Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Rumiko Takahashi.
-dialogo-
-"pensamientos"
Hola! Espero que les guste esta historia! Esta pensada para que sea solo un One-shot! :)
Ojala la disfruten como yo la disfrute escribiendola!
Saludos!
"LUNA"
Suspiro por enésima vez en esas últimas dos horas, su mirada no podía apartarse de la oscuridad de la noche y esas pequeñas luces brillantes llamadas estrellas, de nuevo suspiro. Bajo lentamente la mirada y una lagrima rebelde escapo de sus ojos recorriendo su mejilla y cayendo por su mentón; ni siquiera trato de borrar cualquier rastro de esa lágrima, la cual fue seguida por otras lágrimas y de pronto toda la compostura que trato de mantener desde esa tarde se vino abajo. Su pequeña mascota, un cerdito negro con una pañoleta amarilla la veía desde sus piernas y un leve sonrojo se asomó en sus mejillas, el pobre puerquito negro se sentía tan inútil en ese momento, él había visto todo lo que le había sucedido a la chica de bellos cabellos negros con el chico de la trenza el cual era un gran artista marcial. El recuerdo de esa tarde hizo que jurara que serían las últimas horas de vida de la causa de todos sus males: Ranma Saotome. Pero primero tendría que hacer que la amada dueña de su corazón Akane Tendo, dejara de llorar.
Akane observó cómo su mascota la veía con preocupación y buscaba la manera de animarla, acariciando su pequeña nariz en su abdomen o en su pierna. A veces, para ser sincera, su pequeña mascota la hacía dudar de si era solo un animal, incluso a veces sospechaba que detrás de aquel cerdito podría encontrarse una persona; ya nada podría sorprenderla a estas alturas de la vida, todas las cosas que había visto, todas las cosas que había vivido al lado de él le había enseñado que todo era posible. Conocía una mujer y a un hombre que se convertían en un gato y en un pato respectivamente e incluso su Tío Genma se convertía en un panda cuando le caía agua helada. Ya nada podía sorprenderla a estas alturas de la vida… o al menos, eso creía hasta esta tarde.
-Maldito seas, Ranma Saotome - maldijo la chica en sus pensamientos. Su mano acaricio la pequeña cabeza del animalito que la acompañaba y le sonrió tristemente.
–Tranquilo P-chan, no voy a dejar que ese insensible de Ranma nos eche a perder la noche- Limpiándose las lágrimas rápidamente tomo a su mascota y se levantó, comenzó a andar saliendo de Dojo con dirección hacia la cocina.
El humilde comedor y la cocina estaban hechos un desastre: la mesa estaba partida en dos (gracias a ella), las paredes completamente llenas de lodo y el papel que tapizaba las paredes estaba en un que otro lado roto, incluso había pétalos de rosas negras regadas por todo el piso. No pudo más que suspirar al ver la escena que estaba enfrente de ella; era el típico retrato de que Ranma y toda la bola de prometidas habían estado aquí. Puso los ojos en blanco y silenciosamente comenzó a recoger el basurero que habían dejado. P-chan la miraba atentamente desde la entrada del comedor, miro alrededor y se podía saber que no había nadie más en la casa que ellos dos, el hecho de verla tan triste le partía el alma… sin hacer ruido comenzó a caminar alejándose del comedor.
Akane no se dio cuenta de la ausencia de su mascota, solo siguió recogiendo todos los pétalos que Kodachi había dejado regado por todos lados. Sintió unos pasos acercarse y su corazón se paralizo por unos milisegundos, no estaba lista para verlo, no aun. Su corazón recordó que debía latir y empezó a hacerlo demasiado deprisa, su respiración comenzó a aumentar, sintió como si estomago hubiera dado un pequeño brinco. Odiaba como la hacía sentir aquel hombre. Lo odiaba demasiado. Sus ojos buscaron a la persona que acababa de llegar. Su corazón sintió alivio y decepción al descubrir que la persona que acababa de llegar era su buen amigo Ryoga. Tratando de ocultar su decepción, Akane se acomodó su larga falda para verse un poco decente y sonrió de la manera más dulce que pudo.
-¡Ryoga! ¡Qué alegría verte! ¿Cuándo llegaste? - Ryoga la observo atentamente y aunque su corazón latió al ver la sonrisa de su amada, inmediatamente supo que solo era una sonrisa vacía. Una razón más para desear la muerte de Saotome. Inconscientemente apretó los puños mientras le regresaba la sonrisa a Akane.
-No hace mucho Akane, ¿Estás sola en casa? – Ryoga fingió un tono de sorpresa al preguntarle y mirando a todas las direcciones como si buscara a alguien en la casa.
-Así es, Ryoga. Pero dime, ¿Buscas a Ranma?- Akane sintió como por su corazón cruzaba una punzada de dolor al pronunciar su nombre.
-No, ahora no, solo vengo a verte Akane- Akane lo observo y sonrío, en esta ocasión Ryoga no se mostraba ansioso como en ocasiones anteriores, solo estaba ahí parado, observándola fijamente y de la nada el chico de la pañoleta comenzó a ayudarle a recoger el comedor.
Si acaso una hora más paso y Ryoga reparo lo mejor que pudo la mesa que Akane había destrozado hace unas horas antes. Cosa por la cual Akane felicito y agradeció en repetidas ocasiones dejando a un Ryoga bastante sonrojado. La manera en que la había arreglado había sido mejor de lo que ella pudo haberlo hecho. Todo mundo, e incluso ella, sabían lo mala que era para realizar tareas manuales, así que si… estaba más que agradecida con el chico por semejante ayuda.
-Espera aquí Ryoga te traeré algo de comer como muestra de agradecimiento. Probablemente Kasumi haya dejado algo ya preparado– Ryoga observo como la chica desapareció por la puerta de la cocina y al cabo de unos minutos regreso con una bandeja con comida y dos tazas de té. Le dio un plato y una taza a Ryoga y ella sentándose a su lado comenzaron a comer.
Ryoga al probar la comida un cosquilleo recorrió su espina dorsal y los pelos de todo su cuerpo se erizaron. Akane lo observo disimuladamente viendo la reacción del chico.
-¡Vaya! Kasumi no deja de sorprenderme, cada vez que pienso que no puede hacer comida más deliciosa, descubro que si puede. ¡Itadakimasu!- Ryoga bastante hambriento iba comenzar a devorar la comida que estaba enfrente de él, pero la mirada sorprendida y el sonrojo en las mejillas de Akane lo hicieron detenerse. – ¿Sucede algo, Akane?-
-¿E-Enserio sabe bien, Ryoga?- La pregunta de Akane extraño a Ryoga, bueno ya estaba bastante asombrado con la reacción de Akane por lo que no pudo más que decir: -Si, esta deliciosa, creo que nunca he probado una comida tan rica como esta.- Los palillos que sujetaba Akane se deslizaron de sus lados y cayeron sobre la mesa recién reparada, la chica junto las rodillas a su pecho y escondió su rostro en ellas y de repente los sollozos de ella comenzaron a sonarse en la habitación. Ryoga asustado/desconcertado por la reacción de Akane no sabía muy bien que hacer; torpemente puso su mano en la espalda de Akane.
-Lo siento Akane, ¿Hice algo que ofendiera a Kasumi? O peor aún ¿A ti? - Akane moviendo su cabeza en negación aun con su cara escondida en las rodillas, suspiro sonoramente y levanto levemente su rostro topándose con los ojos preocupados de Ryoga. Ver tal preocupación hizo que recordara a su mascota P-chan, una lágrima rebelde volvió a recorrer su rostro, pero ahora fue rápidamente eliminada por la mano de Ryoga, el cual aún no entendía lo que pasaba. Akane al sentir la mano de Ryoga en su rostro la encontró cálida y misteriosamente se sintió tranquila. Una sonrisa sincera apareció en los labios de Akane y Ryoga se sonrojo furiosamente al ver aquella sonrisa en ella, por lo que tuvo que apartar la mirada. Akane se dio cuenta de esto y una muy apenas audible risa salió de sus labios.
-Esa comida la prepare yo Ryoga, no Kasumi.- El chico se sorprendió al escuchar eso. No se esperaba eso. Había sido sincero en lo que había dicho, era una de las mejores comidas que había probado desde hace mucho tiempo, y el hecho de que la cocinera no haya sido otra más que su querida Akane, conociendo el historial culinario de aquella mujer, para ser honesto era una sorpresa bastante agradable.
- ¿En serio la preparaste tú? Está muy rica Akane, te felicito- La sonrisa sincera de Ryoga hizo que Akane riera con genuina felicidad. Y aunque ella no era de andar abrazando gente que no fuesen sus hermanas o su padre, la felicidad que sintió tras las palabras del Hibiki, no pudo contenerse y lo abrazo tan fuerte que Ryoga se quedó completamente sorprendido y en un estado de enamoramiento total que le hizo falta bastante autocontrol para no perder la cordura y perderse en su mundo de ensueño, como lo hacía en la mayoría de las veces que ella no estaba cerca. A lo lejos, un par de ojos azules veían la escena y cerraba los puños con fuerza.
-Si yo la prepare- Dijo Akane mientras se separaba de Ryoga y con una sonrisa radiante en su rostro le daba los palillos en señal de invitación a que continuara comiendo. El chico gustoso acepto aquella invitación implícita en sus gestos y comenzó a comer lentamente, ahora que sabía que lo había preparado Akane iba a disfrutarlo como se debía.
-¿Sabes? Llevo más de tres practicando para poder hacer la cena de esta noche, pero todo mundo ha huido antes de siquiera probarla.- La mirada de Akane se cubrió de tristeza por unos segundos, la cual no pasó desapercibida por Hibiki. –Pero me alegra que tu si la hayas probado, aunque te haya engañado un poco diciendo que era comida de Kasumi, Gomen-ne Ryoga-kun– La expresión como de "una niña pillada en una travesura" de Akane hizo que Ryoga se enamorara más de ella si eso era posible, sintió como su corazón se derretía al verla.
-Aunque hubieras dicho que la comida era tuya Akane, la hubiera probado. De eso puedes tenerlo por seguro. – Akane no tuvo que ver a los ojos de Ryoga para saber que hablaba con la verdad, siempre había sido así con ella: Amable, cariñoso, respetuoso. –Si tan solo Ranma fuera así, las cosas serían muy diferente"- Aparto esos pensamientos de su mente, estos no era el momento para estar pensando en el "Estúpido de Ranma" y decidió compartir aquella bella y estrellada noche con el que de alguna manera u otra se las arreglaba para estar en los momentos en los que P-chan desaparecía y necesitaba de un amigo.
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La casa estaba en completa oscuridad, entro sin hacer ruido a la misma habitación en donde habían estado la "marimacho de su prometida" y el "maldito cerdo". Observo la habitación y se sentía traicionado. ¿La razón? Ni él lo sabía, pero haber visto como ese maldito cerdo convivía con su prometida y había tocado el rostro de ella, había hecho que su sangre hirviera. ¿De celos? Claro que no, el gran Ranma Saotome no siente celos. De lo único que estaba seguro es que ese maldito cerdo iba a pagar caro semejante atrevimiento. Y en cuanto a su prometida…. No sabía aun lo que haría, pero se tenía que vengar por haber abrazado al cerdo en su forma humana. Tenía que soportar que lo abrazara siendo cerdo, pero ¿humano?, ni loco se lo permitiría.
–Maldita marimacho– susurro el artista marcial. Los acontecimientos de hoy en la tarde se hicieron presentes en su mente:
Sus sentidos de artista marcial le indicaron "peligro" antes de que ella llegara, pero cuando se dispuso a averiguar que era el "peligro" al acecho, era demasiado tarde: Ella iba entrando al comedor con la comida preparada por ella. Después de eso, todo se volvió un caos, El gritándole cosas como "Tu comida es asquerosa", "No deberías ni intentarlo", "Marimacho, déjale esas cosas a mujeres que si cocinen" y ella con sus respectivos golpes como respuesta a los insultos de él. Pudo haber sido el fin de todo: el a salvo sin probar los experimentos de Akane y ella enojada con el pero a sabiendas que él podría en contentarla con otra cosa. Pero no, tenían que venir sus otras "prometidas" y una "loca" haciendo destrozos en toda la casa alegando que ellas son mejores cocineras que Akane. No discutió con respecto a eso, pero las cosas fueron empeorando poco a poco y sin darse cuenta las palabras salieron de su boca: "Cualquiera de ellas es mejor prometida que tu". El vio como Akane se paralizaba en ese momento, dejaba caer el mazo que siempre utilizaba para mandarlo a volar y en ese momento se dio cuenta… había ido demasiado lejos. Ni siquiera recordaba porque lo había dicho, solo recordaba que en ese momento quiso disculparse, pero la euforia que provocaron esas palabras en sus otras prometidas y la loca le impidieron cualquier intento de acercarse a Akane (la cual había desaparecido de la habitación) y disculparse. Tuvo que irse de la casa para evitar que hicieran más destrozos y que el terminara siendo regañado/asesinado por su Tio Soun.
¿Y qué es lo que encuentra al regresar? El maldito cerdo muy cerca de su prometida, demasiado cerca. Sus puños se cerraron de nuevo al recordar la imagen de hace rato. Se sentó por un momento fuera del comedor, en donde podía ver el estanque y la luna reflejado en él. Tendría que pedir disculpas, pero después de ver tal escena, no sabía muy bien cómo hacerlo.
La presencia de alguien acercándose lo alerto, girando la cabeza, descubrió a su "amigo" Ryoga; lo miro con odio el cual fue respondido de la misma manera. Sin decirse nada, Ryoga le lanzo un oniguiri. Ranma lo atrapo con una mano y sin dificultad. Observo con curiosidad la comida y escucho:–Esto es lo que te perdiste por tu estupidez Ranma, ella estuvo más de tres meses practicando para preparar esta comida hoy para ti. No te mereces a alguien como ella, Saotome– Esas últimas palabras hicieron estragos en el corazón de Ranma, cuando iba a responderle de la manera en que el sentía que merecía ese cerdo, el ya no estaba. Ranma con temor probó el oniguiri, esperando el sabor más desagradable que sus pupilas gustativas pudieran probar. ¿Cuál fue su sorpresa? No sabía nada mal, al contrario, sabia delicioso, más que cualquier cosa que hubiera probado.
De inmediato la culpa se instaló en su mente y su corazón –"Si solo le hubiera dado una oportunidad, si no hubiera sido tan bocaza" – Las palabras de Ryoga volvieron a él y lo golpearon como agua helada "No te mereces a alguien como ella, Saotome", se clavaron como puñal en su corazón y por una vez le dio la razón.
–"No merezco a alguien como ella. Soy un idiota. Lo siento tanto Akane" –. Tomándolo por sorpresa, unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos azules. Aprovechando la oscuridad de la noche el artista marcial pego sus rodillas al pecho y escondió su rostro en ellas. Se sentía miserable, ruin… No sabía con exactitud cómo, pero el gastaría todas sus fuerzas si fuese necesario, para que ella lo perdonara, o dejaría de llamarse Ranma Saotome.
Y la luna fue testigo de que esta noche… Ranma Saotome lloro por ella… por Akane Tendo.
Muchas gracias! a los que se tomaron el tiempo para leerla! Espero que les haya gustado! :)
Hasta pronto!
-YAZZI27
