Aqui una historia... ocurrencias qe llegan de repente xD ojala les guste (: Dejen comentarios porfaa :D ñ.ñ


Capítulo 1

"!Isabella!, ya basta, ¡Liberate mujer! No puedes pasar así el resto de tu vida!".

Dios mio, ¿Por qué la gente insistia tanto? Ellos no logran comprenderme y eso ya me estaba hartando.

Bella: Dios! ¿Y que si asi fuera? Soy feliz asi, ya dejame.- Le dije a Ángela, mi mejor amiga. Ella, y su querido novio, Ben, no paraban de insistirme que saliera de mi rutina diaria. ¿Pero a ellos que les importaba? Yo ya estaba bastante bien con mi vida y no necesitaba que nadie me diga como tengo que hacerla.

Áng: No, no eres feliz. No estás ni pizca de serlo. ¡Si no fuera por mi y por Ben estarías aún más amargada!

Bella: Oh, creeme. Creo que un dia sin sus quejas me harían bastantes más feliz.

Áng rodó los ojos.

Áng: Sabes que lo hacemos por tu bien.

Bella: Ángela, enserio. No quiero hablar de esto… por milesima vez.

Áng: Haces lo mismo cada dia! Te levantas a las 7 en punto, ni un minuto tarde, ni un minutos antes, te tomas una ducha de 20 minutos exactos, desayunas siempre lo mismo, tostadas y un café…- decía haciendo un gesto desesperado con las manos mientras yo mantenía los ojos en blanco impaciente, ya que me estaba retrasando para mi paseo diario.- Vas al trabajo y, los pocos días en que almuerzas, vas siempre al mismo lugar, y para que mencionar que totalmente sola, ya que NO SOCIABILIZAS!.- termino casi chillando.

Bella: Áng, conozco bastante bien mi vida, no necesito que me la repitas…

Áng: Por las tardes vuelves al trabajo.- Dijo ignorándome.- y…. si,.- Dijo mirando su reloj.- debo estar retrasando tu habituado paseo a la plaza a leer un rato o algo por el estilo, ¿No?

Suspiré.

Bella: Bien, si lo sabes taaaan bien, ¿Por qué no terminas con esto rápido para poder irme tranquila?

Áng: ¡No! Te prohibo rotundamente que vayas a esa plaza.

Bella: Iré quieras o no, me gusta.

Ella harta, miró a la ventana. Lo que hizo que en su rostro se alumbrara una gran sonrisa.

Áng: Oh, y dime… ¿Sigues pensando ir a la plaza?.

Fruncí el seño confundida por la pregunta… ¿Qué acababa de decirle?

Bella: Pues, claro.

Áng: Hmmm… ¿Y piensas salir con esta lluvia?.- Dijo mirando como si nada por la ventana.

¿Lluvia? ¿Qué lluvia? ¿EN QUE MOMENTO HABÍA EMPEZADO A LLOVER?

No recordaba haberlo visto, ni si quiera oírlo. Me acerqué a la ventana sorprendida y confirmé lo que mi amiga acababa de decir.

Bella: Bueno…. Para algo tengo mi paraguas, ¿No?

Áng: Oh, ¿te refieres al paraguas que vendí en la venta de garage el fin de semana pasada?

Bella: ¿QUE TU QUE?

Áng: Bueno, como nunca lo ocupabas, pensé que habría gente a la que le serviria más.- Dijo con una sonrisita de suficiencia.

Bella: Por su puesto que lo ocupaba!

Áng: ¿Enserio? .- Preguntó inocentemente.- Bueno, perdóname, de todos modos ya esta hecho, dudo que puedas ir a la palza ahora.

Le lanzé una mirada envenenada. No podría ir al parque.

Esa era la parte que más me gustaba del día, la plaza.

Me era demasiado agradable sentarme tranquilamente al aire fresco, observando caminar a la gente imaginando miles de cosas sobre ellos, o a simplemente mirar su actitud, sus acciones, o a mi alrededor. Las aves que se acercaban de repente, los sonidos de la ciudad, todo. Me encantaba, era tan relajante. Y a veces incluso me llevaba uno que otro libro lo que se me hacía volar el tiempo.

Era mi momento de relajación, mi momento para mi, sin que nadie me ande molestando con estupideces como "sale un rato, Isabella" o " dejas esas estupideces y diviertete" o cualquier estupidez que se les ocurría.

Resiganada, respiré profundo y me di media vuelta.

Áng: ¿A dónde crees que vas?

Bella: A mi departamento.- Dijo como si fuera lo más obvio.- Que no vaya al parque no significa que tenga que salir o cualquier tontería.

Áng: Primero, salir no es ninguna tontería, y segundo, ¡Es una oportunidad perfecta para divertirte! Salir de la rutina, ya sabes. No le hace mal a nadie. Además no tienes nada más que hacer.

Bella: Claro que si, tengo bastantes libros para leer que me atraen bastante más que tus salidas, además, también tengo trabajo y necesito pensar en algún modo de ganar el caso.

Áng: No tienes ningún caso importante…

Bella: Claro que si, para tu información mi clienta fue estafada en una tienda, y no dejaré que esos tipos la engañen como si nada. Asi que, adiós.

Dije dandome vuelta para salir de mi oficina, que era donde Ángela me había ido a interrumpir en mi hora de salida.

Lo único que escuché al salir fue algo parecido a un " Aiiiiish!" Pero a mi me daba igual. Estaba algo resentida por no poder ir a mi parque favorito, por lo que lo único que quería era llegar a mi apartamento y encerrarme en mi cuarto con mis libros, y talvez de la nada me llegue una idea… quien sabe, no sería la primera vez que me pasaría.

Me dirigí a la salida, y el portero me sonrió, pero yo solo lo miré. Lo se, fue algo mal educado y nada agradable de mi parte, pero cuando estaba de mal humor no me molestaba en fingir no estarlo.

Iba caminando y fui en busca de un taxi, ya que no había venido en mi auto hoy por que en la mañana había un resplandeciente sol que me había dado falsas esperanzas de un hermoso día. El punto, es que me vine a pie, lo que un pésima opción ya que la gente estaba como loca buscando taxi y dudaba que yo pudiera encontrarlo.

Esperé por uno unos cuantos minutos, pero la espera y la lluvia solo lograban amargarme más de lo que ya estaba, asi que me resigné por ir a pie para lleguar a ducharme y relajarme.

Iba caminando cuando pasé al frente de mi querido parque. Y me quede mirando algo triste la banca en la que siempre me sentaba.

Estaba algo vieja y un poco rota, por la cantidad de años que llevaba ahí, pero a mi me gustaba. Para mi era la más cómoda de todas, aparte de que sentada allí podía ver casi al 100% cada parte del parque sin molestias.

Podía sonar algo tonto, ¿Preferencias de bancas en un parque? Pff…

Pero para mi, era diferente, me era una costumbre y mi lugar favorito, asi que a quien no lo gustase, me daba exacatamente lo mismo.

Volteé la mirada y seguí caminando hasta lleguar a mi departamento.

Toda empapada por la lluvia, me metí al ascensor y presioné el botón de mi piso.

Mientras este subía, me miré al espejo. Estaba horrible, peor que nunca.

Mi pelo empapado me hacía ver aún más palida de lo que ya era dandome un aire tosco y aburrido. Hize una mueca y lo ignoré. ¿A mi que me daba? No era que me importase mucho mi apariencia, tampoco es que fuera totalmente desarreglada cuando salga, pero no era de esas típicas personas que se preocupan de que cada detalle este perfecto.

Llegué a mi piso y entré a mi departamento aliviada.

Dejé mi bolso y la chaqueta colgadas para rapidamente desnudarme y dirigirme a la ducha, calmando mi estado de ánimo.

Me quedé un poco más rato del debido en esta, dejando el agua correr por mi espalda y todo mi cuerpo, pensando en todo… y en nada.

Pensé un momento en mi conversación con Ángela. Ella y Ben llevaban animándome a salir hace años, y como siempre, me había negado.

Me decían que era joven, que a los 25 podía hacer bastante más cosas entretenidas de las que hacía, y que parecía de 38 en mi manera de actuar.

Debo admitirlo, tal vez me moleste un poco que me aumentaran 13 años, pero en el fondo sabían que lo utilizaban como táctica para converncerme, cosa que no les funcionaría y no lo entendían.

Lo siguiente que pensé, era que debía urgentemente comprarme un paraguas. No dejaría que la lluvia arruinase otro de mis días.

Estaba en eso cuando mi celular comenzó a sonar.

Apresurada salí de la ducha y me envolví en una toalla para contestar.

Bella: ¿Aló?

X: ¡Isabella! ¿Cómo estás?

Bella: ¿Mike?

Mike: si, Bella, lamento molestarte. Pero es que necesitaba avisarte que la tienda no esta haciendo un nuevo trato.

Bella: ¿Qué pasa?

Mike: Bueno, ellos nos ofrecen 7 millones y que terminemos con esto.

Bufé, ¿Qué se creían?

Bella: ¿Es enserio? ¿Y lo duda siquiera? ¡No aceptaremos 7 millones por una estafa de un vehículo de 13! Es casi la mitad, no acepto el trato.

Mike: Bueno, Bella, considera las preferencias que tienen ellos, es probable que si no aceptamos después nos recibamos nada.

Bella: ¿No crees en mi?

Mike: No, claro que si, prosupuesto.- respondió algo nervioso.- Es solo que… bueno…

Bella: No, ya dije que no y no se queda.- Le dije interrumpiendolo. Estaba apunto de colgarle cuando habló.

Mike: Bueno, tal vez sea mejor conversarlo. ¿Qué te parece una cena, eh? Podríamos conversar del caso… tal vez de otras cosas…- Dijo bajando la voz de a poco.

Suspiré en mi yo interno. Mike, mi jefe, me había invitado chorrocientas mil veces a citas, y siempre encontraba excusas o algo solo para salvar mi empleo.

Aun que la verdad, el no parecía mi jefe, me hacía caso en casi todas mis decisiones. Sonaba aprovechador, pero no era mi culpa que el fuera tan fácil de convencer.

Bella: La verdad, Mike. Ya tengo planes, otro día talvez.- Dije pensando totalmente lo contrario.

Mike: Bueno, entonces les diré que no. ¿Nos vemos mañana?

Bella: Claro.-Dije cortándole. Aun que era algo obio, yo trabaja con el, duuh!

La verdad era que Mike era un tanto insoportable, siempre andaba pegado a mi en todo lugar, mucha gente lo había malinterpretado, pero a mi me daba igual o que la gente pensara, yo hiba allí a trabajar, no a estar pendiente de lo que la gente chismoseaba.

Fui a mi habitación y me vestí con mi pijama, me sequé el pelo, y tomé uno de mis libros preferidos para tirarme a mi cama a leerlo.

Pero justo cuando me detenía a abrir la página, unos golpes sonaron en mi puerta.

X: Isabella! Abre ahora mismo!

Un momento… esa voz… ¿Qué hacia aquí?!

Cerré el libro, enojada por la interrupción, y me dirigí a la puerta abriéndola con rudeza.

X: ¡Sorpresa!.- Gritaron ambos. ¡Dios, no! Pensé mirando a Ángela y Ben en mi puerta.

Bella: Nononono, porfavor NO! No pienso dejarlos pasar.

Ángela: No tienes por que, lo haremos a la fuerza.- Dijo entrando de un empujón.

Entonces solté el suspiro más grande que haya lanzado en mi vida.

Ben: Wow, yo también te quiero.- Dijo Ben mientras ambos se sentaban en el sofá.

Bella: Aver, nono. Ustedes dos, estorbos, fuera de mi casa!

Ángela: Nop!, No pensamos irnos de aquí. Vinimos de aquí para sacarte, asi que… por Dios! ¿Cómo andas con pijama a esta hora? ¿Ya pensabas acostarte? ¡Son recién las 8:30!

Bella: Si, bastante buena hora para echarme a leer en cama hasta quedar dormida.- Dije como si nada dirigiéndome al frente de ellos.

Ángela mi miró incrédula y yo solo le volví a rodar los ojos. Últimamente se me estaba haciendo bastante seguido dirigirle este gesto.

Ben: Vamos, Bells. Será divertido, ¿Vienes?

Lo miré haciendo una mueca y gesto dudoso, fingiendo que lo consideraba. Me miraron con una sonrisa ezperanzados.

Bella: Mmm….- Dije acercándome más a ellos.- ABSOLUTAMENTE NO!.- Dije borrándoles la sonrisa en cosa de un segundo.

Ángela: Aver, pensemos. ¿Cuándo fue la última vez que salimos con Bella? Habrán sido unos… no se… ¿8 meses? ¿Más? Oh, y creo que fue por vino su madre y la obligo… ¿No es asi?

Bella: Por favor, como si necesitaran de mi `para pasarla bien. ¿Qué tal si optan por dejarme aquí, tranquila, y salen ustedes, eh?.- Dijo fingiendo una gran sonrisa.

Ben: Claro que nos haces falta, eres nuestra amiga, queremos pasar tiempo contigo.

Bella: Bueno pues no será hoy, y probablemente no será en un bastante tiempo más. Ya les he dicho, estoy ocupada, y en estos momentos quiero leer, ¿Si? Asi que mejor levanten sus masas grasosas de mi sofá y chao.- Dije haciendoles un gesto con la mano y otra sonrisa.

Ángela: No, no nos moveremos de aquí hasta que vengas.- Dijo acomodándose más al sofa.

Bella: Como quieran, buenas noches.- Dije dirigiendome a mi pieza rapidamente y poner llave tras esto. Sonreí.

Ángela: ¡Isabella!.- Dijo golpeando la puerta con fuerza.

Bella: Rompe paga.- Adverti.

Abrí mi libro de nuevo y me acomodé, pero los chillidos y golpes de Áng no me dejaban tranquila, por lo que me puse audífonos y puse música suave de fondo para concentrarme en mi historia.

No tengo idea de si Ángela siguió insistiendo, ni de si Ben se quedo con ella toda la noche acompañandola en mi sofa. Pero me daba lo mismo, ya que yo estaba en el borde del sueño, y no bastó mucho para que quedara nuevamente rendida entre mis sábanas.