El ultimo concierto.

Capitulo 1

En la mira.

En las afueras de un elegante hospital se puede ver a un hombre intentando entrar intempestivamente pues tenia que lidiar con una sarta de reporteros que lo hostigaban con millones de preguntas con tal de conseguir "la primicia", su paciencia estaba llegando al limite, le urgía ingresar, necesitaba, no más bien le carcomía el alma saber cómo se encontraba aquella persona que amaba y que ahora se encontraba ingresada en ese lugar gracias a una maldita atrocidad. Bien su paciencia se terminó y no le quedó de otra más que actuar y no de la mejor manera…

- ¡¡¡Maldita sea apártense de mi camino!!! –Gruñó el hombre tras propinar un fuerte puñetazo al reportero que se encontraba en su frente. Los comentario que vinieron a continuación en su contra tales como "señoras y señores hemos sido testigos de la agresividad de este hombre" o de otros como "¿cómo puede ser que sea tan famoso con semejante carácter?" pero todo eso le vino valiendo un soberano pepino, lo mas importante de su vida, aunque nunca lo admitiera, se encontraba ahí con la vida pendiéndole de un hilo. Empujó a cuanta persona más se le metía en el medio y caminó hacia delante hasta por fin toparse con el primer galeno al cual con furia incontenida tomó por el cuello de la gabardina- ¿dígame cómo y dónde demonios se encuentra?

-Se… señor… no se de quien me esta hablando –Respondió con temor el galeno.

- ¡¡¡Puta madre!!! Hablo del paciente que ingresaron de emergencia por un puto atentado –rugió con la mandíbula apretada.

- ¿Yuki Eiri? –Pronunció cohibida una chica de lila cabellera, estatura media y piel ligeramente bronceada que portaba un blanco uniforme de enfermera, quien le había reconocido y al notar que el aludido respondí con una gélida mirada por su propia seguridad decidió continuar hablando- Si… sígame por favor… yo… yo puedo guiarle donde él.

- Gracias –Fue la fría respuesta de aquel rubio ojimiel que de inmediato siguió a la amable y cohibida muchacha que se ofreció a darle la información que el requería.

Caminaron por un par de pasillos hasta llegar a uno con doble puerta en cuya parte superior se podía ver con letras blancas y fondo rojo un letrero que decía "Sala de Operaciones" y fuera unas cuantas de personas muy bien conocidas por él.

- Es todo lo que puedo hacer por usted, con su permiso –le dijo la joven enfermera luego de hacer una reverencia y regresarse por donde vinieron.

- Yuki –pronuncio un pelirrojo al verle, el semblante que mostraba era realmente aterrador, su camisa y pantalón estaban manchados en sangre y su rostro lucía completamente desencajado, un mar de lágrimas empapaban sus mejillas y sus ojos demostraban un dolor agónico. De igual forma solo que sin las manchas de sangre se encontraban la mayoría de las personas que ahí se encontraban.

- Eiri –Dijo un rubio de orbes esmeraldas que se acercó donde él y que a diferencia de los demás mostraba su por demás conocido temple ante todo.

- ¿Cómo está, va a morirse? –Fueron las dos únicas y frías preguntas que se atrevió a pronunciar.

- ¡Cabrón! –Fue el insulto que escuchó antes de que su rostro se viera girado por un fuerte puñetazo en su mejilla izquierda- ¿Es así como te preocupas por él, eh?

- ¡Hiro! –Exclamaron los demás al ver su reacción.

- Tsk –Chasqueó Yuki después de limpiarse el hilo de sangre que salía de su labio partido- Imbécil es obvio que estoy preocupado por él sino no estaría aquí –respondió indiferente.

- Serás… -Hiroshi estaba dispuesto a soltarle otro puñetazo pero fue detenido por otro rubio de orbes azules.

- Calm down mister Nakano… con golpes no solucionara nada –Le aconsejó el rubio americano.

Tohma se llevó a Yuki a una cierta distancia del grupo para que los ánimos se calmaran y así pudiera explicarle los detalles del atentado, puesto que el apuesto rubio se encontraba fuera de la ciudad, a unas 4 horas de viaje, asi que Seguchi Tohma al ser el "propietario" del muchacho accidentado y "queridísimo" cuñado del rubio escritor se encargó de darle el inmediato aviso y mandar por él en un avión privado pues si no lo hacía tendría un gran problema con el rubio escritor y eso es lo que menos deseaba.

- Kjj… maldito cabrón hijo de puta, no lo soporto. Si en verdad le importara Shuichi no actuaría de esa forma… kjj imbécil. –murmuro para si mismo y con desprecio el apuesto pelirrojo- Shu-chan –suavizó su voz al nombrar a su amigo pelirosa- por qué tuvo que pasarte esto…

-flash back-

- ¡¡¡¡Buenas noches a todos!!!! –Saludó un joven muchacho de extraña cabellera color rosa, de piel bronceada, y hermosas orbes color amatista en cuyo rostro se dibujaba una de las mas efusivas sonrisas, vestía una blanca camisa que se le ceñía al torso, una chamarra negra ombliguera con rayas blancas en las mangas y en la espalda, un short negro que igual se le ceñía a sus muslos y sus bien redonditas nalgas, un pareo color amarillo amarrado a su delgada cintura y unas elegantes botas negras que le llegaban un poco mas debajo de las rodillas, con esa vestimenta lucía como un verdadero ángel caído del cielo. El muchacho no podía estar más que feliz, ese era uno de sus últimos conciertos del año y después le darían unas muy bien merecidas vacaciones. Sí, después de estar todo un año trabajando como bestia para escribir, componer y dar los mejores conciertos en su reciente exitosa carrera ya era justo que se apiadaran de su alma y le dejaran descansar una breve temporada y sí ya lo tenía todo completamente planeado, saldría con su sexy y encantador koibito y se pasarían enteras y largas noches de luna de miel, ah como le encantaba entregarse solamente a él. Inconscientemente buscó a su amor entre el púbico, deseando fervientemente que al menos esa noche él le hubiera ido a ver, sus ojos entristecieron al no encontrarle y su corazón lo sintió romperse en mil pedazos, otra vez su koi no cumplió. Sintió que un par de lágrimas desbordarían de sus ojos, sacudió levemente la cabeza para alejar ese sentimiento y volvió a sonreír, tal vez… su koi le esperaría al final del espectáculo con una gran sorpresa y así con la más amplia de las sonrisas decidió comenzar a cantar…

Toumei ga yozora somete
Hitori aruku itsumo no kaerimichi
Kuchizusamu konna kimochi
Nemuru kimi ni todoketai na OH... UM...

Nanika ni obieteru jibun ga chotto iya ni naru

tsugeru omoi torinokoshita hibi ni...

dokoka ni wasureteru kokoro ga chotto itakunaru

toki wo tsunagu hoshi no yoru ni kimi wo sagashiteru

Y así dio comienzo uno de los últimos y de los mejores conciertos de final de temporada del grupo juvenil más exitoso de todo Japón, el nombre, Bad Luck integrado por un efusivo peli rosa quien tenia el papel principal de vocalista de nombre Shindou Shuichi, un guapo y sexy peli rojo guitarrista de nombre Nakano Hiroshi y de último por un tecladista tímido, muy responsable pero igual de guapo y de cabellos azul profundo de nombre Fujisaki Suguru. Todo el concierto había pintado de las mil maravillas, millones de seguidoras y seguidores corearon y cantaron todas y cada una de las canciones, los mas cercanos al escenario lanzaron los objetos que tenían como regalo para el grupo y finalmente Shuichi como muestra de agradecimiento por tan bello público les obsequio algunos souvenirs previamente autografiados para aquellos que lograran atraparlos cuando estos salían volando de sus manos.

- ¡¡Otra, otra, otra!! –coreaba el público a petición de una rola más.

- ¿Quieren otra? –preguntó al publico de enfrente con una gran sonrisa motivado por la aceptación de su público.

- ¡¡Si!! –gritaron en respuesta con emoción…

- Sugoi –caminó hacia el lado derecho del escenario- ¿¡y ustedes qué me dicen!?

En algún lugar del estadio donde se llevaba a cabo el concierto…

-Objetivo localizado –se escuchó decir a través de un radio.

- Perfecto ¿está todo listo para llevar a cabo nuestro plan? ­–Fue la respuesta del otro lado de la radio.

- Si señor, todo listo.

- Bien, ya saben en qué momento deben actuar. Cambio y fuera –Cortó la comunicación.

- Águila Negra a tu puesto. Halcón Rojo listo para la ejecución –Ordenó la voz que había dado el aviso.

- ¡Entendido! –Acataron los nombrados.

De vuelta al escenario…

- Muy bien… y para despedirnos… -levanta una mano para hacerle una señal a sus compañeros- tres… dos… uno… -cierra su mano en puño dejando solo el dedo índice elevado e inmediatamente comienza a sonar una música rítmica y muy movida

Nanige ni atsu sou na koi gokoro paku tto tabete
yosougai han'igai tokimeki ga ai ni butsukatta
amasa ni makasete shikujiru mainichi

horo nigai omoide wa bakku ni shimatte

Shuichi daba pequeños brincos sobre su lugar…

Kimi ni Sweet Shock tsuredashite delishasu na chikara de
yume wo chotto dake tsumekonde torokesou na hajimari
haato no katachi ni kimi no kokoro dekiru nara
takan-sugi ichizusugi hitokuchi de boku ni tokechatte
haado ni nagareru ashita wo toraete supiido wo agenakerya chansu mo mienai

Ahora corría a ambos lados del escenario alentando a su público a brincar junto con él… y entre tanto brinco llegó a sentir un hormigueo en su estomago y una fuerte opresión en su pecho, por un momento tuvo un mal presentimiento…

- "¿Qué es esta sensación? Tengo un mal presentimiento" –se preguntó con inquietud mientras cantaba y miraba todo su alrededor buscando algo fuera de lugar, pero nada, todo seguía normal- "bah… vamos Shuichi no pasa nada, es la emoción del momento" –se dijo para calmarse.

Kimi to Sweet Shock suki to itte derishasu na tameiki
yume wa motto motto tsumekonde hashagi sugicha ikenai?

zutto Sweet Shock sagashite'ru derishasu na rakuen
uchuu saizu ni tonjatte mi-taiken na hajimari

otoshita shizuku wa mugen no kagayaki todoketai kono omoi waabu de tsunaide

Y finalmente se detuvo para entonar las últimas letras de la canción…

Kimi ni Sweet Shock tsuredashite derishasu na chansu de
yume wo chotto dake tsumekonde torokesou na hajimari
Kimi to Sweet Shock suki dakara derishasu na shigeki de
yume wa motto motto tsumekonde hashagi sugite ii ja nai?

El cantante cerró sus ojos para recibir la ovación y emoción que el público le brindaba en esos momentos. Pero nunca nadie se imaginaba lo que a continuación iba a pasar; del otro lado del escenario en un lugar muy bien oculto había alguien que se la pasaba vigilando todos y cada uno de los movimientos del cantante mientras que a través de la mirilla de su arma señalaba un punto fijo y directo al corazón.

- Despídete Shindou Shuichi porque esta noche será de verdad tu última actuación –murmuró aquel que le apuntaba, presionó el gatillo y disparó…

Un disparo silencioso, una repentina mueca dibujada en el rostro de Shuichi y su cuerpo cayendo cual hoja sobre el escenario causó expectación, nadie sabía qué era lo que ahí ocurría…

- ¿Shuichi? –le llamó el tecladista del grupo y al no recibir respuesta bufó- vaya momento que escogió para desmayarse –comentó avergonzado.

- ¿Shu? –Hiroshi a su lado volteo el rostro para verlo y notó un color rojo carmesí comenzar a manchar el pecho de la blanca camisa de su mejor amigo- ¡¡SHUICHI!! –gritó asustado y tiró su guitarra para ir donde el pelirosa se encontraba desvanecido. Sus ojos se abrieron de sobremanera y horrorizados al descubrir lo que había ocurrido- Shu… shu… despierta Shu… -le llamaba pero el chico no respondia- Shu…no… no… no ¡¡¡TASUKETE!!!!

De inmediato todos comprendieron que no se trataba de un simple desmayo, gritos de horror, gente corriendo despavorida hacia la salida se empezaron a notar. Hiroshi sostenía en brazos a un todavía con vida Shuichi mientras Suguru se quedaba pasmado, Mr. K hacía todo lo posible por calmar el alboroto y un rubio presidente de la compañía del grupo hacia una llamada de emergencia pidiendo al hospital más cercano les enviara una de sus ambulancias y después otra llamada más… el concierto había terminado mal…

- flash back end-

- Shu –murmuró Hiro al momento de presionar sus puños y comenzar a llorar.

Continuará


N/A: Hola!!!! Soy Hikaru Tsuzuki y esta es la primera vez que escribo un fic de este anime... espero que sea de su agrado. Bueno nos leemos en el siguiente capitulo... hasta luego!