¿Cuánto tiempo más seguirás esperándolo Lukas? ¿Hasta cuándo seguirás lacerando tu corazón con cosas que solo te ilusionan a pesar de saber la verdad? El ya no va a volver, ¿de verdad quieres desperdiciar tu vida de esta manera?

Las personas te preguntan estas cosas todos los días, dice que eres muy joven para sufrir de esa manera, que deberías distraerte con otras cosas, que ya no eres un niño y deberías superarlo, pero no puedes hacerlo, el surco en tu pecho es demasiado grande que se te está haciendo imposible volver a ser como solías serlo. No es que fueras la persona más agradable del mundo pero al menos tenías una vida.

Mathias era tu amigo de la infancia al que siempre trataste con crueldad e indiferencia, pero en el fondo le tenías a algo de cariño y un poco de admiración por la actitud que tenía hacia los demás, tú con trabajo lograbas formular una oración decente para dirigirte a otra persona.

Fueron pasando los años y su relación fue mejorando, podría decirse que era el único amigo que tenías en realidad, aunque también estaban Arthur Kirkland, un chico tan parecido a ti y a Alfred F. Jones el histérico novio de tu amigo.

Arthur te gustaba pero no quisiste romper los lazos que te ataban a el así que decidiste mantenerlo en secreto, el cual solo le confiaste a Mathias, que se sorprendio unos segundos pero después volvió a tomar la misma actitud juguetona de siempre. Fue la última vez que supiste de él.

Trataste de localizarlo durante semanas, yendo a su hogar donde al parecer todos sabían nada sobre él, ibas a los sitios en los que se solían ver pero no hubo ninguna rastro era como si las nubes lo hubieran elevado y se lo hubieran tragado. Lloraste por mucho tiempo y después te diste cuenta de que tenías que seguir con tu vida, te graduaste del instituto y volviste a Noruega, donde se encontraba tu hogar. Arthur se casó con Alfred al terminar la universidad y fuiste el padrino de bodas, la última vez que pisaste suelo londinense.

De pronto Mathias fue quedando en el olvido y tu corazón parecía tener vida de nuevo, Arthur y Alfred se convertirían en padres y querían que fueras a ver a su retoño, años de no verse y aun así lo recordaste mientras lagrimas saladas inundaban tus mejillas; murió.

Cuando se enteró de que te gustaba Arthur él estaba a punto de confesarse, inclusive traía flores para ti, ese día justo después de despedirse de ti fue a caminar a la playa mientras arrancaba un pétalo de una flor por cada lagrima que derramo en ese momento, se sumergió en el salado mar y no volvió a Salir, según el reporte se suicidó.

¿Cuánto tiempo más seguirás esperando a alguien que ya jamás regresara? Lo sabias, ya no esperarías mas, estabas cansado y la vida no resulto tan reconfortante como tu pensabas.

El pequeño Peter era idéntico a Alfred y eso le le legraba de sobremanera, al menos sabría que de alguna forma no quedaría en el olvido. Volviste a Noruega esa misma tarde pese a las protestas de tus antiguos amigos y a los llantos del pequeño presintiendo que algo malo te pasaría. Los niños eran tan buenos.

Fuiste a la playa donde seguramente podrían seguir algunos restos del que fue tu gran amigo y secretamente tu único amor, el mar es intenso justo como los ojos de Mathias y en ese momento pensaste que después de todas las lágrimas saladas valieron la pena.

La vida sigue, ¿o no?