Narra la Autora:
La familia Sawada era una familia bastante normal – la mayoría del tiempo-. La madre y esposa Nana Sawada era como el sol de la mañana resplandeciente, amable cariñosa y con un corazón bondadoso sin contar grandes dotes para la cocina. El padre Imietsu Sawada era un hombre trabajador que pocas veces paraba en su casa, pero que era buen marido y generalmente un buen padre. Sus dos hijas gemelas eran la primera Tsunahime, una chica que aunque por fuera parecía brillante por dentro era una presumida a la que le encantaba llamar la atención y odiaba compartirla en especial con su hermana menor Tsunange la que además de tener un nombre bastante fuera de lo normal – una mezcla entre japonés e ingles o Italiano nadie sabia a ciencia cierta de donde había salido aquel particular nombre- Era prácticamente muda y vivía encerrada en su habitación con sus libros y sus computadoras a quien le importaba un reverendo pepino lo que los demás pensaran de ella. Por eso no le molestaba cuando en la escuela la llamaban Dame-Tsuna por creer que era tan inútil que ni siquiera sabia hablar correctamente aunque es era una completa mentira ya que la chica sabia hablar perfectamente solamente no veía la necesidad de hablar con personas que ni siquiera la escucharían. Pero bueno toda la armonía de esta familia estaría por cambiar cuando un extraño hombre con Fedora apareciera en sus vidas
