Capítulo 1
¿Realmente me amas.?
Aquel fue un duro y cansado día, con el que su rutina como escritor de Best- sellers comenzaba a agobiarlo. Haber tomado un vuelo de 15 horas de Tokio a N.Y. y el haber firmado autógrafos todo el día lo habían puesto de mal humor y sólo quería estar con aquella persona que siempre lo seducía con su bella ingenuidad y sus ojos violetas que parecían desnudarle el alma.
Esa misma noche, Yuki trataba de despejar su mente caminando donde sus pies le llevaran, una leve lluvia acompañada por un aire frío y sobrio mojado sus dorados cabellos que caían delicadamente en sus mejillas empapándolas como un frío sudor. Su piel sentía como su húmeda camisa blanca se adhería a su cuerpo y lo llenaba de un escalofrío. Dejaba su mente divagar entre las tantas ideas que rondaban su cabeza.
Mientras iba caminando, una figura entre las sombras apareció de repente. Unos ojos oscuros lo miraron con cierto asombro y a Yuki le pareció haberlo visto antes pero su memoria no lo recordaba. Cuando siguió su camino no podía dejar de pensar en esa mirada y solo cabía una pregunta: ¿Quién era ese sujeto tan atractivo?. Tenía que volver a verlo.
A la mañana siguiente, Yuki se encontraba tomando un café en su restaurante favorito releyendo por tercera vez la noticia donde se anunciaba el éxito del grupo de rock Bad Luck, en un vano intento por olvidar el encuentro de la noche anterior. En ese momento, un hombre de complexión delgada pero fornida caminada con paso seguro hacia él, deteniéndose enfrente de su mesa. Yuki no podía creer que pudiera volver a ver a ese sujeto, sin embrago, estaba ante sus ojos.
-Hola Yuki, me alegra volver a verte. -dijo aquel desconocido
-¿Quién eres tú?- preguntó Yuki dirigiendole la mirada más fría que sus ojos podían dar
-¿Qué no me reconoces?, soy Touma-
El corazón de Yuki se estremeció a tal manera que su voz no pudo decir otra palabra. En ese momento le vinieron los recuerdos que su corazón quería reprimir, pero estaban descontrolados.
Touma tomó asiento frente a Yuki y esperó pacientemente una respuesta. El look de Touma estaba muy cambiado; su cabello largo hasta el hombro, recogido en una coleta en la nuca y mechones de cabello sueltos a los lados de la cara, lo hacía ver atractivo. y más bien deseable.
Yuki no podía creer que ese atractivo hombre fuera su cuñado y lo primero que le dijo fue que quería estar a solas con él.
En el departamento de Touma, Yuki cometió el acto más egoísta e impulsivo de toda su existencia. Renació en ellos el fuego apagado de una pasión ardiente y reprimida por tantos años de separación. Los dos se encontraban mirándose a los ojos como para cerciorarse de que realmente se tenían ahí, como si se pertenecieran mutuamente, pareciera que podían leerse el pensamiento invadidos por un deseo incontrolable como en los tiempos pasados. Yuki tomó la iniciativa y sujetó a su compañero por los hombros con una firmeza que rayaba en la desesperación y el deseo. Lo apoyó contra la pared y dejó que sus impulsos lo controlaran. Le dio un beso tan ardiente que pareciera que sus almas se fusionaban para siempre. Touma siempre impaciente por volver a tener a Yuki, se encontraba en una felicidad tal que su cuerpo se estremecía con el más leve toque. Dejaron que su pasión los llevara hasta los límites más salvajes que el ser humano posee.
Escrito por La Belle Milan
Aquel fue un duro y cansado día, con el que su rutina como escritor de Best- sellers comenzaba a agobiarlo. Haber tomado un vuelo de 15 horas de Tokio a N.Y. y el haber firmado autógrafos todo el día lo habían puesto de mal humor y sólo quería estar con aquella persona que siempre lo seducía con su bella ingenuidad y sus ojos violetas que parecían desnudarle el alma.
Esa misma noche, Yuki trataba de despejar su mente caminando donde sus pies le llevaran, una leve lluvia acompañada por un aire frío y sobrio mojado sus dorados cabellos que caían delicadamente en sus mejillas empapándolas como un frío sudor. Su piel sentía como su húmeda camisa blanca se adhería a su cuerpo y lo llenaba de un escalofrío. Dejaba su mente divagar entre las tantas ideas que rondaban su cabeza.
Mientras iba caminando, una figura entre las sombras apareció de repente. Unos ojos oscuros lo miraron con cierto asombro y a Yuki le pareció haberlo visto antes pero su memoria no lo recordaba. Cuando siguió su camino no podía dejar de pensar en esa mirada y solo cabía una pregunta: ¿Quién era ese sujeto tan atractivo?. Tenía que volver a verlo.
A la mañana siguiente, Yuki se encontraba tomando un café en su restaurante favorito releyendo por tercera vez la noticia donde se anunciaba el éxito del grupo de rock Bad Luck, en un vano intento por olvidar el encuentro de la noche anterior. En ese momento, un hombre de complexión delgada pero fornida caminada con paso seguro hacia él, deteniéndose enfrente de su mesa. Yuki no podía creer que pudiera volver a ver a ese sujeto, sin embrago, estaba ante sus ojos.
-Hola Yuki, me alegra volver a verte. -dijo aquel desconocido
-¿Quién eres tú?- preguntó Yuki dirigiendole la mirada más fría que sus ojos podían dar
-¿Qué no me reconoces?, soy Touma-
El corazón de Yuki se estremeció a tal manera que su voz no pudo decir otra palabra. En ese momento le vinieron los recuerdos que su corazón quería reprimir, pero estaban descontrolados.
Touma tomó asiento frente a Yuki y esperó pacientemente una respuesta. El look de Touma estaba muy cambiado; su cabello largo hasta el hombro, recogido en una coleta en la nuca y mechones de cabello sueltos a los lados de la cara, lo hacía ver atractivo. y más bien deseable.
Yuki no podía creer que ese atractivo hombre fuera su cuñado y lo primero que le dijo fue que quería estar a solas con él.
En el departamento de Touma, Yuki cometió el acto más egoísta e impulsivo de toda su existencia. Renació en ellos el fuego apagado de una pasión ardiente y reprimida por tantos años de separación. Los dos se encontraban mirándose a los ojos como para cerciorarse de que realmente se tenían ahí, como si se pertenecieran mutuamente, pareciera que podían leerse el pensamiento invadidos por un deseo incontrolable como en los tiempos pasados. Yuki tomó la iniciativa y sujetó a su compañero por los hombros con una firmeza que rayaba en la desesperación y el deseo. Lo apoyó contra la pared y dejó que sus impulsos lo controlaran. Le dio un beso tan ardiente que pareciera que sus almas se fusionaban para siempre. Touma siempre impaciente por volver a tener a Yuki, se encontraba en una felicidad tal que su cuerpo se estremecía con el más leve toque. Dejaron que su pasión los llevara hasta los límites más salvajes que el ser humano posee.
Escrito por La Belle Milan
