Tal vez después
"Me gustas."
"..."
"No me digas que no lo sabías."
"Sí, pero intentaba no pensar en ello."
"¿Por qué no me dijiste nada?"
"Sabes lo que pienso, que hasta que una persona confiesa, alguien no puede dar nada por hecho."
"Y... entonces... ¿qué me dices?"
Tomoyo
pensó un momento antes de hablar.
"Estamos
muy alejados en muchos sentidos. Físicamente, mentalmente, ni
siquiera tendríamos tiempo de vernos. Tan sólo con la
carga de trabajo que tenemos..."
"Sí,
tienes razón..."
"Además,
tú sales con otras personas, y hay personas con quienes yo
quisiera salir."
"Sí,
salgo con algunas chicas. Pero es sólo porque tenía que
encontrar a alguien más cerca, para intentar no pensar en ti."
Tomoyo
sonrió levemente, y a pesar de todo, no pudo evitar sentir
algo de tristeza cuando escuchó eso.
"Tal vez
no es el mejor momento, tal vez más adelante algo pueda llegar
a ser..."
"Sí,
tal vez...", dijo él desviando la mirada, "Pero ahora,
tengo que dejar morir estos sentimientos por ti."
Hubo algo
en el tono que la dejó pensando. Tenía que responder de
alguna manera, pero no sabía cómo.
'no
debe ser así tiene que haber
otra forma algo que pueda hacer'
"Bueno...
tengo que irme", dijo él, "Nos vemos después."
Tomoyo se
quedó de pie en ése lugar. Pensaba.
- - -
La semana
había pasado lentamente. Y a pesar de saber qué es lo
que siempre había deseado, Tomoyo no podía dejar de
revivir ésos momentos.
'me
gustas'
La
expresión en el rostro del chico, lo que había sentido
al escucharlas y le había producido un dolor vago.
Era
como cuando Li había vuelto a Japón. Aunque Sakura
había seguido siendo la misma, cuando recibía noticias
de él sonreía con más entusiasmo y más
seguido. Y ahora que lo tenía cerca, Tomoyo casi podía
ver cómo su amiga brillaba.
Era
como entonces porque le dolía. Sabía que ahora habían
terminado los días en que tenía a Sakura para ella
sola, cuando una se quedaba a dormir en casa de la otra y se acercaba
cuidadosamente, a mirar, hasta que el amanecer. Recordaba cómo
deseó hacer algo más. Pero siempre se había
contenido. Y tampoco volverían las tardes en que leían,
veían televisión, salían o no hacían
nada.
- - -
"Tenemos
que hablar", dijo Tomoyo en cuanto él
contestó su teléfono.
"No
hay nada de qué hablar. No quisiera aunque hubiera, así
que..."
"No
cuelgues... tengo que verte."
El
silencio a ella le aseguró el interés.
"De
acuerdo. ¿Cuándo?"
"¿Cuándo
es lo más pronto que puedes?"
- - -
Habían
quedado de verse en un pequeño café, cerca
de donde él trabajaba. Tomoyo había llegado
puntualmente, y él ya estaba ahí, sentado a una mesa.
Comenzaron
la conversación normalmente, como si no hubiera ocurrido nada
la última vez que hablaron.
"¿Desde
hace cuánto nos conocemos? Será... algo como un año¿verdad?"
"Sí,
algo así."
"Y
somos amigos,¿verdad?"
"Sí,¿a dónde quieres llegar?"
"Te
gusto desde entonces,¿no es así?"
"..."
"Tengo
algo qué proponerte."
"No
tienes que sentirte obligada a nada conmigo", dijo él,
poniéndose de pie, preparándose para marcharse.
"Al
menos hoy hay que pasarlo bien,¿te parece?"
Sonrió
dulcemente. Él no pudo evitar un gesto de desconcierto.
"¿A
qué te refieres?"
"A
pretender por hoy, para que no tengas que matar nada."
"Sólo
por hoy..."
"Es
lo único que puedo darte."
Lo
pensó. "Bien."
- - -
"¿Para
dónde vamos?"
"No
sé... ¿qué prefieres?"
"Tú
eres quien conoce mejor por aquí, guíame."
"Mmmm...
bueno, vamos allá. Ahí están los pandas."
En
el zoológico no había mucha gente, principalmente por
la hora y que era día de semana.
Caminaron
de un lugar a otro, mirando animales, con una de ésas charlas
tan peculiares y aparentemente carentes de sentido que solían
tener desde el día que se conocieron. A quien no lo supiera
podrían parecerle absurdos los comentarios, pero en verdad en
cada uno de ellos había revelaciones, idiosincrasias... como
un lenguaje secreto entre ellos.
Acercándose,
Tomoyo tomó la mano de su amigo.
"Ya
que vamos a hacer esto, hay que hacerlo
bien", dijo seria.
Él
sólo apretó su mano, y siguió caminando.
"Ésa
no la he visto."
"Yo
sí, es malísima."
"¿En
serio? Bueno,¿entonces cuál recomiendas?"
"Mmmm...
es que todas ya las vi."
"Yo
no he visto ninguna, por eso te pregunto. ¿De dónde
sacas tiempo para ver todas las películas?"
"Son
cosas que uno tiene que hacer. Es parte de mi reputación."
"Bueno,
entonces vámonos, si no quieres ver ninguna..."
"No
pues hay que meternos a esa que dijiste."
"¿En
serio?"
"Sí
pues, si no la has visto..."
"¿No
tienes hambre?"
"Sí,¿y tú?"
"También.
Podemos ir al centro comercial, está cerca."
"De
acuerdo"
"Cuéntame,¿qué has hecho últimamente?"
"Nada
más, la escuela, algunos compromisos con la familia, salir por
ahí..."
"Con
tus amigas,¿verdad?"
"Pues
es que son ellas quienes quieren salir conmigo..."
"Y
tú no quieres romperles el corazón, qué
considerado eres."
"No
te pongas así."
"Se
supone que tengo que ponerme así. Estamos saliendo ahora."
- - -
"¿Por
qué has hecho esto?"
De
pie sobre cualquier acera, estaba ya oscureciendo.
"Muchas
cosas. No quería que sufrieras matando sentimientos, es lo
peor que se puede hacer con ellos. Y no quería decepcionarte
más."
"Gracias..."
"No
lo hice por ti totalmente", dijo Tomoyo,
"Si yo confesara como tú lo hiciste, me gustaría que
me diera una oportunidad. Hoy he sido como me gustaría al
estar con la persona a quien quiero y como me gustaría que
fuera conmigo."
"Entonces..."
"Espera,
es mi turno. Tú me dijiste que yo te gustaba, pero ¿para
qué te gusto?¿Para una relación seria, o
abierta, por largo tiempo...?"
"Me
gustas. Quería saber si era posible que tuviéramos
algo, por el tiempo que fuera posible."
"Lo
tuvimos. Aún lo tenemos. Esto fue real."
"No.
Pero, siempre es así. Uno no puede enamorarse de alguien que
le corresponda, y está buscando algo que no puede ser."
"Pudo
haber sido. Como hoy pudo haber sido indefinidamente. Pero,
enfrentémoslo, tenemos objetivos diferentes. Creo que... que
podríamos seguir viéndonos como antes."
"Sí,
como antes. Entonces... como fuiste conmigo hoy,¿fue sólo
para hacerte una ilusión de lo que en verdad quieres?"
"En
parte. Estoy segura de que si tú fueras ésa persona, me
habría comportado igual que hoy."
"Pero
no podemos cambiar lo que sentimos..."
"Y
como fuiste hoy conmigo es como eres con las demás chicas a
las que ves", no era una pregunta.
"No.
Tú eres especial. Todas son especiales para mí."
Tomoyo
rió. "No lo tomes a mal, pero lo que acabas de decir no va
contigo."
"No,¿verdad?"
"Para
nada. Y no sé por qué me junto con alguien como tú,
que es tan temperamental cuando le conviene."
"Será
porque me quieres."
"Sabes
que tú también me quieres."
"No
nos soportaríamos si no fuera así."
"Tienes
toda la razón", Tomoyo miró su reloj. "Tengo que
irme o no llegaré."
"¿Vas
a verla?¿A tu persona importante?"
"Sí.
Hoy tiene la tarde libre, y me ha dicho que quiere intentar compensar
el tiempo que no hemos podido vernos últimamente. Tal vez me
quede a dormir en su casa."
"..."
"Y
me imagino que tú tendrás una cita con alguna otra
chica."
"No...
todavía. Pero se arregla con una llamada."
Ambos sonrieron antes de separarse. Con suerte, no por última vez.
La historia va a ir mejorando, cuestión de seguir leyendo.
