N/A: Hola~!

Esta es mi primera historia del fandom My Hero Academia.

Se tratara de una serie de drabbles sobre Kirishima relatándonos su día a día en su relación con Katsuki, contendrá romance y humor principalmente.

Y estoy pensando seriamente lemon más adelante, lol.

Disfruten ^^


Mi novio Bakugou

Capítulo I: El origen

by yesterdayForgetful

De alguna manera me había hecho más cercano a Bakugou en el trascurso de las clases en la U.A.

Al principio fue difícil acercarme a él, ya que por su explosiva forma de ser siempre me alejaba o insultaba, peor sus constantes gritos.

Aun así, yo quería ser su amigo y que él me reconociera como su igual.

Siempre lo había mantenido en un altar de admiración donde cada vez que me dejaba ver una parte de él, una faceta, un hábito, una manía, una debilidad, cada vez que lo conocía más y más mis expectativas subían y esa admiración se volvía enorme y fuerte; en algún momento incluso pensé en que ser alguien como él sería genial. Estaba fascinado.

Al final logré, con mucho esfuerzo y sobre todo paciencia, que me aceptara a su lado, o más bien que "tolerara" mi presencia.

Recuerdo cuando le decía al final de las clases que fuéramos a casa juntos y me gritaba un "¡DEJA DE SEGUIRME, PELO PUNTIAGUDO, MUERE!". Ahora cuando le decía lo mismo al menos murmuraba un "Cállate, ya voy" mientras concentrado guardaba sus cosas en la mochila y yo le esperaba ansioso a un costado. A veces sucedía, pero muy pocas veces y noté que era cuando estaba muy estresado o muy cansado por las clases, que venía hasta mi mesabanco para soltar un "Vamos a casa" con las manos en los bolsillos y la mirada a un lado. Esos días me hacían, extrañamente, sumamente feliz.

Sin embargo, no tardé en descubrir que algo conmigo pasaba.

Estaba contento por mi progreso con Bakugou pero empezaba a sentirme raro cuando estaba con él.

Hubo una vez que estábamos comiendo en la cafetería juntos como de costumbre. Yo estaba sentado a un lado suyo cuando de repente le tomé la mano por error al querer tomar la sal. Me di cuenta por su cara de sorpresa que ambos queríamos tomarla sin darnos cuenta de que el otro también buscaba lo mismo. Me sentí tan nervioso de repente y sentí mi cara arder de vergüenza pero él actuó tan normal como de costumbre, gritándome un "¡Yo la agarre primero!" para arrebatármela y ponerse a comer. Él ni siquiera se había inmutado que le había agarrado la mano… Sin embargo, ¿por qué yo no podía dejar de pensar en eso?

Eso solo fue el inicio de una cadena de situaciones en las que yo terminaba sonrojado hasta las orejas y él tan tranquilo. Supe entonces que se había acostumbrado tanto a mí que parecía no importarle; después de todo me veía solo como un amigo.

Estaba tan confundido por sentirme atraído por un hombre, siendo yo uno, que decidí acallar mis sentimientos y seguir a su lado. Haciendo de esa clase de eventos como una mínima importancia… pero no pude.

Eso solo empeoró las cosas.

Esa rara sensación por él creció y esas ganas de ser algo más se desbordó de mi control.

Una tarde, saliendo de la U.A. fue cuando me declaré.

Era una suerte que todos ya se hubieran ido.

Solo éramos nosotros dos.

Apurado saqué mis zapatos de mi casillero y como era costumbre él no me espero y se fue andando. Nervioso, terminé de ponérmelos y corrí detrás de él para que no me dejara atrás. Me sentía algo mareado de tanta ansiedad, temía por lo que fuera a pasar después de decirle aquellas palabras.

—Bakugou...— Dije mirando su espalda y él se detuvo al oír mi voz.

—¿Qué quieres?— Volteó a verme irritado como siempre esperando respuesta. Apreté mis ojos y puños y me animé a sacarlo desde lo más profundo de mi pecho. ¡Tenía que tener valentía, no podía echarme atrás! ¡Este era mi momento!

—¿Quieres ser mi novio?— Pregunté directo a los ojos, completamente decidido e inquebrantable, esperando alguna reacción de sorpresa, incluso ira, pero él solo se mantenía sereno, tanto, que incluso me intimidó y dudé por un momento. ¡Tal como se esperaba de Bakugou!

Hubo un silencio entre nosotros y miles de futuros desenlaces pasaron por mi cabeza. Jamás vi un final feliz después de mi patética declaración. Pero entonces sucedió algo que ni yo mismo me podría imaginar… Me dio la espalda y en ese momento pensé que se iría dejándome ahí, ignorando mi sentir y que nunca volveríamos a ser amigos, pero todo cambió cuando habló de nuevo.

—Mientras no seas un problema en mi camino, haz lo que quieras.

Finalizó sin tartamudear para luego seguir su camino como si nada hubiera pasado.

Sentí como mi cuerpo se erizaba y solo un pensamiento vibraba en mi cabeza en aquel instante.

¡Qué varonil!, gritaba mentalmente con los ojos acuosos y una enorme sonrisa.

Me había conmovido tanto que tenía unas ganas inmensas de gritar. Solo me mantuve firme a la situación y me limpié los ojos con fuerza sin bajar mi sonrisa para correr detrás de él en nuestro camino de regreso a casa.

Nunca me había sentido tan feliz antes.

¡Me había aceptado!