Capitulo uno:
.
.
Bella PoV:
Mire detenidamente la noche, estaba lloviendo, como siempre en Forks. La luz se apago repentinamente, un corte de energía, suspire resignada. Baje a la cocina, la casa estaba vacía, papá tenía turno hasta tarde hoy en el cuartel. Tome una vela que estaba en una de las gavetas de la cocina. La encendí con ayuda de un fósforo y me di la vuelta. Mientras subía la escalera, la temperatura bajo, no radicalmente, pero si unos cuantos grados. Era otro.
Desde que tengo uso de razón, he podido ver fantasmas y espíritus. Según mi madre, es causa de mi gran imaginación, pero eso no es cierto. Esta bien inventar cosas cuando tienes cuatro o cinco años de edad para llamar la atención, pero cuando tienes dieciséis años eres bastante grande como para mentir. No tengo el típico caso de la adolescente que necesita atención, porque lo que más aborrezco (aparte de ver espíritus), es la atención puesta sobre mí.
Camine raudamente a mi habitación, estaba completamente segura de que era ella. Tome una manta de mi armario y cubrí el espejo de cuerpo entero que estaba en mi habitación, pero la alcancé a ver, ella me miro y una sonrisa sádica se formo en sus labios, tendría otra visita hoy. Deje la vela en mi escritorio y me tape la cara con las manos, tengo que sacar todos los espejos de la casa, pero seguramente mi padre me miraría raro, así que debo convivir con los espejos a diario.
Una vez, en una página de Internet, decía que los espejos son portales, que a través de ellos los seres del otro mundo podían pasar a este mundo. Me senté en la cama y encendí mi portátil, gracias al cielo lo tenía completamente cargado, le puse la batería e inicie mi sesión. Me puse en Google y escribí la dirección del centro meteorológico de Washington. Según la página, la tormenta duraría hasta la media noche de mañana. Eso era lo malo de vivir en uno de los estados más lluviosos de todo el país. Cerré la tapa de mi portátil sin siquiera esperar a que todo cerrera correctamente.
Me estire en mi diminuta cama de una plaza y media y me dispuse para dormir, sin taparme, de todas formas no tenía mucho frío. Sentí como algo helado hacía contacto con mi mejilla, era ella, o La dama del espejo*. La primera vez que la vi. tenía cinco años, estaba en la casa de mi abuela, si no mal recuerdo, me encontraba haciendo un dibujo en el gran salón de su casa, cuando algo en el espejo me llamo la atención. Era una mujer, pero en vez de tener manos, tenía garras, una grandes garras llenas de sangre. Su cabello era negro, su flequillo le tapaba la mitad de la cara, dejando ver solo sus labios. Ella, me sonrío, esa fue la primera noche que me visito. Al día siguiente desperté con unas horribles marcas en la espalda, era cinco rajuñones, algo profundos.
Cuando me llevaron al hospital, los médicos llamaron al Servicio Social, pensaron que alguien en casa me maltrataba, ellos no me creyeron cuando les dije que fue La dama del espejo, mis padres tuvieron que ir a juicio por "posible daño a menores". El caso quedo en nada cuando se demostró que las marcas en mi espalda fueron hechas por un objeto corto punzante no identificado, aunque tuvimos al los agentes sociales en casa por un par de semanas.
El olor de la sangre me saco de mis pensamientos, el primer corte ya estaba hecho, era como una advertencia, había marcado mi cara, pero era un corte superficial, nunca le gustaba cortarme la cara, siempre eran los brazos, las piernas o la espalda.- Excepto una vez, que me corto el cuello. Yo les conté a mis padres cuando tenía ocho años, me dijeron que dejara de mentir y cortarme. No los culpo, yo tampoco lo hubiera creído.
Suspire, mientras pasaba mi mano por mi mejilla, ya se había ido. Levante mi cuerpo de la cama y me puse el pijama, abrí las mantas para poder acostarme, pero entonces otra presencia me lo impidió. Esta presencia nunca se mostraba de forma definida, como si quisiera que yo lo encontrara, trataba de decirme algo, pero lo esquivaba. No me gustaba hablar con los espirítus, me aterreba un montón, porque no todos eran buenos.
Además de ver espirítus, puedo sentir y canalizar el aura de las personas, algunas veces sanar a través de está. Y , por si fuera poco, algunas veces sueño con el futuro, pero siempre son flashes, nunca nada definido. En cambio la persona que si puede ver el futuro en concreto, es mi amiga Alice, somos amigas por correspondencia, ella vive en Seattle con su familia. Nunca no hemso visto, pero seguramente lo haremos algún día.
Cerré los ojos tratando de dormir. Logre conciliar el sueño, cuando sentí las llantas del coche patrulla de Charlie detenerse frente a la casa.
.
.
En cuanto desperté me fui a mirar al espejo, mi cara tenía un corte, superficial, gracias a Dios. Le puse una tirita y me vestí para ir al instituto. En el instituto de Forks, estudian trescientas cincuenta y ocho personas, es un pueblo bastante pequeño. Mis padres se separaron cuando tenía doce, luego mi madre se caso nuevamente con un sujeto llamado Phil, no es que no me agrade el tipo ni nada, es solo que querí que tuvieran tiempo a solas, así que me vine a vivir con mi padre, Charlie, el jefe de policía de Forks.
Me puse unos vaqueros de color negro, una camisa gris y unas Convers con caña, blancas con estrellas negras. Usar zapatillas de lona en Forks, era muy estúpido, considerando que llueve prácticamente todos los días.
Baje a la cocina y salude a mi padre, que estaba desayunando, yo me serví un plato de cereal con leche y un vaso de jugo de naranja. Luego, me cepille los dientes y salí de la casa para subirme a mi monovolumen. Era una camioneta de un rojo desgastado, pero era mi auto, y era mejor tener esto que nada, así me ahorraba la vergüenza de que Charlie tuviera que traerme todos los días. Cuando llegué a la escuela, casi todos los estudiantes estaban rodeando un Volvo plateado. Ese tipo de coche no se veía a diario aquí en Forks. No le tome mucha importancia y seguí mi camino, pero al cruzar la puerta del lugar un torbellino de color negro se me abalanzo.
-¡Bella!- oí que una voz de soprano me llamaba.
-¿Alice?- pregunte un poco confundida.
-¡Claro! ¿quién m{as podría ser?- me respondió con una gran sonrisa.
-Que alegría verte- le dije.
-Yo también me alegro de conocerte al fin- se percato de mi bandita y pregunto- ¿ella de nuevo?
-Sip- dije remarcando la "p".
Ella negó con la cabeza y me tomo del brazo, eso me extraño un poco, pero conociendo a Alice, ella había tenido una visión.
-Alice- la llame.
-¿Si, Bells?
-¿Estudiaras aquí?- le pregunte.
-Claro, Y no solo yo, sino que toda mi familia, Edward, Emmett, Rose y Jazz, ¿no te parece fantástico? Todos estás muy emocionados por conocerte, sobretodo mis padres, ya sabes, ellos también tienen algunas habilidades, creo que de ellos saque mi don. Bueno, lo importante aquí es que pasaremos más tiempo juntas y podremos ir de compras, conocer chicos... bueno en realidad, tú podrás conocer chicos, porque yo tengo a Jazz...- deje de escucharle en cuanto me fije en aquel chico.
Era un dios griego, en todo el sentido de la palabra. Su cabello era de un extraño color cobrizo, su piel era pálida, musculoso, pero sin exagerar, alto. En el momento que volteo, todo mi mundo se vino abajo, era hermoso. Sus ojos eran de un verde hipnotizante, su nariz perfectamente recta, una mandíbula cuadrada y varonil, era verdaderamente un dios griego. Me sonrío cuando su mirada se fijo en mi, yo le devolví una sonrisa tímida y algo nerviosa, me extendió la mano, la cual acepte gustosamente, y en cuanto lo hice, una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo.
-Es un placer conocerte al fin, Bella- su voz era como la seda, maravillosamente asfixiante.
-El placer es todo mío...- dude ante no saber su nombre, pero seguramente tendría un nombre perfecto.
-Edward, soy Edward Cullen- si, mis suposiciones eran correctas.
Pareció que por un momento, todo los que nos rodeaba desapareció, como si solo estuviéramos los dos, nadie más a nuestro alrededor. La corriente eléctrica se hacía más fuerte cada segundo que pasaba, nuestras manos seguían en contacto, y por muy raro que sonara, yo sentía que ya lo conocía, que lo conocía desde siempre...
.
.
Edward PoV:
Alice estaba como loco, bueno más loca de lo normal, ¿la razón? Estamos en Forks, la ciudad en donde su mejor amiga de todo el mundo -palabras de Alice no mías- vive. A Carlisle le habían ofrecido un empleo aquí, y ante la mirada de cachorro abandonado de mi hermana menor, en la cual nadie puede evitar caer, había aceptado.
Mire la foto que estaba en mi mesita de noche, era una foto de Bella, la mejor amiga de Alice. Se veía tan hermosa en aquella foto, su cabello caía suelto en sus hombros, como un mar caoba, sus ojos estaban cerrados, mientras tenía un bloc de dibujo en sus piernas, estaba disfrutando del calor del sol, que muy pocas veces hacía su presencia en aquel pequeño pueblito. Ante el sol, su cabello tomaba unos tono más rojizo, y su piel pálida tomaba algo más de color.
Todos en casa me preguntaron por qué tenía una foto de Bella, yo solo les respondía porque ella es muy bonita, aunque Alice y mi madre sepan las verdaderas razones.
Yo tengo una habilidad bastante peculiar, muchas veces puedo ver el pasado, aunque casi nunca es muy claro, pero con ella fue diferente. La pude ver perfectamente, tomada de mi mano, con ropa muy antigua, como del siglo diecinueve. Ella siempre estaba conmigo, aunque algunas veces nos encontrábamos de maneras desagradables, pero siempre terminábamos juntos, no importaba como, siempre lo hacíamos.
Acaricie el marco de la foto, inconscientemente. Un suave golpe en mi puerta me desconecto, murmure un "pase" y cuando la puerta se abrió, mi madre entró por ella. Tenía una sonrisa en su cara, era por mí, porque al fin conocería a mi otra mitad.
-¿Ansioso?- me pregunto, mientras tomaba asiento en mi cama.
-Algo- respondí.
-Si ella es inteligente, de seguro te amara, cariño. Si no lo hace, tú sabrás ganártela, ella no podrá decirte que no- mi madre es siempre tan positiva.
Me dio un beso en la mejilla antes de salir, ella era tan comprensiva. Acepto las relaciones de Alice y Jasper, y Rose y Emmett, porque era su destino estar juntos. Aunque, en realidad no son hermanos de sangre. De hecho, Alice, Emmett y yo, somos hermanos, al igual que Rose y Jasper. A todos nos adoptaron. Mis padres murieron cuando yo tenía como cinco años, en un accidente auto, así que nos mandaron a un orfanato. Carlisle y Esme nos adoptaron unos meses después.
Yo era muy cerrado, por todo lo que había pasado, me costo mucho abrirme a mi nueva familia. No solo por la muerte de mis padres, también por mi habilidad, pensaba que me iban a mandar a un hospital psiquiátrico en cuanto se dieran cuenta que yo podía ver el pasado. Pero cuando Alice comento que veía el futuro, todo quedo resuelto.
Aunque, además de ver el pasado puedo hacer otras cosas, como sentir la presencia de espíritus e incluso entablar una conversación con ellos. Soy muy raro, y las únicas personas con las que puedo hablar de ello es con mis padres y mis hermanos, porque son los únicos que no me miran como si estuviera loco...
Que dicen chicas? merezco un rr?
Yukki
