Disclaimer: Ninguno de los personajes presentes en ésta historia me pertenecen, todos son creación de J.K Rowling, yo sólo los utilizo para mi entretenimiento y el de uds :)
Respuesta al Reto "Día de los Enamorados" del foro "Retos Harry Potter y mas". Dedicado a Coniwi (Bubbles of Colours), porque también es fan de ésta pareja y porque fueron sus fics los que me iniciaron en el maravilloso mundo del Teddy/Lily L.
NOTA: Mis FanFics sólo están publicados en esta página, si los leen en algún otro lugar será un plagio y les agradecería que me avisaran. Gracias de antemano.
...:::Un Encuentro Casual Y Una Conversación Extraña:::…
Caminaba lentamente por las calles de Londres, con sus audífonos puestos y una bolsa de compras en la mano. Caminaba sin rumbo fijo, apenas pendiente de las personas que la rodeaban y de los locales que pasaba.
Los Rolling Stones sonaban en sus oídos. "(I can't get no) Satisfaction" la hacía mover su cabeza y pensar que precisamente así se encontraba ella, sin nada que le produjera algún tipo de satisfacción. Ni hablar con su adorado padre, ni cocinar junto a su madre, ni las peleas con sus hermanos, ni las largar charlas nocturnas con sus primas, ni los partidos de Quidditch en La Madriguera, ni las escapadas nocturnas y las carreras en escoba… Nada. Ni siquiera los muchos chicos que la pretendían. Mentira, había un chico que sí le producía mucho más que satisfacciones, le producía amor, tristeza, alegría, devoción, pero sobre todo le producía dolor. Mucho dolor. Ya que así como lo tenía de cerca, lo tenía de lejos.
Con una mueca de dolor y desagrado entró en un café cercano y ordenó un expreso bien cargado, luego salió a la pequeña terraza del local, se sentó en la mesa más cercana a la vía y encendió un cigarrillo después de dejar la bolsa de compras a un lado. Pasados cinco minutos le llevaron su orden, de modo que ella pudo aumentarle el volumen a sus audífonos y entregarse a la música, el café y el cigarro.
Trataba de no pensar en nada, de no pensar en él, pero su mente era traicionera y lo metía a colación en la menor oportunidad. Le recordaba sus cabellos turquesas con solo ver el cielo y sus ojos marrones al ver el café, su sonrisa al cerrar los ojos y su torpeza innata al ver a un niño. ¡Joder! Todo le recordaba a él y no quería. ¡Por Merlín que no quería! No quería porque sabía que él no la recordaba con la misma frecuencia que lo hacía ella, que no la quería del mismo modo que lo quería ella, pero no podía evitarlo y se odiaba por eso. Por tenerlo tan calado en los huesos que no podía deshacerse de él, por amarlo y hacerse daño.
Se odiaba ella y lo odiaba a él.
Así como lo amaba lo odiaba por no fijarse en ella, por preferir a una mitad Veela que a una simple mortal, por hacerla sufrir sin saberlo, por cada abrazo que le daba y cada "Lils" que le decía que hacía que se agitara el corazón y le temblaran las piernas… Sí, lo odiaba y lo amaba a partes iguales.
Dio una última calada a su cigarrillo, antes de apagarlo contra el cenicero, y tomó un sorbo de café. La canción que escuchaba casi terminaba y con ella su pequeño descanso.
—Esas cosas acabaran matándote, ¿sabes?
La voz a su espalda la hizo sobresaltarse, lo último que esperaba era encontrarlo a él justo allí, en pleno centro del Londres muggle. Qué pequeño era el mundo y qué cruel era el destino con ella. Con paciencia y algo de lentitud, Teddy Lupin se sentó frente a ella, con el cabello castaño claro y los ojos marrones. Todos decían que se parecía tanto a su difunto padre cuando se le veía así.
—Todos moriremos algún día —respondió ella encogiéndose de hombros, tratando de ocultar y controlar los nervios que le producía su mirada, mientras se quitaba los audífonos y los guardaba.
—Sí, todos moriremos. Pero normalmente esperamos que sea de viejos y no de jóvenes y de forma inducida. —Lily se encogió de hombros nuevamente y Teddy frunció el ceño. —¿Cómo has estado, Lils?
—Igual que ayer, que antier, que la semana pasada, que el mes pasado… Igual.
—¿Eso es bueno o malo?
—Me conoces, Teddy, ¿tú qué crees?
—Que para estar aquí sola tomando un vaso industrial de café y fumando un cigarrillo, no debes estar muy bien que digamos.
Un pesado silencio, poco común entre ellos, envolvió el ambiente. Lily miraba concentrada el poco café que le quedaba en el vaso y Teddy la miraba a ella. Hacía semanas que no la veía y encontrarla allí fue un verdadero milagro, aunque ahora que la detallaba, la notaba decaída. No parecía "su" Lils.
—Me gustaba más tu cabello largo.
—A mí me gustaba más tu cabello turquesa. —Lily alzó la cabeza y le sonrió entre divertida y sarcástica. —Cada vez que nos vemos me dices lo mismo, Teddy, y siempre recibes la misma respuesta de mi parte.
—Tengo la esperanza de que algún día me escuches y te dejes crecer el cabello.
—No lo creo. —Desde los 8 años usaba el cabello por encima de los hombros, y ahora tenía 20. Ya se había acostumbrado a ese estilo, además que le gustaba como se le veía y era más cómodo.
Ella era la princesita de papá, la consentida de Harry Potter, la chica que gustaba de usar vestidos con los ojos fuertemente delineados y las uñas oscuras, la Potter de cabellos rojo fuego y corto, la Weasley que decía groserías y atacaba con palabras aplastantes, la que era adicta al café y fumaba cigarrillos cuando estaba nerviosa o tenía algún dilema mental. La Gryffindor que todos pensaban que debió haber ido a Slytherin. Esa era ella. Y no cambiaría de parecer solo porque el perfecto Teddy Lupin, el chico que la traía loca desde antes de entender lo que era el amor, le dijera que le gustaba más su cabello largo.
—¿No crees que me escucharás o que te dejarás crecer el cabello?
—Siempre te escucho, Teddy. Como si no lo supieras —respondió con leve tono de burla y una ceja alzada. Él soltó una carcajada y tuvo que hacer un gran esfuerzo para que su cabello no cambiara de color, esa sí era "su" Lils.
—En ese caso, ¿qué planes tienes para éste San Valentín?
—Me decepcionas, Ted. Al parecer estas semanas sin verme te hicieron olvidar mis gustos —le dijo inclinándose sobre la mesa y mirándolo a los ojos—, yo odio San Valentín.
—No he olvidado tus gustos, Lilian, no podría aunque quisiera…
—No me llames Lilian —lo cortó.
—No me llames Ted —Él le guiñó el ojo y ella rodó los ojos. Teddy era un chico con aire infantil extremadamente sexy e irresistible, y cuando se podía en plan conquistador podía hacer que te derritieras, pero a ella no le gustaba en ese plan, incluso le fastidiaba, ella lo prefería natural y espontáneo. —Volviendo al tema, nunca he entendido esa filosofía tuya sobre San Valentín, ¿Por qué lo odias?
"Porque no te tengo a ti" pensó Lily, pero eso era algo que él no sabría…
—Es sencillo, me da nauseas tanto amor hipócrita. —Teddy abrió exageradamente los ojos y alzó una ceja, esperando una explicación más comprensible —Idiotas que sólo esperan un día en específico para demostrar amor, cuando deberían demostrarlo todos los días. Cursilerías de corazones y cupidos en todos lados, flores, bombones, regalos costosos… No es más que un día comercial que mueve masas, así de fácil.
Teddy frunció el ceño y la miró serio por un momento —Entiendo, tiene lógica, pero ¿y si yo te doy un regalo por San Valentín?
—Eso no cambiaría mi pensamiento… Y la verdad, preferiría que no me dieras nada.
Esa respuesta lo hizo fruncir aún más el ceño y sentarse rígido —¿Por qué, Lils? ¿Tú compras cosas para regalarles a los demás, pero yo no puedo darte nada? —le preguntó mientras apuntaba a su bolsa de compras.
—Esto no es un regalo, Teddy. Son cosas que necesito para realizar algunas prácticas —le aclaró con burla.
El silencio reinó en el ambiente y ella lo aprovechó para terminarse su café. Estuvo tentada a fumarse otro cigarrillo para pasar el rato, pero desechó rápidamente la idea, aún tenía otras compras que hacer y si se quedaba allí se le haría tarde, así que comenzó a buscar en su bolso el dinero para cancelar.
—Terminé con Victoire.
Esas tres palabras la hicieron dejar su labor y alzar la cabeza como un resorte hacia Teddy. —¡Que oportuno, dos días antes de San Valentín, se ahorran los inútiles regalos y las salidas! —Luego del shock inicial, eso fue todo lo que pudo decir, impregnando sus palabras con una falsa emoción. Sin embargo, a Teddy pareció no gustarle el comentario porque hizo una extraña mueca con su cara, por lo cual ella agregó —Tranquilo, en menos de un mes volverán. Siempre es así, ya deberías estar acostumbrado.
Lo más rápido que pudo se levantó de la silla y dejó el dinero sobre la mesa, agarró la bolsa y comenzó a caminar hacia la salida, sin importarle estar siendo maleducada. No quería tener esa conversación, no con él. No quería darle ánimos para volver con su prima cuando ella misma se estaba desgarrando el corazón.
—¡Espera, Lils! —Teddy se levantó y trató se seguirla, pero su pie se le enredó con las patas de la mesa y casi se cae, sin mencionar que el ruido que hizo al arrastrar la mesa atrajo la atención de todos en el local. —¡Maldición! —Con algo de brusquedad, se deshizo de la mesa mientras hacía un esfuerzo sobrehumano para controlar el cambio de color de su cabello.
Teniendo en cuenta su torpeza innata, herencia de su madre, siguió tan rápido como pudo a la pequeña Potter, alcanzándola a un par de metros fuera del local y deteniéndola en el acto, agarrando firmemente su brazo.
—¿A dónde vas, Lils? Déjame acompañarte.
Lily lo miró a los ojos con la firme intención de decirle alguna mentira para poder estar sola y evitar ilusionarse, sin embargo, su cara de cachorro abandonado la hizo dudar. Sabía que si pasaba tiempo con él saldría ilusionada y lastimada, pero a la vez, él era el único que la hacía sentirse viva. ¿Cómo podía un solo hombre confundirla tanto?
Muy a su pesar, y para alegría de su corazón, decidió aceptar la oferta de Teddy. —Está bien, vamos. Aún tengo mucho que comprar y ya he perdido bastante tiempo.
Con una enorme sonrisa, Teddy le soltó el brazo y comenzó a caminar a su lado —¿Sabes, Lils? Me encanta pasar tiempo contigo, haces que me olvide de Victoire. —Le pasó un brazo por los hombros a su pequeña pelirroja y depositó un beso en su cabello, Lily sonrió automáticamente como una idiota enamorada.
Sí, Teddy la lastimaba, pero cuando estaban así, siendo ellos sin importar el resto, ella se olvidaba del dolor y solo se entregaba al momento.
Quizá había llegado su turno…
Al fin y al cabo, por ahí dicen que toda espera tiene su recompensa y ella había esperado pacientemente durante 20 años, era hora de recibir su recompensa; y un chico de cabellos turquesas y sonrisa arrebatadora 9 años mayor era lo que esperaba.
- ¿FIN? -
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Ya que leyeron todo el FF, les explico de qué iba el reto. Tenía que escribir un One-Shot que se desarrollara durante el día de San Valentín o cerca de él o que hiciera referencia a él (Éste OS se desarrolla 2 días antes de San Valentín y hace referencia a él); también tenía que usar, de cualquier forma, la palabra "Cupido" en la narración. Por último, el Fic no podía pasar de las 2000 palabras (Éste tiene 1.805 palabras de PURA narración).
Creo que cumplí con los requisitos más importantes… ¿Les gustó? :D… ¿Fin? (Esos signos de interrogación son por algo, no se engañen xD)
UN JUEGO: En el One Shot hice alusión a: 1 Fic (también de la 3era Generacion y de una pareja de la cual escribí un OS recientemente) y a una 1 autora (que participó en el reto anterior, "Último Beso", y debutó con su primer fic, un Dramione). A ver si adivinan: ¿Cuál es nombre del fic? y ¿Quién es la autora a la que me refiero?
Nos leemos :D
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