ESTE ES UN ONE-SHOT SOBRE UN PEQUEÑO CANON QUE ME GUSTA MANEJAR. UN POQUÍTO DEL PASADO DE RONNY Y COMO LLEGÓ A LAS VIDAS DE WILL Y GRELL.
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NECESIDAD DE TENCIÓN.
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Solo, siempre fue un chico solitario. A pesar de sus esfuerzos por agradar y complacer Ronald siempre estaba solo, su padre un hombre de negocios pero bebedor y su madre, bueno no recuerda a su madre, quizá murió o los abandonó, quien sabe, a su padre no le gusta hablar de ello. En ocasiones tiene la compañía de alguna amante de su padre pero no es duradero y es que a nadie le gusta perder el tiempo con un mocoso.
Ronald suele pasar días enteros fuera de casa en compañía de amigos, aunque no siempre son buena compañía. Sigue solo. Necesita atención, es un buen muchacho, obediente aunque distraído, sólo necesita que alguien lo oriente y guie. Hubiese sido un gran hombre, trabajador, honrado, quizá juerguero pero jamás desobligado. Un buen elemento. Lastima que no vivió para demostrar su potencial al mundo.
Cual malandrines los chicos se mantenían escondidos en una casa abandonada. No tenían nada que hacer, fumaron y bebieron hasta emborracharse, algunos más que otros. Ronald los observaba, bebe pero no a la par que sus compañeros, era menor que ellos. Una pésima compañía, pero era mejor que nada o eso pensó.
Estaban aburridos, peor aún ebrios. Ruleta rusa. Su destino estaba sellado. Entre risas, humo de cigarro y tufo a alcohol barato cada uno de los vagos tiraron del gatillo. Él sabía donde estaba la bala, él preparó el arma. El primero, segundo tiro... nada, es su turno, tiembla un poco, una gota de sudor rueda por su sien. Mira el arma un segundo y traga saliva. -Cobarde- grita uno de los alcoholizados hombres. Pone el arma debajo de su mandíbula y tira del gatillo.
Risas y aplausos, está vivo, tres tiros más y al séptimo tipo se le ocurre disparar a la ventana. Una explosión y la bala es liberada tal y como Ronald calculó. Hay que brindar más.
Tirados de borrachos en la suciedad, ahogados e inconscientes, la fiesta se acabó. Soledad. Otra vez está solo. ¡Es suficiente!, Ronald se dirige de regreso a su casa, el lugar esta solo, como siempre. El joven de cabellos oscuros sale del lugar, aunque vacío aquellos muros son sofocantes.
Corre, corre como si de ello dependiera su vida, curioso pues así es, mientras más rápido corra más pronto llegará a su destino y al fin todo terminará.
Le duele el pecho y el diafragma, se deja caer al suelo, siente su corazón en la garganta. Infantil e inmaduro. Quizá ex un berrinche ante un capricho mi cumplido, pero... ¿es mucho pedir algo de atención?
Mira a su alrededor, esta en la punta de un risco, mira al vacío, debe ser una gran caída, incluso dolorosa, pero seguro a nadie le importa, nadie le pone atención. Se pone de pie, sus piernas tiemblan, son de papel quizá por tanto correr sin sentido o tal vez del profundo terror que invade su cuerpo pues ya sabe lo que su mente aún infantil trama.
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Nombre: Ronald Knox
Edad: 19 años,
Fecha de muerte: 01 de Octubre de 1865
Causa de la muerte: Suicidio.
Comentarios: Ninguno... (tacha aquella palabra y sobrescribe) CANDIDATO.
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El suicidio es un terrible pecado, no tiene perdón ¿o si? Shinigamis, todos los shinigamis fueron suicidas, pero no todos los suicidas pueden ser shinigamis. Sólo los humanos beneficiosos para el mundo se salvaran de una muerte prematura sin embargo sólo aquellos humanos útiles y productivos estos quienes su único pecado mortal mientras vivieron fue el quitarse la vida antes de tiempo, tendrán derecho a la redención por medio del trabajo arduo de juzgar almas reviviendo trágicas muertes hasta redimir sus almas en pena.
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William ha segado un sinfín de vidas durante su etapa como semidiós pero nunca había tenido la oportunidad de encontrar un candidato a shinigami, lo pensó mucho, dudó un poco pero tenía una corazonada.
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Recuerda sentir la adrenalina recorrer sus venas, el aire golpea su rostro con fuerza impidiéndole ver la caída libre no tarda mas que segundos pero le pareció una eternidad. Está muerto ¿no?
-Buenos días- le saluda una voz, Ronald gira su cabeza tres hombres vestidos con trajes negros le rodean. Uno de ellos es el encargado de recibir a los candidatos, el segundo se trata del segador que lo eligió y el tercero se encargará de ubicarlo y dirigirlo mientras se adapta.
-¿Estoy muerto?, ¿Esto es el cielo?, mas bien parece un velorio- dice insatisfecho, Ronald siempre imaginó que al morir sería recibido por una corte de ancianos vestidos de blanco en un cuarto igualmente blanco o al menos si se trataba del infierno ver llamas y a un hombre rojo dándole la bienvenida.
-No, el cielo es una rama administrativa distinta- contestó uno de los hombres de anteojos.
-¿El infierno?
-No
-Ronald Knox, ¿recuerdas lo que hiciste?
-No... -piensa un poco, duda pues tiene un vaho recuerdo, era infeliz y mucho pero...
-No- repite.
-Lo único que tienes que saber es que ahora eres un shinigami y te encargarás...
-¡Mataré gente!- interrumpe el chico inquieto e impetuoso. El hombre frunce el ceño. Será difícil.
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El tiempo pasa rápido, no se puede desperdiciar, la redención está a la vuelta de la esquina.
Ronald está ansioso por encajar en este nuevo mundo, obedece y respeta las reglas, es momento de aprovechar las oportunidades que dejó pasar.
Desde que fue elegido, Ronald ha sido sujeto a supervisión constante. William mantuvo un ojo en el muchacho, todas sus expectativas estaban puestas en él y Ronald mantuvo el mismo interés en sus senpai.
Rojo, la atención de Ronald la ha capturado aquel color apasionado. Su interés crece y es tiempo de encontrar un nuevo mentor.
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-Will, por favor. Sabes que no estoy interesado en los mocosos.
-Grell Sutcliff, también eres un profesor, no veo el por qué no debas hacerte cargo de un elemento prometedor.
-Pero ¿ya lo viste?, no tiene actitud, es tan común y corriente- se queja el rojo al ver la foto del expediente del muchacho.
-Saldré una temporada, no creo conveniente que te quedes solo, necesitas algo en que fijar tu atención.
-¿Estás preocupado por mi Will querido? - Grell jugueteó con la corbata de su jefe, este sólo le miró atentamente sin inmutarse.
-Haz lo que quieras con él, sólo no te metas en problemas- sentenció Spears.
-¡Sutcliff-senpai! estoy tan emocionado y honrado por trabajar con usted- el chico entró sin llamar a la puerta, lo único que salió de su boca los primeros 10 minutos fueron dolo elogios para la pelirroja, Knox sabía como ganarse el corazón de una mujer. Antes de conocerse en persona Ronald se encargó de conocer más sobre su futuro tutor y es que los rumores en el colegio pintaban a Sutcliff como el mejor de su generación, imposible de igualar.
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William se prepara para su viaje, lo cree todo listo para su partida pero grande fue su sorpresa al entrar a la oficina de Grell para despedirse.
-Va en contra de el código de vestimenta- reclama el supervisor. Zapatos Oxford blancos, cinturón blanco, moderno reloj de muñeca y lo peor... el antes negro cabello de Ronald ahora es rubio, bueno, solo la mitad, la nuca de este permanece negra. Todo cortesía del pelirrojo experto en cambiar su apariencia física quien pronto superaría las expectativas de todos. El chico está entusiasmado, se siente todo un galán. De ahí en adelante no hay cosa que diga su rojo senpai y él no obedezca. Grell sabe de chicas. Grell sabe como brillar en sociedad, como encajar en este mundo cruel. Grell es un ídolo.
A William no le queda más que callarse e irse lo antes posible, aun hay horas extra por cubrir; todo sea por el bien de Grell y el bien del despacho, esa era la idea pero Grell tenía otros planes.
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Grell Sutcliff ha desaparecido, el despacho está conmocionado, en especial William, se nota que está devastado a pesar de que intenta ocultarlo. La tención aumenta. Ronald por instantes se siente abandonado como cuando su madre los dejó, la diferencia aquí es que William no se dejó caer al vicio como lo hizo una vez su padre humano. William se hace cargo del entrenamiento de Knox, eso ya es un plus.
Ronald no olvida a Grell, espera a que vuelva, chismes y rumores cuentan que murió pero William le hace saber que no es así. Una noche y de la nada el supervisor de Londres regresa con un bulto rojo. William está furioso pero al menos Grell ha regresado.
-¡Sutcliff-senpai!- grita con emoción el rubio de dos tonos al ver a su amigo salir del juzgado, desde el regreso del mundo humano, Grell y Ronald no se habían visto.
-Ronald Knox- llama Spears.
-Despídete de tu amigo, no hagan planes hasta dentro de medio año- es la sentencia y el gerente se retira dejando a ambos hombres atrás.
-¿Senpai?
-No te preocupes, se como lograr que se reduzca, el castigo confía en mi, Will me ama- guiña el ojo de largas pestañas postizas y sale corriendo tras de su amado jefe.
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Ronald adora a sus jefes, son como una pequeña familia, aunque Grell es más bien como una hermana, o quizá sea el padre buena onda, en cambio William, él si podría ser la madre estricta.
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-Ronnie, si quieres hacer a una chica feliz, esta es tu oportunidad- cantó la muerte roja.
-Tú sales con la chica de asuntos generales ¿no es así?, bueno, Will confiscó mi death scythe , pero con los tramites correctos ella puede liberarla- guiñó el ojo.
-Senpai- murmura Ronald y hace una mueca pensativa. Grell se despide y la manda un beso. Knox suspira, tiene una gran labor que hacer con las chicas de asuntos generales, todo sea por su querido amigo Grell.
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"LA FIESTA"
Ronald Knox, un joven entusiasta, el nuevo ídolo de las secretarias del despacho, después de su senpai Eric Slingby, aunque las fiestas terminan en juergas y borracheras cuando salen juntos, el rubio de dos tonos es el galán de toda la división. Cuando Ron no tiene un buen cuidado de sus importantes gafas, se gana una reprimenda por parte de su maestro, aunque el considera que es algo absurdo que su vida dependa de esas gafas de montura gruesa y negra, que le dan un aspecto algo infantil, el odia eso, el no es un niño como le suele llamar su adorado senpai Grell Sutcliff, oh!, como admira a su mayor, aunque no puede evitar hacer mofa de la afeminada parca roja.
No existe fiesta a la que el no asista pues se ocupa de su trabajo asignado rápidamente, odia las horas extra, el es eficiente en su oficio, motivo por el cual es el preferido de su sensei William T. Spears, ambos odian a los demonios, malditas alimañas roba almas. Aunque Ronald se esfuerza para complacer a su jefe y maestro, este siempre encuentra un motivo para regañarle, "demasiado inmaduro para el oficio", Ronald se justifica diciendo que esta en esa "edad hiperactiva" aunque William sabe que con una llamada de atención puede hacer que su subordinado estrella vuelva al buen camino para no decepcionarlo.
Tratándose de fiestas y chicas, Ronald puede ser de verdad un "chico malo", si usted sabe a lo que me refiero. Aun así el chico funciona perfectamente, tal parece que la vida nocturna no mella su entusiasmo ni vitalidad, todos los días tiene motivación, más si se trata de impresionar a las bellas damas, es la envidia de muchos hombres en el despacho.
Aunque nadie es perfecto, por lo menos no como Spears sensei desea, es absurdo, después de todo, supongo, "tener que escribir una disculpa formal por mi fracaso". Es molesto, más si el no tiene la culpa, aunque no se queja de trabajar con Sutcliff senpai, no entiende como este babea por aquel demonio tan desagradable y es tan descuidado como para perder las almas, después de todo el debe recuperarlas, todas de una sola vez para evitar un severo castigo por parte del gerente, para luego decirle al jefe que "¡me voy a casa primero!".
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Ronald tiene horas extra de nuevo, suspira con fastidio, la nueva recepcionista lo espera para una cita esta noche, ya es tarde, aunque su consuelo es que su castigo no puede ser peor al de su senpai rojo, William lo tomo por los largos mechones escarlata arrastrándolo hacia su oficina, aunque Grell llora de dolor, se aprecia en su rostro una sonrisa sádica. "El jamas se rinde"
La pista de baile arde cuando Ronald, saca a bailar a su novia en turno. El "vive" si preocuparse por nada, su lema: "haz lo que quieras hasta que te mueras", para su fortuna su existencia era indefinida, en realidad nadie sabe a bien cuanto puede llegar a vivir un shinigami, es un secreto. Curioso, es un Dios de la "muerte" que "vive" al máximo pero que debe "trabajar", ¿donde dice en su contrato que las deidades trabajan horas extra para evitar ser despedidas?
Ronald solo quiere divertirse sin restricciones, es joven y atractivo, tal vez algún día madure aunque no promete nada.
"EL TRABAJO"
Ronald acecha a una linda señorita, su fin esta cerca, más de lo que ella se esperaba, la joven se ha portado mal, es la mas popular de su colegio y trata con desdén a los chicos que le proclaman su amor sincero, ella hace trampa. Una lastima, tan joven y bella, seguramente Ronald no hubiese dudado en invitarla a salir. La hora esta cerca, uno de sus Romeos esta celoso y vengativo, la apuñala en el corazón y la deja en un callejón sola donde nadie pueda oírla y ayudarla, El rubio entusiasta baja de inmediato.
-En secreto, te contaré algo. Ah, pero ya que es un secreto, sólo rápidamente presta tus oídos y luego olvídate de él por completo, ¿de acuerdo?- Ronald susurra a la joven moribunda, algo cruel, pero es un habito aprendido de Grell, a la parca roja le gusta "jugar" con sus victimas.
-No importa lo duro que luche, no puede cambiar su destino nunca más.- dice con una sonrisa como con la que enamora a sus conquistas.
-No importa lo mucho que me ruegues, yo no puedo cambiar lo que está en mi lista, voy a esperar en silencio, y luego juzgar su alma.-el rubio de dos tonos alza en el aire su death scythe en forma de cortadora de césped, cortesía de su jefe rojo, aunque causo la molestia de su frío maestro y la enciende sobre el pecho de la joven.
Ronald, deduce que por la forma en que se mueves ahora la chica está en un estado de shock, debe de tener un montón de asuntos pendientes que todavía quiere terminar, ¿verdad?.
Un sabio consejo de las parcas para los mortales, "Por favor, utilice su tiempo limitado sabiamente", esto aprendido de William, su jefe obsesionado con la perfección y puntualidad.
-Siego las almas sin valor como si fueran malas hierbas recién surgidas- dice el shinigami, su oficio es similar al de los jardineros, su labor, mantener limpio y bonito el jardín de Dios, libre de las almas inútiles, cuales hiervas secas.
No importa lo duro que luchen las almas, no pueden cambiar su destino nunca más. Finalmente llega el momento en que se dan por vencidos, aunque nuca falta alguna alimaña hambrienta que trate de robar las almas, pero después de una leve lucha todo termina y ambos pueden descansar, el occiso en la biblioteca y Ronald en un fiesta.
"LAS MUJERES"
Ronald es la Super estrella de todo el despacho, conoce a todas y todas lo conocen, aunque es bueno para aparentar, nada formal, el solo quiere una probadita, hay mucho Ronald para todas las mujeres, mortales y shinigamis.
-Te amo Vicky - el casanova enamorado revela sus sentimientos, pero estos son pagados con una fuerte bofetada, que deja una marca roja en su pálida piel.
-Idiota!, mi nombre es Eliza!.- la dama furiosa sale del lugar. "Bueno, nadie es perfecto", ahora tendra que replantear el como recuperar la amada sierra de cadena de Grell.
Cree que tiene a todas las marionetas bajo control, mintiendo de la mejor manera, el no es un "Mujeriego" arrogante, el es un campeón, solo que no consigue a la compañera adecuada, puede que vengan de mundos diferentes, los hombres y las mujeres, pero el es un "Dios", el solo busca a la chica adecuada, "¿que hay de malo en divertirse durante el proceso?".
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HACE TAAAAAANTO TIEMPO QUE QUERÍA ESCRIBIR ESTO PERO MO ENVONTRABA LA INSPIRACIÓN. ME ENCANTÓ, NO SÉ CREO QUE SERÍA POSIBLE. ME GUSTÓ LA IDEA Y ESPERO QUE A USTEDES TAMBIÉN.
GRACIAS Y NOS LEEMOS PRONTO.