de lado ese pensamiento. No podía evitar pensar que ella fue la culpable del accidente esa noche, de no haber discutido así con él jamás habría reñido con su esposa…recordó haber llorado hasta cansarse estaba devastada, no solo había muerto el primer hombre al que había amado con todo el corazón sino también una mujer inocente que no tenía la culpa de nada y un pequeño que ni siquiera había nacido… y eso fue lo que ocasionó también su distanciamiento con su hermano. Byakuya jamás vio con buenos ojos los sentimientos de su hermana por aquel hombre.
De eso ya habían pasado ocho largos años. Ahora con veinticinco años, Rukia seguía sin nadie a su lado. Le había costado mucho superar esa situación, y aunque no le faltaban pretendientes, pues era una chica hermosa, preparada e inteligente, ella simplemente se había cerrado al amor otra vez. Y no solo emocionalmente… mientras pensaba el semáforo marcó en verde y por fin pudo avanzar, de pronto su móvil sonó y la morena contestó por el manos libres…
-si? Rangiku?... qué pasó amiga?
-Rukia-chan…-sollozó desolada al otro lado de la bocina- puedes venir por mi… por… favor…?
-dónde estás?... qué sucedió?... ese estúpido te hizo algo verdad?...
-estoy… en el bar las noches… -la rubia no pudo más y rompió a llorar
-E-espérame ahí… llego en diez minutos…- y dicho esto colgó.
Dio un golpe al volante y gruñó ligeramente. Ese idiota. Seguramente le propuso algo a Rangiku y ella se negó ¿por qué siempre era lo mismo? ¿Por qué los hombres solo la seguían por cama? Y Ran era tan enamoradiza y crédula, había esperado tanto por el amor de su vida, además era mayor que ella, con 28 años sentía que "se le iba el tiempo" quería encontrar un hombre que la amara y casarse, pero en su ilusión había acabado más de una vez llorando… no tardó en llegar al bar, un lugar muy vistoso lleno de gente y música movida, una larga barra negra al final con un guapo bartender sirviendo bebidas, mesas pequeñas y altas con bancos de piel negros, un pequeño escenario donde tocaban las bandas cuando había noche en vivo y reflectores con luces en matices azulados rojos y violetas…
Rukia arrugó un poco la nariz ante el repentino olor a cigarro, no le gustaban los fumadores, ni tampoco era aficionada a las bebidas con alcohol, se echó el saco al hombro y entró al lugar buscando a su amiga. Más de uno se le quedó mirando atontado, y es que, aunque ella no lo notara y a veces se sintiera incluso inferior a otras… Rukia era toda una belleza. Su figura frágil y esbelta, su pequeño pero firme busto, unas caderas deliciosas y sus piernas torneadas, un rostro de facciones delicadas enmarcado por su cabellera más negra que la noche, piel nívea y pura, nariz pequeña y labios aterciopelados y rojos , y un par de preciosos ojos de un color violeta místico, fascinantes, hechizantes… esa era kuchiki Rukia.
-quieres bailar muñeca?...-le propuso un hombre mirándola con lascivia, ella apartó la mirada y educadamente contestó con un "no gracias" antes que insistiera aquel estúpido ella caminó de prisa rodando los ojos con fastidio, por fin encontró a su amiga en un rincón junto a la barra y con un vaso medio vacío junto a ella
-Ran! Ahí estás!...
Cuando la rubia la escuchó alzó la mirada y sus ojos azules se empañaron con gruesas lágrimas, no esperó hasta que la morena llegara a ella y de prisa se levantó sujetándola de la muñeca tiró de ella hasta casi salir del bar, no quería que la vieran así, se sentía tan mal, su maquillaje se había corrido todo de tanto llorar y tenía los ojos hinchados, Rukia hizo un esfuerzo por detenerla hasta que se pararon junto al auto de la joven Kuchiki, entonces Rangiku echó a llorar con ganas y Rukia abrió el auto para que entraran, una vez adentro la morena suspiró
-que pasó…? –preguntó directamente, la otra tardó en acallar sus sollozos y sonrió con la más triste de sus sonrisas
-que tenías razón… dios mío… tenías razón Rukia-chan!...-la hermosa rubia se cubrió la cara con ambas manos- me da pena decírtelo… quiso… quiso que lo hiciéramos en el baño! Ni siquiera en su cama!... yo… yo…
-ay mujer… -la morena arrancó el auto y puso rumbo a su casa. Otra noche de chicas, pensó. Lástima que Inoue estuviera todavía en Londres de vacaciones, seguramente les serviría charlar…
Llegaron a su casa por fin tras un rato de conducir y escuchar a Ran maldecir sobre su vida, sobre que los hombres eran unos cerdos y cuanta cosa se le ocurriera, en ese estado no podía llevarla a su departamento. Llegaron y se cambiaron, por suerte Rukia tenía en casa algunas ropas de Inoue de cuando se quedaba a dormir con ella, así que se las prestó a la rubia. Luego de darse una ducha y sacar de la nevera un bote de helado de chocolate y una caja de galletas oreo las dos se sentaron en la alfombra de la estancia a conversar.
-gracias amiga… qué haría sin ti…-la morena sonrió un poco ante el comentario
-no tengo idea…-bromeó llevándose una cucharada de helado a los labios- no ya en serio Ran… debes dejar de confiar tanto en cada tipo que te manda un piropo…
-lo sé! Lo sé… es solo que…-la otra hizo un puchero, llevaba dos tazones de helado y no conseguía sentirse mejor- te lo juro Rukia, ya no quiero estar sola…
La morena suspiró y se levantó a cerrar las cortinas, luego del aguacero empezó a hacer algo de frio, suerte que encendieron la chimenea eso ponía el ambiente muy agradable, pese a que todavía el cielo estaba nublado. A Rangiku siempre le había gustado la casa de Rukia, era bastante grande, de un estilo clásico antiguo muy elegante, la heredó de su familia y fue una de las pocas cosas que conservó, aunque comparada con la de su hermano Byakuya esta era apenas una casucha… siempre se preguntó cómo es que a ella no le molestaba la soledad. Rukia vivía sola, casi no salía y salvo las veces que Orihime-chan se quedaba con ella, la mayoría del tiempo no tenía más compañía que su gato, quien ahora mismo dormitaba cómodamente en un cojín de terciopelo junto a la chimenea. Y es que sabía de más de uno que quería conquistarla, pero simplemente ella no cedía. A veces incluso la envidiaba, Rukia podía darse el lujo de desdeñar el amor y convivir con la soledad sin mayor problema mientras que ella no soportaba más llegar a su departamento y hallarlo vacío.
-nee Ru-chan…-canturreó traviesamente la rubia, la aludida le miró con nervosismo, siempre que la llamaba así era para pedirle un "favor especial"- podemos…?
-ah?...- ella hizo una mueca al ver que su amiga traía entre las manos una botella de whisky ¿de dónde cuernos la sacó? Seguramente sería de su hermano, de cuando vivían juntos en la casona, y llevaba un largo rato escondida añejándose junto al viejo estante de libros, porque ella no bebía…
-por favor…-hizo ojos de cachorrito
-ni hablar, sabes que no tomo… pero bebe tu si quieres, no me molesta –sonrió comprensivamente
-por favor…-suplicó- de veras, necesito esto… quiero sacarme a Gin de la cabeza… -antes que pudiera replicar su amiga ya había ido a la cocineta por dos vasos y una reja de hielos
-ven acá…! Matsumoto!... –se quejó la morena pero ya era tarde. Suspiró vencida al ver que ella regresaba y ya venía con todo listo, agua mineral, refresco de cola, hielos…-ahhh, bien, ok, pero solo esta vez…
-ayy gracias! Por eso te quiero mi niña! –la rubia le abrazó apretándola contra su voluptuoso pecho y Rukia sintió que se ahogaba…
Pronto y después de algunos tragos las dos amigas se hallaban tiradas sobre la alfombra de la estancia entre muchos cojines, se habían acabado el bote entero de helado y ahora reían divertidas contándose algunas anécdotas, obviamente el whisky había hecho muy bien su trabajo pues Rangiku ni se acordaba de quién era Gin y Rukia se reía de cualquier cosa, algo muy difícil de lograr ya que la linda morena era bastante seria…
-y entonces le dije… ¿y de ese bichito presumías tanto?...-chilló la rubia arrastrando las palabras, Rukia echó una carcajada
-Noooo? En… serio? –sus mejillas calientes por el licor tenían un ligero sonrojo que la hacía verse sumamente hermosa
-te… te lo juro…-Ran se llevó el vaso a los labios y bebió de un trago el resto- y sabes qué? Ni estaba tan guapo el tipo…
-jajajaja….-volvió a reír la morena- tu sí que… tienes… experiencia…
-dime algo ru-chan… ¿tú nunca has tenido novio?... digo…-se sirvió otro poco de Whisky acercándose un poco más a la morena, ella negó intempestivamente con la cabeza – no?... ¿y por qué?... si … eres… tan bonita… y rica…
-por qué no…-protestó como niña chiquita haciendo un puchero, a eso Matsumoto se tiró muerta de risa sobre los cojines, incluso derramó su trago
-qué monada!...-apuntó risueña, Rukia tenía el ceño fruncido- pero… a veces… una mujer necesita… de alguien que la bese, la acaricie… que le haga retorcerse en la cama hasta gritar!...
-yo no…-masculló la Kuchiki con aires de grandeza
-y te piensas morir virgen?...-interrogó Rangiku con gesto pícaro…
-qué más da…ni es la gran cosa eso de acostarse… -la chica echó a reír y su amiga le miró reprobatoriamente
-noooo señorita, eso sí que no…usted necesita un novio…
-no…-resopló la morena
-sí! - Canturreó alegremente su acompañante
Rukia, que todavía no estaba tan pasada de tragos sonrió cálidamente al ver que ahora sí había logrado que Ran se sintiera mejor, le costó algunos Whiskys pero ya qué, lo bueno del asunto era que seguramente mandaría al diablo a ese pedazo de imbécil con el que salía y no lo volvería a ver… arqueó las cejas al ver que su amiga registraba histéricamente su bolso y se acercó a mirar con gran curiosidad…
-qué haces?...
-Espérame tantito… -bufó-ay… dónde lo puse…Ah! Aquí está!...-la rubia sacó de su enorme bolso negro (repleto por cierto de toda clase de cosméticos y accesorios) un pequeño libro negro, desgastado y bastante maltratado y se lo enseñó a Rukia
-y eso qué cuernos es?...
-lo conseguí el otro día mientras miraba en una tienda de chucherías antiguas…-la rubia sonrió encogiéndose de hombros- me dijeron que era un libro de magia llamado Arrancar…
Rukia fijó sus ojos en aquel; plasmado en la vieja portada estaba el grabado de una especie de máscara extraña que era cruzada de lado a lado por una espada… la joven entreabrió ligeramente los labios con una expresión indescifrable, ¿Qué carámbanos hacía su amiga con una cosa como esa? Tenía de repente el sentimiento de que ese viejo libro encerraba algo más que solo palabras raras entre sus páginas…
-y… ¿para qué rayos lo quieres? – musitó todavía sin entender la idea
-pues es como para qué?... –la rubia sonrió traviesa- debe haber aquí algún hechizo para conseguir novio!...
-ay no ma….-la morena se recompuso antes de soltar una grosería- quiero decir, no inventes…no estoy desesperada como para recurrir a eso Ran!...
-qué insinúas?...-inquirió con una venita en la sien, Rukia tragó saliva
-no… nada… -corrigió- Pe-pero no es buena idea… mejor vamos a dormir…
-tienes miedo Rukia-chan?...
-claro que no… pero nii-sama siempre dijo que no es bueno tentar la suerte…-citó lo que alguna vez le dijo su hermano mayor cuando reñía con ella por su mal comportamiento.
Total que entre toda la sarta de hechizos que había encontraron uno para "invocar" un amante, Rangiku echó a reír cuando vio el rostro sonrojado de Rukia ante esto y más aun cuando leyó el conjuro. De inmediato la morena cerró el libro con fuerza y apartó la mirada, era fácil de entender para Ran, Rukia era aun virgen y obviamente no tenía ninguna clase de experiencia con el sexo opuesto…y mucho menos, claro estaba, había tenido un amante…por lo que la rubia decidió jugar un poco con su amiguita, a ver si así espabilaba un poco…
-e-espera Ran ¿qué rayos haces?...
-enciendo la vela…-contestó con naturalidad, había ido por el salero a la cocina y dibujado un círculo y un pentagrama con la sal en el suelo de la estancia, tal y como indicaba el conjuro, luego colocó una vela roja en el centro de éste y en cada punta de la estrella puso una moneda de plata…
-basta! Si nii-sama se entera que estoy haciendo cosas raras en la casa me va a ir mas mal que de costumbre!...-se quejó la morena
-oh por las ánimas! No pasará nada… de todos modos no crees en estas cosas o sí?...-Rukia no contestó, solo se limitó a encogerse de hombros mientras Rangiku abría el libro buscando la página que quería, sonrió ligeramente y comenzó a leer el conjuro…
"de las tinieblas infinitas de esta noche, clamando con mi voz entrecortada, te invoco ¡oh, insaciable caballero! ¡Ven y responde mi llamada!... llega en brumas o en tempestades, o tan tranquilo como el mar en calma, ven y haz olvidar mis pesares, apaga con tus besos el fuego de mi alma!...
-Etto… Ran, no creo que sea buena idea…-inquirió de nuevo con las mejillas rosadas la Kuchiki, su amiga le ignoró olímpicamente y continuó recitando el final del conjuro
"YO tu ama te lo ordeno, mío por cinco lunas serás, complacerás cada uno de mis deseos o con tu alma el precio pagarás… YO te libero de tu prisión eterna, Deshago los cerrojos de tu cautiverio, con Sangre sello tu contrato y Rompo las barreras en el acto!
Un ventarrón helado abrió de golpe las ventanas haciendo que ambas mujeres, especialmente Matsumoto, saltaran asustadas, la rubia tiró al suelo su vaso de la impresión, el fuego en la vela roja bailó incesantemente movido por el aire y estuvo a punto de apagarse mientras el gato de Rukia se erizó todo y maulló tétricamente enseñando los colmillos en su cojín…
-AAAy!...-chilló Rangiku-pero que demo… que susto! –luego echó a reír…
-T…te hizo gracia? –Protestó Rukia exaltada- casi me muero del susto Rangiku! Esta me la pagas!...
-ya, ya… no pasó nada! –se quejó…-en serio… ay creí que funcionaría…
La rubia corrió hacia la ventana y la cerró con un puchero mientras bostezaba, Rukia suspiró levantando los vasos y el bote vacío de helado, ¿de verdad ellas armaron todo ese desastre? Se puso peor que cuando Inoue se montaba su fiesta de pijamas! Bueno claro, ella no bebía como camionero, pensó divertida al recordar el talento de su amiga con los tragos…
-que niña eres! – sonrió un poco la Kuchiki
-mejor… vamos a dormir que muero… de sueño…-un largo bostezo mas escapó de los sensuales labios de la rubia y Rukia meneó la cabeza
-adelántate, yo llevo esto y me acuesto…-antes que se negara la peli negra le señaló con el dedo hacia la recámara que le había tocado- no, no es molestia, ya ve a dormir mujer, mañana tendremos una resaca marca diablo…
-Gracias Rukia-chan… te debo una…-con verdadero gesto de gratitud ella le sonrió una última vez a la morena para luego entrar a la recámara y caer como piedra sobre su cama
- ya me empezó a doler la cabeza…-dijo un poco mareada, ella no acostumbraba tomar y unas cuantas copas eran suficiente para tener resaca, pero con el susto de hace un momento parecía haberse bajado un poco la borrachera, aun así suspiró llevando las cosas a la cocina, mañana lavaría los trastes ahora solo quería dormir… Volvió a acomodar los cojines y reparó en el vaso que se había roto, bufó un poco antes de inclinarse a recoger las astillas pero una grande se incrustó en su dedo provocándole un dolor agudo y haciendo de paso que se le escapara una maldición
-me lleva…! – espetó molesta tratando de quitar torpemente la infame astilla que había osado clavarse en su dedito, cuando lo logró brotó un poco de sangre, ella dio un respingo y un par de gotas cayeron al suelo…
Rukia se dio la vuelta molesta llevándose el dedo a los labios lista para ir a la cama cuando un haz de luz intenso iluminó la habitación por completo, la chica se giró perpleja y retrocedió un par de pasos cegada por la luz hasta caer al suelo, con el dorso de la mano trató de cubrirse un poco mientras su cerebro intentaba procesar lo que estaba sucediendo, en el suelo la llama de la vela se había encendido de nuevo y bailaba con un resplandor naranja que crecía cada vez más y más y tomaba tintes entre rojo negro, un remolino de aire se generó dentro de la habitación y delante de la morena aquellos haces de luz y sombra se entremezclaron cobrando forma humana…
El abrió lentamente los ojos, estaba libre. Paseó la mirada por todo el lugar sin hacer un solo movimiento, ahí estoicamente de pie simplemente dedicó unos minutos a observar todo a su alrededor. Así que finalmente alguien le había invocado, luego de tanto tiempo…
Entonces reparó en ella. Sin decir una sola palabra la examinó cuidadosamente a aquella que seguramente había recitado el conjuro. Esta vez era una mujer joven y hermosa lo cual le pareció sumamente extraño ya que normalmente era alguna loca desesperada, aunque no era la primera dama bonita que le llamaba para requerir sus servicios pero si había algo en ella que le parecía… peculiar… aun así, le habían invocado para cumplir con su tarea así queeso era exactamente lo que haría…
Rukia le miraba anonada. ¿sería verdad? ¿sería producto de tantos Whiskys que había bebido con Rangiku? ¿Qué hacía aquel hombre ahí de pie en medio de la estancia?... la morena le observó fijamente, como si fuera lo más hermoso que hubiera visto… era alto y muy bien dotado su cuerpo perfecto parecía esculpido en mármol, sus facciones afiladas y varoniles y un par de pequeños colmillos sobresalían de sus labios haciendo le lucir algo salvaje, su piel dorada, el cabello naranja encendido y alborotado y esos ojos de miel, fieros implacables y al mismo tiempo vacíos y melancólicos. llevaba puesto solo un pantalón ancho y negro, algo rasgado desgastado y una especie de cadena negra al cuello, nada más que eso… sin saber por qué Rukia sintió su corazón dar un vuelco y sus mejillas se tiñeron de rosa…
En dos pasos el guapo joven estuvo delante de ella… la morena torpemente se puso en pie y retrocedió un poco intimidada, visto más de cerca era mucho más alto que ella y su pulso se aceleró, entonces él sin decir nada le cogió de la muñeca y con un gesto un poco brusco la arrojó al diván junto a la ventana…
-Q…qué crees que….! –protestó la morena volviendo en sí pero aquel joven misterioso se inclinó sobre ella acallando sus protestas con un apasionado beso…
Rukia trató de moverse pero él puso un poco más de fuerza en su agarre, mordió ligeramente su labio inferior para forzarla a abrir la boca entonces la invadió con su lengua, degustando con placer el ligero sabor del whisky que había quedado en ella… que Delicia… la morena sintió como un escalofrío le recorría la espina, su cabeza se llenó de vértigo y se tensó ante aquella nueva y desconocida sensación, él acarició suavemente uno de sus muslos como para que se relajara y lentamente se separó de ella un poco, solo lo justo para dejarle respirar… apenas el consideró que había recuperado el aliento volvió a besarla de nuevo con la misma intensidad, mientras con la mano que tenía libre desataba el camisón blanco de la muchacha, Rukia aun en sus brazos tembló pero él no la dejó protestar… sonrió ligeramente al encontrar un coordinado rosa con encaje que le pareció sumamente tierno, se sintió incómodo ahí en el diván así que la sostuvo en brazos un instante…
-la habitación…-demandó con voz ronca y sensual, ella no contestó pero miró de soslayo la puerta de la derecha, el medio sonrió ladinamente y pareció complacido
antes que la chica pudiera evitarlo ya había caminado hacia el cuarto y abrió la puerta de una patada para luego depositarla suavemente sobre la cama, al instante ella se medio incorporó tratando de poner en orden sus ideas, le pesaba mucho la resaca, su cerebro no quería responder y sentía una especie de miedo recorrerle todo el cuerpo, aquel misterioso chico se reclinó sobre ella una vez más y lentamente hizo que se recostara… había algo extraño con esa mujercita, ¿acaso no ella le había invocado? Entonces por qué parecía tener miedo de lo que estaba pasando? De algún modo no se sintió contento, Joder, ¿por qué le complicaban el trabajo?...
Rukia tembló nuevamente ante un par de caricias, luego sintió como el besaba despacio su cuello desde su clavícula hasta su oreja, ya no podía más, mil sensaciones la envolvían haciendo que su conciencia poco a poco se perdiera, su cuerpo reaccionaba pero ella tenía mucho temor…
-E…espera…-musitó con dificultad, el negó con la cabeza y siguió con su tarea…-B…Basta… Yo…
-Shhhh….no voy a lastimarte….
-Quién… Eres….?...-preguntó antes de caer en la total inconsciencia, en un susurro logró escuchar el nombre de aquel ardiente hombre que la estaba volviendo loca…
-Kurosaki…Ichigo…
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Continuará…
