Historia con temática homosexual.

Relación hombre/hombre.

Ninguna advertencia. Si son prejuiciosos u homófobos creo que con leer la primera línea les basta para saber que no acepto reclamos en ese aspecto.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, solo la trama del fic es mía.

El deseo de Misaki ¿Qué puede pasar?

Capítulo I: Un día soleado

El sol brillaba levemente, las personas caminaban de un lado a otro y los coches iban y venía, un estudiante universitario de cabello castaño y hermosos ojos color esmeralda caminaba tranquilamente: Misaki.

Ese día Akihiko no había podido ir a recogerlo porque tenía una reunión en la editorial con Isaka y Aikawa, la última había sobornado al escritor para que asistiera alegando que entonces haría más largos sus días de vacaciones lo que por consiguiente le daba más tiempo con Misaki; accedió aún de mala gana.

Misaki estaba caminando despacio, sintiendo un poco de la delicada brisa que soplaba ese día sobre su rostro hasta que vio algo que le llamó la atención: en un local no muy grande al cruzar la calle había un letrero bastante simple que en letras negras decía "Se necesitas mesero. Infomación aquí." A Misaki se le iluminaron los ojos, llevaba tiempo cuestionándose eso, quería conseguir dinero por sí mismo, no quería depender totalmente de Akihiko y quería algún día no muy lejano poder comprarle un regalo, algo que lo hiciera sonreír; quizá si lograba que Akihiko se convenciera de que era una buena idea le permitiría ir. Entonces lo decidió, cruzó la calle y con paso firme entró al local; no era muy grande en realidad pero era bastante elegante y tenía buena pinta, se dirigió al joven que estaba detrás de la caja registradora.

-Buenas tardes, he visto el anuncio en la ventana y me preguntaba si...- dejó un poco suelta la frase y viendo como el joven le sonreía atentamente. No había mucha diferencia de edad.

-¡Ah! Claro, espera un segundo ¿de acuerdo?, iré a buscar al administrador - el joven de cabellos negros entró por una puerta a la parte trasera del restaurante y Misaki se quedó parado observando un poco más la decoración del lugar: lámparas de luces suaves, manteles de buena calidad y mesas cuidadosamente arregladas.

Misaki estaba ensimismado con la visión cuando un hombre alto de cabellos negros y ojos azules apareció justo a su lado.

-Hey, chico.

Misaki se volteó a un lado y saludó -Buenas tardes señor, mi nombre es Misaki Takahashi y yo...

-Viene por el anuncio del mesero, señor - completó el joven que había visto primero a Misaki.

-Ya veo, ven por aquí.

El hombre le guió hasta una mesa apartada junto a una gran ventana que daba una buena vista del exterior.

-Ahora sí, mi nombre es Alexander y soy el gerente de este lugar, entonces, ¿quieres trabajar aquí?

Misaki sonrió un poco nervioso -Sí.

-Dime, Misaki, ¿cuántos años tienes?

-Tengo 18.

-¿Estás en la Universidad?

-Sí, estudio en la Universidad Mitsuhashi.

-Ya veo, queda bastante cerca, sin embargo tengo una pregunta. ¿Tienes permiso de tus padres?

Misaki se sorprendió -Bueno, yo...no tengo padres.

El señor notó la mirada nostálgica de Misaki -Está bien, es sólo una pregunta de rutina pero aún así necesito permiso de tu tutor o de quien sea que esté cuidando de ti.

-...

-Ya veo, se nota que eres un buen chico así que pregúntale ¿de acuerdo?, estoy seguro que no se negará además puedes elegir el horario que mejor te convenga para que no se crucen con tus horarios de la Universidad.

Misaki estaba feliz, por lo menos tenía la aprobación del gerente y le daba oportunidad a que pregunte, eso había sido sencillo; salió despidiéndose de Alexander y de Akai, depués averiguó que ese era el nombre del joven que le atendió primero y también que tenía 18 años recién cumplidos. Eso había salido bien, muy, muy bien; ahora quedaba la parte imposible: Convencer a Akihiko de que le diera su consentimiento.

-Eso es poco probable, pero no imposible - trataba de darse ánimos a sí mismo. No sabía como pero lograría que el mayor le diera permiso -¿Qué daño puede hacer?

Arreglando un par de cosas, volveré a actualizar en unos días.

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Que los vientos les sean favorables...