Supongo que ya habréis leído mi petición de auxilio para "Puedo escribir los versos..." Agradecería mucho vuestra ayuda, de veras.

Y esto es algo así como una ida de pinza, algo que me apetecía escribir. Es bastante verde, la verdad. Si no te gusta, no comentes.

Gracias a Nerea por su eterno apoyo.

Situado en el 4x25, El crítico en el Cabernet, cuando Booth tiene que donar semen para inseminar a Brennan y ve a Stewie. La frase de Stewie "Tu amiga la doctora está muy buena, haz un depósito en persona, ¡como un hombre!" se me metió en la cabeza y no la pude sacar, como sospecho que tampoco Booth pudo.

Espero que os guste.

Disclaimer: Bones no me pertenece, sólo mi imaginación.

.

Un depósito en persona

La habitación en la que se encontraba no era gran cosa, simplemente tenía lo indispensable para lo que estaba diseñada, un par de sillones, una televisión y revistas y DVDs pornos. Cientos y cientos de porno. ¡Dios mío, era increíblemente embarazoso!

Pero, ¿por qué era tan incómodo? La propia Brennan lo había dicho, "supongo que habitualmente practicas la masturbación". Era cierto, lo hacía. De hecho, desde hacía tres años la practicaba casi diariamente. Era la única manera de estar con ella y sus incómodas conversaciones sobre sexo sin lanzarse a por ella como un animal en celo.

-¡Huesos! –suspiró. Ella no era ni remotamente consciente de cuánto lo excitaba cuando se ponía a hablar científicamente. Se sentía como un pervertido. No debería excitarlo el hecho de escucharle a ella decir "No sé lo que eso significa" mientras lo miraba con sus grandes e inocentes ojos azules, pero lo hacía. Y cada noche, en la soledad de su cuarto, recordaba aquellos momentos y se acariciaba hasta liberar la tensión que Huesos había creado en él aquel día.

Aquello estaba mal, lo sabía, pero a medida que la conocía, aquella atracción que se había manifestado al principio fue creciendo. Ya no lo podía evitar. Y ahora ella quería un hijo. ¡Un hijo! Y quería, por encima de todo, que fuese de él. Él le daría a Huesos lo que quería, porque no podía negarle nada.

Tu amiga la doctora está muy buena, haz un depósito en persona, ¡como un hombre! La voz de Stewie, aquel maldito dibujo animado que solía ver en la tele, resonó una vez más en su mente. Suspiró y se sentó en uno de los sillones, mirando el DVD pornográfico que tenía en la mano. Una rubia de imponentes pechos salía en la carátula, mirando a la cámara con una mirada que trataba de ser lasciva pero que hizo que Booth se preguntara si se habría tragado un limón.

Haz un depósito en persona, le decía una voz dentro de él. Dile la verdad, dile que la deseas, que lo has hecho desde que la viste por primera vez… bésala.

El agente dejó la película en una de las mesillas y se quitó los pantalones, tratando de aliviar la presión que aquellos pensamientos habían creado en su entrepierna. Se sentó y miró cómo su erección parecía amenazar con hacer reventar sus bóxers. Realmente no debía… pero, ¿por qué no? Brennan quería un hijo y para ello él tenía que masturbarse. ¿Dónde radicaba la diferencia entre hacerlo pensando en que se tiraba a una furcia rubia o pensando que le hacía el amor a Huesos? A fin de cuentas, ¿no era lo más lógico pensar en la mujer que sería la madre de tu hijo?

Sucumbiendo a la tentación, su mano derecha bajó lentamente bajo la cintura de sus calzoncillos, acariciando su pene erecto.

–Mmmm… Huesos… -ronroneó. Cerró los ojos y se imaginó tocando a la puerta de su casa…

-Hola, Booth, ¿vienes a tomar una copa? –preguntó Brennan, sonriendo en su puerta.

-No, Huesos, esta vez no –dijo, agarrándola por la cintura, apretándola contra la puerta principal y fundiendo sus labios con los de ella. Brennan abrió los labios con un gemido y el agente introdujo la lengua en su boca.

La mano de Booth comenzó a moverse más rápido.

Se separó de ella, ambos con las respiraciones entrecortadas.

-Huesos, te deseo desde el primer día que te vi. No soporto más estar cada día a tu lado y no poder besarte… -volvió a juntar sus labios con los de ella- no poder tocarte… -sus manos acariciaron la espalda de ella por encima de la camisa– no poder hacerte el amor… -Los labios de la antropóloga lo silenciaron esta vez.

-Lo sé, yo también te deseo –dijo, volviendo a besarlo mientras le quitaba la camisa.

Mientras las imaginarias prendas de ropa caían al suelo la mano de Booth iba ganando velocidad y presión.

La ansiosa boca del agente recorrió todo el cuerpo de su compañera, cubriéndolo de besos y pequeños mordiscos, siendo sus gemidos y jadeos música para sus oídos.

-Hazme el amor, Booth. Quiero sentir cómo se rompen las leyes físicas. Contigo.

Booth asintió y la levantó. Brennan enredó las piernas en su cintura y el agente la penetró con una rápida y fuerte estocada que los dejó a ambos sin aire.

-¡Oh! –jadeó la antropóloga, sorprendida.

-¿Te gusta?

-Sí, Booth, por favor, sigue… Mmmm… no pares nunca –susurró Brennan mientras le mordía el cuello. El agente mordió suavemente sus pechos y la antropóloga soltó un jadeo. Bajó una mano y acarició el punto donde sus cuerpos se unían, convirtiendo el jadeo en un grito extasiado -¡Booooth! –gritó, sintiendo cómo el orgasmo la devastaba.

-¡Huesos! –gritó Booth a punto de correrse. Se acordó a tiempo y cogió el botecito que estaba a su lado, permitiendo que el semen lo llenara.

En cuanto se corrió, se sintió vacío.

Ojalá pudiera tener un hijo con Huesos de la forma tradicional. Era lo único que deseaba, suspiró.

Se vistió, tapó el botecito y salió a entregárselo a la enfermera. Al menos uno de los dos tendría lo que quería.

¿FIN?

.


.

Sé que Brennan está un poco OOC en las fantasías de Booth pero, a fin de cuentas, es una fantasía.

.

Los comentarios se agradecen. ¿Os ha gustado?