Categoría: Drabble.
Obra: Bleach.
Personajes: Kurosaki Ichigo y Kuchiki Rukia.
Nota importante: Ni "Bleach" ni sus personajes me pertenecen, éste es un FanFic de mí autoría pero lo publicó sin ánimos de lucrar ningún derecho de autor que tenga Tite Kubo respecto a sus proyectos, historias, personajes, etcétera.
Resumen: Era una mañana fría y nublada. Una chica de pelo corto y negro, que respondía al nombre de "Kuchiki Rukia" discutía como de costumbre con su "amigo" de pelos anaranjados.
Notas del autor: ¿Qué puedo decir? Amo esta pareja. Sé que no es San Valentín, pero no pude resistirme a escribir esta idea. Espero no tener mucho OoC, pero sí lo tengo díganmelo.
Regalo de San Valentín.
—Ese mugre orgullo tuyo, ¿no podrías dejarlo de lado un momento, Ichigo? —refunfuñaba Rukia, con una expresión de frustración en su pequeña y delicada cara.
—Por favor, Rukia. Tú eres igual o más orgullosa que yo, no me vengas a dar lecciones, enana. Además, ¿qué es lo tan importante que me tenías que decir hoy? —gruñó Ichigo, harto.
—Sólo tómalo y lárgate—la pequeña chica estiraba sus dos manos hacía él y las llenaba una pequeña caja de color rojo que estaba adornada con un listón aterciopelado verde. Debemos decir que era muy hermosa.
—¿Qué es…eso? —sorprendido, habló entrecortadamente.
—Es un regalo, no necesitas dar las gracias, idiota—respondió fríamente la Kuchiki.
Ichigo tomó con mucho cuidado el presente que se encontraba en las entumidas manos de Rukia.
—¿Rukia porque me das un regalo hoy? —preguntó desconcertado una vez que tenía el regalo en sus manos e iba asimilando todo.
—No importa. Orihime me lo aconsejó, sí quieres me lo puedes regresar, se lo daré a Renji —ella ocultaba su cara detrás de una espesa bufanda que llevaba en el cuello.
—Enana, gruñona, sólo preguntaba—respondió con el ceño fruncido.
Ichigo abrió la caja y se encontró con unos guantes, que miró anonadado, era del color de su pelo: naranja y además no sólo era el presente en sí, sino quien se lo dio.
—Gracias—dijo lo más rápidamente que pudo, esperando que Rukia no escuchará o no le entendiera
—El problema no es que me des las gracias o no, sino que te queden—interrumpió Rukia, pensativa.
—¿Eh? —él chico no capto lo que Rukia quería decir.
—Ichigo, eres muy alto, por tanto tienes unas manos muy grandes, entonces le pedí a Nii-sama que se los midiera y después compré unos todavía un poquito más grandes, idiota—volvió a gruñir Rukia, no le gustaba decir ese tipo de cursilerías.
—Enana malvada—el chico se encaminó hacía Rukia, después de eso sorprendentemente la abrazó. Rukia se sentía calientita entre los brazos de Ichigo, no quería que el dejará de abrazarla. Las preguntas flotaban en el aire.
¿Por qué Ichigo reaccionó así? ¿Por qué Rukia se sentía así?
—Ichigo—estaba demasiado sorprendida para articular palabra alguna o hasta para que su voz no se quebrará.
—Enana, tonta, éste es mí regalo de San Valentín—gruñó Ichigo, sonaba ofendido.
