Los personajes no me pertenecen evidentemente, sino a Masashi Kishimoto

y pues, gracias que podemos dar rienda suelta a nuestra loca imaginacion.


Cierra tus ojos


-¿Y por qué crees que la gente lo hace de forma automática?- preguntó Kakashi con evidente interés en la respuesta, estaba seguro de que ella tendría por lo menos una o un par de cosas que decir al respecto.

-En realidad la razón no es tan extraordinaria como te imaginas e incluso puede ser que te resulte un poquito decepcionante - le brindó una de aquellas sonrisas que dibujaba tan sólo para él. –Temo arruinar la percepción tan romántica que tienes al respecto.- acarició su mejilla.

-Anda pruébame.- la retó –estoy seguro de que puedo manejarlo- afianzó su abrazo alrededor de ella.

Suspiró –Bien… aparentemente el cerebro tiene dificultades para procesar diferentes estímulos simultáneamente y lo más práctico es concentrarse en uno solo de ellos- acortó la distancia entre ambos rostros, clavando su mirada en aquellos ojos lánguidos que tanto la cautivaban.

-¿es decir que no puedes soportar lo atractivo que soy y al mismo tiempo deleitarte con mis extraordinarias habilidades para besar?- sonrió vanidosamente.

-Que engreído eres- le picó las costillas haciéndo que se retorciera ligeramente- haces que suene ridículo pero, de cierto modo estás en lo correcto, si te concentras en lo bellísima que soy, reducirías tu conciencia en relación a la interpretación de otros estímulos recibidos.- Se incorporó para buscar una posición más cómoda.

-No estoy muy convencido de ello…- la tomó por la cintura y en un movimiento veloz la colocó sobre él. –Bésame- le ordenó.

-No-. Dijo ella e hizo una larga pausa que pareció eterna.

De ninguna manera se trataba de una recomendación, así que colocó su mano detrás de su nuca enredando sus dedos entre los suaves cabellos de inusual tono rosado que le fascinaban. Anticipando cualquier tipo de resistencia la acercó firmemente contra él y condujo sus labios directo a los propios asaltándolos en un profundo y cadencioso beso, acariciando su espalda tan sutilmente con la fragilidad con que se trata a una pieza de porcelana fina, con aquel suave toque que la hacía tiritar al apenas sentirlo sobre la piel.

Sus pupilas se dilataron con sorpresa, dificultosamente pudo mantener los ojos abiertos así que hizo justo lo esperado… cerró sus hermosos orbes jade lentamente.

En la recta final de un prolongado, hondo y húmedo beso, sus parpados se separaron para mirarlo. Era complicado contemplar a Sakura con tan estrecha cercanía de por medio, se liberaron el uno del otro pausadamente respirando el mismo cálido aire.

-¿Sakura...?- musitó él.

-¿Si?- respondió ella débilmente, apenas saliendo de su trance.

-Tenías razón.- Y la besó de nuevo.