UNEHALIGN PERSON (Persona sin curación)
En el mundo existe una delicada línea entre el amor y la obsesión, entre la locura y la demencia.
Dos chicos quebrados hasta el alma, vacíos y llenos de dolor. Hundidos en la oscuridad, emergiendo como demonios.
Dos chicos, que buscaban a dos ángeles... dos ángeles que hundirán en la misma oscuridad de la que ellos salieron, corrompiendo y llenando de odio hasta la mas fina fibra de sus seres. Hasta el final, hasta la muerte...
Unhealing person (Persona que no tiene curación)
SasuHina +18
NaruNae (?)
Advertencia:
Dolor al lector.
EPISODIO 1: FANTASMAS
La clásica vida de una chica normal… Problemas normales, amigas normales, clases normales, en fin, una vida normal. Como la cualquier otra persona a la que te encuentres por la calle, en el autobús o incluso tu propia vida común.
Pero, lo que nunca se sabe es la clase de vueltas que la vida pueda darte…algunos son pequeños cambios, como el que cortes el cabello, cambies de peinado, uses un color de ropa más que otros, cambies la ruta por la que vas a casa… Pero existen cambios que son, simplemente inesperados, que cando llegan no sabes ni siquiera por donde deberías comenzar.
Desde una mudanza a una ciudad lejana, la ruptura de tus padres, e incluso… el regreso de ese antiguo amor, el regreso del primer amor.
La encantadora Universidad, de Gakuren Royal, recibía a sus nuevos alumnos para otro nuevo año de clases.
Y nuestra historia empieza con una adorable joven. Su nombre, Hyuga Hinata. Una chica delgada, linda, tierna, amistosa, amable, y como los chicos dirían, un auténtico ángel.
Caminaba tranquila por los pasillos de la Universidad rumbo a su salón de clases, al cual, por fin después de tanto tiempo, compartiría con sus mejores amigas. Durante sus primeros años en el instituto nunca había compartido clases con sus amigas, y justamente ahora que estaba a tres años de concluir sus estudios compartiría algunas de sus sesiones con ellas.
Saludaba a alguna que otra chica que había conocido en su estadía en otros grupos, y a alguno que otro amigo por igual. Giro por el pasillo y tras avanzar un par de salones más llego a su lugar.
Chicos y Chicas tanto nuevas como conocidos, y ahí los lugares de enfrente estaban sus amigas, charlando y riendo como siempre. Camino hasta ellas, recibiendo un fuerte abrazo grupal en cuanto hubo saludado.
-¡Hinata!-dijeron casi a coro las otras tres.
La Hyuga tras el pequeño abrazo que recibió, paseo sus ojos por sus amigas. Cabe decir que tenía cerca de tres meses de no verlas, y ahora que lo hacía noto con facilidad sus cambios.
-B-Buenos días, Sakura…-Su joven amiga de extraños pero hermosos cabellos rosados, el cual estaba en un corte más pequeño, remarcando más sus hombros y su delgado cuello. Sus ojos verdes cuales esmerarlas brillaban intensamente y de una forma hermosa.
-…Ino,-continuo con su amiga de cabellos rubios y largos que llevaba sujetos en una coleta de caballo alta, dejando solo su encantador flequillo suelto. Sus ojos azules como lapislázuli que resaltaban perfectamente en su tono de piel.
-Naemi.-concluyo al ver a chica de cabellos rubios, de un tono carameleadlo o del color de queso de nachos, su cabello como siempre, corto y despeinado. Sus ojos de ese que siempre le recordaban al diamante negro, que solo a la luz tanto del sol o alguna luz artificial dejaba a relucir su encantador color.
-¡Tanto sin verte!-Ino la rodeo por los hombros y la acerco a ella.- ¿Cómo has estado?-
-B-Bastante bien… ¿ y us-ustedes?-mantenía una adorable sonrisita en sus labios.
-¡Mal por tener que volver a levantarme temprano!-alego la chica junto a ella.
-No puedo quejarme, todas la vacaciones estuve ayudándole a mi Mamá en la librería-respondió la Haruno.
-Yo con estar lejos de casa, me conformo-Dijo Naemi.
Las chicas se intercambiaron miradas y después se solaron a reír.
-¿Tu que has hecho, Hinata?-pregunto Sakura.
-M-Mi Mamá y yo salíamos juntas a pasar t-tiempo de calidad al igual que m-mi hermana… y ayudaba a mi P-Padre con la empresa…de hecho…-Comenzó a jugar con sus dedos, uniendo el ambos dedos índice en un movimiento que las chicas conocían y apodaron como su tic nervioso.
-¿Qué pasa?-hablo Ino, quien le soltaba de su agarre para mirarla más atentamente.
-T-Tengo un pro-prometido- Las chicas abrieron sus ojos como platos al escuchar esa noticia, intercambiaron sus miradas incrédulas.
-¿Prometido?... ¿A esta edad?-hablo Ino.-No me digas que fue idea de tu Padre- Hinata afirmo.
-Vaya hombre…-Sakura suspiro.- ¿Y quién es el afortunado?-
-N-Neji Hyuga-
-¡¿Tu Primo?!- Las tres levantaron la voz provocando que las miradas de los demás se posase sobre ellas. Hinata se hundió de la vergüenza en su lugar.
-Ok… Esto es sería… ósea que…-Ino estaba a punto de seguir de hablando cuando el sonido de la campana se escuchó y seguido el profesor hizo su aparición.
-Buenos días Jóvenes, mi nombre es Nakano Yuusuke, su profesor y Tutor. Cualquier cosa que quieran saber, hablar o si tiene alguna duda sobre qué hacer una vez que terminen sus estudios, pueden reunirse conmigo-Hablaba el joven Maestro con una brillante sonrisa.
Los alumnos ya habían tomado sus lugares y miraban atentos al Tutor.
-Por ser hoy el primer día de estudios, me gustaría que hablasen para conocerlos un poco mejor y saber si puedo ayudarles-Hablaba con energía y un sutil entusiasmo.
Alguno que otro joven levanto la mano para hacer algunas preguntas a ese hombre que parecía confiable.
Hinata comenzó a pasear su mirada por el salón, le resultaba extraño que la mayoría de chicos que estaban en el mismo, habían sido sus compañeros desde primaria. Solo que…
El sonido de la puerta inundo el salón, provocando silencio. El profesor camino hasta la misma puerta que minutos antes había cerrado tras su entrada. Al abrirla, estaban dos jóvenes fuera de esta. Sus rostros mostraban molestia absoluta, como si hubiesen sido forzados a ir.
-¿Alguna excusa para haber llegado tarde?-El instructor se cruzó de brazos mirando desaprobatoriamente a aquellos dos.
-No quería venir-soltó uno de ellos.
-Nos perdimos, somos nuevos en este lugar-dijo el otro.
-Bueno, bueno…-El profesor suspiro, se sentía de tan buen humor ese día que no iba a perderlo por la impuntualidad de dos alumnos.-Por ser el primer día, les pasare esto por alto, ¿entienden?-
Se hizo a un lado y les permitió pasar, dejando no solo a nuestra querida Hyuga con la mandíbula casi por el suelo, sino a sus amigas y al resto de alumnos.
-No…No puede ser….-Susurro Ino.
-N…Naru…-Hinata no podía creerlo.
Los dos chicos pasaron al frente, se quedaron mirando a todo el salón. Los murmullos se hicieron presentes, las miradas de sorpresa y otras de susto, como si hubiesen visto a unos fantasmas.
-¿Pueden presentar ese?-Dijo el maestro con su amabilidad recuperada de nuevo.
-Uchiha Sasuke-hablo, ese chico de cabellos y ojos tan oscuros como el centro de un agujero negro que parecían succionar todo aquello que se atreviese a verlo. Era considerablemente alto, de un cuerpo que, aunque fuera opacado por el uniforme, se veía ejercitado y musculado. Su piel se notaba incluso más pálida de lo que se podía recordar. Sus facciones más definidas y poseía un aspecto endemoniadamente sensual.
-Uzumaki Naruto- El joven de cabellos rubios y sutilmente más largos, alborotados y despeinados como siempre. Tan alto como su colega, o quizá un par de centímetros más bajo. Sus ojos azules brillantes como el cielo sin nubes, la sonrisa que acompaño a sus palabras tan radiante y encantadora. Su piel se notaba más bronceada y su cuerpo sufría el mismo caso de su amigo. Conservaba uno que otro pequeño atisbo infantil en su rostro, que en cuanto la sonrisa se hubo borrado dejo a vista su verdadera edad.
Tras haber confirmado quienes eran, dejaron a mas sorprendidos.
-Un gusto recibirlos en mi clase, Uzumaki, Uchiha…. Si pueden tomar asiento…-pidió con amabilidad el profesor.
Los dos jóvenes caminaron hacia los asientos traseros que para mala suerte de nuestra querida Hyuga, se encontraba uno al final de su fila y otro al final de la fila donde estaban Ino y Naemi.
Su corazón empotraba con fuerza su pecho, queriendo salir y largarse cuanto fuera posible.
Por qué… el amor de su vida, el amor que tanto le costó olvidar, el amor que la lastimo como nunca antes, había regresado a su vida.
El inicio del primer descanso se hizo presente de una forma lenta y tortuosa para Hinata, quien durante todas las clases no dejaba de sentir esa mirada penetrante y pesada sobre su espalda. No se atrevía si quiera a mirar hacia atrás.
Y en cuanto tuvo la oportunidad de salir, casi salía corriendo del salón tirando del brazo de Naemi con fuerza, seguidas rápidamente por Ino y Sakura. Dejando a la persona que la estaba observando con una sonrisa amplia y llena de satisfacción.
Invento una excusa de que se había mareado y necesitaba cuanto antes aire fresco para evitar preguntas de sus amigas.
-¡¿Pueden creerlo?!-hablaba con sorpresa en su voz la Yamanaka.- ¡Esos dos otra vez!-
-¿Otra vez?-dijo Naemi.
-¡Claro!, ¿Acaso no los recuerdas?-insistió Ino. Sin embargo chica negó.- ¡Arga!, ¡Algún día terminaras matándome!-
-Entonces voy bien- Una sonrisa burlona se posó sobre los labios de la contraria, recibiendo un fuerte golpe a la cabeza. Se quejó sobándose la nuca.
Hinata las miraba, y aunque en algunas veces causaba gracia ver como aquellas dos se llevaban, esta vez no fue una de ellas.
Su mente se empezó a perder en sus recuerdos…
Empezó a recordar cuando iba a la primaria. Esos días que aunque en un principio fueron horribles, poco a poco se fue llenando de bellos recuerdos…
Recuerdos que fueron oscurecidos tras aquella noticia.
Si bien, los Padres piensan que los niños son buenos, e inocentes, pero donde ella estaba era todo lo contario. Aquellos niños que bien juraría que eran demonios con piel de cordero. En su salón sobre todo, o tenías a alguien que te protegiera o morías a tu suerte con sus burlas, bromas y golpes.
Ella sufrió mucho, obteniendo apodos por sus ojos, el estilo de su peinado, y su carácter. Humillada por niñas y niños, que no hacían más que burlase de sus defectos. Pero no era la única que sufría de ello, también su joven amiga, Sakura, quien sufría de burlas porque su frente era demasiado grande.
Un día a ambas las dejaron encerradas en el baño, después de que les hubiesen pegado chicles en el cabello, les hubieran golpeado y escupido. Las dos pequeñas se quedaron en el sanitario femenino llorando. Unidas por las burlas de los niños ambas prometieron ser amigas y sobre llevar las cosas.
Dos chicas abrieron la puerta, fue en ese momento que conocieron a Ino y Naemi. Sin embargo Ino dejo en claro que solo les ayudarían esa vez, que el resto ellas solas debían de superar.
Así que no se hicieron una falsa idea de amistad. Eso hasta el día siguiente que la joven Naemi se había metido a pelear contra otra niña para defender a Sakura.
Aquella pelea que costo demasiado para ambas rubias, las unió como amigas.
Pero, a diferencia de ella que logro ser salvada por sus amigas, aquel niño por el que sentía un cierto cariño especial no. Ni el, ni Sasuke.
Aquellos dos pobres niños que siempre estuvieron solos, y eran el blanco principal de las burlas y desprecio.
"-¡Oye Gordumaki!-"El apodo de Naruto, quien solo por ser más llenito que los demás se llevaba el blanco de golpes e insultos.
"-¡Mariquita Uchiha!-"El apodo de Sasuke, quien era más susceptible y sensible, siendo el blanco para bromas y burlas.
Aquellos dos niños que sufrieron como ningún otro niño. Ambos se habían unido como amigos, pero aquello fue incluso peor, siendo más humillados que antes.
Una tarde, Hinata estaba dispuesta a hablar con Naruto y pedirle ser amigos, pero cuando fue a buscarlo, vio a ese maldito grupo de niños que estaban golpeando a Naruto en el suelo, Sasuke fue sujetado y se removía en su lugar para ayudar a su único amigo.
Los niños los metieron al baño, dejando a la pobre Hyuga sin vista de lo que les hicieron, con el miedo a flor de piel y sus piernas congeladas no pudo acercarse. Solo los vio salir riendo, y tras aquello cerraron la puerta con seguro dejando a los dos pequeños atrapados y a juzgar por lo que traían en brazos, desnudos.
Se armó con poco valor, y fue en busca del conserje, pero aquel hombre no hizo caso a sus palabras, solo siguió hablando y coqueteando descaradamente con una maestra que tampoco había hecho caso.
Frustrada, nerviosa y temerosa, fue en busca de alguien más. Pero si aquellos dos adultos no hicieron caso, ninguno lo haría. Así que opto por ir con sus amigas, quienes estaban sentadas platicando.
Al llegar y contarles lo que paso, no dudaron nada en ir.
Una vez que estaban fuera del baño, Naemi pregunto si se encontraban bien, pero su respuesta fue la voz quebradiza de Sasuke pidiendo ayuda. Enternecidas por aquella voz, Ino dio la idea de separarse.
Ordeno a Sakura y Naemi ir por la llave, mientras que ella y Hinata conseguían algo de ropa. El pequeño grupo acato la orden y fueron en marcha.
Pero la búsqueda de ropa para ayudar a aquellas dos almas solitarias parecía imposible. Ino bufaba molesta al ver que entre ninguna de sus cosas o las de sus amigas había algo decente que darles a esos niños. Hinata se sentía tan inútil en ese momento por no poder hacer más. Sabía de antemano que sus Padres no estaban en casa y no podía pedirles ayuda.
"-¡Ya lo tengo!-"Ino comenzó a caminar seguida de Hinata confundida, quien ignoraba la idea que se le debió cruzar por la cabeza.
Ambas corrieron a los grupos avanzados, donde estaba nada más y nada menos que el extraño hermano mayor de Ino. Deidara.
Al llegar con él y su grupo de amigos raros, Ino le conto lo que paso. Por lo general los mayores no solían meterse en líos de los pequeños, a menos claro que fueran en el caso de Ino, familia.
El rubio mayor se giró hacia sus amigos, que fumaban en ese pequeño rincón. Un chico de cabellos rojos y otro de cabellos naranjas se intercambiaron miradas, para acto seguido lanzarle a Deidara dos extrañas capuchas o túnicas negras con nubes rojas.
El hermano mayor le entrego a su hermanita aquellas dos túnicas, y sin más que perder emprendieron su camino hacia el baño. No sin antes agradecer por la ayuda.
Pero las palabras de aquel extraño chico de cabellos naranjas le dejo helada.
"-Cambiaran de idea en un futuro.-"
Y con aquella frase en su cabeza camino con el cuerpo hecho un cubo de hielo. Al llegar al lugar de encuentro, las otras dos chicas ya las esperaban fuera.
Naemi abrió la puerta un poco, lo suficiente para que Ino les pasara las túnicas. Y después ambos salieron.
El pequeño Uzumaki salió con la capucha puesta tapando su rostro y gruñendo un "Gracias". Sasuke salió después de él, y se permito ver a sus "Salvadoras" con una sonrisa lastimosa, acompañada de una mirada triste y melancólica.
Agradeció y se fue tras los molestos ojos azul, quien tuvo la "amabilidad" de esperarlo. El pequeño grupo de niñas los observo salir, quien diría que esa sería la última vez que los verían.
Días después de que ninguno de ellos se presentó, la maestra había dicho que por un reporte que llego a dirección por parte de los Padres de ambos, los dos pequeños fueron secuestrados y asesinados.
Nublando así… los siguientes días de la Hyuga.
-¿Hinata me estas escuchando?-Ino trono sus dedos delante de ella al verla tan metida en su mente.
-¿E-Eh?- Hinata salió de su retardo mirando a sus amigas quienes le miraban atentamente, haciéndola sonrojarse por la vergüenza.
-¿Todo bien?-dijo Naemi.
-S-Si-Tartamudeo con una extraña sonrisa nerviosa.
Intercambio de miradas.
-Bueno, si tú dices-Ino se encogió de hombros.
-Levantarnos temprano nos afecta-bromeo Naemi, a lo que las demás chicas solo sonrieron.
-¡En ese caso vayamos a los campos y recuperemos energías!- dijo Ino con entusiasmo.
-¡Claro que sí!- añadió Naemi, mientras Ino se abrazaba del brazo de su amiga para salir seguidas de Sakura y Hinata.
-¿Segura que estas bien, Hinata?-hablo Sakura antes de salir por completo del lugar.
-S-Solo a s-sido un mal re-recuerdo…-tartamudeo con tristeza.
El ojo verde le rodeo con uno de sus brazos, dedicándole una radiante sonrisa.
-Todo estará bien, no te preocupes-
Ojala aquello realmente fuera cierto.
Por su parte, dos chicos estaban a las afueras en una zona alejada de todos. Sasuke estaba recargado sobre un árbol con ambos brazos cruzados y un semblante de tranquilidad absoluta. Naruto estaba recostado bajo el mismo árbol, mientras daba largas caladas al cigarro que traía en sus labios. Desde que él había logrado hacer círculos con el humo, su colega rubio se había empeñado en lograrlo él también.
-¿Crees que vengan?- dijo Naruto rompiendo el cómodo silencio entre los dos.
-Lo harán-contesto rápido.
-Muero por arrancarles el pene a todos de la forma más horrible que pueda imaginar la mente humana- aquello lo soltó el ojos azules con suma normalidad, como si aquello fuera un simple tema de conversación que podía ser escuchado en cualquier lugar.
Sasuke solo sonrió sutilmente, Naruto había cambiado mucho en ese tiempo… Tanto que incluso a él le resultaba sorprendente.
Pero… Tras todo lo que ellos pasaron, ¿Quién no cambiaría?
Su infancia había sido una mierda desde que su hermano se hubiera escapado. Las disputas entre sus padres eran demasiado frecuentes, los gritos su pan de cada día y los sollozos de su Madre la canción que le ayudaba a dormir.
Su padre le trataba mal por ser un "Afeminado", según él, pero no era culpa del pequeño Uchiha. No conocía nada del mundo y no podía diferenciar las cosas tan fáciles y menos cuando nadie quería siquiera pasar unos minutos con él. Odiaba ser humillado, ser débil y un "nenaza" como sus compañeros le gritaba. Se odiaba a sí mismo, y en su momento a todo el mundo.
Salvo a una pequeña… La encantadora princesa Hyuga, aquella niña que jamás le trato mal, aquella niña que fue amable con él en varias ocasiones, pero sin duda alguna la que más valoro fue cuando lo había rescatado del baño.
Ese día que cambio su vida y la de su amigo.
Al igual que él, Naruto también tenía problemas con sus Padres adoptivos. El Uzumaki había sido huérfano desde nacimiento, su Madre murió a la hora del parto y su Padre en un accidente de automóviles antes de su nacimiento. Fue adoptado por una familia "Problemática" que le juzgaban por su peso y por su forma de ser, una familia que solo le adopto para hacer lo que quería con ese pequeño.
Ninguno quería volver a su hogar, y menos en esas fachas. Maldecían a aquellos niños con las palabras que conocían.
Sin embargo a penas salir, un grupo de los chicos mayores les detuvieron. Fastidiados por las burlas e insultos, estaba dispuestos a pelear. Pero antes si quiera atacar, un hombre, joven y que cubría su rostro con una extraña bufanda, de cabellos plateados, se portó amable con ellos. Y no solo eso, sino que les ofreció la libertad en bandeja de plata.
Solo tenía que unirse a ellos y su grupo, y nunca más volverían a sufrir.
Estando solos, y sin nadie más, aquella oferta fue aceptada de inmediato, dándoles así un giro de ciento ochenta grados a sus vidas. Fingir sus muertes solo fue una parte.
-Teme, despierta, ya han llegado.- La voz de Naruto le saco de sus recueros haciéndolo volver al presente. Donde solo mirar al frente los vio… aquellos niños que les hicieron la vida imposible, bueno, a algunos de ellos. Cabe decir que del resto ya se habían ocupado.
Una vez que la pequeña bandita de chicos llego hasta ellos, sus sonrisas no se borraban causando más rabia a los dos muchachos.
-¿Fingir sus muertes para ya no afrontar su verdadero destino?-Hablo aquel chico que jamás olvidarían, aquel chico que siempre dirigió al grupo. -¿Acaso han venido por más de esto?, ¿Quieren terminar lo que empezamos?... A fin de cuentas, ahora tengo más cosas para jugar con ustedes- El grupito soltó algunas risas por los ingeniosos comentarios de su "Líder".
Naruto y Sasuke se intercambiaron miradas de complicidad. El Uzumaki termino de fumar y arrojo la colilla al césped, y acto seguido piso la colilla.
-Qué curioso… Lo mismo le dije a tu Madre ayer que fue a buscarme para darle lo que tú "Papi" no puede…-hablo Naruto.-Tiene un cuerpo grotesco, y su cara es igual a la tuya, pero eso si… tiene un culo que sabe cómo apretar-Se mordió su labio inferior con su semblante de lujuria.-Como se nota que le gusta que se la cojan como a una puta cualquiera- La sonrisa maligna en sus labios se formó mirando a aquel chico que contrajo su mueca enfadado por lo que decía.
-¡¿Así que ahora tienes huevos para decir esas cosas?!-grito inmerso en su enfado.
-Y una polla tan grande y gruesa que si te la meto sale por tu boca- La sonrisa de malicia del Uzumaki se posaba resplandeciente sobre sus labios.
El chico gruño iracundo, y sin pensarlo dos veces se lanzó contra el rubio quien esquivo sus golpes, esperando paciente su oportunidad, la cual llego al momento cuando este le dio la espalda. Naruto levanto su pierna y con fuerza le pateo la espalda haciéndolo caer de bruces al césped.
Maldijo por lo bajo, y cuando logro levantarse la sonrisa burlona del ojos azul le lleno de más rabia y volvió a lo mismo tratando de golpearlo, pero en ningún momento le pudo hacer nada.
-¡Venga!, ¡Golpéame!- retaba Naruto.
El muchacho recibió ayuda de sus amigos, a la par Sasuke se unía a su rubio colega. La sonrisa entre aquellos dos chicos fue cómplice para iniciar así con su venganza.
Tras una pelea donde el grupo de chicos termino sobre el césped adoloridos, y gimientes de dolor. Aquellos dos eran auténticas máquinas de pelea que parecían no tener compasión alguna.
El líder del grupo estaba de rodillas delante de ambos. Naruto le sostenía del cabello con fuerza, mientras que el contrario estaba llorando.
-¡P-Por favor!, ¡N-No más!-tartamudeo.
-¿Eh?, ¿Qué has dicho, perra?-el Uzumaki le levanto a su altura aun con el cabello firmemente atrapado entre sus dedos.
-¡L-Lo siento!, ¡De verdad lo siento!- Las lágrimas salían a mares de sus ojos, implorando que se detuviera. Pero ni el moreno, ni el rubio tenían la intención de hacerlo.
-¿Piensas que te voy a tener piedad? -Naruto le arrojo contra el césped con toda la brusquedad que pudiera para hacerle el máximo daño.-Jamás tuviste piedad de mi… No esperes que yo la tenga-
El miedo llenaba al muchacho que no hacía más que temblar y llorar. La mirada azulada estaba clavada en él, penetrándole inclemente como dagas que derrochaban odio y rabia en una mezcla enfermiza.
-En cuatro-hablo el rubio.
-¿Eh?-el chico desde el suelo clavo sus ojos en él, mirándolo con terror.
-¡Dije en cuatro!-levanto su voz rabiosa.
El chico intercambio una mirada con el moreno que estaba tan tranquilo con ambos brazos cruzados, su mirada fría y vacía.
-Hazlo rápido-dijo Sasuke dándose media vuelta.
Con el pánico en sus venas y el terror atormentando su cuerpo, el chico temía lo peor. Naruto le sujeto del cuello y le coloco en cuatro. Lloraba, se retorcía, y forcejeaba por liberase, pero aquello solo hacia enfadar más al Uzumaki, quien no dudo nada en darle un fuerte puñetazo a la altura de la boca del estómago.
Se sintió sofocado y a causa de aquel punzante dolor quedo a merced del rubio, quien de un solo tirón le bajo el pantalón junto a los bóxer dejando todo su culo al descubierto.
-¡Por favor no lo hagas!-jadeo el chico al sentirse expuesto ante esa monstruosidad.
-Suplica todo lo que quieras… pero no apelaras a mi humanidad-le susurro cerca de su oído haciéndolo temblar y aumentar el terror.
El sonido de una bragueta bajarse hizo eco en su cabeza, el pánico le congelo la sangre evitando moverse. Espero lo peor… pero lo único que recibió fue una horrible patada que arremetía con fuerza contra su culo haciéndolo golpearse la cara con fuerza.
La extraña y enfermiza risa del rubio se escuchó con ganas, se giró a verlo. Aquellos ojos azules que mostraban un extraño matiz rojo, una sonrisa llena de malicia y su extraño destello psicópata en la mirada.
-¿Qué?, ¿Pensaste que te la iba a meter?-se burló de él, quien solo le miraba con miedo.- No mereces que meta mi preciado "paquete" en tu culo de mierda, además no tiro para esos lados-
La sonrisa maniaca del rubio se borró dejando a una mirada más sería, metió ambas manos a los bolsillos de su pantalón y sacar una cajetilla de cigarros y un encendedor.
-Tu turno, teme-el rubio se dio la media vuelta y encendió su preciado cigarro.
Sasuke giro hacia él, mirándole con desprecio y odio. El chico se llevó una mano a la nariz que no dejaba de sangrar, mirando aterrado al moreno.
-Harás algo por nosotros-hablo.-Y si te niegas… me asegurare de que te metan un tubo por el culo hasta que salga por la boca, ¿entiendes?-
Afirmo moviente su cabeza con rapidez. El Uchiha sonrió ladinamente.
Horas después, a la segunda hora del descanso. Sasuke estaba mirando al grupo de chicas donde estaba su "Premio", charlando y comiendo con sus amigas.
Hinata Hyuga, era el premio que necesitaba para que su vida estuviera perfecta. Miraba a aquella chica de preciados ojos perlados desde la distancia, casi podía sentir su aroma gracias a aquella sutil ráfaga de aire que soplo en su dirección.
Sin embargo, el humo de cigarro llego hasta el opacando la muy débil fragancia que percibía de su chica. Chasqueo molesto al ver a Naruto llegando a su lado, fumando.
-Te dará cáncer si sigues así-le reprocho molesto. Odiaba que fumara, y sobre todo cerca de él. Aunque también fumara, minino él se controlaba tratando de no hacerlo a cada rato.
-De algo he de morir-esa fue su respuesta acompañada de su característica sonrisa zorruna.
Sasuke bufo, y siguió mirando hacia el frente, donde aún seguía su chica. Naruto miraba en la misma dirección, pero su mirada se tornó molesta cuando vio a aquellas dos chicas. Ino y Sakura…
Aquellas dos brujas, como el las recordaba, las odiaba con fuerza.
-¿Serán ellas?- Sasuke afirmo asintiendo con la cabeza.
-Hinata será mía-vio de reojo a su colega rubio, esperando su reacción.
-¿Nunca entenderás?, esa chica se muere por mí, no por ti-saco el cigarro de su boca y expulso el humo.
-Por eso la comprare- Ahora Naruto poso sus orbes azules en el encarnando una ceja.
-¿Y crees que te la va a vender?- Sasuke le fulmino con la mirada.
-Me lo debe- Poso de nuevo su atención a ella.-Pagare lo que tenga que pagar, pero ella será de mi propiedad-
-En ese caso, ¡suerte con eso!-le dio un leve golpe al hombro en señal de "apoyo".
Pero aquella platica no iba a detenerse, mientras que su colega rubio expulsaba el humo de su cigarro, logro ver a aquella chica de cabellos rubios, quien llegaba con su propiedad. Sonrió con malicia.
-Apuesto que tú también compraras a una de ellas- Naruto en respuesta tosió bruscamente.
-¡Ja!, ¡Ninguna de ellas me atrae!-
-¿Enserio?, ¿ni ella?-señalo a la chica sin que su sonrisa se borrase.
Naruto giro a verla, logro recordarla de sus días de infancia, causando que todo su cuerpo se tensara, se encogió de hombros y se dio media vuelta. Frunció el ceño, y metió ambas manos dentro de su pantalón.
-Quizá la compre… tiene un buen cuerpo-dijo sin más.
Sasuke conocía a su amigo lo suficiente para darse cuenta de cuando una chica le causaba más que un simple chispeo en sus pantalones, y aquella chiquilla era una de esas.
Tras que las clases terminaran, los dos chicos emprendieron su viaje en sus motos hacia las zonas más bajas de la ciudad. No sin antes confirmar parte de la información que habían recabado.
Una de ellas, era la hora a la que pasaban por Hinata, e Ino. Y en qué momento Naemi y Sakura se marchaban. Con aquella información confirmada, ambos emprendieron su viaje.
La zonas más bajas de la ciudad, llenas de prostíbulos, bares y sitios donde la compra/venta, tanto de drogas como de mujeres. Un lugar donde los policías tenían miedo de ir.
Tras pasar por varios lugares y adentrase más en las entrañas de la bestia, llegaron a un prostíbulo, al cual estacionaron sus motos, dejándoselas al cuidado de uno de los porteros.
Entraron al lugar. Las luces de neón que hacían llamativo su nombre, y el extraño logotipo a su lado.
Tan solo entrar, había un pasillo oscuro con paredes de cemento y un piso simple de piedra. Dos hombres cuidaban la puerta dentro del pasillo, robustos y con trajes en color negro. Al verlos les dejaron entrar sin más, y dentro, el lugar era totalmente diferente.
Amplio, con dos barras de bebidas a cada lado, mesas con pequeños bombines que daban una tenue iluminación. En el centro, estaba el escenario con tres tubos donde estaban tres bailarinas semis-desnudas.
Más chicas con muy poca ropa que paseaban con charolas de bebidas y aperitivos. En algunas mesas selectas cerca del centro había chicas que danzaban a los hombres que las contrataban. Paredes de color negro y una iluminación tenue con luces de neón y lámparas en color rojo y purpura.
Caminaron internándose por el centro y a mano derecha estaba una puerta en color rojo con dos corazones adornándola. Aquella era la zona de los privados, y ambos se adentraron en ese pasillo atravesándolo completamente hasta llegar a una puerta en color negro en el fondo.
Al abrirla, estaba nada más y nada menos que el despacho de aquel hombre que les "adopto" tiempo atrás. Mismo que recibía un muy erótico baile de una mujer que usaba solo unas muy pequeñas bragas.
El despacho cuyas paredes eran negras y un piso de madera, con más iluminación, con su barra de bebidas privadas y dos sofás de cuero negro a cada lado. Al lado derecho estaba uno de sus colegas y "hermanos", Yahiko, mejor conocido como "Pain", quien miraba bailar a una mujer de excelentes curvas con un disfraz de ángel. Una copa de whisky en su mano y un habano en sus labios.
Del lado contrario estaban Hidan y Kakuzu, junto a Itachi, quienes disfrutaban de otra mujer que les bailaba en el tubo de aquella mesa con muy poca ropa.
Una chica de acerco a ambos con dos vasos de whisky en sus manos. Sasuke tomo uno sin prestarle mucha atención, aunque Naruto aprovecho para mirarla de pies a cabeza con una mirada deseosa.
Le guiño un ojo tras que esta le diera el vaso, y le siguió con la mirada hasta la barra.
-¿Cómo les fue en su primer día, mis estudiantes?-aquel tono burlón salió de los labios de Kakashi quien había terminado de disfrutar su baile.
-Del asco-respondió Naruto antes de tomarse todo el contenido del vaso de un solo trago. Le encantaba la sensación que provocaba el whisky cuando quemaba su garganta.
-Encontramos lo que buscábamos-dijo Sasuke bebiendo con tranquilidad su whisky.
-¿Entonces…?-hablo el líder.
-¿Las quieres para mañana o el viernes como acordamos?-Sasuke camino hasta plantarse delante del escritorio. Camino solo dado que su amigo, se había distraído con la hermosa camarera a la cual no tardo nada en comenzar con su cortejo.
-Tenemos que vaciar las bodegas antes… el viernes estará bien-suspiro Kakashi.- ¿Cuánto pagaras?-
-Lo que sea necesario-
Kakashi le miro, Sasuke era uno de sus mejores hombres, tanto como Naruto. Desde el momento en los había "adoptado", supo que ambos tenían un gran potencial. Pero así como tenían de potencial, podían tener de fallos.
Sasuke era demasiado frívolo, demasiado contestón y que siempre estaba de mal humor. Naruto era capaz de dejar la misión para hacerle caso a la calentura de sus pantalones, tan agresivo como una bestia salvaje y un idiota.
Pero a pesar de todo eso, eran de los mejores en su rama. Ladrones, asesinos, secuestradores y en el caso de Naruto y muy raro en el de Sasuke, violadores.
Cuando les contó sobre el golpe a la institución donde estaba la hija de Hiashi, Sasuke rápidamente alego que quería comprarla. Por qué claro, además de prostíbulo, aquello era una fachada a la trata de blancas que hacían por debajo de la mesa.
Sin embargo ellos no las vendían a cualquier que lo pidiese, sino, que ellos tenían un mercado más "ostentoso" que pagaba grandes sumas de dinero por las mujeres que ellos podían conseguir.
Y la Hija de Hiashi Hyuga habría sido una de sus ventas más exitosas, pero Sasuke la había estado exigiendo demasiado tiempo, que Kakashi temía que el moreno la robara de su dueño y meterlo en una buena bronca.
Acepto vendérsela, con la condición de que secuestrara a Naemi, la hija de Obito. Obito Uchiha era uno de los traficantes de armas más temidos, varías veces habían tenido sus encuentros que no terminaban para nada bien.
Tener a su hija como rehén les garantizaría una oportunidad para asesinarlo o para someterlo bajo sus órdenes, lo que fuera primero.
Con aquella condición, el trato entre su discípulo y él, estaba zanjada.
-Te quedas con Hinata, y nosotros con Naemi-hablo el peligris mientras ordenaba a la camarera otro vaso de whisky.
-No creo que Naruto acepte eso-Sasuke termino su vaso, y lo dejo sobre el escritorio. Kakashi le miro arqueando una ceja.
-¿Cómo lo sabes?-
-Le estuvo echando el ojo todo el tiempo-Y no era mentira. Cabe decir que el ojos azules le había estado mirando demasiado, y que sus ojos no dejaban de verla siempre que estaba dentro de su campo de visión.
-Si quiere comprarla, se lo permitiré…sino-Kakashi ya se hacía a la idea de tener a esa chica como una de sus joyas dentro del prostíbulo, claro, después de que él la tuviera en sus manos.
-También la comprare- Ahora miraba con más atención al moreno, quien mantenía su mirada tranquila.
-¿Enserio?- No evito la sorpresa en su voz.
-Tiene un buen cuerpo, y no me gustaría que mi chica estuviera sola, será su juguete y mi juguete.- El contrario suspiro.
-Como quieras…-respondió.-Ahora vete, necesito que atender mis necesidades- La misma mujer que minutos antes le bailaba se acercó a él. Le rodeo por la cintura y empezó a llevársela a alguna de habitación de los privados.
Sasuke camino a la barra dispuesto a pedir otro trago, mientras su compañero rubio se comía a besos a aquella camarera que tuvo la "suerte" de caer ante sus encantos.
-Es mejor que vayas de una buena vez a "atenderte", no pienso escucharte ni a ti ni a la zorra que lleves en la casa en la madrugada, ¿me entiendes?-sentencio el moreno a su amigo, quien solo le respondió con un gesto de su mano.
-Ven conmigo un momento corazón, voy a enseñarte el poder del zorro de nueve colas…-le ronroneo el Uzumaki a aquella chica que se dejó caer ante él.
El rubio salió con ella por la misma puerta que Kakashi hacia unos instantes. Mientras Sasuke caminaba hasta sentarse con Pain, quien le paso uno de sus habanos.
-Cuanto a cambiado, ¿eh?-
-Lo prefería cuando era un idiota virgen que le daba miedo acercarse a las mujeres…-chasqueo molesto el Uchiha.
-Tú también tuviste tu temporada en la que pasabas noche tras noche con una diferente-El pelinaranja dio una calada a su habano.
-Cuando la pruebas a una, la pruebas a todas- se cruzó de brazos.
-No es verdad… cada mujer tiene un sabor diferente, ya verás que cuando pruebes a la indicada, nunca más querrás probar a otra- dejo escapar el humo arrojándolo a otra dirección que no fuera hacia su colega.
-Eso ya lo veremos…-
