Este Fic va porque necesito desahogarme y porque le prometí a parvaty32 que haria uno después del 19 de marzo, pero han pasado tantas cosas que decidí hacer uno antes para consolar el hecho de no poder hacer un segundo capitulo a Rehabilitación. ¡ESPERO QUE TODOS LO DISFRUTEN!


Ese día estaba enojada, muy enojada. De cualquiera se lo hubiera esperado, pero jamás de Ginny Weasley.

Llegó a su alcoba y se sentó en la cama; ninguna de sus demás compañeras estaba ahí, lo cual significaba que andarían por el castillo enterándose ya del chisme nuevo que estaba corriendo y que desgraciadamente era sobre de ella.

Tenia muchas opciones y una de ellas era la venganza, los 7 años de amistad que había forjado con aquella pelirroja habían incluido muchos secretos que sólo confidencialmente entre amigas se habían tocado, pero ella no era así. Le hervía la sangre del enorme coraje que le había provocado su traición y más viniendo de su única mejor amiga.

Y lo malo es que no tenía a quien acudir. Harry seguía siendo novio de ella y por mucho que se diera cuenta de la traición recibida seguiría estando con ella, lo cual indicaba que no sería consolada por su parte; ni que decir de Ronald, era la "hermanita", la que necesitaba protección de todos los hombres Weasley, con eso decía todo.

-malditos pelirrojos… ya lo había leído alguna vez: los pelirrojos son traicioneros- se pronunció en su soledad. Y entonces el torrencial de lágrimas que había detenido con grandes esfuerzos se dejaba caer en su raudal.


-Vamos Hermione, la clase empieza en quince minutos-

-¿Quién es?

-Soy Parvati-

Hermione se despertó de un brinco, no por que fuera tarde, si no porque quería evitar a toda costa las preguntas que vendrían del par de arpías que tenia enfrente.

-te hemos traído comida- dijo Patil.

Hermione asintió y caminó hacia el baño decidida a no salir hasta que ellas dos se fueran. Y ahora que se acordaba del hecho de ayer de nueva cuenta comenzaba a enfurecerse; tenía que olvidarlo, ella no era mala, rencorosa, vengativa y sobre todo traicionera.

-te dejamos la comida en tu cama, se nos hace tarde, te vemos después- la sacaron de su análisis personal; pero no importaba eso indicaba que se habían ido. Salió y se sentó en su cama a barajar sus opciones: quedarse sentada viendo el espacio, ir a clase o faltar a clase… ya estaba harta del sobrenombre de la matada santurrona, ella sabía lo importante que era la responsabilidad pero también se había dado cuenta que en realidad no tenia vida social, que en realidad estaba sola; pero jamás pensar en Draco Malfoy… no, haber terminado con el estaba bien, no de esa forma pero estaba mejor. Así que decidió faltar a clases, de cualquier forma siempre se lograba poner al corriente y seguiría sacando las mejores notas y ese seria su primer revés a la pelirroja traicionera.


Sólo había tomado un gorro y una bufanda de lana. Caminó tranquilamente esperando que Filch, Mcgonagall o siquiera Peeves la encontraran fuera del aula para que sancionaran y la pelirroja supiera lo que había hecho, pero como siempre sucede, nadie, ni siquiera un alumno se apareció por los pasillos por los que ella deambuló, ¿por qué cuando tenía ganas de sancionar alumnos no aparecían por ningún lado? Aún así siguió su camino y esperó a encontrarse con Hagrid que la detuviera cuando notara que se dirigía al bosque prohibido. Para su propia desgracia el sol se encontraba en lo alto brillando como si se le fuera la vida en ello. Maldito clima, ni en eso podía ayudar; como fuera Hagrid al parecer tenia mejores cosas que atender en ese momento y no se le veía cuidando de su cosecha de calabazas gigantes.

Por un momento le pasó por la cabeza la idea de romper las calabazas de Hagrid, pero se arrepintió pensando en el trabajo que le costaba mantenerlas vivas, no tenia por que afectar a otras personas con sus frustraciones, y tomó rumbo hacia el lago para contemplarlo por un largo rato. Siempre le causaba placer y tranquilidad observar el agua, en el lugar que fuera, si necesitaba un momento a solas solo tenia que buscar un lugar con agua. Miró alrededor en busca de alguien y al no verse sorprendida por ninguna mirada curiosa se sentó; pero inmediatamente de reojo notó que una mota negra se iba acercando poco a poco, era obvio que sabia que ella estaba ahí y que no le importaba de ninguna manera interrumpir su proceso de tranquilidad.

La mota negra se fue haciendo cada vez mas nítida y esa mota cambio de color negro a color oro… ¿Quién mas podía ser? le conocía a la perfección su manera de caminar, la forma de vestir, el perfume que desprendía su piel… jamás lo diría pero se había acostumbrado tanto a él, que desde que habían terminado, la escuela se le hacia como un gran rompecabezas con una pieza faltante para terminar; la verdad era que si le hacía falta, y es que volteara a donde quiera que volteara cada rincón de la escuela tenia un buen recuerdo que contar.

Pues si, Draco Malfoy había llegado a interrumpir, pero sólo como el solía hacerlo. Se sentó a su lado sin decir hola, mirando como ella el horizonte de agua que tenían por delante y entonces solía empezar a platicar como si no hubiera pasado el tiempo entre ellos.

-esa bufanda me encanta, hace resaltar el color de tus ojos

-si, es cómoda y calienta muy bien

-siempre te dije que no te juntaras con esos Weasley

-no me vengas con sermones que no te quedan

-yo quiero lo mejor para ti, incluso si lo que crees del concepto mejor es estar lejos de mi

Hermione se levantó, si algo odiaba de Draco era que empezara con ese tipo de conversaciones.

-¿A dónde vas?- pregunto Draco sin dejar de mirar el lago.

-a donde no tenga que escuchar tu conversación

-siempre huyes… eres una cobarde

Ella ya estaba caminando, pero cuando escuchó la ultima palabra se volteó y caminó hasta estar enfrente de el.

-jamás me vuelvas a decir cobarde, porque sabes bien que no lo soy.

-demuéstramelo

-no tengo que demostrarte nada

Y se fue corriendo de ahí.

Era muy sencillo el porque se había separado de el: era coqueto y Ginny la había obligado de cierta forma. Sabía muy bien que era coqueto por naturaleza, no porque quisiera serlo; pero como fuera, ella odiaba eso y Ginny Weasley había metido mucha de su cizaña para terminar esa relación.

Ahora tenía que buscar otro lugar donde intentar pasar el tiempo tranquila. También estaba la pregunta ¿Qué hizo Ginny Weasley? Muy fácil, resultó que la pequeña pelirroja quería pertenecer el selecto grupo de The Queens, liderado por Parvati y Patil y al que sólo pertenecían las chicas que tuvieran un alto concepto de la moda (su concepto) y reglas sociales (las suyas), y para lo único que necesitaban era pasar una prueba que ellas mismas les imponían y automáticamente ya pertenecían a un nivel social alto en Howgarts.

A Hermione desde que comenzó a escuchar el nombre del grupo ya le parecían patrañas, pero a Ginny no, y por alguna razón comenzó a sentir una atracción fatal por pertenecer al grupo. Finalmente un día, le dice que si quiere hablar con ella que sea absolutamente en privado ya que no quiere perder la reputación que estaba por obtener, Hermione se lleva la sorpresa de su vida y le pregunta sobre lo que tuvo que hacer para entrar y Ginny no le contesta y se va.

Poco después, todo el mundo secreteaba a su alrededor y Luna finalmente le dice lo que se cuenta de ella: que Ginny ventiló los secretos de alcoba entre Draco Malfoy y Hermione Granger y que Ginny había sido la que la había orillado a dejarlo ya que una de las líderes de The Queens quería a Draco y ésa había sido la prueba para entrar al grupo.

Ya sabía a donde quería ir, una ducha caliente le haría bien.

Llegó a su alcoba sin ningún percance que ella hubiera querido tener; tomó sus cosas y salió directo hacia el baño de prefectos que en ese momento debía de estar completamente solo ya que todos debían estar en clases.

A mitad del camino hacia el baño de prefectos vio pasar la melena roja inconfundible de cierta pelirroja traicionera hacia los baños de Myrtle la llorona. Su curiosidad por saber que tramaba esta vez la orilló a ir sigilosamente tras ella.

A decir verdad, no sabía que podía ir a hacer Ginny en el baño de Myrtle que no fuera a tirar otro diario embrujado, si Myrtle la odiaba por ser novia de Harry. Como fuera, si tenía algo que ver con ella, estaba en su derecho enterarse antes que cualquier otra persona en el castillo sobre lo que se avecinaba; su sorpresa fue grande al encontrar petrificada a Myrtle contra la pared como si no pudiera moverse.

-hola Hermione, ¿sabes algún contra-hechizo?

-ni siquiera sabia que se pudiera paralizar a un fantasma, ¿Quién lo hizo?

Bufó de muy mal humor -tu amiga la pelirroja y su acompañante-

-¿acompañante? Una chica ¿no?

-por supuesto que no, y tampoco Harry Potter si lo preguntas… pero entra y desengáñate de la amiguita que tienes.

Hermione no quiso corregir a Myrtle, su curiosidad había crecido al doble después de lo que ésta había dicho. ¿Un chico? y ¿que querrían hacer en el baño?, cruzó los dedos índice y medio de su mano derecha deseando que sus malos pensamientos no fueran hechos realidad una vez que abriera la puerta.

Era Ginny, no había duda, y era Dean tampoco había duda; pero la furia de los besos que se daban no pareciera que en algún momento del pasado fuera Ginny la niña tierna y tímida que solía ser su amiga, the queens la habían denigrado por completo. Si algo le había dejado en claro cuando la traicionó, era que jamás se iba a volver a meter en sus cosas, y eso implicaba que si estaba engañando a Harry, eran sus problemas, porque aunque le doliera tenia que aceptar que el también le había dado la espalda.

Así que cerró la puerta y se alejó tranquilamente de ahí, aunque las imágenes en su cabeza no dejaran de dar vueltas como locas como queriendo decirle que debía de hacer algo al respecto.

Para cuando llegó al baño de prefectos la cabeza le estallaba diciendo que debía hacer lo correcto, avisar a Harry, pero mitigó los gritos cuando vio la enorme tina y comenzó a llenarla con el gel de jazmines que tanto le gustaba. Rápidamente se quitó la ropa, puso su toalla cerca de la orilla de la tina, y se sumergió sin detenerse a pensarlo dos veces.

¿Cuánto tiempo estuvo en el agua? Nunca supo, pero fue el tiempo suficiente para no darse cuenta que alguien había entrado a hurtadillas. Al sacar la cabeza de la tina, inmediatamente sintió que algo no estaba como lo había dejado antes de sumergirse en la profundidad de la tina, y se sobresaltó cuando vio a Draco sumergiéndose tranquilamente sin ningún pudor y ropa que le cubriera su perfecto cuerpo.

-ya antes me has visto desnudo y no te habías sobresaltado de esa forma

-¿me estas acosando?- preguntó mientras se dirigía hacia el lugar donde estaba su toalla, con la intención de salir lo mas rápido posible del lugar, nunca se había resistido a sus encantos naturales y mucho menos cuando estaba desnudo.

-prefiero llamarlo, necesidad de ti- se sentó enfrente de ella, mientras que Hermione se paró en seco al escuchar la ultima palabra pronunciada por el protagonista de sus sueños.

-tu no me necesitas, nunca me has necesitado…

-¿Qué te hace pensar eso?

-coqueteas incluso con la más vieja de tu sala común

-eres adorable cuando estas enojada, pero preferiría que no llamaras de esa forma a mi instinto de supervivencia.

-¿instinto de supervivencia?

-para tener favores, hay que hacerlos pero a las mujeres les tienes que hablar bien… para lo cual se me da fácilmente.

-de eso me he dado cuenta

-¿hace cuanto que no veníamos a ducharnos juntos?- y comenzó a acercarse sigilosamente.

-no nos estamos duchando, tu llegaste a interrumpir

-recuerdo que la última vez te regale este anillo- y levantó un anillo plateado con un diamante amarillo entre sus blancos dedos.

-pudiste recuperarlo del bosque prohibido- musitó Hermione tomándolo de la mano de Draco que se lo ofrecía cada vez más cerca de ella.

-hay muchas cosas que todavía tienes que aprender de mí, además que forma parte de los buenos recuerdos que tuvimos juntos o ¿no me digas que ya los olvidaste?

-recuerdo que lo aventé hacia el bosque prohibido 3 días después que me lo regalaras por que te vi con Astoria…

-… platicando sobre las tareas que ella me estaba haciendo para tener libres las noches y seguir bañándonos juntos…- terminó de acercarse a ella, susurrándole al oído. No podían negarlo, era una serpiente rastrera muy astuta.

Al sentir los labios de Draco rozando su oído derecho, su piel comenzó a enchinarse, sus nervios comenzaron a traicionarle provocando espasmos de cuando en cuando y su respiración se entrecorto de manera notoria.

Cerró los ojos tratando de encontrar algún recuerdo que le hiciera ver que Draco no la quería, pero solo veía recuerdos que aunque no pareciera notorio, lo conocía y sabía que la amaba igual o más de lo que ella lo amaba.

-¿sabes por que te seguí hasta aquí? Porque te necesito y porque me necesitas, porque te extraño y me extrañas, porque te amo y me amas; ¿sabes por que debemos estar juntos? Porque ahora más que nunca estás sola y esos que decían ser tus amigos mostraron ser quienes eran en verdad, ¿y sabes quien sigue queriendo estar contigo, quien te seguirá apoyando? Yo, porque eres la mujer que necesito cuidar, a la que quiero a mi lado para toda la vida, la que quiero que cargue mis hijos en su vientre, la que me regañe cuando lo necesite y me apoye en mis decisiones. Tú eres la mujer perfecta, la mujer de mis sueños, la única mujer de mi vida.

No necesitó más palabras, si, era una serpiente rastrera, pero lo amaba. Siempre sería su perdición, su adicción, su punto más débil.

Volteó su cuerpo hacia el de él y atrapando su cara entre las manos lo besó tratando de robarle el aliento, de hacerle saber que aún lo seguía amando y recordándole que era suyo. No podía evitarlo, lo amaba y le excitaba y comenzó a frotar su cuerpo contra el de él. Draco no necesitó más y frotó sus manos contra las suaves caderas de ella, deshizo el beso para deslizar sus labios hacia su oreja izquierda y subir hasta su cabello y regar besos a diestra y siniestra.

-fui una tonta al dejarte ir- dijo Hermione con los ojos cerrados en un ligero susurro que se asemejaba más a una súplica con rastros de gemidos de placer.

-nunca me he ido, siempre he estado a tu lado- respondió con el mismo tono que el de ella y sorpresivamente se detuvo y trató de recuperar el aliento. Hermione no entendió que era lo que pasaba y su cara lo mostraba todo.

-no te asustes, es sólo que cuando terminamos me di cuenta que hacia falta algo para demostrarte todo lo que significas para mí- y tomó el anillo que tenia Hermione puesto ya en el dedo corazón de la mano derecha –sé que no crees que aún deba pedirte que te cases conmigo, respeto todas tus decisiones pero este anillo quiero que signifique que hasta que decidas estar conmigo para toda la vida, yo te esperaré, no importa cuanto, seré fiel y estaré contigo en las buenas y en las malas en esta vida y si existe una después de ésta, ahí también estaré- y lo colocó en el dedo anular de su mano izquierda.

Hermione sonrió totalmente complacida mirando los ojos grises que brillaban de emoción, no necesitaría ninguna demostración más en la vida, el la iba a querer pasara lo que pasara. No estaría sola, ni ahora, ni nunca.

¿Y si te digo que yo también lo pensé y ahora sí acepto casarme contigo?