— Por favor Jasper no te vayas — rogaba entre llanto una joven que parece ser peli castaña a la luz tenue de las velas.
— Sabes amor, tengo que ir — él le tomo de la mano y la acerco a él, le acaricio dulcemente la mejilla, y comenzó a llenarla de besos, las mejillas, la frente, la nariz y termino dándole un dulce beso en los labios.
— Jazzy, por favor no te vayas, quédate conmigo — siguió rogando la peli castaña, mientras que de sus ojos brotan unas cuantas lágrimas.
— Mi vida, ya van casi tres años que estoy en esto, después de la evacuación de Galveston voy a regresar, y vamos a…
— Jasper ¿Quién es ella? — Edward interrumpió el leve recuerdo que llegaba a la mente del rubio, sometiéndose a lo que le pueda pasar.
— No lo sé, nunca le veo la cara completa, nunca le he llamado ni escuchado su nombre — dice muy triste el rubio, sorprendiendo a Edward al abrirse de ese modo ante la situación. — Desde que desperté en esta vida es la primera vez que tengo un recuerdo tan claro de ella — contesto nostálgico y distraído, sin importarle lo que Edward pudiera pensar.
— Alice, ¿lo sabe? — cuestiono Edward haciéndolo volver a la realidad; Alice su esposa, ella que se ha convertido en un pilar después de abandonar la guerra.
— No Edward, ella ni nadie más lo sabe, tú lo sabes por qué puedes leer mentes, si no fuera por eso nadie lo sabría, esa chica es mi pasado, ella en definitiva está muerta a estas alturas de la vida. — respondió fría y tajantemente Jasper a su hermano Edward. Jasper nunca muestra sus sentimientos delante de nadie, nadie sabe lo que él realmente quiere, él más cercano a saberlo es Edward por su don, pero la verdad es que nunca se acerca a saber a ciencia es cierta lo que realmente llega a pasa por su cabeza e inconscientemente no quiere saberlo, de lo único que Edward puede estar seguro es que él ama a Alice al igual que ama a todos en esa familia, es el mismo amor sin diferencia alguna, al igual que sabe que cada uno de ellos es importante en cierta manera y que haría cualquier cosa por ellos; pero cuando se habla de su pasado es otra cosa, odia que saquen el tema a colación, odia que alguien hable de recuerdos felices, de anhelos del pasado, del no poder tener hijos, de no poder envejecer, lo odia sobre todas las cosas.
— Lo lamento, Jasper sé que no te gusta hablar de cosas del pasado y lamento haber sacado el tema a colación, pero es que esa chica… — él mismo se detuvo cuando a su cuerpo comenzaron a llegar olas de dolor y desesperación, Jasper sintió algo de lujuria proveniente de Edward, esto lo enojo y más si sabe que es por la chica de sus recuerdos. — detente, por favor — rogo entre susurros llenos de dolor y doblado en el suelo.
— Espero que esto no vuelva salir a flote Edward. — dice Jasper con su voz fría como hielo, se levantó del sofá de la sala donde estaba y se fue a su estudio, allí nadie lo molestaría, allí esperaría a que la dulce duendecillo llegara junto con los demás para poder calmarse, ella con esos sentimientos tan positivos y radiantes, que lo mantienen a él dentro de lo que sería una burbuja de felicidad y tranquilidad, manteniendo a su verdadero ser encerrado y dormido.
Edward vio cómo se marchó y se sintió más relajado cuando se quedó solo, nunca le ha gustado el don que tiene, viola la privacidad de las personas, pero realmente lo comenzó a odiar cuando llego Jasper a la familia alrededor de 1949, todas las cosas que pasaban por su mente eran realmente dolorosas y aterradoras, poco a poco el mismo Jasper fue negándole acceso a su mente, como lo hizo no lo sabe, pero se alegra por eso, aunque cuando lo dejaba entrar en ella se encuentra con la imagen de una dulce muchacha rogando para que no se valla, ¿Quién era ella? y ¿Qué era ella para él? No lo sabe, después que había dicho que solo viviría para el presente y el posible futuro, no hablo nada de su pasado solo para mencionar que había escapado de las guerras de vampiro y nada más. En todos esos 59 años, prácticamente no sabían nada de él, ni si quiera cuál es su apellido humano, Alice solo les dice, "cuando él esté preparado lo dirá", ni ella misma lo sabe y si Edward intentaba hurgar en su mente, tenía que alejarse por lo menos un año para no vivir cada día reviviendo lo que él vivió, las miles de muertes de vampiros y de humanos, la sed de sangre y miles de horrores más; la mente de Jasper se llenaba de todo eso y le manda olas y olas de la sed de sangre todo el tiempo, para que tuviera que cazar una vez al día o más si era posible, ya lo vivió una vez y no quiere volver a repetirlo nunca.
Tres horas después llegaron Carlisle y Emmett de su viaje de caza, Edward se sintió más tranquilo con su llegada, aunque Jasper nunca había levantado la mano contra ninguno de ellos, sabe que si él se molesta simplemente lo puede desmembrar y quemar o algo simplemente decomisarle un miembro por algún tiempo y ese tiempo no serían días ni meses… lo sabe, lo ha visto en su mente sin querer. Carlisle y Emmett se bañaron para limpiarse los restos de sangre que quedaron en las ropas y en ellos mismos, a los pocos minutos se reunieron con Edward en la sala.
— ¿Dónde está Jasper? — pregunto Emmett entre emocionado y desconcertado por su ausencia, es un fin de semana, días en que siempre lo pasa en la sala mirando a lo lejos por la ventana o algún programa de televisión. Emmett siempre ha querido luchar contra él, pero nunca ha logrado sacarlo de su inmensa calma como para hacerlo, ni por que sea un juego, y Edward, Rosalie y Carlisle daban gracias por ello, pues Esme y Alice creen ciegamente en que Jasper no es capaz de hacerles daño a ninguno de ellos, aunque por una parte es cierto pero en las peleas alguien más toma el control de él, sin que lo pueda evitar, y él lo sabe, sabe que no se podrá controlar si algo así llegara a ocurrir no sabe qué haría.
— Esta en su estudio — dice seriamente Edward, nadie le prestó atención, él siempre es así, pero en su calma aparente algo no estaba bien, aunque casi imperceptible para cualquiera de ellos, en sus ojos se nota el miedo, el miedo que le tiene a él.
— Que mal, quería probar a ver si hoy tenía suerte de que practicara un poco conmigo. — dice algo desanimado Emmett mientras flexiona sus brazos, aunque podía ir a molestarlo a su estudio prefería no hacerlo, una vez lo intento y permaneció inconsciente por todo un día haciendo que todos se preocupen y que Jasper no saliera de allí por una semana entera. Carlisle comenzó a jugar ajedrez con Edward, después de tantos años ya ha aprendido a bloquear un poco su mente aunque no tanto como Jasper, Emmett encendió el televisor y el Xbox, para jugar Halo o algo parecido, ellos nunca prestan atención a lo que hace Emmett, pues siempre son cosas infantiles. Un par de horas después llegaron las chicas, ellas se habían ido desde la mañana a Seattle a un día de compras, algo para relajarse y divertirse, claro que también dejaban un hueco considerable en las arcas de dinero de la familia Cullen. Ellos — los Cullen — están nuevamente en Forks, Washington, hacían casi cien años que ellos habían estado allí, bueno cuatro de ellos, y ese es el tiempo suficiente para poder regresar a un lugar, y más si es un lugar perfecto, un lugar donde casi nunca o mejor dicho sería un milagro si saliera la luz del sol entre tanta nube.
— Familia, estamos de vuelta — grito felizmente Alice, cargada completamente de bolsas al igual que Esme y Rosalie. Ellos ya las habían escuchado, desde que sus carros dieron la vuelta para entrar al camino privado que se dirige a su casa. Carlisle y Emmett se acercaron a velocidad de vampiro a sus chicas, le dieron un dulce beso en los labios y ayudaron con las bolsas que traían, Edward simplemente saludo con un cortés hola y salió a tomar bolsas de las que habían dejado en las cajuelas de los autos, Jasper bajo en ese momento a paso humano, demasiado lento para el gusto de los demás, le quedaron mirando, ninguno de ellos parto su vista de él mientras llega hasta donde esta Alice, él le dio un dulce beso a Alice en la frente y ayudo a tomar todas las bolsas a su lugar, esto los desconcertó a todos, él siempre saludaba con un beso en los labios, nadie dice nada pero en sus mentes corren miles y miles de opciones de lo que le puede estar pasando siendo Edward la excepción de esto, todos solo se limitaron a seguir con lo que estaban haciendo y nada más, pues ese es un signo del mal humor de Jasper, esa y otras pequeñas acciones son los único que él deja salir a flote, eso y nada más, Jasper simplemente se encierra en sí mismo, sin permitirle a nadie entrar, absolutamente nadie puede entrar en su mente y mucho menos en su corazón. Por su parte Jasper ante la llegada de Alice se ha dado cuenta que sus emociones no le son suficiente, no lo calman como antes, no es normal que eso pase, y más que no es la primera vez que se está sintiendo así desde regresaron a Forks después de las vacaciones, hay algo que su verdadero ser está pidiendo, y no sabe que puede ser ni como averiguarlo.
— Bueno, ya toda la ropa del año pasado fue donada solo nos quedan unas cuantas mudas viejas para cazar — comenzó a decir Alice, con todos reunidos en la sala — ya trajimos toda la ropa para este año, por el momento, bueno el año escolar va a comenzar en dos semanas y tendremos una nueva estudiante es la hija del jefe Swan, no la puedo ver muy bien, pero es ella — Alice siguió hablando y hablando, les mostro a los hombres sus ropas, como combinar cada conjunto, y al terminar salió junto con Jasper, estaban lo suficientemente lejos y adentrados en el bosque para que alguien más los viera o los escuchara, o eso es lo que cada una de ellos cree, Alice hablo.
— Jasper, amor ¿Qué te pasa? — pregunta ella muy preocupada, pues siempre para las fechas de mediados de enero él se pone de mal humor, pero esta vez es peor que antes y algo más tuvo que pasar. La miro a los ojos y sin pensar en nada comenzó a hablar.
— Alice, sabes que no me gusta hablar de esas cosas; Edward hoy se metió en mi privacidad, detesto mi falta de privacidad con Edward, un recuerdo de mi vida humana algo nuevo para mí algo que no pensé en recordar nunca pero lo recuerdo, pero él viene y simplemente lo derrumba, se mete donde no lo llaman — Jasper siguió hablando, lo que parecieron ser disparates a Alice, ella nunca ha sabido que decir cuando él se pone así, solo lo dejo desahogarse, pues eso es lo que necesita, no lo presta mucha atención, pero al final de cuentas es lo único que quiere es no perderlo, pero sabe que llegara el momento en que eso ocurra y ese será el peor momento de su vida, peor que no saber quién es, peor que estar encerrado en una institución de salud mental, simplemente será mucho peor, allí en la copa de un árbol una pequeña sombra los ve y escucha todo lo que dicen y más que nada siente rabia, rabia de esa pequeña que se cree vampiresa, ella que parece duende, ella que en algún momento pagara por ignorarlo como lo está haciendo, ella que pagara igual o más que la otra.
…oOo…
— Hola Charlie — dice una dulce y angelical voz, mientras que Charlie Swan entraba a su casa después de un día de trabajo algo ajetreado en la estación de policía, dejándolo completamente sorprendido.
— Abu…
— No me llames así Charlie, detesto que me digas "abuela" cuando me veo mucho más joven que tú Charlie — dice una chica de cabellos castaños a un muy sonriente Charlie Swan.
— Bueno, eso está bien, también se ve raro y se siente raro que te llame así — respondió algo nervioso mientras se rasca la cabeza — a todo esto ¿Qué te trae por Forks? — pregunto ahora más interesado, pues no la ve desde que él tenía como ocho años.
— Charlie, sabes que en esta vida solo he amado a un hombre, ese hombre está de regreso y lo quiero recuperar, lo quiero conmigo siempre, como debió ser hace mucho — dice con voz soñadora y una mirada amenazante que le causa calosfríos.
— Sabes que puedes contar conmigo en lo que sea. — fue la respuesta de este.
— En menos de una semana llegara tu hija y las dos seremos las mellizas Swan — dice más que sonriente — ya tengo todos mis papeles. — esta le mostro y entrego una carpeta con sus documentos, Charlie asintió, pues se sentirá mucho mejor teniéndolas aquí a las dos, ya no se sentiría tan solo. Aunque se preguntó cómo reaccionarían todos cuando se enteraran de su otra hija, ella al prever sus pensamiento señalo su cabeza y dijo "ya tengo todo planeado y listo" él por su parte o quiso saber a qué hace referencia.
…oOo…
La semana paso rápidamente, en todo Forks se hablaba de la llegada de las hijas de Charlie Swan; su preciosa Tanya y su adorable Isabella. Nadie dice nada negativo, solo lo felicitaron por que sus hijas llegaran a vivir de nuevo con él después de tantos años. Charlie fue a recibir a sus queridas hijas al aeropuerto de Port Ángeles, dos chicas de 17 años se acercaron a él, Isabella de cabello y ojos castaño muy parecida a él, la otra chica de cabello rubio rojizo y unos preciosos ojos chocolate como los de su hermana y su padre; ambas de la misma estatura y contextura física. Ambas sonrieron, y lo abrazaron.
Las dos chicas se subieron al coche patrulla, en la parte de atrás, ambas rieron por el hecho de que nunca se metían en problemas como para ser arrestadas y llevadas en una patrulla, bueno al menos una de ellas no lo hace. Charlie y las chicas tuvieron una charla amena hasta que llegaron a Forks, de todo lo que esperaban y muchas cosas más. Llegaron rápido a la casa, Tanya fue la primera en ver el coche que está al lado de donde parqueo el coche patrulla.
— Papá, si tienes este auto — señalo el hermoso auto rojo, que parece último modelo. — ¿Por qué nos fuisteis a buscar en el coche patrulla?
— Ese es un Peugeot 307 XS modelo 2007 — comenzó a decir Charlie con una sonrisa en su rostro — simplemente quería mantenerlo como una sorpresa para ustedes — termino tímidamente rascándose la parte de atrás de la cabeza, mientras veía a sus queridas hijas. Las chicas lo abrazaron y dieron las gracias por el regalo, él le entrego un par de llaves, las de la casa y del coche, después de eso subieron a ver la habitación que estaba muy cambiada, la única cama doble desapareció y ahora habían dos camas sencillas, ambas con colores diferentes una azul y otra verde; Isabella tomo la azul, su color favorito, mientras que Tanya la verde, también su color favorito, ambas son de la misma talla, así que tenían la misma ropa que compartirían, sus ropas eran diferentes a la que una chica de 17 años normalmente usaría, la gran mayoría son una talla más grande y ropa deportiva, habían muchos zapatos deportivos de cualquier color, la mayoría modelos converse. Desempacaron lo poco que traían, pues lo otro ya lo habían arreglado antes, cuando se lo mandaron a Charlie. Le prepararon la cena y cenaron tranquilamente los tres.
…oOo…
Los Cullen simplemente estaban sorprendidos por la llegada de las mellizas Swan…
— Deberían ser una sola — dice Alice desconcertada.
— Tranquila Alice, sabes que tu don no es cien por ciento preciso, de pronto la otra chica no había tomado la decisión o simplemente se lo dejo a su hermana que fue la que visteis — intentaba tranquilizarla Carlisle. Jasper simplemente se mantenía al margen, no sabía que decir, y tampoco le importaba mucho, algo ha cambiado, no sabe que o por qué ha ocurrido pero algo ha cambiado.
— Pero Carlisle, yo vi a Tanya no a Isabella y todavía no la puedo ver bien — dice, Alice un poco más estresada.
— Puede que ella posea un don que se ha empezado a manifestarse, como humana — dice Edward, todos dijeron que esta sería una buena posibilidad, así que después de llegar a esa "conclusión" dejaron el tema allí, como el año pasado fue su llegada, todos ellos querían graduarse a la misma vez y no mantener a tres de ellos prácticamente encerrados por un años escolar antes de marcharse, así que esta vez su historia era la misma que utilizan cada vez, adopciones, muertes de familiares y custodias otorgadas y solo que algunos de ellos por dichas situaciones se atrasaron un año, así que en estos momentos los cinco de ellos, Jasper y Rosalie Hale, Emmett McCarty, Alice y Edward Cullen están inscritos para iniciar el penúltimo años de instituto, solo un par de años más y todos ellos se marcharían de Forks.
…oOo…
El tiempo comenzó a pasar rápidamente, Isabella y Tanya compraron sus cosas, claro que la que siempre manejaba era Tanya, Isabella prefería no hacerlo, no le gusta, prefiere otro tipo de vehículos, y es mejor darle esa oportunidad a Tanya, pues más adelante ella manejaría; viajaron a Port Ángeles para comprar las cosas, compraron los libros, los cuaderno y víveres para evitar ir a la tienda de Forks, Tanya le hizo muchas preguntas a Isabella, pregunto de todas las cosas, de la familia y muchas más. Solo falta un día para que iniciaran las clases, ambas estarían en las mismas clases por petición de Charlie, así las colocaron; todos en Forks las querían ver, las necesitaban ver, todos ellos tienen un leve recuerdo de ellas, pero solo escuchan el nombre de Tanya siempre nunca el de Isabella, pero en sus recuerdos vive la imagen de la niña siempre al lado de su hermana. Charlie invito a su viejo amigo de la infancia para que viera a sus dos chicas, aunque dudaba que Billy la recordara pero era muy posible que lo hiciera y más sabiendo que él solo tiene una hija.
Las chicas cocinaron una deliciosa cena, un pollo en salsa agridulce, les quedo realmente deliciosa, a eso de las cuatro de la tarde llegaron los Black, Billy que está en silla de ruedas después de un accidente donde perdió a su esposa, así que solo eran él y su hijo Jacob de quince años. Billy apenas la vio la reconoció, la saludo como si nada, ella es la única que merece su respeto, gracias a ella es que su pueblo ha permanecido vivo por miles de años y adquirido un gran arma para defenderse de los fríos. Cuando inicio el juego Jacob se aburrió así que las chicas lo invitaron a dar una vuelta por el bosque que esta atrás de la casa, este gustoso acepto.
— ¿Qué la trae de nuevo a estas tierras Charlie? — pregunto Billy más por curiosidad que por otra cosa.
— Está buscando a su alma gemela — contesto — pero no sé quién es, ni nada por el estilo, haré todo lo posible para ayudarla, sabes que todos nosotros le debemos mucho a ella.
— Si lo sé, y no solo nosotros, nuestros antepasados también y si podemos hacer algo lo aremos — fue la respuesta de Billy, terminaron de ver el juego y llamaron a los chicos para que comieran los cinco, la pasaron riéndose y diciendo uno que otro cuento y anécdota de sus antepasados donde hubo gran participación de todos ellos, Billy y Jacob se marcharon cerca de las nueve de la noche, todavía entre risas. Tanya se fue a dormir pues estaba muy cansada, más de lo normal; Isabella se tomó un vaso de jugo de naranja con Charlie y hablaron un poco más, una hora y algo más después se fueron a dormir, ambos cayeron en un profundo sueño, al día siguiente la primera en despertarse de las dos fue Isabella, se alisto y preparo el desayuno, para las dos; Charlie ya se había marchado, apenas iban a ser las siete de la mañana, así que les quedaba una hora para alistarse y llegar a clases, Tanya se despertó a las siete empunto, desayuno, se bañó y alisto lo que se llevaría para el instituto.
Al llegar allí, todos se quedaron mirando el hermoso Peugeot último modelo, que entraba en la escuela, muchos pensaron que los Cullen consiguieron otro auto para su colección, pero que sorpresa que después que llego el auto entro el volvo plateado que trae día a día a los Cullen, los dueños del auto rojo no bajaban, así que todos vieron a los Cullen bajarse normalmente; dentro del auto rojo una muy nerviosa Tanya trataba de clamarse, nunca le había importado nada de eso pero por alguna extraña razón se sentía nerviosa. A los pocos minutos y con fuerzas renovadas las dos chicas se bajaron del auto, unos se rieron por las ropas que llevaban otros solo se las quedaron mirando, pero en lo que todos estaban de acuerdo es que ambas chicas son realmente hermosas, Isabella los vio, todos ellos las miraban, y la persona que más le importa también está allí, aunque su mano este agarrando otra, ella sabe que muy pronto estarán juntos y no le da importancia; Tanya también los vio, no dice nada, tomo la mano de Isabella y la llevo a la dirección, todos sabían de las hermanas Swan, pero se sorprendieron de todos modos, son muy parecidas y que decir de sus recuerdos que son todos confusos y borrosos con ellas.
Ambas chicas llegaron a la oficina donde se encontraron a una señora entre los cincuenta y sesenta años, y al parecer es la secretaria, la señora Emma Edwards, ella le entrego los horarios y un mapa a ambas chicas y les dio la bienvenida a Forks y a la escuela, al igual les deseo que tuvieran un maravilloso día y les gustara la escuela, ambas chicas con el mismo horario, fueron a su primera clase matemáticas, después inglés, música; al finalizar esta la hora del almuerzo, ambas chicas se habían sentado juntas, ningún profesor las confundiría, al llegar a la cafetería ya reconocían varias caras entre ellas la de Jessica Stanley y Ángela Weber, estas las invitaron a sentarse con ellas para almorzar, Tanya gustosa acepto por las dos, fueron y compraron las cosas para el almuerzo, Tanya se compró un sándwich, una ensalada de fruta y un refresco; mientras que Isabella solo tomo un jugo natural, ambas se sentaron en la mesa de Ángela y Jessica, con ellas estaban Michael o Mike Newton, Ben Chenny, Tyler Crowley, Lauren Mallory y Erik Yorkie, en esa misma mesa.
— Tanya es la del pelo rubio rojizo e Isabella la del cabello castaño — decía por enésima vez Mike.
— Si Mike — contesto Isabella, que es la que tiene más paciencia para esas cosas.
— Mmm ya, a todas estas, Isabella ¿Por qué solo tomas un jugo y nada más? — Tanya se tensó ante esta pregunta.
— Pues porque lo que hay en la cafetería no es de mi agrado — dice con una sonrisa sarcástica, Tanya se relajó con esto.
— ¿Quiénes son ellos? — pregunto Tanya al ver a tres chicos y dos chicas llegar como si fueran celebridades a la cafetería. Isabella volteo a ver, si son ellos, ellos que le han robado lo que más quiere en esta vida.
— Ellos, son los Cullen, son Emmett McCarty el gigante es sobrino político de Carlisle que pasa un tiempo con ellos y Rosalie Hale la rubia es sobrina de Esme que la adoptaron cuando sus padres murieron, después Alice Cullen la que parece duende es hija adoptiva de los Cullen y Jasper Halle, es el mellizo de Rosalie, él parece como si siempre estuviera con algún tipo de dolor o algo parecido, y él último es Edward Cullen, que también es hijo adoptivo de los Cullen — dice Ángela. Las Swan los estaban mirando detenidamente a cada uno de ellos, más que nada estudiándolos, Isabella más que Tanya.
— No lo intenten — comenzó a decir Jessica haciendo que ambas se giraran bruscamente así ella — ellos tienen una relación, Emmett y Rosalie, Jasper y Alice, y Edward parece que ninguna de las chicas de por aquí es de su agrado, estoy pensando que es del otro bando — dice Jessica, intentando susurrar, pero no fue posible, varias personas de las mesas de su alrededor la escucharon.
— No te preocupes Jessica, ni lo intentaremos — dice Isabella, mirando a Tanya, ambas chicas Swan se preguntaron cuando seria que Edward, la rechazo para que dijera eso.
…oOo…
En la mesa de los Cullen…
— Ya las pusieron al corriente — dice Emmett, con una sonrisa.
— Si así parece — contesto Edward llevando su atención a la mesa donde están.
— Otras tontas humanas — fue el simple comentario de Rosalie, algo que molesto a Jasper sin saber por qué.
— Vamos osita, no te pongas así, ellas son parte de la diversión, ¿no? — dice Emmett mirando a sus demás hermanos, todos asintieron.
— Bueno tienes razón, mi hombre mono, además Jessica ya dijo lo que me interesaba — dice Rosalie, pensando en "es del otro bando", todos se rieron ante esto, menos Edward.
— Muy graciosa Rosalie — es lo único que dice. Edward les puedes leer la mente para ver que creen de nosotros, pensó Alice. Intento algo que no ha hecho antes pero es solo como si fueran un par de sillas vacías, como si allí no estuviera nadie, pero lo estaba sus ojos, sus oídos y su leve olor se lo dice, puede verlas y sentir sus corazones, pero no podía escuchar su mente, la mente de ninguna de las dos chicas Swan.
— No les puedo leer la mente — soltó de una como en shock, sus cuatro hermanos se lo quedaron mirando.
— Eso es imposible — dice Emmett más alto de lo normal.
— Que raro Edward, yo si las puedo sentir — dice Jasper con burla, mientras que él no puede apartar la vista de Isabella Swan. No siguieron el tema pues el timbre para entrar a la siguiente clase sonó. Fueron los primeros en salir de la cafetería, y se dirigieron a la única clase que tendrían todos juntos por el momento, Biología, no se pueden sentar juntos por políticas de ese profesor pero si hablaban lo más bajo para que nadie los escuchara y a gran velocidad. Edward y Jasper eran los que estaban más cercanos todo porque Edward es el más rápido por si ocurre algún accidente, Edward y Jasper uno detrás del otro en las mesas que están en la ventana, poco a poco fueron llegando los demás estudiantes, algunas de las chicas se querían sentar con Jasper o Edward pero al final les daba tanta pena que no lo hacían, solo faltaban tres puestos y tres personas sin compañeros, Edward, Jasper y Rosalie, al lado de Emmett y Alice ya se había sentado alguien, faltaba solo unos segundos para que el profesor Banner cerrara la puerta como es su costumbre, cuando entraron tres personas, Michael Newton y las mellizas Swan.
— Llegan tarde — dice Banner, un hombre entre los cuarenta años, gordo y sin la mitad del cabello.
— Lo sentimos es que nosotras nos perdimos y Mike nos ayudó a llegar — se excusaron las dos Swan a la vez, haciendo que todos se la quedarán mirando.
— Bien, tengo dos simple regla, cierro la puerta cinco minutos después de que suene el segundo timbre y segunda si tienen hermanos en esta clase no se pueden sentar juntos, así que Isabella — dice él preguntado más que cualquier otra cosa, así que la peli castaña, alzo la mano — se sienta con el señor Hale, Tanya con el señor Cullen, y Newton con la señorita Hale, — todos tomaron su lugar, cuando las mellizas Swan pasaron cerca de la corriente de aire todo el aula se llenó con su olor, la sed de sangre de Edward se fue por los cielo, Tanya que se sentó a su lado, lo sintió tensarse, a Jasper le paso algo igual pero completamente diferente a la vez, de pronto su sed de sangre desapareció, esto los dejo atónicos a ambos, tanto que se miraron para ver si alguno de los dos sabía que había pasado, pero ninguno dio respuesta.
— Hola, soy Tanya — dice a Edward, este no le contesto solo le sonrió y movió la cabeza en modo de saludo.
— Hola Jazz, soy Isa — dice al momento de sentarse, cuando lo hizo tomo entre sus manos la mano de Jasper, haciendo que por ellos pasara una sensación rara y qué decir del tono de voz de ella que le es tan familiar; Isabella no se desconcertó como le paso a Jasper. Ningún humano, se había acercado así a él en décadas y esto ahora lo sacaba de sus casillas, esto no es normal. Alice no reacciono de buena manera con esto, ella es posesiva y detesta que toquen lo que es de ella, en especial si se trata de Jasper, pero lo que más le molesto es que esa insignificante humana lo llamo Jazz, un nombre con el cual nadie lo puede llamar pues él mismo lo impide y a ella no le dice nada, Alice casi se tira sobre Isabella para castigarla, pero se detuvo, "no te atrevas" escucho en su mente quedando completamente paralizada, la desconcertó dejándola fuera de la jugada lo que parecieron ser solo unos minutos. La clase siguió, como si nada para todos, pues para ellos no había pasado nada, solo para Jasper. La clase termino, la siguiente clase solo la tenían Edward, Alice y Jasper, literatura, en esta la profesora Anny Amarys tiene la misma regla de no sentar a dos hermanos juntos, unas de las primeras en llegar fueron las Swan, que ya avisadas tomaron asientos en mesas cercanas, poco a poco fueron llegando los demás, de pronto.
— Voy a organizar el salón, y estas van a ser las parejas hasta el final del años escolar — dice la profesora, muchos se quejaron pero ella no dio marcha atrás, sentó a cada uno donde ella quería, las mellizas quedaron en los puestos que habían escogido, solo faltaban unos cuantos estudiantes y entre ellos Edward y Jasper, que al llegar la profesora los mando a sentar con Tanya e Isabella respectivamente, nuevamente ambos comenzaron a sentir mucha sed, y así como vino se fue; Edward sintió algo raro en la mente de la profesora como si alguien le estuviera susurrando al oído lo que tiene que hacer, pero después de sentarlos no escucho nada más; Jasper pudo sentir la distorsión de las emociones de ella y así como la sintió desapareció; la clase paso rápidamente, al finalizar todos fueron a la clase de deportes, donde todos los estudiantes de penúltimo año se reúnen todos los días, Isabella entrego una excusa y se sentó cerca a los Cullen, Tanya si se unió a la práctica. Los Cullen no pudieron hablar como normalmente lo hacen, de pronto un comentario fuera de lugar.
— Odio estar aquí, con esta chusma — dice Rosalie lo suficientemente alto, para que otros la escucharan, no, no todos, solo para que ella la escuchara, esto no le gusto para nada a Isabella. Alice se echó a reír, quería hacerle daño a la chica, aunque lo que realmente quiere es destruirla, ella se atrevió a tocar a su Jazzy y debe pagar. Edward seguía intentando leerle la mente pero no podía, Emmett metido en su mundo de niño; Jasper por su parte se estaba drogando con las emociones de Isabella y su hermana.
— Pues lo siento su alteza, es mejor que se vaya a buscar su trono — dice con todo el sarcasmo que pudo.
— Mira niñita tonta, deja de venir a creerte lo que no eres, tú y tu hermana son unos patico feos, son muy poca cosa para ese apellido — algo que Isabella no tolera es que se metan con los suyos.
— Y tú Rosalie Hale, tu si te lo mereces, tu si te mereces el Swan, no me hagas reír, alguien tan amargada y frívola como tú, solo se merece que le den una patada en el culo y nada más — esto sí que dejo a Rosalie en nada, aun con su mente de vampiro no le pudo contestar a esa chica, quería cogerla y darle un buen golpe pero algo se lo impidió, Isabella se alejó de allí, dejando sin palabras a todos ellos, Jasper se enojó porque la hicieron cambiar sus emociones, no dice nada solo permanece allí en silencio como cada vez que algo le disgustaba, ignorando todo y a todos, Isabella se fue renegando, nada ni nadie se mete con los suyos y pobre de aquel que lo haga. La clase término, cada uno de los estudiantes se marchó a los vestuarios para cambiarse, Isabella y Tanya fueron unas de las primeras en marcharse, Tanya se dio cuenta del mal humor que tiene Isabella y prefirió no decir nada, es mejor no decir nada.
— Tanya, déjame conducir — dice Isabella al llegar al estacionamiento mientras estaba viendo como los Cullen apenas se acercaban a su auto, Isabella tomo las llaves que le ofrece Tanya, ambas chicas se subieron en el auto, los Cullen iban saliendo ya con su auto, pero de pronto un auto rojo a toda velocidad se los impido, pasándoles a pocos centímetros de distancia, esto sorprendió a todos especialmente a los Cullen, que humano puede conducir así de preciso y en esa velocidad, ninguno; los Cullen solo siguieron sin decir nada, no iban a comenzar un pleito o mejor dicho a seguir con el ya existente, uno que Rosalie ya lo había iniciado.
Al llega a la casa, las mellizas Swan bajaron del auto, ambas entraron a la casa dejaron sus cosas, aunque solo una de ellas subió al cuarto mientras que la otra salió por la puerta trasera para ir al bosque que se encuentras en la parte de atrás de la casa, esta paso toda la tarde allí. Los Cullen por su parte, se marcharon a su casa a las afuera del pueblo, sin decir nada, no tenían nada que decir, al llegar, cada uno de ellos se dedicó a sus hobbies diarios, pero algo interrumpió la calma.
20/08/2014
