Vale, línchenme!
Me lo meresco por tener semi-abandonada mi yorusoi a un solo capi de terminar.
Me disculpo diciendo que tengo un ligero bloqueo y sinceramente ya solo me falta la parte del "climax" peeeero, no tengo ni idea de como continuarlo, espero me sepan disculpar, tan pronto lo tenga, lo subiré, por mi garrita!
Ahora, si Lady Posion Dreams lee esto: gracias por el comentario del escrito, sinceramente no me gustó, pero refleja mucho como me sentía en ese momento. Ironicamente, ese escrito es para un chico, pero se adaptó bien a la historia. Si quieres te lo puedo pasar completo, solo necesito una dirección o algo así a donde escribirte-porque no quiero publicarlo todo jeje-, si puedes, me gustaria un par de consejos para el final del yorusoi que estoy un poco atorada. Gracias por estar pendiente!y una gran disculpa por la tardanza.
Igual, quien quiera leer completo ese mini escrito "Día de lluvia" me dice, y con gusto lo enviaré. Cuidado si ponen la direccion completa porque FF la bloquea, ponganlas con espacios o algo así.
Ahoraa a lo que iba, este es un Ulquihime/Grimmhime, pareja principal pues aún no le pongo porque ambas me gustan mucho. Se irá desarrollando la historia y veremos como queda.
Especial agradecimiento a Greisfer-san por su gran apoyo a este fic, que por lo que veo pronto voy a actualizar.
Bueno, lo que todos saben y a pocos les gusta admitir, Bleach y sus personajes son de Tite Kubo. Yo solo pido mi limosna de Ulquiorra y Grimmmjow.
**Los Arrancars**
Los Arrancares, aunque todos fueran hollows, eran diferentes entre sí. Y qué mejor ejemplo que aquellos dos que la visitaban día con día. Uquiorra Schiffer y Grimmjow Jeagerjaques. El primero de tez pálida y con apariencia enfermiza, de ojos verdes y distantes y con el cabello negro hasta los hombros, con una gallardía que hacia suspirar con mirarle siquiera. El segundo, de color más vivo (si, un muerto vivo), de cabello azul muy llamativo, de cuerpo más bien atlético y una mala costumbre de andar desaliñado. Nada tan distinto como esos arrancares.
Esa noche, la luna de Hueco Mundo era especialmente bonita. Parecía verse más blanca de lo normal y Orihime Inoue se dedicaba a tristearle al astro, como siempre desde que llegara a Las Noches.
Muy madrugador, como cada día, Ulquiorra tocó serenamente la puerta que mantenía cautiva a la chica de cabello naranja. A pesar de ser un Arrancar, y del modo despreciativo con que los otros Arrancares la llamaban, Ulquiorra era diferente. Solía defenderse diciendo que era su deber, pues Aizen-sama le había impuesto el cuidado de la "mascotita", pero ella sabía que en el fondo esos ojos verdes decían más que las propias palabras del Cuarto Espada. Su actitud siempre había sido muy caballerosa, era sumamente educado y ligeramente atento con ella; si de vez en cuando tenia un antojo él movería cielo, mar y tierra en Hueco Mundo para encontrárselo; lo mismo si deseaba estar sola. El espada tenia el estilo de príncipe de cuento de hadas y una chica que tuviera toda su atención, así fuese solo por trabajo, no podía pasarlo desapercibido. Era una actitud sumamente atractiva.
Llevaba el ojiverde, el desayuno de la mujer cautiva. Cuando ella dio permiso para entrar, el empujó la puerta y entró llevando un carrito con comida variada, toda del mundo humano. Recién llegada la mujer casi no había comido y a base de amenazas logró Schiffer que sobreviviera, pero ahora había cambiado. Leyó ese libro de "Cómo tratar a los humanos" que no le había dado mucho resultado y al final, casi se había rendido a conectar a la humana a una maquina para que la mantuviera viva pero prefirió dedicarle más tiempo. Se dio a la tarea de tratarla más "humanamente". Pasaron algunos días de que comenzara esa tarea y una mañana, la pelinaranja le había recibido con una sincera sonrisa, al ver sus ojos grises había sentido una extraña calidez en su interior y esto le había provocado algunos retorcijones en el estomago. Creyó estar enfermo, pero al ser revisado por Szayel y descartando toda enfermedad, dejó el tema por la paz. No quería perder tiempo que podía aprovechar con ella...es decir, estudiándola claro. Era su deber. Además, no le hacia nada de gracia soportar los constantes comentarios en doble sentido que el (cofcofgaycofcof) científico le dirigia.
Dejó el carrito frente al sillón blanco donde estaba sentada Orihime, que ni tarda ni perezosa se dispuso a comer. Ulquiorra se sentó frente a ella en una silla de la habitación, y tomó una fruta mientras se dedicaba a observarla. En el tiempo que llevaba con la humana había aprendido que a ella no le gustaba comer sola, un día le pidió que le acompañara a almorzar y de ahí se les había hecho costumbre compartir las tres comidas. Era sorprendente el cambio de la mujer, pues ahora se levantaba temprano y lo recibía despierta y tan arregladita como su celda se lo permitía, cuando antes, no hacia más que mirar la luna de la ventana. También supo que a ella le causaba gran curiosidad Hueco Mundo y Las Noches y que le gustaban mucho las flores. Cada semana, se había dado a la tarea de ir al jardín que diseñara Aizen, a tomar algunas flores coloridas y de dulce aroma para la habitación de la ojigris, en un delgado florero de vidrio con agua cristalina y se llevaba las de la semana pasado que comenzaban a marchitarse. Sabía también que ver las flores marchitarse la entristecía, pero que las flores secas le agradaban. Así que las guardaba y ya secas, las regresaba a la habitación. Eran obsequios sumamente tontos, a su propio y espadesco parecer, pero la hacia sonreír como si fueran los mejores tesoros del mundo. A la larga, a él también le habían parecido cosas dignas de guardar.
Cada día era así, Ulquiorra venia a compartir con ella las tres comidas, le daba compañía y platica y al terminar el día le daba las buenas noches y se iba para aparecer al día siguiente.
Cierta mañana, un guapo (sexy, atractivo, escultural-baba-) hombre de aspecto desalineado y cabello color azul entró por la puerta. Al parecer, Grimmjow había tenido que encargarse de algunas tareas de Ulquiorra mientras éste ultimo hacia mandatos de Aizen. Orihime se mostró notablemente desanimada por no tener la presencia del ojiverde ante lo cual Grimmjow comenzó a hacerle plática:
-Y... ¿Qué demonios hace Ulquiorra aquí durante tanto tiempo?-Preguntó, mientras tomaba una fruta de la comida humana del carrito y se sentaba en la cama de forma despreocupada y aburrida.
-Bueno...Ulquiorra-kun me acompaña a comer, y me platica de lo que sucede en Las Noches. Me hace platica durante un rato y...-Su interlocutor soltó una fuerte carcajada ante la mirada atónita de la pelinaranja que se encontraba en el sillón al frente suyo.
-¡Vaya!, mira que el "alma de la fiesta" es interesante, ¿Qué gana quedándose todo el día contigo? Si solo eres una humana, no le encuentro sentido. Ni siquiera entiendo que quiere Aizen trayéndote aquí, ¿Qué caso...tiene?
Antes de terminar la última frase, la chica de grandes pechos había comenzado a llorar, pues las palabras ofensivas del espada hacían mella en su poco ánimo, el que Ulquiorra intentara mantener a flote con tanto esfuerzo. Ante tal, el Arrancar de cabello azulado se levantó de su lugar, y se acercó al sillón donde estaba sentada la chica de las orquillas, la tomó de la barbilla y sin quererlo, se quedó perdido en sus ojos grises.
-Grimmjow-kun...¿Qué ocurre?-Preguntó entre sollozos la mujer.
-Nada...es que tus ojos son tan...-Mientras decía esto, no pudo evitar las fuertes ganas de prenderse de esos labios. Sintió que su sangre hervía de pasión, que cada latido exigía invadir la pureza de esos labios rosados, que la piel del cuerpo propio le ordenaba que acariciase cada parte de ella, que sus ojos exigían verse llenos por su cariño. Acercó sus rostros poco a poco, posando una mano en la nuca de Orihime y la otra en la cintura de la misma.
Una descarga eléctrica recorrió su cuerpo con el simple aliento de la pelinaranja, que sonrojada, solo atinó a entrecerrar los ojos. Jeagerjaques no era el tipo de hombre que alguna chica rechazara, era sumamente atractivo, y divertido-ajá- con un cuerpo de baba...digo de 10 y esa actitud de "rebelde" que a CUALQUIER chica le atrae, al menos una vez en la vida.
Posó con delicadeza sus labios de hollow en aquella mujer humana. Todo su cuerpo se sacudió fuertemente ante el contacto con ella, sus labios eran más suaves de lo que hubiera imaginado, su aliento era muy dulce y su sabor era adictivo. Se separó abruptamente al darse cuenta del enorme error que había cometido. Podia meterse en mil y un problemas, podía haberse puesto en riesgo...y aunque Ulquiorra no le daba miedo, digamos que no era su hobbie hacerlo enojar. La miró mientras ella permanecia con el sonroje en su rostro y salió de ahí, sin decirle más. Ninguno le hizo comentario a Schiffer de lo sucedido, pero desde entonces, Grimmjow comenzó a frecuentarla a escondidas del pelinegro.
Bueno, he ahí el primer capi.
Se me hizo un poco corto, pero mi querida colaboradora Greisfer-san, me dijo que quedaba bien de primer capi, así que las quejas con ella.
Disculpen si molesta o incomoda que en los "( )" paréntesis vayan mis interrupciones, pero ello me agrada pues le quita pesadez a la lectura y además suele ser divertido, si no agrada pues lo editó, ustedes me dicen.
Gracias a quienes le hayan dado oportunidad, haré lo posible por actualizar pronto, me dicen que les pareció.
Se me cuidan~
Janee~
Att:
Inoue Kibe Shaolin Shihoin Kuchiki
||||| Mitad Humana, Mitad Puerta~ |||||
|||Manguimanzana|||
Kuchiki Kibe
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