ESTAFA

En los últimos meses sus "negocios" no habían resultado como esperaban, por ahora se encontraban atorados en San Francisco, lo cual resultaba ser una ventaja recordando su estilo de vida. Abrió la puerta del pequeño departamento que compartían, escucho uno de sus viejos discos.

Fue en esa apoca que lo conoció, le gustaba su look de chico guapo, jeans rotos, camisa blanca y unos tenis rojos. Recordó la sonrisa que le dio cuando sus ojos se cruzaron mientras cantaba esa vieja canción, era un joven solitario recargado en una mesa, se quedó hasta que la banda recogía sus cosas y fue hasta él.

-Sabes realmente me gustó la última canción –decía el chico metiendo sus manos en los bolsillos.

-Gracias, ¿quieres una playera? –no supo de dónde vino eso.

-Eso sería genial –dijo ruborizándose. –Nunca creí que el vocalista de Flesh Curtains fuera tan amable.

-Rick, puedes llamarme Rick –contestó sintiéndose tonto.

-Stanley, Stanley Pines –el joven castaño estiraba la mano para saludarlo.

Ese roce, ese simple toque y su piel se erizó, una extraña corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo se estremeció y por un instante no tuvo palabras.

-¡Estoy en la habitación! –el gritó de Stanley, mejor dicho Lee lo regresó de ese recuerdo.

-¿Qué planeas Pines? –dijo entrando a la habitación. Ahí estaba, parado frente al espejo, acomodando ligeramente el moño rojo alrededor de su cuello.

-¿Y bien que te parece? –le preguntó a Rick dándose la vuelta y dejando ver su nuevo atuendo. Sánchez no pudo evitar reír, que diablos traían en el rostro.

-¿Es en serio Lee? –decía entre risas. -¡Eso en tu ojo es un parche!

-¿No sé quién sea ese tal Lee? Yo soy El Señor Misterio –y debajo de su manga saco unas cuantas cartas.

-Esa es tu nueva idea para una estafa –Lee era de ideas en ocasiones extravagantes.

-Si lo es, es una maravillosa idea –dijo Stan, acercándose a Rick.

-No te negare el traje te queda realmente bien –su respuesta hizo ruborizar a Stan.

-Lo sé nena, es parte del atractivo de esta estafa –sus brazos ahora estaban en la cintura de Rick.

-Te escucho –respondió besando sus labios.

Resultó que la idea del "Señor Misterio" era excelente. Él fue un factor de distracción en la Plaza Unión, montó un acto de magia, mientras la los visitantes estaban distraídos Rick entró al Banco que ya estaba cerrado, los fuegos artificiales opacaron las ligeras explosiones. Inhabilitar el sistema fue extremadamente sencillo, no robó efectivo, desvió fondos a cuentas fantasmas en el Caribe, y gracias a la tecnología de Rick no hubo una sola huella. Todo había salido perfecto, Lee reía era su mejor "negocio" en meses, podrían adquirir nueva tecnología.

Descansaban en la suit del mejor hotel, reían entre risas estrepitosas, comida y mucho, mucho alcohol. Miró a Lee detenidamente, ahora había unas cuantas arrugas bajo sus ojos, pero seguía existiendo ese toque eléctrico que hace ya tanto tiempo le dijo que amaría al castaño toda la vida.

FIN