Buenas a todos, después de unas larguísimas vacaciones he vuelto con un nuevo proyecto. Un long fic. Apasionada de Harry Potter como soy y valorando todas las aventuras que ha vivido mi queridísimo trío dorado he decidido tomar la nueva generación para este fic. Espero que os guste y agradecería alguna crítica... Muchas gracias por vuestro tiempo y lectura.

Disclaimer: Este mundo no me pertenece, pertenece a la grandiosa JK. Rowling.

Hasta el final

Epílogo.

El humo a presión salía de la máquina del expreso de Hogwarts, indicando que un nuevo año comenzaba. Las puertas estaban siendo cerradas y cientos de padres despedían a sus hijos con profunda nostalgia.

—¡Hugo pórtate bien y vigila a tu hermana! ¡No dejes que se junte con el paliducho de Malfoy! —Gritó Ron Weasley a su hijo menor mientras el tren se alejaba lentamente.

—¡Cállate papá, es mi novio! —Voceó otra Weasley desde el interior del compartimento, hasta que su voz se perdió por el andén.

—¿A quién has llamado paliducho? Eh, Weasley —Susurró una voz autoritaria detrás de el pelirrojo. Éste tragó saliva al reconocerla.

—Malfoy... ¿Cómo... estás? —Dijo Ron con voz ahogada mientras que Harry se reía por lo bajo.

—Es mi hijo Weasley, no lo olvides. —Murmuró Draco con una mueca de desprecio en la cara.

—¡Y Rose es mi hija y el degenerado de tú hijo está con ella y...y! —Pero Ron fue cortado por un fuerte pisitón de Hermione.

—Vamos Ron, estás muy pesadito. —Concluyó Hermione tirando de su esposo hacia la salida de la estación, no sin antes pedir disculpas a Draco.

Harry y Ginny siguieron a la pareja sonrientes porque todos años siempre era la misma historia, aunque ya quedaba muy poco tiempo para eso.

En uno de los compartimentos del tren el ambiente era estupendo, se escuchaban risas, conversaciones sobre qué hacer durante todo el año, protestas...

—Rosie no te pongas así, ya sabes como es tu padre, no tiene caso seguir discutiendo con él. —Tranquilizó Scorpius Malfoy a su novia, que tenía una buena cara de disgusto.

—No Scor... Es que me niego. Siempre tiene que montar el numerito en la estanción. —Se quejó la pelirroja haciendo un puchero a su novio.

—Rosie, no te pega nada la cara de perrillo abandonado. —Se mofó James con una sonrisa burlona.

—Rosie, blablablabla, blablablabla. —Imitó su prima con rentintín haciendo que tanto James con Albus soltaran una carcajada, aunque la de James fue más bien impertinente.

—¿Y dónde está Lily? —Preguntó de pronto Hugo haciendo que todos se quedaran en silencio.

James y Albus, por su parte, pusieron cara de frustración.

"Seguro que está con el idiota de Steve, esa niña ya verá." Pensaron los dos como si de una conexión telepática se tratase. Lily siempre había sido una chica muy independiente pero aun así sus hermanos siempre habían sido muy sobreprotectores con ella, porque para ellos aun seguía siendo una niña.

El silencio se mantuvo durante un par de minutos hasta que por fin las conversaciones empezaron de nuevo. De repente las puertas del compartimento se abrieron dando paso a dos chicas: Una de ellas era alta, y tenía el cabello largo y negro azabache, con finas ondas. Tenía los ojos de color marrón oscuro con pestañas espesas, la nariz chata y los labios ligeramente carnosos. Era muy atractiva, aunque no le gustaba llamar la atención, prefería ir con unos vaqueros desgastados y una camiseta. La otra chica era opuesta, tenía el pelo castaño claro tirando a rubio y contaba con unos bonitos ojos verdes. Su rostro estaba plagado de pecas que le hacían parecer inocente y tenía la nariz fina, parecida a la de la chica morena. Aun así no eran muy parecidas, aunque compartían ciertas similitudes en la forma de mirar y en los gestos.

—¡Adri, Scar! —Saludaron a las chicas. Ellas se dedicaron gestos de desprecio e incluso pareció que se pelearon por entrar en el compartimento. Pero bueno, era el comportamiento habitual entre ambas hermanastras porque no se tenían demasiado aprecio.

Adriana se sentó junto a James y los dos se pusieron a hablar como cotorras. Desde muy pequeños habían sido grandes amigos, los mejores.

Scarlett, por su parte, se sentó entre Albus y Hugo para hablar sobre las múltiples cosas que había hecho durante el verano.

El día transcurrió con tranquilidad y finalmente llegaron a Hogwarts. James y Adriana miraron el majestuoso colegio con algo de nostalgia, ya que era su último año. Los demás siguieron con sus carcajadas y charlas hasta que traspasaron las puertas del bonito castillo. Porque durante ese curso sería su hogar de nuevo, sus paredes les acogerían con cariño y cuidarían de ellos como siempre.

El Gran Comedor estaba repleto de gente, las voces de cientos de alumnos resonaban en la estancia. Los nuevos pasaban bajo la atenta selección del sombrero, algunos comían con despreocupación, otros saludaban a sus amigos de punta a punta. El cielo estrellado reposaba en lo alto del emblemático salón.

—¡Buenas noches alumnos! —Comenzó a decir la directora y profesora McGonagall con su porte seria, aunque su mirada inspiraba felicidad y confianza. —Otro nuevo curso comienza y este año tengo buenas noticas para vosotros. Como todos sabéis somos institución hermana con la academia de magia McAdams, y este año vamos a tener el privilegio de tener con nosotros a sus estudiantes más brillantes. Por favor, ¡Un fuerta aplauso para ellos! —Presentó la ancia con algo parecido a una sonrisa.

Las puertas del Gran Comedor se abrieron de par en par. Por ellas entraron tres adolescentes en fila. Sus semblantes eran muy diferentes. El primero era un chico bastante alto y flaco, una mirada penetrante y oscura le otorgaba un aspecto peligroso y ligeramente cruel. La segunda era una chica de larga cabellera pelirroja, su mirada azulada le daba un toque risueño y gracil, parecía una niña pequeña. El tercer chico era el perfecto "sex symbol", por así decirlo. Tenía el pelo desordenado y rubio, unos ojos azules le acompañaban dándole un aspecto sexy y varonil. Era el que más llamada la atención de los tres. Sus nombres eran Jefferson, Anya y Jake. Los tres se presentaron debidamente y dieron un discurso sofisticado y preparado. Tres chicos aparentemente normales. Pero esos tres chicos escondían un secreto, un oscuro secreto... Y también unas oscuras intenciones.


¿Qué os pareció? No estoy muy familiarizada con este tipo de fic aunque sea fan incondicional de HP, así que no seáis muy duros conmigo porfis..