Sufro cuando el fandom hace historia trágicas de mi adorado Karamatsu, pero igual no pude evitar intentarlo, igual es la primera vez que escribo drama, así que haber que tal queda :P

Aclaraciones:

Esta historia contiene un OC, es decir un personaje propio, sin embargo la historia está totalmente centrada en Karamatsu.

Negrita: dialogo

Cursiva: pensamiento

~Dialogo de personaje OC~

...


No recuerdo cuando fue la primera vez que la escuche, tal vez siempre estuvo ahí pero no lo había notado, lo único que sé es que todo comenzó con un sueño.

XXXXXXXXXX

Estaba sentado frente a la mesa con mi espejo como solía ocurrir, la puerta se abre y mis hermanos entran, les saludé con alegría pero ellos no responden, sus expresiones son serias, eso me preocupa, cuando intento preguntar qué ocurre ellos comienzan a gritarme un sinfin de insultos, quiero que se callen pero no tengo voz, mi cuerpo esta inmóvil, quiero llorar, siento como si me ahogara, quiero gritar, salir corriendo, pero no puedo, los insultos cada vez son peores, me siento mal, tengo nauseas, junto toda la energía que tengo y logro gritar. Todo desparece, mis hermanos, los muebles, la casa… todo es negro y yo solo estoy ahí en medio de la oscuridad, asustado.

~ Pobre chico… ~

Escucho una voz, pero por más que busco no hay nadie en ese vacío más que yo.

~ Sufres mucho, ¿No? ~

Es una voz suave, como de una mujer, es un tono monótono pero a la vez confortante.

~ Podrías frenar todo si quisieras, muchas personas lo han hecho ~

Cuando lo voz dijo aquello varias siluetas en tonos grises y blancos aparecieron a mi alrededor, no hay rostros y sus acciones me dejan helado; logro distinguir con claridad una silueta frente a mi colocándose una soga al cuello, a un lado otra sombra apuntaba un arma a su cabeza, volví a sentir nauseas, a donde mirase veía las siluetas al borde de la muerte, cuchillos, pastillas, fuego, puentes… un sinfin de muertes. Caí de rodillas cubriendo mi boca, ahora si vomitaría.

~ Pobre chico incomprendido, has pensado en darle fin a tu sufrimiento, ¿Cierto? ~

Su voz era tan neutral como si preguntara por el clima, sentí lagrimas correr por mi rostro al pensar que la idea si había cruzado por mi mente en más de una ocasión.

Desperté abruptamente, solo fue una pesadilla, mire a mis hermanos, todos dormían tranquilos, suspire y volví a dormir.

XXXXXXXXXX

Solo una pesadilla, eso creí, pero la voz regreso, siempre que la pasaba mal, en especial cuando eran malos ratos propiciados por mis hermanos, esas noche le escuchaba en mis sueños hablando de opciones para dejar de sufrir, me daba miedo escucharla, comencé a dormir menos, ya se me empezaban a formar unas ojeras, por suerte las gafas y la poca atención de mis hermanos no permitieron que se notara.

Una tarde tranquila, Jyushi había salido a practicar, el resto se dedicaba a sus actividades de siempre, Kara estaba en un rincón con el espejo de mano, comprobando que las ojeras siguiesen ocultas.

La puerta se abrió de golpe mostrando al energético quinto hermano.

-Hustle hustle, muscle, muscle!- gritaba para anunciar su llegada, le miraron divertidos, su sola presencia era refrescante, pero Choro noto algo que los demás no.

-¡Jyushi!, estas sangrando – se apresuró al de amarillo hincándose frente a él para revisar un gran corte bajo su rodilla izquierda.

-¡Caí y rodé por un barranco!- grito como si fuese algo divertido, aunque claro, probablemente para él lo fue.

- Debes ser más cuidado Jyushi – Le hablo Totty sin dejar de mirar la pantalla de su teléfono – podría quedarte una fea cicatriz –

- Siéntate – Le guio Choromatsu - hay que curarte para que no se infecte –

- Traeré el botiquín para mi little Jyushimatsu – Kara se levantó con una de sus peculiares poses.

- ¿Puedes hacerlo sin ser tan doloroso? – pregunto Ichimatsu con una expresión de fastidio, no obtuvo respuesta del otro quien solo se encamino a la habitación contigua.

Busque el botiquín, al encontrarlo lo abrí para revisar que tuviese todo lo necesario, vendas, curitas, algodón, alcohol… mire la botella.

"Doloroso"

Recordé esa palabra que tanto usaban mis hermanos para describirme y sentí una opresión en el pecho, sostuve con una mano el botiquín que permanecía abierto y con la otra tome la pequeña botella, la sujete con algo de temor, como si fuese a quebrarse ante mi tacto, la contemple mientras ideas confusas se agolpaban en mi mente… escuche un murmullo, una voz suave me hablaba pero no lograba entenderle, al final fue más clara:

~ Bebe su contenido o déjalo en su lugar ~

¿Beberlo?... ¿Qué pasaría si lo hago? ¿Sentiré dolor… o acaso?

- ¡Karamatsu! – La voz de Choromatsu se hizo presente en la habitación causando sorpresa en el otro y provocando que tirase todo lo que sostenía.

- ¿Qué haces? – Pregunto el tercer hermano - ¿Por qué tardas tanto con el botiquín? – cuestiono mientras se agachaba a recoger unas vendas que habían llegado a sus pies.

- L-lo siento brother tartamudeo el de azul inclinándose a levantar las cosas, iban guardando todo de vuelta en el botiquín.

Lo último era la botella de alcohol en mi mano, no podía dejar de mirarla.

- Vamos, necesito eso – Choro estaba al frente de Kara estirando su mano y mirándole con extrañeza.

- Si, por supuesto – Kara le entrego la botella junto con el botiquín. Ambos regresaron a la habitación en donde sus hermanos esperaban, Choro se acercó a Jyushi y Kara continúo el camino hasta la salida.

- ¿Eh? ¿A dónde vas? – Pregunto Choromatsu curioso a su hermano mayor.

- A dar una vuelta bro sin detenerse y con un ademan de despedida salió.

Ya comenzaba a oscurecer, la mayoría de los faroles ya estaban encendidos y una silueta recién regresaba a su hogar.

Estoy cansado.

Karamatsu entra hallando todo en total oscuridad.

Seguro todos duermen, no podía esperar algo diferente.

Se dirige a la cocina.

Fue estúpido de mi parte caminar sin rumbo, pero solo quería alejar el sentimiento extraño de mi pecho…

Revisa el refrigerador, encuentra unas sobras y se dispone a comer sin siquiera calentarlo.

Estoy cansado… pero seguramente si voy a dormir ahora, ella estará ahí.

Se levanta y comienza a lavar los trastes que recién utilizo.

Termine con lo que hacía y creí ver un leve brillo a mi lado, gire curioso, aquel objeto parecía llamarme, estire mi mano derecha lentamente y tome el mango de madera, vi mi rostro reflejado en su hoja de acero. Alguna vez leí o escuche sobre el correcto corte que debía hacerse sobre las muñecas para tener un resultado exitoso, ni siquiera sé porque recordaba esas cosas.

~ Inténtalo o vete a dormir ~

Ahí estaba otra vez, ni siquiera intente buscar un cuerpo físico a esa voz, sabía que no había nadie más en la habitación. Sonreí de lado con tristeza.

- Igual estarás en mis sueños ¿no? –

Levante mi otro brazo con el puño cerrado y acerque el cuchillo a mi piel, coloque la punta y presione un poco.

- ¿Con quién hablas? –

Una voz tras de mi me asusto provocando que me hiciera un corte, me gire veloz y escondí el cuchillo a mi espalda. En la entrada Osomatsu se encontraba somnoliento y tallándose los ojos con pesadez.

- Buraza, ¿Qué haces levantado? – me apresure a dejar con cuidado el cuchillo en el fregadero y a tomar una servilleta colocándola sobre el corte que comenzaba a sangrar.

- Ya sabes… lo usual, Totty me obligo a acompañarle al baño, mientras termina lo suyo vine por algo de agua – dio un gran bostezo caminando hasta donde se guardaban los vasos.

- Ya veo… bien, me voy a dormir – Karamatsu se apresura a salir de la cocina en dirección al dormitorio.

Osomatsu con el vaso en mano lo ve irse, tal vez sigue algo dormido pero le pareció ver a Kara con ropa de día y esas odiosas gafas… ¿Pero era imposible no? El mayor camina al fregadero para servirse el agua, nota el cuchillo con un leve tinte rojo en la punta.

- Debe ser de la comida, ¿Por qué mamá no lo habrá lavado? – mientras le cuestionaba a la nada, no se percató de que su vaso estaba lleno hasta que el agua comenzó a derramarse, apresurado cerro la llave mientras el líquido ya había limpiado la mancha del cuchillo.

En la habitación que utilizaban para dormir, tres de los hermanos se encontraban durmiendo plácidamente mientras el de gafas ya estaba en pijama y terminaba de colocarse una venda en la muñeca.

El corte no fue profundo, ni siquiera creo que me quede alguna marca. Tire la servilleta con sangre y me acomode en mi lugar, asegurándome de darle la espalda al lugar de Totty y cubriéndome lo mejor posible el rostro. Los dos faltantes no tardaron en llegar y acomodarse, yo tarde un rato en dormirme, sabía que ella estaría en mis sueños… no me equivoque.

XXXXXXXXXX

La oscuridad, siempre estoy rodeada de ella… tengo miedo, las siluetas de siempre vuelven a aparecer, me duele el pecho, coloco mis manos a la altura de mi corazón presionando mi ropa como si de esa manera fuese a desaparecer el extraño sentimiento.

~ Pobre chico ~

Es ella otra vez, pero esta vez le escucho más cerca, me giro apresurado y veo a una de las siluetas caminando hacia mí, conforme se va acercando puedo distinguirle mejor; una mujer de cabello corto con un tono entre blanco y grisáceo, le cubre un vestido negro con un toque violeta, pero lo que más resalta son sus ojos, el derecho de color verde y el izquierdo color azul. ¿Cómo era posible que esta mujer fuera la causa de mis pesadillas?

~Tienes muchas dudas~ se colocó frente a mí, era un poco más alta, señalo con su índice en mi pecho ~ Aquí, las escucho, ¿Tú las oyes? ~

- N-no… - tartamudee asustado - ¿Qué quieres de mí? –

~ Nada, pero, ¿Qué es lo que tú quieres? ~

- ¿A qué te refieres? – note que las siluetas comenzaban a desaparecer, solo dos se mantenían detrás de aquella extraña mujer.

~ ¿Quieres vivir o morir? ~ En cuanto formulo la pregunta se desvaneció ante mis ojos, mientras las dos siluetas restantes se volvían nítidas, con horror observe el espectáculo frente a mí, ambas siluetas eran yo, uno de mis dobles bebía una botella de alcohol mientras el otro cortaba su muñeca, sus miradas estaban vacías, me aterre, mis piernas fallaron y caí de rodillas. No era yo, ellos no eran yo, todo era mentira, yo no quería morir… ¿Cierto?

Los dobles caminaron hasta mí, con miradas perdidas y sonrisas perturbadoras estiraron la botella y el cuchillo invitándome a seguirles… cubrí mi boca con ambas manos y sentí nauseas.

XXXXXXXXXX.

Desperté agitado como en muchas otras ocasiones, solo una pesadilla, pero aun sentía malestar, las náuseas no se habían ido, con cautela salí del futon y del cuarto, anduve con dificultad por el pasillo, con una mano cubría mi boca intentando evitar vomitar a medio camino, sentía las lágrimas correr por mi rostro, por fin llegue al baño y me arroje hasta el escusado.

Segundos, es todo lo que había pasado y me sentía demasiado débil, cansado, jale la palanca y me quede aun junto a la taza, solo quería que esta pesadilla terminara…

- ¿Karamatsu niisan? –

Gire la cabeza y en el marco se encontraba Jyushimatsu, no cerré la puerta, mantenía una pequeña sonrisa pero sus ojos reflejaban preocupación.

- My Little brother hable con cierta pesadez - ¿Qué haces aquí? –

- Desperté y note que faltaba uno… ¿Estas bien? – su sonrisa cada vez era menor.

- Si… - alcance el papel y limpie mi boca – podrías esperar afuera please trate de sonreír, mi hermano menor asintió y salió, la puerta se mantuvo abierta.

Me levante hasta el lavabo y enjuague mi boca, me mire en el espejo, esas ojeras serian obvias muy pronto; note que el espejo estaba ligeramente adelantado, cierto, aquí se guardaban los medicamentos, principalmente de mis padres, tome la esquina del espejo y dude un segundo, abrí lentamente, había muchos frascos, ¿En qué momento mis padres necesitaron tanta medicina?, bueno, ya eran mayores después de todo, aunque no tanto para seguir disfrutando de su vida, como ahora que se fueron un par de días para la boda de unos amigos. Un pequeño bote llamo mi atención, recordaba esas pastillas, las recetaron para mi padre, para dormir… sostuve el medicamento y lo observe con cautela.

~ Podrías dormir una noche o por siempre ~

Ella tenía razón.

- ¿Niisan se siente enfermo? –

Había olvidado por completo a Jyushi, me miraba con cierta angustia y simplemente sin sonreír.

- No mi adorable bro deje las pastillas en su lugar y cerré el estante – Vamos a dormir –

- Tus ojos… se ven horribles – me dijo con una expresión seria que parecía más de shock.

-Solo debo descansar un poco más, eso es todo, solo descansar –

El mayor revuelve los cabellos del otro obteniendo de él una sonrisa.

- ¡A la cama! – el menor alza los brazos con emoción mientras el otro se apresura a cubrirle la boca.

- ¡Shhh! Despertaras a los demás – Kara quita su mano con cautela.

- Lo siento – habla en voz baja.

- No importa… Jyushi, no le digas a nadie de esto, ¿Ok? –

- ¿Por qué? –

- Porque no quiero preocuparlos, solo fue un malestar por algo que comí así que no importa, ¿lo entiendes? -

El menor asiente y ambos regresan a la habitación. El resto sigue dormido.

Me recosté consiente de que aquella mujer aparecería de nuevo. Logre dormir tres tal vez cuatro horas, no apareció la chica, no vi siluetas ni escuche su voz, solo estuve yo rodeado de la oscuridad.

Fui el primero en despertar, estos últimos días siempre lo era, supongo que era una reacción inconsciente al no querer dormir tanto, era lo mejor, así lograba alistarme y tener las gafas puestas para cuando todos despertaban. Me levante con cuidado, tome mis cosas y salí para cambiarme en el baño, así no despertaría a nadie; mientras terminaba de arreglarme escuche las voces de mis hermanos, me colocaba las gafas cuando ellos ya tocaban impacientes a la puerta.

- ¡Ya salgo! – avise y antes de abrir mire hacia el espejo.

~ Tómalo o déjalo ~

Me apresure en abrir el estante, tome las pastillas para dormir y las guarde en mi chaqueta, regrese el espejo a su lugar y salí apresurado, afuera mis hermanos hacían fila para entrar y se veían molestos.

- Ya era hora Kusomatsu – Le reprendió Ichimatsu entrando al baño.

- ¿Te vestiste en el baño? – pregunto Choromatsu al notar que Kara ya traía puesto su look usual.

- Si, no quise despertarlos –

- ¿Eh? Tal vez le avergüenza cambiarse frente a nosotros – se burló Totty con su "angelical" rostro, Oso rio divertido ante al comentario.

- ¿Es así Kusomatsu? – pregunto el mayor.

Otra vez ese apodo.

- Claro que no brothers, saben que los amo y jamás sentiría vergüenza ante ustedes –

- No debiste darle cuerda Totty - Osomatsu se quejó ignorando al segundo hermano y girándose hacia la puerta en espera de su turno, detrás de él Choromatsu había dejado de prestar atención a la plática, luego Todomatsu con el celular en mano y al final Jyushimatsu le dedicaba una gran sonrisa al de gafas oscuras. Karamatsu camino junto a sus hermanos y paso la mano por los cabellos del último quien ensancho más su sonrisa; continúo su camino a la habitación para dejar el pijama.

Deje la ropa y me percaté de que no estaba usando cinturón, lo busque entre mis cosas, cuando lo halle lo sostuve un momento, una absurda idea paso por mi mente… ¿Y si lo coloco en mi cuello?

~ Hazlo o sal del cuarto ~

Apreté el cinturón con fuerza para después colocarlo alrededor de mi cuello, me recorrió un leve escalofrió al sentir el frio del material al tocar mi piel, pase el extremo por la hebilla y jale un poco con la mano derecha "Kusomatsu" "Doloroso" "Idiota" "Muérete" escuchaba en mi mente los insultos de mis hermanos, dolía por dentro; jale con mayor fuerza el cinturón, sentía la presión en mi cuello, tal vez, si daba un tirón rápido y fuerte sería suficiente… mi mano temblaba, jale más fuerte y el aire ya comenzaba a faltarme, me asuste… caí de rodillas, me quite rápido el cinturón comenzando a toser y a respirar con desesperación… ¡Que idiota! Hasta para esto era un inútil… sentí un par de lágrimas y no pude evitar golpear el suelo con rabia.

Se escuchan pasos afuera de la habitación, Karamatsu se levanta de inmediato y toca suavemente su cuello.

¿Habré dejado alguna marca?

Presuroso se dirige a donde su ropa moviendo y rebuscando con algo de desesperación.

La puerta de la habitación se abre, Todomatsu da un par de pasos al interior.

- Nee Karamatsu niisan, Choro dice que bajes a desayunar –

- Si, ya voy –

Levante el cuello de mi chamarra y por fin encontré la prenda que buscaba, su color azul era muy llamativo.

- ¿Qué se supone que es eso? – El más joven señalo al cuello de su hermano.

- Un pañuelo, es lo más fashion hoy en día –

- Ridículo… -

- Bien, a desayunar, no hagamos esperar a nuestra familia –

Karamatsu se dirige a la salida, al contrario de él, Todomatsu entra al cuarto y levanta algo del suelo.

- Hey, ¿no te falta algo? – el menor cuestiona, Kara se gira y observa a su hermano sosteniendo su cinturón.

- No, ya no quiero usarlo – sin decir más el mayor se aleja mientras Totty mira extrañado el accesorio en sus manos.

En la tarde cada Matsuno se dedicaba a lo de siempre, perder el tiempo. Karamatsu por su parte, se veía de manera insistente en el espejo, bajo un poco el pañuelo que estaba usando, se notaba una marca roja en su cuello; con un suspiro dejo el espejo y salió del cuarto, subió a donde solían dormir y se dejó caer sobre el sofá.

Estoy cansado… quisiera dormir, descansar…

Se levanta y del armario saca una pequeña caja, de esta toma un cuaderno chico y una pluma, retoma su lugar en el mueble.

Antes solía escribir letras de improvisadas canciones, hace tanto que no lo hago…

El chico abre el cuaderno en una hoja blanca al azar, casi al final de esta.

Comencé a escribir una lista, tache las primeras opciones, no pude evitar suspirar con cierta frustración… tal vez si tuviese un arma… pero aquí no hay algo así, tampoco podría conseguir una… deje la pluma a un lado, levante frente a mí la mano derecha estirando solamente el pulgar e índice, admire la "pistola" que mi mano formaba.

Si tuviese una de verdad, ¿sería capaz de…? Levante mi mano y la coloque en mi sien, cerré los ojos y fingí jalar el gatillo lentamente, trague pesado como si de verdad fuese a salir una bala…

- ¿Qué haces? –

Abrí rápidamente los ojos, Ichi estaba apocos pasos de mí.

- Nada… - baje mi mano – era un juego –

El de morado camina a un rincón y se sienta como acostumbra, Kara regresa su atención al cuaderno volviendo a escribir en esta.

Ichi me miraba desde su lugar, ahora que lo pensaba, en cada ocasión fui interrumpido por mis hermanos, tal vez, es una señal, podría ser que se preocupan por mí y están evitando que cometa una locura, ¡Eso es!, por eso Ichi está aquí ahora observándome… le preocupo ¿no?

- Niisan, déjame ayudarte –

Escuchar que Ichi me llamaba así me emociono de sobremanera, gire alegre a verlo, pero mi sonrisa se borró al instante, mi hermano menor sonreía mientras me apuntaba con su mano en forma de pistola.

- ¡Bang! – imito el sonido mientras hacia el ademan de dispararme – Ya estás muerto Kusomatsu –

Me quede quieto, como podría esperar comprensión, con ese gesto me decía todo, me levante y le sonreía a Ichi.

- Cierto, gracias Ichimatsu - me acerque para quedar frente a él, a lo que reacciono erizándose como un gato.

- ¿Qué? ¿Quieres pelear idiota? – soltó un golpe en dirección a mi rostro pero con la mano derecha logre frenarlo antes de impactar, pareció sorprenderse ante mi reacción, coloque mi mano izquierda sobre su cabeza, le di una suave caricia mientras le sonreía.

- No te preocupes bro, tu hermano dejara de ser doloroso – me levante y salí del cuarto sin mirarle nuevamente.

Ichimatsu se queda en el suelo, su rostro tienen un leve color rojo a causa de la acción de su hermano mayor, se mantuvo quieto observando el lugar en el que hace un rato Kara estuvo sentado, noto una pequeña libreta en el sofá. Se toma su tiempo tratando de decidir entre avanzar o continuar en su sitio, al final movido por la curiosidad gatea lentamente hasta el mueble y agarra aquel objeto. Toma asiento y comienza a hojear la libreta. Va leyendo uno que otro párrafo, los primeros intentos de canciones hablan de amor y sueños, conforme avanza las letras se volvían tristes hablando no solo del desamor, sino también de soledad y muerte... Ichimatsu traga pesado, ya no hay letras de canciones solo hojas en blanco, sigue pasando las páginas y casi al final encuentra una lista; sus manos comienzan a temblar, se levanta apresurado y corre al cuarto en donde siempre se reúnen, abre la puerta de golpe y sus hermanos le miran sorprendidos. Ichimatsu pasa la vista rápidamente por cada hermano mirando que falta uno.