-¿Piensas darte por vencida, Lucy? – Le preguntó Cana a su amiga.

-No es darme por vencida, simplemente es salir con otras personas. Él todavía no se da cuenta de mis sentimientos. – Comentó la rubia mientras en sus ojos se expresaba tristeza.

-Natsu es tonto, si no se lo dices nunca lo notará.

-Quizá tengas razón. – Lucy dudó. – Mi miedo es decírselo y que él no sienta lo mismo, no quiero perderlo como amigo. Debo asegurarme primero.

-Entonces esta cita de seguro te vendrá bien. – Sonrió Cana. – Si él siente lo mismo, seguramente sentirá celos.

-¿Celos? – La rubia se quedó pensativa. Era lo mismo que ella sentía cuando él estaba con Lissana aunque supiera que solamente eran amigos.

-¡Hola Lucy! – Gritó alguien mientras abrazaba enérgicamente a la nombrada por detrás.

-¡Natsu! – Exclamó Lucy ruborizándose, sus rostros estaban muy cerca aunque el pelirrosa parecía no haberse dado cuenta.

-Ejem, hola Natsu, mucho gusto. Cana, por si no sabes mí nombre.

-Oh hola Cana, no te vi. – Comentó el dragon slayer mientras se tocaba la nuca y sonreía.

-Porqué será… - susurró Cana, obviamente sabía el porqué. Se había concentrado solo en su rubia amiga, era más que obvio que se gustaban. – Oh Lucy, dentro de poco va a ser la hora para tu cita, mejor apúrate. – Dijo la castaña en un tono bastante elevado, especialmente para que el pelirrosa la escuchara. La rubia la miró extrañada, Cana le guiñó el ojo en respuesta.

-Ah sí, mi cita. Debo irme. Adiós Natsu, adiós Cana. – Saludó Lucy mientras se iba rápidamente del gremio.

-¿Cita? – preguntó Natsu anonado, una vez que su amiga ya se hubiese marchado del lugar.

-¡Sí! ¿No te enteraste? Lucy se reunirá hoy con un chico muy guapo, no recuerdo su nombre, pero estaba muy entusiasmada a decir verdad. Yo misma arreglé el encuentro, así que te aseguró que la pasará bien. – Comentó Cana, perfecto, ya lo tenía en sus manos. Su plan estaba funcionando.

-¿Cómo es eso?

-Como lo oíste. Lucy se ha ido a reunir con un chico, es una cita.

-Hm ¿y eso en dónde?

-Creo que en un café cerca de su departamento, algo llamado así como "Le Rouse". – Musitó la castaña al mismo tiempo en el que Natsu desaparecía del gremio. –Hm, seguramente la ha ido a buscar. Celos. – comentó mientras sonreía, su plan había funcionado.

-No lo encuentro por ningún lado. – Suspiró la rubia mientras recorría por tercera vez el café en donde Cana había arreglado su encuentro con ese chico. – Quizá se arrepintió y se fue.

-¡Lucy! – Gritó el dragon slayer entrando apresuradamente al café.

-¡Natsu! ¿Qué haces aquí?

-Eh… nada… vine a ver cómo iba tu cita, eso. – La cara de Lucy se transformó a una de decepción.

-Oh, pues mal. No ha venido, creo que me dejó plantada.

-¿Qué? ¿Qué especie de estúpido dejaría plantada a una mujer tan bella como tú? – Preguntó Natsu enojado, sin darse cuenta que se le había escapado su pensamiento.

-¿En serio piensas qué soy bella?

El pelirosa se ruborizó, lo había descubierto. No había manera de volver atrás.

-Eres la mujer más bella que he visto en mi vida.

Se acercó lentamente a la rubia, y acarició su mejilla con mucho amor para luego depositarle un suave beso en sus labios. Un beso que había sido esperado mucho tiempo, por muchos y en especial por ellos mismos, un beso que era la más pura expresión del amor tan sincero que se tenían. Un beso, que era una confesión de lo que había acallado por tanto tiempo.

Y pensar que todo había sucedido por unos simples celos…