Imagen propuesta: 109Pareja con hilo rojo. ShadowLights
"Tú eres quien está entrelazado a mi destino. Eres a quien he esperado todo este tiempo. Jeremiah tu eres quien tiene el otro extremo del hilo rojo; ese que une nuestros destinos" exclama Lucy en lágrimas. Jeremiah simplemente se acerca y entrelaza sus manos con las de el para susurrar "siempre he sabido que eras esa persona, esa que soñé encontrar en mis horas más oscuras; quien me devolvería la luz y me haría crecer de nuevo. Somos esa pareja con el hilo rojo". En ese instante sin esperar tiempo se acerca y besa sus mejillas llenas de lágrimas antes de besar sus labios. Ya el mundo no importaba porque para ellos ese momento era su mundo.
¿El hilo rojo del destino? ¿Será tan real como lo dicen los libros o las leyendas que nos han enseñado de pequeños o simplemente algo que los idealistas creemos? En ese momento levanto el rostro simplemente para obsérvalo absorto en su trabajo. Su cabello desordenado y esa barba de días que le dan un aspecto más enigmático e intelectual me generan cosquillas el solo pensar que sería besarlo. Al final de todas nuestras aventuras nunca tuvo el valor de hacerlo y yo tampoco hice el esfuerzo. Lo cual fue extraño ya que todos dicen que soy caprichosa y hago lo que quiero. Pero es que él es diferente, simplemente estar con él me siento completa. No quiero perder esta zona de confort. Por desgracia mi curiosidad va entrar a apostarlo todo por saber qué piensa él sobre eso.
—¿Qué piensas sobre el hilo rojo del destino? —pregunto mientras cierro el libro en mi mano decidida a todo.
—¿Por qué la pregunta? —dice sin despegarse de lo que sea que esté haciendo en su laptop.
—No lo sé —digo mientras me pongo de pie y camino hacia la ventana —. Sé que eres alguien escéptico que no cree sino en lo que la ciencia dice, pero realmente me gustaría saber qué piensas de ello.
—Sabes que soy escéptico y aun así desea saber qué es lo que pienso de ello —en ese momento detiene su labor y me observar — ¿En serio deseas saber?
Simplemente asiento antes de enfocar mi vista en los rascacielos. Últimamente estoy más en su oficina que en la universidad o incluso en el departamento. Extrañamente este lugar es bastante cálido y acogedor. Comprendo muy bien que él no es la persona más elocuente o que le guste entablar una conversación con alguien (en especial conmigo) pero eso es lo que más me agrada de estar con él, siempre me escuchará sin importar lo melodramática y molesta que puedo llegar a ser. En ese momento escucho como se pone de pie y camina lentamente hacia donde estoy. Mi corazón comienza a latir porque sabe que esa respuesta puede cambiar todo.
—Te lo diré —dice a mi lado. No lo observo porque sé que es algo que genera temor, temor de que se arrepienta y no de su respuesta —. El amor no es más que una necesidad del ser humano por conservar la especie —sus palabras me desaniman. Su realismo es cruel —. Algo que honestamente me niego a creer —en ese instante me giro para verlo y está allí observándome con las mejillas sonrojadas —. Sé que crees que soy un idiota que no sabe conquistar a las chicas y lo acepto, lo soy —no puedo evitar sonreír —, pero también sé que la única chica a la cual he querido conquistar nunca le ha importado que sea un idiota o un sabelotodo, porque para ella soy el chico más genial que ha conocido, incluso más genial que mi mejor amigo —no puedo articular palabra y sabe que es algo que le da valor —. Recuerdo haber intentado ir a comprar ropa de moda solo para que me vieras, lo cual fue un caos total porque no logré articular ni una sola palabra a la vendedora del local —es verdad Takeru me contó esa historia hace tiempo ya —. Así que busque hacerlo a mi modo, al modo de un nerd y cree un sistema para poder comprar en línea y lucir lo suficientemente sofisticado para ti —en ese momento toma mi mano y puede sentir esas famosas mariposas que todos sienten —. Y me viste. A mí, el chico de las computadoras. Alguien que es todo lo opuesto a ti. O quizás Hikari-chan tenía razón y tú ya me habías visto —siento su mano en mi mejilla y para sopresa de todo es muy suave y agradable —. Pienso en que Hikari-chan tiene razón. Así que después de esto responderé a tu respuesta —está demasiado cerca y puedo sentir su respiración —. Que si esa leyenda es real estoy totalmente seguro que tu eres quien está entrelazado a mi destino. Eres a quien he esperado todo este tiempo. Mimi-chan tu eres quien tiene el otro extremo del hilo rojo; ese que une nuestros destinos.
—Leíste el libro —el solo sonríe ante mis palabras —. Idiota.
Es lo último que logro decir antes de sentir sus labios presionando los míos. No podría describirlo con claridad porque fue la situación más torpe, tierna y excitante que he tenido en mi vida. Koushiro puede ser lo que él quiera, un nerd, un idiota, un sabelotodo; pero lo que él es para mí es más importante que todo lo demás. Es la persona que sostiene el otro extremo de hilo rojo del destino y eso es más que suficiente para mí. Somos la pareja con el hilo rojo.
