Hola chicas esta historia es una TRANSCRIPCION de la original de Yurika Cullen que muy amablemente ME PERMITIÓ ADAPTAR sus historias a los personajes de Candy Candy, y así compartir con ustedes su talento….espero le agrade tanto como las otras historias que su inspiración nos ha permitido disfrutas…

NOVIA COMPRADA

By. Yurika Cullen

Capitulo Uno

Estaba realmente cansada, el día de hoy había sido agotador, por lo menos me quedaban cinco minutos más y por fin terminaría mi turno, aunque eso no significaba que terminara mi día, aun me quedaba mi otro trabajo, el más estresante y fastidioso de todos, pero ¿Qué puedo hacer? necesito ambos trabajos. Desafortunadamente soy una chica normal y de pocos recursos, estudio en la universidad en la mañana y tengo dos trabajos, uno en la tarde y otro en la noche, aunque para una chica normal con un solo trabajo le bastaría para sustentarse y para pagar la universidad, a mi definitivamente ambos trabajos me quedan cortos.

Aunque en casa solo somos mi madre y yo, ella no puede trabajar, María Pony lastimosamente desde hace un par de años está padeciendo de cáncer, cuando se lo descubrieron estaba un poco avanzado y aunque inmediatamente se sometió a tratamiento de quimioterapia, todas las sesiones la dejan muy débil y siempre tiene que estar descansando, por lo tanto perdió su trabajo y nadie la quiso contratar después de ello, además yo tampoco se lo hubiera permitido, después de la muerte de mi padre, María Pony ha tenido que trabajar para mantenernos a ambas y en esta ocasión es tiempo de que sea yo quien me haga responsable y de que ella descanse.

Y así ha sucedido, el instituto lo termine con mucho esfuerzo y de igual manera estoy terminando la universidad, pero el tratamiento de quimioterapia y los medicamentos de mi madre son muy caros y me ha costado muchísimo poder pagar todo, por lo que un solo trabajo no me alcanza, trabajo en este café en las tardes y en un bar por las noches, en ambos hago de mesera, aunque en el café los fines de semana ayudo en la cocina.

— Candy, atiende la mesa seis por favor— me dijo Annie, mi compañera de trabajo, una chica bastante amable y enérgica. Mire hacia dicha mesa y suspire frustrada

— ¿Otra vez yo? ¿Por qué no lo atiendes tú?— dije con fastidio

— Candy, sabes perfectamente que siempre exige que tú lo atiendas, no tienes opción—

— Es tan insistente— dije frustrada

— Lo se amiga, pero, anda y atiéndelo, mientras más rápido lo hagas, más rápido terminas— volví a suspirar cansada, Annie me dio una sonrisa para animarme y resignada me dirigí a la mesa seis

— Buenas tardes, ¿Va a tomar lo mismo de siempre?— dije amablemente pero cortante

— Buenas tardes Candy ¿Cómo estás?— me dijo mientras sonreía

— Bien, ¿Lo de siempre?— volví a preguntar irritada, él dio una risita que me provoco borrársela de un puño, ¡era tan arrogante!

— Siempre tan amable Candy. ¿Cómo está tu madre?— pregunto tranquilamente

— Señor Andry, le recuerdo que estoy trabajando, no se me permite sentarme y charlar, mi madre está igual que siempre, ahora si es tan amable, dígame que va a tomar, no puedo andar perdiendo el tiempo con usted o de lo contrario hare que lo atienda alguien más— él suspiro

— Hoy no voy a tomar nada— me dijo de nuevo tranquilo

— ¿Entonces que hace aquí?—

— Tu turno ya término— me informo

— ¿Perdón?— dije confundida

— Tu turno acaba de terminar el día de hoy, no voy a tomar nada porque quiero hablar contigo y como ya estás libre puedes sentarte y charlar conmigo— yo mire el reloj de pared en medio del café y efectivamente eran las seis de la tarde, fruncí el ceño disgustada, este hombre me sacaba de mis casillas

— Por más que mi turno termine, por si no lo recuerda señor Andry, tengo otro trabajo y no quiero llegar tarde—

— Tu otro trabajo no empieza hasta las siete— me volvió a decir mientras sonreía con arrogancia, yo cada vez me sentía más desesperada e irritada

— Si, efectivamente, pero también está algo lejos de aquí y si me quedo a charlar igual llegare tarde—

— Yo te llevo— volví a suspirar frustrada

— Señor Andry…—

— Albert, ¿Cuántas veces te he dicho que me digas solo Albert?— dijo suspirando cansado

— Señor Andry— volví a decir— y ¿Cuántas veces le he dicho que no me moleste más?— dije molesta

— Yo no te molesto Candy, te estoy ofreciendo algo diferente— yo reí con ironía

— ¿Algo diferente? Lo siento mucho, pero yo no estoy en venta— le dije apretando los dientes

— ¿Por qué no me das diez minutos? Si no te gusta lo que te propongo entonces no te molestare más—

— Lo siento mucho señor Andry, pero no necesita explicarme más, anteriormente he escuchado suficiente, y puedo asegurarle, que no me interesa. Si me disculpa tengo que marcharme— antes de que terminara de girarme para irme, me tomo de un brazo y me detuvo. Me maldije internamente al sentir que me estremecía con su toque

— Espera— me dijo serio, yo me gire rápidamente para mirarlo y para soltarme de su agarre, él me tendió una tarjeta— Toma, si cambias de opinión o necesitas algún tipo de ayuda, solo llámame— estuve a punto de dejarlo con la mano extendida, pero este tipo era tan terco que no me dejaría en paz, así que tome la tarjeta y la guarde en mi bolsillo, asentí levemente en manera de despedida y me perdí a la parte de atrás del café

— ¿Qué quería?— me pregunto Annie cuando nos encontramos atrás

— Lo mismo de siempre— dije recogiendo rápidamente mis cosas y restándole importancia

— Es realmente insistente—

— Si, pero no entiendo porque demonios me molesta justamente a mi, hay millones de mujeres en el mundo que estarían interesadas en él, ¿Por qué yo?— Annie se encogió de hombros— No importa, ahora por su culpa voy a llegar tarde y Niel me va a querer matar, si no me doy prisa perderé el autobús, hablamos mañana Annie— dije mientras salía casi corriendo

— Suerte Candy— me dijo Annie

Efectivamente llegue quince minutos tarde, pues perdí el autobús, Niel se puso furioso y me hizo salir media hora más tarde de lo habitual. Definitivamente este día había sido una total mierda, en la universidad perdí un examen, pues no tuve mucho tiempo de estudiar, en el café me encuentro con el arrogante de Andry y en este maldito bar me tengo que soportar borrachos y gente indecente aparte del imbécil de mi jefe. Si no fuera porque no tengo más opción habría dejado el bar hace mucho, pero el dinero realmente es vital para mí.

Llegue a casa casi a las doce de la noche, mi madre estaba durmiendo así que sin hacer mucho ruido me duche y me senté en la sala a repasar un poco, mañana me realizarían de nuevo el examen que había perdido hoy y no podía perder la oportunidad, me había costado muchísimo convencer al profesor para que me lo repitiera. Cuando el reloj marco las dos de la mañana, considere suficiente y me fui a dormir, en cuanto toque la almohada me quede profunda.

A la mañana siguiente me desperté a las seis cuando el despertador sonó, hice el desayuno para mi madre y para mí pues no tardaría en despertar, ella estaba acostumbrada a levantarse temprano y ni con lo débil que la dejaba la quimioterapia podía evitar esa costumbre.

— Buenos días hija— saludo mi madre cuando entro en la cocina

— Hola mamá, ¿Cómo estás?—

— Mucho mejor— me mintió pues se notaba algo cansada, siempre lo hacía para que no me preocupara, pero su rostro me delataba la verdad, al igual que yo, a mi madre no se le daba bien mentir— ¿Cómo te fue anoche? Tardaste más de lo debido, te espere hasta las once y media pero el sueño me venció—

— María Pony— le dije su nombre, siempre lo hacía cuando quería regañarla por algo— deja de esperarme despierta, tienes que descansar, yo se cuidarme sola, solo se me hizo un poco tarde, es todo— ella suspiro aliviada

— Si solo pudiera ayudarte a trabajando, yo…—

— Ya por favor, ya hablamos de eso— le corte— no te preocupes tanto, debes concentrarte solo en tu recuperación— ella suspiro de nuevo, pero esta vez no era de alivio

— Ayer vinieron por el dinero del alquiler, la señora Heidi nos ha dado un ultimátum—

— ¡¿Qué?! ¿Por qué?—

— Dice que no puede darte más plazos para pagar, que nos da un periodo de quince días para desalojar si no le tienes el dinero para mañana—

— ¿Mañana? Pero si le pedí que me diera un tiempo hasta la próxima semana, ella había aceptado—

— Según me comentaron las vecinas, al parecer Heidi alquilara este apartamento a un familiar suyo y se lo pagaran más caro— dijo mi madre preocupada

— Tranquila mamá, ya encontrare la solución, no te preocupes, hablare con ella más tarde—

— Hija, esta carga es mucho para ti sola, me preocupas, te ves realmente cansada— mira quien hablaba de cansancio

— Ya te dije que no te preocupes mamá. Ya me voy, se me hace tarde— dije viendo el reloj y notando que se me hacía tarde, también rezando para que no me dijera más nada, ella no podía con las preocupaciones, tenía que estar tranquila. María Pony suspiro

— Esta bien, suerte— me dijo, se acercó a mí y me dio un beso y un abrazo, yo le respondí y salí lo más rápido que pude, no quería ponerme a llorar como una niña cuando mi madre necesitaba estar tranquila y así solo la preocuparía

Salí del apartamento y salude a unas cuantas vecinas, baje hasta el primer piso del edificio y vi a Heidi saliendo hacia la calle, este era el momento para hablar con ella, así que corrí hasta su encuentro, no sin antes tropezarme en el proceso.

— ¡Heidi!— la llame antes de que se subiera a su auto, ella giro y cuando me vio rodo los ojos

— Ah, Candy— fue su simple saludo— imagino que me buscas por lo que le dije ayer a tu madre— yo asentí

— Me habías dado plazo hasta la próxima semana, ¿Por qué de repente ese ultimátum?—

— Lo siento mucho Candy, pero estas muy atrasada con los pagos, ya te he ayudado en lo que podía, pero no puedo seguir dándote más plazos, necesito el dinero para mañana y si no, ya sabes, tienes quince días para el desalojo—

— Pero…—

— No más peros Candy, esa es mi última palabra— y sin decir más se subió a su auto y se fue

Llegue cinco minutos tarde a la universidad gracias a mi pequeña charla con Heidi, solo esperaba que el profesor me dejara entrar y hacer el examen, había estudiado bastante y necesitaba ganar ese examen pues era una nota importante para mi asignatura e iba bastante mal. Aunque a mí me encantaba la literatura, sabía que esa carrera no me serviría de mucho para encontrar trabajo, así que había optado por Administración Empresarial y la verdad algunas materias me eran bástate difíciles.

Toque la puerta de mi salón y cuando el profesor apareció puse mi mejor y por ende la peor imitación de Annie cuando a pucheros se refiere. El profesor me miro y al reconocerme salió cerrando la puerta.

— Buenos días, siento mucho llegar tarde pero…—

— Señorita White— me dijo él mirándome con algo de ¿lastima?— Lo siento mucho, pero no la puedo dejar entrar a mi clase—

— Profesor Banner, por favor, le prometo que no vuelvo a llegar tarde, usted sabe lo importante que es este examen para mí— le suplique

— Lo se señorita White y le aseguro que no es por su llegada tarde, yo no tendría problema en dejarla entrar, pero el director nos ha dado la orden de no dejarla entrar a ninguna clase, pues está usted atrasada con los pagos del semestre— ¿Qué? Dios mío ¿Aquí también? Había estado tan preocupada en reunir el dinero de la quimioterapia que me había olvidado de pagar el semestre también— Así que lo siento mucho señorita White, pero no se preocupe por mi clase, ni por el examen, cuando realice el pago y pueda entrar de nuevo, le prometo que la dejare repetir el examen y le daré un taller para que suba sus notas— me dijo el profesor como una especie de consuelo. Yo simplemente asentí y me fui

Salí de la universidad y vague por las calles un rato ¿Qué rayos iba a hacer? no tenía dinero para pagar el alquiler del departamento, ni el semestre de la universidad, la próxima semana tenía que pagar la quimioterapia de mi madre y solo tenía la mitad del dinero. Tendría que dejar la universidad y conseguirme otro trabajo en las mañanas o uno de tiempo completo y compensar el dinero que me estaba faltando, no había querido dejar la universidad antes, pero ahora tendría que hacerlo. Camine hasta el café y aunque no fuera mi turno, entre, tal vez si hablaba con alguien me sentiría mejor o encontraría una solución, tal vez podría pedir que me dieran un horario de tiempo completo.

— ¿Candy?— pregunto Patricia, la esposa del dueño— ¿Qué haces aquí tan temprano?— ni siquiera habían abierto el café, apenas eran las ocho de la mañana, los empleados venían a las ocho treinta y el café se abría a las nueve, solo estaba Paty en el lugar

— Hola Paty, ¿Cómo estás?— dije sentándome en la barra frente a ella y suspirando

— Bien, pero veo que tu no tanto, te traeré un café—

— No tengo dinero para pagarlo— ella me miro frunciendo el ceño

— ¿Quién dice que te lo voy a cobrar? Va por cortesía de la casa— Paty me sirvió el café y lo acepte, realmente lo necesitaba— Ahora si dime ¿Qué te pasa?— le conté todo y le pregunte si podía hacer un turno de tiempo completo— No lo creo Candy, sabes que Ster trajo a su hermano Archie para que hiciera un turno en las mañanas y aunque no necesitaba otro mesero, Archie viene del sur y no tenía dinero ni trabajo, Ster le prometió ayudarlo y le dio el trabajo, pero sabes que estamos más que completos— yo asentí, lo sabía, pero aun así nada perdía con preguntar— Aunque, nada perdemos con preguntarle, tal vez no te consiga algo aquí, pero puede conseguirte algo en otro lado, pero Candy ¿Estas segura que quieres salirte de la universidad? Solo te faltan unas semanas de este semestre y un semestre más—

— Tengo que hacerlo, puedo terminar luego, ahora lo más importante es conseguir un trabajo que me dé el dinero suficiente para pagar todo lo necesario, especialmente la quimioterapia—

— Pero Candy…—

— Tranquila Paty, ya veré que puedo hacer—

— No te preocupes Candy— Dijo luego de unos segundos en silencio— todo se solucionara, no pierdas la esperanza— yo asentí— Toma, ¿Por qué no buscas en el periódico? tal vez encuentres algo—

Acepte el periódico y empecé a hojearlo, pero luego de revisarlo casi por completo no había nada, todos los trabajos necesitaban experiencia en dicha área y yo no tenía más experiencia que de camarera, seguí mirando ya sin esperanzas el periódico y una página en especial me llamo la atención, era un reporte sobre las empresas Andry, sobre lo bien que les estaba yendo en el año y la buena administración que estaba haciendo el único hijo del famoso empresario William Andry, Albert Andry, un joven de veintiocho años que a su corta edad ya había conseguido muchísimos logros en la empresa.

Rápidamente lleve mi mano al bolsillo de mi pantalón, el mismo que había tenido puesto ayer y en donde había guardado la tárjate de Albert Andry. ¿Qué hacer? ¿Estaba tan desesperada como para aceptar su proposición? ¿Podía más mi dignidad que mi necesidad? Definitivamente mi dignidad no le iba a pagar la quimioterapia a María Pony y no iba a pagar el alquiler del apartamento y mucho menos mi universidad, ¿Estaba tan desesperada como para aceptar su propuesta? Definitivamente lo estaba. Deje el periódico sobre la barra y me levante.

— ¿Encontraste algo?— me pregunto Paty

— Algo así, pero no estoy segura, luego te cuento. ¿Paty?— ella me miro— ¿puedo faltar a mi turno el día de hoy?—

— Claro que si Candy, le pediré a Archie que te suplante el día de hoy—

— Gracias, hablamos luego— y salí. Tal vez a partir de hoy no volviera al café

Saque la tarjeta personal de Andry y mire la dirección, no estaba muy lejos de ahí, tome un autobús y en el transcurso analice lo que iba a hacer.

Sé que aún está pendiente la historia se labios del pecado pero Miko la autora no la actualizado por lo que todas estamos en la misma situación que paso con la pareja, espero que ella pronto logre actualizar y poder seguir deleitándonos con su relato.