For Good – Fanfic [ 1/??]
Chapter 1
Volviendo de ganar las seccionales, Quinn se encontraba sentada en uno de los primeros asientos del autobús. Sola, mirando por la ventana, deseando que las cosas fueran normales. Que ella fuera una chica normal como cuando era chica, con sueños, ingenua, sincera, que no necesitaba lastimar a nadie para sentirse mejor. Que no fuera la porrista líder, presidenta del club del Celibato, sin sentimientos, manejada por el status social y esperando un bebé del mejor amigo de su ahora, ex novio.
Atrás, como un sonido lejano, la mente de Quinn escuchaba los festejos de sus compañeros. Todos habían logrado su primer objetivo, ganar. Y si bien ella estaba contenta de haberlo hecho junto a este nuevo y maravilloso grupo, muy dentro de si misma no podía evitar sentir que seguía perdiendo. Perdiendo todo, lo que alguna vez deseo. Una mano sobre su hombro, la sobresaltó y alejó de sus pensamientos. Giró para encontrarse con una chica de poca estatura, con cara preocupada, sin saber qué esperar.
"Quinn… ¿estas bien?" – Le preguntó la vocalista del Glee Club. Rachel, una diva, morocha, con aires de grandeza, que muchas veces resultaba irritante, y que para Quinn siempre resultó desagradable.
"¿Qué queres Berry?" – Fue lo único que Quinn pudo contestar. Estaba tan compenetrada en sus pensamientos, sabía que no tenía donde ir. Incluso si Finn no la echaba, ella no podría volver a vivir con él, no después de todo lo que pasó, no después de la verdad.
"Quinn, yo… yo se que no somos amigas, pero te vi acá sola… y… por qué no festejas con nosotros, los chicos ya están votando nuevas canciones para la próx…" - La rubia de ojos color avellana, la miró por primera vez directo a los ojos color chocolate que tenía en frente, que más de una vez detestó, para contestarle –"Berr… emm Rachel, (suspiró) no… no tengo donde ir" – Por primera vez a Quinn no le importó que le estaba confesando algo a quien meses atrás deseaba destruir junto con todo ese "club de losers", no le importó que se lo estaba diciendo a "Treasure Trail, Ru'paul, Man-hands" o cualquier apodo por el cual la hubiera llamado a la diva un tiempo atrás. Quinn ya no era porrista, ya no podía ocultar que llevaba dentro suyo una bebé, y lo mismo que la llevó a dejar de ser porrista, hoy la hacía querer cambiar. Su bebé. No de Puck, no de Finn. Sólo de ella.
Rachel, no pudo evitar ver en los ojos de la rubia, vacío y soledad. "Quinn… pero Finn…" – ella también se sentía rara, quizá porque era una de las primeras veces que escuchaba su nombre salir de la boca de la porrista, o porque la mirada de la rubia le hizo sentir algo extraño en su interior. –"Rachel, no puedo volver a su casa, no aunque quisiera"- perdiendo su mirada ahora en sus manos, nerviosas, apoyadas sobre su panza. Y fue cuando Rachel no pudo evitar decir… "Quinn por qué no… emm, venís a mi casa"- sus palabras salieron de su boca tan rápido, que tantos años de vocalización y dicción parecieron en vano. "¿Cómo?" – Quinn respondió no segura de haber entendido bien la propuesta de la morocha. "Que por-qué-no-venís-a-mi-casa (ésta vez procuró decir las palabras lentamente para que se entendieran), yo sé que no somos amigas, pero sé que parte de lo que te está pasando es mi culpa, y no quiero que duermas en tu coche. Quinn… en tu condición – mira la pequeña pero ya más notable panza de la rubia- deberías cuidarte, dormir bien, comer correctamente, no puedo permitir que…" - Quinn la corta con un secante… "Rachel…" – "Se que todos esperan que seamos enemigas, pero yo Quinn, no te odio"- finalizó la diva antes de no poder terminar su lista de razones por las cuales Quinn debería pasar la noche en la casa de los Berry, agachando su cabeza mirando sus manos rígidas en sus rodillas. "Rachel… yo tampoco te odio" – terminó de decir Quinn, algo sorprendida de las palabras que ahora salían apresuradas por su boca, y que nunca creyó poder pronunciar.
