Hola a todos, perdón por tardar en subir otro fan fic, pero no me llegaba la inspiración :/, paro al fin llegó n.n espero que le guste
K-ON! no es mío (lástima :'() este es solo un pequeño fanfic hecho sin fines lucrativos


Mio estaba acostada en su cama jugando con una almohada mientras pensaba sobre lo que su madre le había dicho en la mañana, le informó que irían de visita durante todo el fin de semana donde su abuela, que vivía en el campo, a Mio le encantaba ir donde su abuela, cada vez que iba su abuela le regalaba galletitas caseras deliciosas, y su té era exquisito, incluso mejor que el de Mugi, pero ahora no le gustaba la idea de irse de la ciudad, no quería, aunque solo fuera una razón la que la ataba a la ciudad, era una razón que iba tomando más peso con cada segundo, cada vez que pensaba en esa razón la sentía más grande, y crecía sin parar, y su deseo de quedarse aumentaba en la misma medida, esa razón era Ritsu, no quería alejarse de su amiga, aunque se dijera a sí misma que solo era porque extrañaría a su mejor amiga no lograba engañar ni a su sombra, estaba enamorada y no quería alejarse de su amada por tanto tiempo, aunque solo fueran 2 días, no quería hacerlo, se negaba rotunamente, no sabía qué hacer, tenía que decidir, estar más tiempo con su amada o ir al campo donde su abuelita.

Pensó y pensó hasta que se le calentó la cabeza, cuando se iba a dar por vencida una idea llegó a su mente, tomó su celular y escribió un mensaje "Ritsu ¿te gusta el campo?", en menos de un minuto llegó la respuesta de la castaña "!Sí¡", la morena sonrió, fue hasta la habitación de sus padres, tocó la puerta y esperó a que respondieran, desde dentro de la habitación llegó un gentil –adelante hijita-, la morena giró la perilla y entró, se sentó a los pies de la cama de sus padres, su madre estaba leyendo una novela un tanto larga "la paz y la guerra" y su padre estaba dormido, su rostro comenzó a sonrojarse, no sabía cómo comenzar, su madre inició la conversación –dime, ¿qué necesitas hijita?- Mio dio un sobresalto –e-esto, mañana iremos donde la abuela ¿cierto?- su madre asintió con una sonrisa en su cara, -este… esto… ¿p-podría acompa- no alcanzó a terminar la frase cuando su madre la interrumpió -¿acompañarnos Richan? Sí, Mientras más personas mejor- la morena estaba sorprendida, su madre le había leído el pensamiento, aunque estaba completamente feliz -¿segura de que no hay problema mami?- su madre le sonrió y le acaricio el rostro –segura, además, no quiero alejar a mi hijita de su amada- esa frase la impactó aún más, ¿su madre sabía los sentimientos que sentía hacia la castaña? -¿cómo lo sabes?- su madre le tomó las manos –es fácil hijita, te sonrojabas cada vez que tu padre o yo la mencionábamos, y en tu rostro hay una gran sonrisa siempre que hablas de ella y como la pasan juntas en la escuela, y por otro lado, me lo acabas de confirmar en este mismo instante- el rubor que había en el rostro de le ojigris aumentó y quedó roja como un tomate hasta las orejas, su madre continuó riendo suavemente –¿n-n-no tienes pro-problemas en tener a una hija como yo?- su madre le dio un suave coscorrón en la cabeza –no seas tontita hija mía, eres mi hija de todas formas, y tu felicidad es lo primero- la morena aún estaba insegura -¿y papi qué piensa, lo sabe?- su madre estaba a punto de responder pero la voz de su marido sonó –no tengo ningún problema hijita, tu felicidad es lo primero, para los padres lo primero, lo segundo, lo tercero, lo cuarto y todo es la felicidad de sus hijos, además así estaré tranquilo de que algún muchachón te robe tu pureza- Mio se sonrojó aún más ante el comentario de su padre, pero luego se abalanzó sobre sus progenitores abrazándolos –gracias, papi, mami- sus progenitores le sonrieron y le acariciaron la cabeza.

Mio volvió a su habitación totalmente feliz, tomó nuevamente su celular y escribió un nuevo mensaje "¿te gustaría venir al campo conmigo y mis padres este fin de semana?" envió el mensaje al número de la ojimiel, mas no llego respuesta instantánea como en el mensaje anterior, pasaron los minutos y nada –quizás está dormida- dijo en voz alta la morena, cuando su celular comenzó a vibrar, en la pantalla aparecía escrito el nombre de la castaña, contestó y la voz agitada de la su amiga le llegó por el altavoz del teléfono –Mio, abre la puerta de tu casa- dicho esto la llamada se cortó, Mio no comprendía bien lo que sucedía cuando una idea cruzó por su cabeza, no, era imposible, eso solo sucedía en los manga, pero, ¿y si no?, no definitivamente era imposible, pero, la duda la carcomía, así que decidió salir de ella, bajó hasta la entrada, abrió la puerta y fuera encontró a una castaña vestida con su pijama y una bata para dormir, tenía el ceño fruncido y una maleta en la mano –tardaste mucho Mio- Ritsu entró con su maleta, se quitó las zapatillas deportivas que llevaba y se colocó unas pantuflas del zapatero de los Akiyama, aunque eran sus pantuflas, siempre dejaba un par en casa de su mejor amiga, la morena estaba sorprendida -¿Ritsu, qué haces aquí?- la aludida la miró haciendo pucheros –que mala eres Mio, me preguntaste si me gustaría ir contigo al campo- Mio se sonrojó y comenzó a rascarse la nuca –b-b-bueno n-no pesé que vendrías así y a estas horas de la noche- en ese instante bajó la madre de Mio –vaya, que visita mas inesperada, me pregunto cuál será el motivo- dijo con fingida ingenuidad -¿quieres un poco de té Richan?- la castaña al oír la oferta de té por parte de la madre de su mejor amiga fue con ella como perrito al que le acaban de ofrecer una apetitosa galletita, Mio suspiró, cerró la puerta y siguió a su progenitora y a su amada hasta el comedor, se sentó al lado de la castaña y en eso apareció su madre con 3 tazas humeantes de té, les sirvió las tazas de té verde a cada una, se sentó y dio un pequeño trago a su tazón, tosió suavemente y habló con una gentil y un tanto cómplice sonrisa –y bien Richan ¿a qué se debe esta inesperada visita?- la aludida la miró extrañada –pero mamá si voy ir con ustedes al campo, ¿no es así?- la señora Akiyama rió suavemente –sí, creo que Mio mencionó algo al respecto- le guiñó un ojo a su hija, que se sonrojó al instante –bueno, mañana partiremos temprano, así que debemos dormir bien esta noche- se levantó y dejó su taza en el lavadero –me voy a dormir, usted deberían hacer lo mismo, apaguen las luces antes de dormir- dicho esto se fue hasta su habitación, dejando a las chicas solas, Ritsu apresuró su té lo dejó en el lavadero junto a la de la seora Akiyama –Mio, apura tu té para que vayamos a dormir- la morena se sonrojó levemente, se tomó su té de un solo trago y dejó su taza junto con las otras dos.
Apagaron las luces y subieron hasta la habitación de la morena, esta estaba completamente sonrojada, no sabía qué hacer, se sentía como una tonta, no tenía idea por qué le sonrojaba tanto el hecho de que Ritsu se quedara a dormir en su habitación, siempre lo había hecho, y antes dormían juntas, abrazadas, eso la hizo pensar, ¿cuándo cambió eso, qué lo había provocado?, estaba tan ensimismada en su pensamientos que se puso su pijama con torpeza, y no se dio cuenta de que Ritsu estaba extendiendo un futon al lado de su cama, la morena tomó un poco de valor y le quitó el futon a la castaña -¿Mio, qué haces?- la morena bajó la mirada para que su amiga no viera su rostro sonrojado al máximo, y habló entre susurros –q-q-quiero que durmamos c-c-como antes- la ojimiel se sorprendió ante la petición de su amiga, y un leve rubor le subió a las mejilla, "maldición, ¿qué me pasa, por qué me estoy sonrojando con la idea de dormir con Mio? Siempre lo hacíamos antes y ahora me da vergüenza, rayos, este latido agitado de mi corazón no me ayuda mucho" pensó la castaña con frustración, en eso la morena se acostó en su cama y se apegó a la pared para dejarle espacio a la ojimiel, levantó las mantas invitandola , esta se acostó con torpeza, apagó la luz de la lámpara de noche de la mesita de noche de Mio, la morena la abrazó y recostó su cabeza en el pecho de Ritsu "el pecho de Ritsu…es tan cálido, y huele tan bien" el rubor de sus mejillas y la tensión en su cuerpo se desvaneció y se durmió al instante, más la castaña no pudo pegar ojo, sentía a Mio tan junta con ella, tan apegada, era una sensación cálida y reconfortante, hacía tanto tiempo que no se sentía así, y eso la incomodaba en cierta medida, sentir a Mio tan apegada, la sonrojaba y no sabía por qué sucedía, ¿acaso era eso de lo que trataba el amor?, su corazón comenzó a latir con mucha fuerza y sus mejillas se calentaron inmediatamente, levantó su mano lentamente y acarició la cabellera de su amiga lentamente, acercó sus labios hasta la cabeza de la morena que dormía apoyada en su pecho y la besó en la cabeza, alcanzando a percibir un agradable olor a jazmín , cuando se percató de lo que hacía su rostro se tornó de un rojo carmesí, "¿qué estoy haciendo, oliendo el cabello de Mio?" su sonrojo aumentó aún más, "¿ a-a-a a- acaso estoy e-e-enamorada?" trató de ocultar su rostro con sus manos, pero una estaba bajo el cuerpo dormido de Mio y la otra estaba acariciando el cabello de su amada y no quería dejar de hacerlo, simplemente esperó hasta relajarse, más no pudo hacerlo y tuvo que pasar toda la noche desvelada.
Los primeros rayos del sol comenzaron a colarse entre las cortinas, Mio abrió los ojos perezosamente, aún algo dormida, no recordaba lo que había pasado la noche anterior, lo primero que logro distinguir fue el rostro de su amada ¿era un sueño?, si lo era, era demasiado hermoso, "bueno voy a aprovechar este sueño", se abalanzó sobre la "Ritsu de los sueños" y la besó con pasión, cerró los ojos para sentir aún más el beso, parecía tan real, de hecho demasiado real, los labios de Ritsu, su lengua, su respiración, su cuerpo bajo el suyo, todo se sentía tan ¿REAL? Abrió los ojos de golpe y vio el rostro de su amada, con los ojos cerrados, las mejillas sonrojadas y la respiración acelerada, en eso entró la madre de Mio a la habitación, la morena giró sus ojos y solo alcanzó a ver una sonrisa amable en el rostro de su progenitora que se retiró de la habitación en silencio, estaba tan impactada por lo que había hecho, que ni siquiera se percató de que Ritsu le estaba mordiendo el labio inferior -¿hasta qué hora estarás arriba?- Mio se percató de dónde estaba y se bajó inmediatamente del cuerpo de la castaña, completamente roja se tapó entera con las mantas, la castaña la vio y sonrió tiernamente -¿Mio, vas a salir de ahí?- la morena negó con la cabeza frenéticamente -¿no quieres salir?- la ojigris volvió a negar, pero esta vez hubo otro movimiento, aparte de la negación, un sollozo llegó hasta los oídos de la castaña, quien sorprendida trató de quitarle las mantas pero la morena se las aferraba con fuerza, -Mio, Mio, muéstrame tu rostro- la morena se negaba una y otra vez, desde dentro de las mantas salió una voz temerosa -¿e-estas molesta? ¿Me odias por lo que hice?- la castaña sonrió tiernamente, se abrazó al bulto que estaba hecha Mio y le susurro –¿pero qué cosas dices tonta? Nunca te odiaría, y, a decir verdad, también deseaba que hicieras eso- Mio se relajó al oír esas palabras y soltó un poco las mantas –¿de veras?- la castaña la acaricio –si, de veras- la morena se quitó n poco las mantas -¿de veras que es de de veras?- la ojimiel rió suavemente-sip, de veras que es de deveras de veras de veritas- Mio aflojó un poco más las mantas y en ese instante la castaña aprovecho y se las quitó de un tirón, acaricio el rostro de su amada y le lamió las lágrimas que caían de sus ojos –son amargas y frías Mio-chan- la morena rompió a llorar nuevamente y se abrazó a la castaña, esta le acaricio el cabello con ternura –tranquila Mio- le tomó el rostro nuevamente y la besó suavemente en los labios, y le volvió a lamer las lágrimas –estas son cálidas y saladitas Mio-chan, ¿estás feliz?- la morena asintió, en eso llegó nuevamente la madre de Mio, dio un par de palmadas y alzó la voz –muy bien chicas, ya es suficiente de tantas muestras de amor, se nos hace tarde para partir, el cielo ya está clareando- las chicas se lavaron la cara y se vistieron lo más rápido que pudieron.
Subieron al auto, que ya estaba encendido y con las maletas dentro, incluyendo la de Ritsu, las chicas entraron a la parte trasera, quedando algo apretadas, su madre les ofreció café de unos termos y unos pastelillos, las chicas los aceptaron, bebieron y comieron en silencio, aunque era un silencio relajante, Ritsu apoyada en el hombro de Mio y ésta en la cabeza de Ritsu, el auto se puso en marcha y al instante Ritsu se quedó dormida, quien sonrió y le acarició la corta cabellera de su amada, quedándose también dormida, los señores Akiyama las vieron a través del espejo retrovisor y sonrieron al mismo tiempo.
-venga, despierten, ya llegamos, chicas, despierten- las chicas despertaron con pereza, bostezaron y se restregaron los ojos, sus ojos tenían cierta expresión de duda -¿mami? ¿qué hago en el auto?- su madre les apretó las mejillas con fuerza –venga despierten al completo que tu abuela está por salir a recibirnos- las chicas salieron del auto y se acariciaron las mejillas –eso dolió mamá- le espetó la castaña a la madre de Mio, quien rió enérgicamente –esa era la idea- las chicas estiraron los brazos y las piernas, cuando terminaron de hacer sus elongaciones para quitarse el entumecimiento de los músculos apareció la abuela de Mio, era muy parecida a su nieta, el mismo rostro fino y blanco como la nieve, aunque con muchas, muchas más arrugas y su cabellera ya no lucía el negro azabache de años atrás, era una melena plateada como el acero, mas su expresión era gentil y amable –Bienvenidos sean todos a mi humilde morada- dijo la anciana –por favor, entren, hay té y galletitas para todos en el salón principal- dicho esto entró a la casa, seguida por los padres de Mio y al último Mio y Ritsu, tomadas de las manos, entraron, era una casa enorme, al entrar al salón de invitados ya estaban todo servido, se sentaron en la mesa y tomaron el té que la anciana había preparado, era delicioso, parecía estar preparado con muchas hierbas aromáticas y dulces, y todas y cada una de ellas se percibía, Ritsu tomó una galleta y se la estaba llevando a la boca cuando la anciana habló –y he de suponer que esta atractiva jovencita es la novia de mi nieta- la castaña se atoró con la galleta y Mio con el té que estaba bebiendo, tosieron hasta que se calmaron, -O-Oba-chan ¿cómo…acaso fuiste tú mami la que le contó?- la madre de Mio estaba igual de sorprendida, la morena desvió la mirada a su padre, quien negó con la cabeza, la anciana tosió para reclamar atención –la vista de los ancianos puede que no sea muy buena para leer libros, pero sí que es excelente para leer a las personas- las chicas estaban sorprendidas, aunque pensándolo bien, entraron tomadas de las manos, era lógico que pensara algo como eso, Mio y Ritsu bebieron té y comieron las galletitas en silencio mientras los adultos hablaban.
Cuando terminaron de hablar las galletitas ya se habían terminado, fueron hasta la parte trasera de la casa a ver el jardín hermosamente decorado con lámparas de piedra y riachuelos –ya se, Mio-chan- exclamó la anciana,- ¿por qué no le enseñas todo el lugar a tu novia? Estoy segura de que le gustara, tu yegua está en el establo como siempre, ya está ensillada- la castaña miró extrañada a Mio -¿sabes andar a caballo?- la morena se rascó la nuca –b-bueno, n-no es la gran cosa- su abuela rió por lo bajo –venga Mio-chan no seas tan modesta, eres una gran jinete, recuerda cuando corrías por toda la pradera a lomos de tu yegua- la morena se sonrojó hasta las orejas –bueno, ¿Qué esperan?- le increpó la anciana -Vayan a divertirse, eso sí, vuelvan antes del almuerzo-.
La morena, siguiendo las órdenes de su abuela tomó la mano de Ritsu y la llevó hasta los establos, donde estaba una yegua marrón de crines blancas y un caballo gris de crines negras, Mio chifló un par de veces en tonos variados y ambos equinos acudieron de inmediato al lado de la morena –ella es Haruna, le puse ese nombre porque nació en primavera una vez que vine con mis padres hace unos 7 años, me divertía mucho con ella, es un milagro que aún me reconozca- le explicó a la castaña, con la voz cargada de melancolía –y este es yukito, bueno él nació en invierno, una fecha un tanto inusual para que los caballos den a luz, pero este nació en invierno, por cierto Ritsu, ¿sabes ir a caballo?- la castaña se rascó la nuca –b-bueno, e-es obvio que sí- se paró al lado de la yegua marrón y trató de subirse solo con los brazos pero el resultado solo fue una estrepitosa caída, Mio ahogó su risa y la ayudó a levantarse –bueno Ritsu, si no sabes está bien, además en estos tiempos es común que eso suceda- la castaña se sonrojo de vergüenza –mira, primero debo enseñarte a subir al caballo- se paró al lado de yukito -como es tu primera vez manejaras a haru-chan que es más dócil, lo primero que debes hace es colocar tu pie izquierdo en el estribo izquierdo de la montura, luego te das impulso con las manos en el lomo del caballo y en un dos por tres estas arriba- mientras lo decía se subió al caballo con una agilidad felina, Ritsu asombrada trató de imitarla, colocó su pie izquierdo en el estribo de la yegua, se dio impulso pero no pudo subir, trató una y otra vez hasta que se rindió, Mio le sonrió tiernamente –si no te molesta Ritsu te puedo llevar yo- se bajó de su caballo y ayudó a la castaña a subirse a lomos de yukito, quien dócilmente no se movió, luego tocó el turno de Mio y se sentó atrás de Ritsu, salieron al trote y recorrieron todo el terreno, era hermoso, una pradera preciosa, Ritsu estaba maravillada –Ritsu, ¿quieres venir a un lugar especial?- la castaña asintió, Mio tomó las riendas del caballo y las chasqueó, este comenzó a dar un trote más rápido, cruzaron toda la pradera hasta llegar a la falda de la montaña, Mio detuvo al caballo y se bajó, ayudó a que Ritsu bajara –bien, ahora solo debes seguirme- tomó la mano de la castaña y la guió a través de una densa hierba -¿a dónde vamos Mio?- preguntó la ojimiel con curiosidad –tu solo sígueme Ritsu- continuaron caminando y el sonido del agua caer estrepitosamente llegó hasta ellas, cuando salieron se encontraban en un pozón natural provocado por la caía de una gran cascada, era un paisaje hermoso, aunque muy helado –wow este lugar es hermoso Mio, ya veo por qué te gusta tanto- la morena sonrió pícaramente –aún no hemos llegado Ritsu- en el rostro de la castaña se formó una expresión de duda -¿aún no, a dónde me llevas?- Mio le soltó la mano y comenzó a desnudarse, solo quedó en ropa interior, la castaña se sonrojó al ver el bien formado cuerpo de su amada -¿Mio, q-q-qué quieres hacer?- la morena le sonrió y se lanzó en picado hasta al pozón de agua, y tras unos segundos emergió su cabeza –Ritsu, ven aquí, aun no llegamos, sígueme- la castaña obedeció , se quitó su ropa quedando solo en ropa interior, se lazó al pozón y al instante se apegó a Mio como una gato, tiritando –e-e-e-esta f-f-fría Mio- se apegó con fuerza al cuerpo de la morena, que estaba más cálido que el agua, al sentir el cuerpo semi denudo de la castaña contra el suyo la temperatura corporal de la morena subió de sobre manera "El cuerpo de Ritsu, se siente tan bien" e inconsciente mente abrasó a la ojimiel, quizás con demasiada fuerza –Mio, me abrazas muy fuerte- la morena salió de su ensimismamiento y soltó a la castaña con torpeza –p-perdón, n-no era mi intención apretarte tan fuerte- el rubro comenzó a teñirle las orejas –vamos. vamos, falta un poco, ahora toma aire que nos sumergiremos-dijo para salir de esa bochornosa situación rápidamente, la morena tomó la mano de la castaña y se sumergió en el agua, guiándola, sintió la presión del agua que caía de la cascada, pero al instante esta desapareció, salieron a tomar aire y la castaña se dio cuenta que estaba detrás de la cascada, a través del agua los colores se difuminaban y mezclaban, formando hermosas figuras, se quedaron observando el hermoso cuadro hasta que Mio la jaló del hombro, -Ritsu, no perdamos tiempo, aún no hemos llegado- la castaña frunció levemente el entrecejo -¿eh? ¿Aún no? Cielos, estoy pensando que Mio está perdida- la morena le sonrió –ven y deja de refunfuñar, ya solo nos falta un poquito- la morena se dio vuelta y se apoyó en las rocas para salir del agua, la castaña la imitó y vio una suerte de túnel, Mio se adentró al túnel, como no era muy grande tuvo que entrar a gatas, y Ritsu tras ella – desde aquí se ve todo de Mio-chan je je je- se tapó la cabeza en forma inmediata para protegerse de un golpe el cual nunca llegó, esto la sorprendió -¿M-Mio, estás bien?- la castaña sintió un calor, el cual era emanado por el cuerpo de la morena, que sonrojada completamente habló en susurros –e-e-es-esta b-b-bien s-s-si es Ritsu qui-quien me ve- la castaña comenzó a rascarse la nuca tratando de ocultar su vergüenza.
continuaron gateando por el túnel hasta que la luz ya no alcanzaba a alumbrar, la ojimiel tomó la mano de Mio, quien la apretó con fuerza, continuaron por un minuto más hasta que llegaron a una cueva iluminada con unas luces azules anti naturales, la morena le soltó la mano a la chica de ores acres, se adentró en la cueva y se puso de pie –llegamos Ritsu- la castaña estaba sorprendida, el lugar era hermoso, parecía como si estuvieran bajo un pequeño trozo de cielo nocturno que bajó solo para ellas –h-hermoso- la castaña continuaba boquiabierta, hasta que comenzó a tiritar involuntariamente por el frío dentro de la cueva, Mio se percató del hecho y abrazó a su amada con ternura, le rodeó la cintura y apoyó su cabeza en el hombro de la castaña exhalando su cálida respiración en el cuello de la ojimiel, quien dejó de tiritar al instante, Mio se sentó cruzando las piernas, tomó la mano de Ritsu que seguía de pie –ven aquí, siéntate Ritsu- la castaña obedeció y se sentó en las piernas de Mio, quien la volvió a abrazar con ternura, el corazón de la castaña comenzó a latir con rapidez al sentir el cálido y suave cuerpo de su amada contra el suyo, la respiración de la morena en su cuello, sus brazos rodeándole el vientre, se sentía en completa paz, una paz casi mágica, en cualquier momento podría echarse a volar –Ritsu, oye, Ritsu- la castaña salió de su sopor y atendió a la llamada de su amada –¿qué decías Mio?- la morena frunció suavemente el entrecejo y le dio un coscorrón casi imperceptible a la cabeza de su amada –te decía que a-a pesar d-de todo lo que hemos pasado en este día, n-no nos hemos d-dicho ni si quiera un...te amo- esto último lo dijo tan despacio que la castaña no entendió -¿qué cosa dices Mio?, no escuché eso último- la morena tomó aire con fuerza –QUE TE AMO RITSU, TE AMO Y TE AMARÉ PARA SIEMPRE- la castaña quedó inmóvil ante el estallido de la ojigris, quien en ese instante estaba ocultando su rostro en la espalda de la castaña, Ritsu sonrió tiernamente, se dio vuelta y quedó sentada frente a frente con Mio, sentada en sus piernas, muy cerca -¿lo dices en serio?- la morena asintió –yo también te amo Mio- dicho esto besó a la morena delicadamente en los labios, esta no aguantó más atrajo a la castaña hacia sí y la besó con pasión.
Estuvieron acostadas contemplando el cielo de la cueva un buen tiempo, tomadas de las manos, señalando alguna forma que lograban entrever en las irregulares luces, la mayoría eran de corazones o nubes muy esponjosas, reían de lo lindo cuando Mio se percató del reloj pulsera que llevaba en su muñeca derecha, marcaba las 13:45 y su abuela siempre servía el almuerzo a las 13:00 en punto, se puso de pie de un salto, acto seguido Ritsu la imitó -¿qué sucede Mio?- la morena señaló su reloj –oba-chan, el almuerzo – en el rostro de la castaña se dibujó una expresión de perplejidad–cierto ¿cómo pudiste olvidarlo?- la morena miró hacia un lado sonrojada –b-bueno fue porque Richan me sedujo- la castaña le dio una pequeña palmada en la cabeza -¿quién fue la que me abrazó y me hizo sentarme en sus piernas?- la morena solo balbuceo hacia un lado –bueno, vamos antes de que tu abuela se enoje- se agacharon ara cruzar nuevamente al túnel, se lanzaron a las gélidas aguas, tomaron sus ropas, se las colocaron, pasaron otra vez por la hierba, montaron el caballo y volvieron a galope hasta la casa, donde las esperaba la anciana –pero bueno ¿dónde estaban ustedes dos?- las chicas se sonrojaron levemente –por ahí, jugando- la anciana se percató en las ropas pegadas a los cuerpos de las muchachas, que debido a que las chicas no estaban secas cuando se las colocaron se apegaron a sus cuerpos -¿estaban nadando?- la castaña se rascó la mejilla-algo así- la anciana tomó a las chicas de la cintura y las empujó hasta los baños –quítense lo helado de sus cuerpos, luego vengan a almorzar, aún queda algo- las chicas entraron y para su sorpresa el agua en la bañera ya estaba caliente, se metieron al mismo tiempo, abrazada –parece que esta visita donde oba-chan fue provechosa- fijo la morena al oído de la castaña. Quien la besó en los labios –definitivamente sí-


NOTA DEL AUTOR: HOLA CHICOS n.n ESPERO QUE LE HAYA GUSTDO ESTE FANFIC, PERDONENEME SI NO HAY MUCHA CONVERSACIÓN (AL MENOS ESO SENTÍ YO .-,) PERO SOLO ME NACIÓ A INPIRACIÓN Y LO ESCRIBÍ ESPERO LA HAYAN DISFRUTADO LEYÉNDOLO SOMO YO ESCRIBIÉNDOLO n.n
LOS QUIERO MONTÓN GRACIAS POR LEERLO n.n HASTA EL PRÓXIMO FIC Adeu~