Medicina, tú y yo
1-Mi historia
No sé cómo llegó a suceder, pero obtuve una beca para ir al extranjero. Estudiar en Japón estaba en mis metas a largo plazo y por fin puedo palpar los frutos de mi esfuerzo. Tiempo atrás había escuchado que la medicina de urgencias en ese país está muy desarrollado, lo que despertó mi curiosidad, ya que siempre quise estudiar medicina y tomar una especialidad, por lo que investigué a cerca de universidades y las becas que otorgan. La universidad a la que asistiré se llama Konoha Daigaku y mañana me toca llevar mis documentos a la sede que se encuentra aquí en mi estado.
-Sakura ¿ya viste la hora? Vas a llegar tarde.
Mi madre como siempre al pendiente de mí, al parecer tengo una extraña habilidad para siempre llegar tarde. A las 8:00 am me tengo que presentar en la oficina del que será mi tutor.
Me asomé por la oficina cerca de las 8:10 am, sin embargo había gente esperando, así que al parecer no llegué tan tarde como pensaba. Cerca de 10 estudiantes, esperaban por ser atendidos, aunque no todos iban al mismo departamento que yo, fue un poco tardado, digamos que la paciencia no es una de mis virtudes.
Al cabo de 40 minutos por fin era mi turno, sin embargo me llevé una gran sorpresa al ver que un joven, alto y bien parecido, entró sin siquiera antes hacer fila o pedir permiso. ¡Quién se cree que es! Me hubiera gustado gritarle eso, pero me aguanté. Esperé otros 15 minutos más y por fin esa persona salió y pude entrar.
El cuarto era amplio con una gran ventana de lado, el señor que supongo es mi tutor es un señor mayor, pero no viejo. Alto con la barriguita que ya se nota a partir de los 30 años.
-Buenos días, Sakura Haruno ¿cierto?- Preguntó al leer la lista que tenía en el ordenador.
Asentí y tomé asiento en frente del escritorio.
-Por favor, entrégame tus documentos.- Dijo extendiendo su mano a la vez que le pasaba el fólder que traje conmigo. Revisó los papeles, verificó algunas cosas en la computadora y me dijo:
-Felicidades, Sakura, veo que obtuviste un puntaje casi perfecto, salvo por dos puntos, al igual que el joven que se acaba retirar, justo antes de que entres, veo que son unos chicos muy aplicados que se merecen está beca.
-Gracias señor…- Dudé porque en realidad no recordaba su nombre.
-¡Ah! Lo siento, no me he presentado, me llamo Kakashi Hatake.- Ahora que lo veo detenidamente, lo vi el día de la examinación.
De manera breve me explicó a cerca de la Universidad, de mis horarios, dónde me iba a hospedar y varios requisitos más. Tenía que tomar un curso de dos semanas, para tener idea del país, las principales costumbres, la moneda etc. Al cabo de dos meses nos reuniríamos de nuevo para abordar el avión que nos llevará a España.
Al llegar a mi casa comí, me cambié de nuevo y me dirigí a la preparatoria, puesto que me encuentro en exámenes finales.
-¡Sakura!- Desde lejos apresuraba el paso mi mejor amiga Ino. –Cuéntame ¿cómo te fue, qué te dijeron, cuándo te vas?
-Tranquila, me fue bien, digo sólo fui a entregar documentos y me voy en dos meses, para finales de julio.- Le respondí contestando a sus preguntas, ella no le gusta la idea de que me vaya, después de aquél incidente, insiste en que necesito apoyo, todos lo piensan así, pero es una decisión que ya tomé.
-¿De verdad te vas? ¿Qué pasa si recaes? ¿Quién estará ahí para ayudarte? No es justo, si no fuera porque no puedo tomar esa beca, me iría contigo, bien lo sabes.
-De verdad estaré bien, mira: me ayudará a distraerme, a centrarme, quizá hasta a olvidar, seguro haré buenos amigos, aunque no tan buenos como tú ¡existe el internet! De ser necesario hablaremos diario.
De verdad que me dolía dejar a mi amiga, a mi familia, pero no había marcha atrás. Así transcurrieron estos dos meses, finalice la preparatoria, el curso se extendió una semana más, organicé mis cosas y cuando me di cuenta estaba a un día de tomar un vuelo hacia otro continente.
Poco después me enteré que somos cinco los becados, de los cuales sólo conozco a tres, quiénes asistían junto conmigo al curso con el tutor, aquel chico que vi la vez anterior (y que me hizo esperar un poco más), no se asomó ¿de qué va? A mi parecer es un irresponsable. Cree que fue sólo pasar y ya. ¿De qué beneficios goza? ¿Le interesa? Bueno, no es de mi incumbencia.
Casi no pude dormir de los nervios, tenía que estar temprano en el aeropuerto, por aquello de la revisión de maletas, documentos, etc. Mis padres aguardan en el auto, ya sólo me faltaba recoger mi bolso. No lo dicen, pero sé que están tristes, sobretodo mi madre.
Llegamos y nos reunimos con el tutor, pero ¡oh sorpresa! Sólo éramos cuatro personas. Igual y ese chico siempre no llegaba.
Mientras esperábamos la hora del vuelo, llegaron dos personas muy importantes para mí a despedirme. Sin embargo me hubiera gustado que no lo hicieran, que me llamaran, que llamaran a mi mamá, no verlos. Sé que al igual que mis padres están preocupados por mí, por lo que pasó hace un año, piensan que huyo de mi realidad, no lo sé, quizá piensan que tomé esta decisión por su hijo.
-Bien, terminamos el trabajo, Cris tiene mucha creatividad-Decía la persona con la que salía en ese momento, aquel al que llegué a amar, aún siendo tan joven y que quizá, como muchos dicen, era un romance de estudiantes.
-Sí, es un don lo que tiene, por eso es mi amiga, complementa mi nula imaginación- Reí con mi comentario.
Ese día Sai, Ino y yo nos habíamos reunidos para hacer un trabajo de anatomía, era un proyecto donde teníamos que demostrar el funcionamiento de algún sistema, creando un modelo a escala. Se nos había hecho tarde por quedarnos a cenar, pero como no vivía tan lejos, de la casa de mi amiga, decidí caminar, aunque bien pude haber tomado un bus o pedirle a mis papás que vayan por mi, pero fui egoísta, quería caminar junto a Sai.
En total eran 12 cuadras, cortas, pero oscuras, unos jóvenes, mayores que nosotros, comenzaron a seguirnos, no le dimos importancia, porque no parecían amenazantes, continuamos caminando hasta que uno de ellos se adelantó y me habló.
-Nena ¿no quieres divertirte? Tu novio se me hace muy aburrido- Dijo y sus amigos comenzaron a reírse. Sai me puso detrás de él, en un ademán protector.
-Por favor retírense, no tenemos dinero ni queremos problemas, haremos como que no nos topamos.- Dijo Sai, mientras me sujetaba con más fuerza de la necesaria la mano.
Aquellos tipos rieron de nuevo. De un momento a otro uno de ellos me jaló hacia él y otro empujó a Sai, sucedió tan rápido, me las arreglé para golpear al que me tenía sujeto y corrí hacia Sai. El tipo que me sujetó sacó algo brillante de su bolso y me insultó y amenazó por haberlo golpeado. Quise sacar mi celular para pedir ayuda, pero esa misma persona, corrió hacia a mi con la intención que clavarme lo que identifiqué como una navaja. De nuevo Sai me hizo a un lado y él recibió el impacto.
-Ya nos jodimos ¡idiota! tenías que usar tu juguetito, creo lo mataste-
Mencionó uno de los tres, yo no asimilaba lo que acababa de pasar, esos tipos corrieron y me dejaron con Sai desangrándose, como pude presioné su pecho, su pulso era cada vez más débil. Llamé a una ambulancia y después a mis padres. Era como si yo estuviera viendo la escena desde lejos. Lloraba y él en susurros me decía que no lo hiciera, que prefería mi sonrisa.
-Cállate, no hables, no te pasará nada, vendrán a ayudarnos, sólo fue un mal momento.- Le dije más para convencerme a mí que a él.
-Es cierto cuando la gente dice que se siente cuando se llega al fin. No llores, no me gusta, lo sabes, quiero llevarme tu sonrisa.- Quedaba más pálido conforme pasaban los minutos, la sangre no dejaba de salir, el sueño lo iba venciendo.
-¡No! ¡No cierres los ojos! Te quiero, te adoro, no me hagas esto, estarás bien ¿por qué te metiste? Yo debía estar así, por favor.- Le suplicaba, esto era una maldita broma, una pesadilla, quería despertar ya.
-Yo te amo, me duele dejar los planes que teníamos, pero no quiero mentirte con que estaré bien. Eres fuerte, podrás con esto, no te cierres a nada ni a nadie. Esto sólo será un triste recuerdo.
Lo besé, no quería seguir oyéndolo despedirse. Había caído a la inconsciencia, llegó la ambulancia, la policía, mis padres, sus padres, había transcurrido 10 minutos, los 10 minutos más eternos.
Tenía una sonrisa en el rostro, no sé si es un recuerdo producto de mi desesperación, pero cuando lo subieron a la ambulancia, esa fue la imagen que me llevé de él; lo último que escuché fue: Hora de muerte 23:55.
No me fijé en qué momento llegamos al hospital, el tiempo dejo de pasar, creo que perdí el conocimiento o me trasladé a un estado de obnubilación, con el llanto de su madre de fondo.
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Hola de nuevo, antes que nada, quiero comentar algo a cerca de esta historia: la comencé a escribir cuando estaba en la prepa (de eso ya hace 4 años). Los personajes originales eran Lunalee y Misael e Ino está inspirado en Cristina, mi mejor amiga, los otros que iré mencionando, en realidad eran nombres escogidos al azar. Bueno, he escrito otras historias de manera espontánea y aunque dudé mucho si transcribía esta (sí, ya había escrito casi una libreta a mano) por fin pude hacerlo.
Entiendo si no es de su agrado, pero es una historia que para mí significa mucho, en ella plasmé mis deseos de estudiar medicina, cuando dudaba de mi intelecto (aquí es muy difícil acceder a la facultad de Medicina, presentan casi 3000 personas y quedan 180), además que después de leer tantos fics de Sasusaku, moría por hacer uno, así que no dudé en modificar la historia a mi favor.
El final aún no lo he hecho, porque me dedicaba a escribir casi cada mes, cuando no tenía qué hacer etc. Y créanme (como much s de ustedes saben) la universidad no te deja respirar (¡estudio medicina !). Lo que quiero decir con esto es que quizás tarde mucho en terminarla, pero definitivamente lo haré, no retiraré mis palabras (imagínense a Naruto prometiendo algo hahaha).
Es increíble cuántas veces corregí este capítulo, primero ortografía (que si se me escapó algo, ruego me disculpen) después redacción, palabras, en buscar sinónimos, expresiones cortas, en fin, no es la obra maestra ni se le asemeja, pero para alguien que en su vida ha escrito algo es un suplicio (uno muy divertido por cierto).
Por último me resta decirles que escogí el último día del año para publicarlo porque una de mis metas de año nuevo será terminar esta historia (¡ya, por fin!).
Cierto, miles de gracias a aquellas personas que han leído mis otras historias y que me dejarán algún comentario, crítica o sugerencia de ésta, de verdad gracias.
¡Feliz año nuevo!
