Prefacio

Bajo los efectos de la música se encontraba ella, silenciosa, y sigilosamente se movía alrededor de su habitación, inquieta.

Los hermosos sonidos producidos por el viento, combinados con sus pensamientos la tenían nerviosa, ¿Por qué? no lo comprendía, no poseía la respuesta a su pregunta. Sin saber nada y con una mente hecha caos, se lanzo a fuera. La noche la envolvió de a poco y sin conocimiento se dejo acariciar por el frío.

Sus pies comenzaron a dar pequeños pasos, dejando atrás su hogar y junto a ello sus padres que se encontraban en un profundo sueño. A medida que avanzaba, sus pasos eran mayores, en su desesperación decidió correr.

Correr para olvidar.

Correr para dejar atrás.

Correr para ya no volver más.

Su mente se atoro junto con sus pies; se sentó en la banca que tenía a su lado y ahí se quedo, su mirada clavada en el pronto amanecer. El momento que se ve la grandeza del sol, en su totalidad. Sus rayos abrían paso a su magnificencia y a su esplendor.

Ahí se quedo, maravillada.

Esperando ¿un milagro? quizás; ¿esperando una salida a su encierro? , tal vez sólo se quedo ahí esperando el mañana, el futuro y deseando que fuera mejor.

El frío se encargaba de consumirla, de abrazarla, de amarla hasta la muerte.

Levemente subió la mirada al cielo, de sus ojos callo una lágrima silenciosa y se fue.

Edward se movía inquieto, levemente baja la mirada, entre pensamientos y emociones desconocidas se escapa un suspiro de entre sus labios, el tiempo transcurre y no hace nada.

Semanas.

Días

Horas.

Minutos.

Segundos.

Se resbalan, como el agua en sus manos. De la misma manera que una hoja se suelta de la rama a la que pertenece. Bebé un sorbo, el calor le quema, con dolor, traga.

La mañana transcurre fría como nunca, tranquila como nadie, lenta como el tiempo. Entre suspiros y pensamientos, se le va la mañana a Edward, sin saber qué decisión tomar, ni que camino elegir.

El hombre muchas veces se equivoca a la hora de elegir, muchas veces el egoísmo gana, como también puede ser completamente lo contrario y llegar incluso a perderlo todo.