Como ya sabéis los personajes son de Stephenie Meyer y la trama es mía.

Esta va a ser una historia cortita, ya está escrita e iré subiendo los capítulos con asiduidad.

Espero que os guste, Bella Bradshaw

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Srta Swan, instrúyame

Pi, Pi, Pi, Pi…. Son las 5:30 de la mañana en Londres. Desde la estación de radio de la BBC podemos anticipar un día puramente londinense con lluvia matutina y temperaturas que rondarán casi los 12 grados centígrados a primera hora de la tarde. El tráfico….

Levanté una mano y de un golpetazo silencié la radio-despertador que cada mañana me despertaba a las 5:30 de la mañana.

Es temprano para despertar si tienes en cuenta que entro a trabajar a las 8:30 y vivo a 10 min de mi trabajo caminando, 5 en coche.

Era una persona estructurada, ordenada y cuadriculada, también me habían llamado alguna vez mecánica. Planeo cada actividad que voy a realizar ese día al milímetro, no puedo permitirme perder tiempo dejando que las cosas sucedan al azar.

Sigo una rutina muy estricta: levantarme a las 5:30, ir al gimnasio para hacer cardio en ayunas, llegar a casa, desayunar un té verde junto a un pequeño bol de frutas y copos de avena, ducharme, vestirme con la ropa que descansa en el maniquí del cuarto de invitados y que he planificado el día anterior, maquillarme como hago asiduamente (raya negra de ojos, blush, rímel y pintalabios color marrón), recoger mi pelo en un moño alto y pulido, colocarme las gafas que mejor combinen con mi ropa ese día, ponerme los zapatos (siempre de 7cm de tacón y a juego con el bolso), coger el maletín, las llaves de casa y salir caminando hacia mi trabajo.

Trabajo en una oficina situada a solo 10 min de mi casa, como he dicho anteriormente, estudié la carrera de dirección y administración de empresas junto a la de relaciones laborales, por lo que mi trabajo consiste en ser la mano derecha de la directora de la empresa y mi mejor amiga desde la universidad, Alice Whitlock. También colaboró en la selección del personal puesto que nadie conoce mejor que yo la clase de personas que Alice necesita para trabajar con ella.

La empresa de Alice se dedica a asesorar a otras empresas a cerca de movimientos de compra venta de acciones internacionales, usos monetarios, inversiones en bolsa…etc. Todos los días representantes de diferentes empresas acudían a nosotros en busca de ayuda, una segunda opinión, asesoramiento personal…etc.

Al llegar a la planta donde estaba mi oficina, Jessica y Ángela, mis dos secretarias personales, me recibieron con un saludo y comenzaron a ponerme al día. Realmente no hacía falta que lo hicieran, todo estaba apuntado en la agenda que llevaba en mi bolso y que no soltaba ni para ir al baño.

-¿Ha llegado Alice?- pregunté entrando en mi oficina.

-Aún no Isabella. Estará a punto de llegar.

-Gracias chicas. Hoy tengo una reunión a las 12:30 pero confío en poder acabar antes de las 14:00, ¿me esperáis para comer?- pregunté.

Dentro de la empresa cada una tenía diferentes rangos, Alice era la jefa, yo la segunda al mando y ellas dos estaban al final de esa pirámide de mando, pero estaban muy por encima de las personas que trabajan en contabilidad e investigación de mercados.

Fuera de la empresa éramos amigas. Salíamos a comer cada día y los viernes, para celebrar el fin de la jornada laboral salíamos a tomar unas copas después del trabajo.

Alice estaba casada desde que acabó la universidad, Ángela lleva casada poco más de un año y Jessica lleva con su novio más de 4 años. La única soltera del grupo era yo, llevaba sin pareja estable desde la universidad, había tenido mis pequeños líos esporádicos a lo largo de estos años, pero nunca habían sobrepasado las 4 citas.

Actualmente estaba quedando con Emmet, era un chico divertido que me mantenía entretenida los fines de semana. No obstante, sabía que no era el definitivo en absoluto pero mientras durase disfrutaría.

Mientras imprimía los informes de la reunión que iba a tener en más de tres horas llegó Alice con mal aspecto. Pasó por mi lado y ni si quiera me saludó, lo cual significaba grandes problemas personales.

Sin pensarlo entré en su despacho y me mantuve de pie detrás de ella.

-¿Qué te pasa?- pregunté- ¿has estado llorando?- le dije cuando vi su cara.

-Mi matrimonio pende de un hilo Isa- dijo triste.

-No me lo creo- comenté mientras me sentaba detrás del escritorio.

-Sabes que no me gusta tratar temas personales en el trabajo, pero esta vez necesito a mi amiga y no a mi mano derecha, así que haré una excepción. ¿Recuerdas que cuando me casé el plan a largo plazo era volver a los Estados Unidos?-

Asentí.

-Bien, pues Jasper lleva semanas insistiendo en que lo hagamos inminentemente. Dice que está harto de Inglaterra, que echa en falta su familia y sus raíces texanas. No quiere tener hijos a menos que nos mudemos, quiere que nuestros hijos se críen tal y como lo hizo él.

-¿Y qué diferencia hay entre hacerlo allí o aquí? Allí lo único que saben es comer hamburguesas, no puedo imaginar un sitio mejor para criar un niño que en Londres. Es una gran ciudad con muchos recursos y actividades.

-Jasper quiere vivir en el campo, que sus hijos monten a caballo y recojan estiércol. Me niego a ocupar el lugar de madre y esposa que se queda haciendo tartas de manzana hasta que sus hijos y marido regresan de trabajar. Soy muy de ciudad, necesito trabajar, café de Starbucks, tráfico, ruido y sobre todo necesito el estiércol lejos de mí.

Solté una gran carcajada solo de imaginarme así a Alice, la cosmopolita Alice.

-Habla con Jasper de nuevo, hazle entrar en razón. Os podríais mudar al campo aquí en Inglaterra. Hay un tren que solo tarda una hora en llegar a Londres desde Guildford.

-Ni hablar, no voy a mudarme a ese pueblo de mierda.

-Tendrá que estar cerca de la oficina, tú eres el alma de esta empresa Alice.

-Ag, lo sé. Jasper propone abrir una nueva sucursal en .

-¿Y esta?- pregunto alarmada. Quizás esté a punto de perder mi trabajo.

-Esta se quedaría aquí claro.

-¿Bajo qué jefe?

-Pues… me gustaría decirte que bajo el tuyo. Eres la única persona en la que confío para estar a cargo, pero ya sabes que es una empresa familiar, los estatutos especifican que el director de la empresa debe ser un miembro de la familia.

-¿Y quién sería? ¿Tu tía Allyson?

-Ni hablar. Esa mujer está para jubilarse, para cuando aprendiera a tomar el control de la empresa ya tendría que dejar de trabajar.

-Pues tú me dirás… -dije cruzada de brazos.

-Mi hermano- comento poniendo los ojos en blanco.

-Tu hermano ¿Edward?- pregunté escandalizada.

Había visto a Edward en contadas ocasiones, alguna vez cuando Alice y yo vivíamos juntas en el campus y su familia venía de visita, en la boda de Alice y hace cinco años en los Hamptons.

Edward era y había sido siempre la oveja negra de la familia. Repitió curso en el instituto un par de veces, por supuesto la universidad no era una institución a la que quisiera asistir y su lema en la vida era ''carpe diem''.

Sabía por Alice que se pasaba la vida viajando, viajes que pagan sus padres porque el niño no trabaja. Edward era lo que se podía denominar un alma liberal y hippy.

-Sí Edward- dijo apesadumbrada- acaba de cumplir 23 años, la misma edad a la que yo tomé las riendas de esta empresa.

-Sí Alice, pero tú eras madura, tenías unos estudios, una pareja, una vivienda estable… Todo lo que me has contado de tu hermano es… es un caos. Hundiría la empresa- exclamo horrorizada.

-¿Crees que no lo sé? Sigue siendo un desastre.

-¿Ha avanzado algo en su vida?

-Oh sí claro, se sacó la carrera de economía a duras penas y por insistencia de mis padres. Lo hizo a distancia porque para él lo de vivir en un mismo lugar más de 6 meses es demasiado- dijo ironizando- ahora estaba viviendo en una zona tercermundista de Brasil, en medio de la selva o algo así. Sabes que no soporto su falta de seriedad con su vida así que intento no preguntar a mis padres por él cuando los visito en .

-¿De todas formas crees que él estaría dispuesto a dejar su vida desorganizada para trabajar aquí donde prima el orden?- pregunto escéptica.

-Claro que no, pondrá mil impedimentos. Todos son una mierda porque no trabaja, no tiene pareja, familia… seguro que no tiene ni amigos de verdad. Es demasiado raro para ser aceptado hasta en una comuna aislada de la sociedad-

Las risas no se hicieron esperar después de ese comentario tan mal intencionado de Alice.

-¿No tiene novia entonces?- pregunté con tono desdeñoso.

-Sé porque estás usando ese tonito. Te estás acordando de esa vez que viniste a mi casa de los Hamptons en verano y pillamos a mi hermano en medio de una orgía.

Reí fuertemente al recordarlo.

Hace 5 años, Alice me invitó a pasar unas semanas con ella y su marido en los Hamptons, en la casa que sus padres tienen allí. Alice no se habla con su hermano y pensó que la casa estaría vacía. Lo último que se imaginó fue encontrarse la casa llena de gente semidesnuda, las persianas estaban bajadas en pleno día pero la casa estaba iluminaba con decenas de velas. El salón se había convertido en una sala común de masajes tántricos con música chill-out. Lo peor llegó al salir al jardín que conectaba la casa con la playa. Todas las personas que había allí estaban desnudas sin ningún tipo de pudor a la luz del día. Alice caminó hacia una de las camas con dosel que estaban al lado de la piscina y al acercarnos vi como un total de cinco personas estaban teniendo sexo juntas.

Apoyada de rodillas estaba una mujer bastante mayor, de unos 40 años, frente a ella y con sus pechos pegados estaba un chico bastante joven con cuerpo atlético y detrás de ella pegado a su espalda estaba otro chico aun más joven que el anterior. Se notaba que la mujer estaba siendo penetrada por ambos lados. A su vez detrás de cada chico había una chica acariciándolos sensualmente.

-¡EDWARD!- gritó fuertemente Alice.

Me costó alejar mi mirada de la escena propia de una película porno que estaba sucediendo ante mis ojos para mirar a mi amiga.

Alice estaba completamente roja de rabia y podía asegurar que la vena de su cuello iba a estallar si no se calmaba.

Ante el grito de mi amiga la orgía sexual paró y tras unos breves segundos de calma, todas las personas salieron de la cama menos una, el chico que estaba teniendo sexo anal con la mujer mayor.

-Alice- saludó con fastidio.

Se giró completamente desnudo, tenía un buen culo, y se puso un bañador tipo slip ajustado y blanco en el que a duras penas podía meter su pene erecto.

-¿Qué coño es esto? Estás mancillando la casa de nuestros padres- gritó a la vez que rodeaba la cama y daba un puñetazo a su hermano en el pecho- sinvergüenza liberal.

Jasper abrazó a su mujer con fuerza y la alejó de su hermano.

-Tú también traes a tus amiguitas- dijo el joven mirándome- ¿por qué no puedo yo traer a los míos?

-Mis amigos no se ponen a follar por toda la casa. ¡Exijo una explicación!

-La única explicación es que mi hermana, la cual me saca 9 años, es una frígida, aburrida e insípida que no disfruta de la vida y que ha venido a joderme la fiesta. Eres una jode polvos- la gritó mientras se alejaba caminando a la playa.

Volviendo al presente Alice me miraba con el ceño fruncido, enfadada al recordar la escena.

-Aun no he vuelto a dormir en ninguna cama de esa casa. A saber lo que hicieron y quienes lo hicieron, que asco por dios-

Volví a reírme.

-Ahora en serio. Que tu hermano no se quede con esta empresa. ¿Qué tipo de empresas asesoraríamos con él al mando?

-Empresas veganas, ecologistas y productoras porno, sin duda- dijo riendo levemente- Isabella- dijo sin atisbo de bromas- me importa esta empresa, pero mi prioridad es Jasper, lo sabes. Si mi hermano tomara el mando de la empresa necesito que tú estés aquí, solo así sabré que nuestro trabajo y esfuerzo de todos estos años no se va a ir por la borda.

-Claro Alice, cuenta con ello. No obstante, confío en que tu hermano huya de esta responsabilidad.

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Semanas más tarde de esa conversación las cosas seguían sin definirse entre Jasper y Alice, lo que significaba que de momento no habría cambios en la dirección de la empresa.

-Isa, ¿puedo hablar contigo un momento?

-Claro Alice- dije tapando girándome hacia ella y tapando el auricular del teléfono con una mano- en cuanto acabe de hablar con los de S.I.S voy a tu despacho.

Nada más acabar la llamada entré al despacho de Alice, la cual estaba viendo las vistas que el ventanal de su oficina ofrecía.

-¿Qué ocurre?-

-He decidido irme a - me dijo girándose y mirándome a los ojos.

-Oh no, Alice-

-Lo siento, sé que te preocupa la empresa Isa…

-Sí, claro que sí, pero también me preocupa mi mejor amiga- dije acercándome a darle un abrazo- voy a echarte mucho de menos.

-Y yo a ti. No te has separado de mí desde la universidad, me vas a hacer mucha falta.

-¿Cuándo te vas?

-En un mes, más o menos. Jasper ha buscado una casa para nosotros, pero gracias a dios no está en Texas, está en California, así que aun así mantendré un cachito de ciudad conmigo. Me iré cuando todo en la empresa esté en orden. Mi hermano llega mañana.

-¿Tu hermano? ¿Él va a ser mi nuevo jefe? Peor aún, tendré que ser su mano derecha…- dije espantada. Sin duda mi plácida vida se había acabado.

-A mi me pesa más que a ti, créeme. Necesito que me prometas una cosa, Isa. Quiero que instruyas a mi hermano, que lo moldees para que pueda ocupar el puesto que dejo yo. Solo tú puedes hacer que esté a la altura de su cargo.

-Lo intentaré- dije poco convencida.

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Al día siguiente acudí media hora antes al trabajo, lo que alteró mi rutina totalmente y tuve que dejar de lado ir al gimnasio. Estaba convencida de que Edward llegaría temprano y quería enseñarle un poco la empresa. Alice me había pedido que hiciera parte de sus funciones de hermana mayor porque no la apetecía discutir con él, cosa que hacían cada vez que se veían.

Sin embargo, a las 10 de la mañana Edward aun no había aparecido y mi enfado cada vez era más grande.

-Maldito niñato, se cree que estamos a su disposición para cuando él quiera- me quejé a Jessica- lo primero que le enseñaré es a usar el reloj. En la selva si quiere puede guiarse por la posición del sol o cualquier mierda naturalista de esas, pero esto es Londres y aquí hay que guiarse por un reloj, cada segundo cuenta.

-¿Viene de la selva?- preguntó asombrada y divertida Jessica.

-Algo así me dijo Alice. Espero que al menos venga vestido, no me sentiría muy cómoda trabajando con alguien que anda en taparrabos como Tarzán- dije riéndome a carcajada limpia. Jessica me acompañó en la broma y también empezó a reír.

-Lo cierto es que mi reloj funciona bastante bien. Y en cuanto al taparrabos lo traía en mi maleta, una pena que me la hayan perdido en el aeropuerto. Pero no se preocupe señora, si me deja esa horrorosa chaqueta suya podría hacerme un taparrabos ahora mismo, y así se ahorra un regalo de bienvenida tan caro como un reloj- dijo una voz masculina detrás de mí.

Cuando acabó de hablar me giré y me encontré frente a frente con un chico, bueno un chico no, más bien un hombre guapísimo. Tenía el pelo más largo de lo normal, una barba de al menos una semana y unos imponentes ojos verdes. En cuanto a la ropa no llevaba taparrabos, pero iba vestido muy informal. Unos pantalones de algodón fino en color marrón claro que le llegaban por encima de los tobillos, una camiseta verde oliva con un logo publicitario y arrugada y unas deportivas de correr.

Recuperándome del hecho de que mi nuevo jefe me haya pillado criticándole, le contesté:

-Supongo que es el señorito Cullen- dije con retintín- confío en que en esa maleta haya trajes mucho más bonitos que mi chaqueta pero desde luego mucho más acordes a las necesidades que exige esta empresa y que claramente con esas pintas no alcanza- dije mirándole de arriba abajo- En cuanto al reloj, me lo ahorraré siempre y cuando cumpla con los horarios preestablecidos, aquí todos nos tomamos muy en serio nuestro trabajo. Bienvenido a la sociedad señorito, si tiene alguna duda sobre su… integración hágamelo saber- dije caminando hacia la salida y pasando a su lado.

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Hasta aquí el primer capítulo, ¿parece que no se llevan muy bien entre ellos no?

Si os ha gustado o si no, podéis dejarme un review con vuestras primeras impresiones de esta historia.

A cambio de vuestro review os regalaré un adelanto del siguiente capítulo.

Nos leemos.