Hola, aqui les traigo un fanfic de Free! espero que os guste. Es un makoharu con tintes de RinHaru. Espero que os guste. Un besazo


La luz de la luna iluminaba el cuarto donde dos cuerpos se unían en una armonía que solo uno de ellos parecía disfrutar, el otro tenía la mirada perdida en el techo, su mente estaba lejos de esa escena, tan lejos que no parecía conectada con su cuerpo que era asaltado con la brutalidad que caracterizaba a su amante de cabellos y ojos rojos.

"Lo siento Haru-chan, pero ya no aguanto más"

Esas palabras resonaban en su cabeza, palabras dichas por aquella persona que hacía tan solo un par de años le había entregado la argolla de oro que ahora reposaba en la mesilla de madera que había al lado de la cama de aquel hotel. Un metodo para purgar un poco la culpa que sentía al hacer esto con una persona diferente a aquella a la que había jurado fidelidad eterna.

"Lo sé todo, Haru, desde el primer momento"

Los movimientos erraticos de quien le embiste indican que todo esta a punto de terminar, la última vez, ya no volverán a verse de esa manera, esto solo es una despedida, porque las palabras de Makoto están en la mente de Haruka, junto con su cuerpo tembloroso por el llanto y la ira contenida, junto a ese rostro demacrado, con ojeras tan negras como la noche sin estrellas y sus ojos más oscuros que el fondo de una virgen selva, aquellos que siempre habían sido las esmeraldas más birllantes que Haruka pudiera recordar se habían ido apagando con el paso de los meses, ahora sabía que era cosa suya, él había asesinado su brillo con sus actos.

Se sentía culpable, mucho, demasiado, pero eso no había evitado que aquella noche, en la que Makoto tenía turno en la estación de bomberos, se volviera a reunir con su amante, con Rin Matsuoka, aquel que fuera amigo de ambos desde la primaria, aquel que lo había vuelto a seducir y del cual el no pudo resistir la atracción que le genraba a pesar de que sabía que Makoto era a la persona que amaba. Habían discutido, Hakura ya le había dicho que todo se acababa aquí, había visto las orejas al lobo, a Makoto sin su alianza, aquella que le había costado miles de horas extra, entrenando a los nuevos bomberos o quedandose varias noches sin dormir, diciendo que se marchaba de casa, dejando el redondel de oro sobre un sobre caoba donde Haruka sabía, se encontraban los papeles del divorcio.

"te amo Haru, y quiero que seas feliz, y si tu felicidad es con Rin, vete con él de una vez"

y él idiota se había marchado, pero no para estar con Rin, sino para dejar claro que todo terminaba, no aceptaría el divoricio, no aceptaría que Makoto se marchase lejos, era su esposo después de todo...esposo, esa palabra que le había llenado de orgullo durante tanto tiempo, que le había elevado a lo más alto al saberse envididado por tener como pareja al bombero más deseado de todo Iwatobi, esa palabra que al acostarse con Rin le había ahogado, esa palabra que ahora le probocaba un gran dolor en el pecho, porque sabía lo que había hecho.

El cuerpo de Matsuoka cayó a su lado, y él tan pronto como pudo se incorporó, no le miró, no hacía falta, nada de lo que hiciera o dijera el de cabellos rojizos podría hacer que el de ojos oceánicos se detuviera, quería volver con Makoto, quería estar con él, no quería perder a la única persona que había estado con él durante todo este tiempo, siempre sosteniendo su mano, nunca dejándole caer, soportandole en sus virtudes y sus defectos, aquel que le conocía como a la palma de su mano, aquel al que había amado más que a nada...y al que, ahora se daba cuenta, nunca había dejado de amar.

Sin decir nada salió del cuarto del hotel, bajó en el ascensor, tomo su coche y se marchó a su casa sin mirar atrás.

Hay diferencia entre aprecio y amor, hay diferencia entre ser querido y ser amado, hay diferencia entre tener sexo y hacer el amor, Haruka ahora lo sabía, lo había aprendido, Rin era el sexo, el desenfreno, sin palabras bonitas de por medio, era el fuego más ardiente, era la lujuria en estado puro, Makoto en cambio era el amor, la calma, el abrazo protector el "te amo" tras fundirse en un solo ser, era la naturaleza, calma, firme, protectora, era el amor más puro y cristalino que el agua, pero también era peligrosa, eso lo había comprobado Haruka cuando Makoto partío de una patada la mesa por no golpearle a él tras su última discusión, en esa en la que el de cabellos castaños había soltado por la boca todo lo que se había estado guardando durante los tres meses que habían durado sus escarfeos con Rin. Si, eran diferentes, y lo que probocaban en Haruka también lo era, solo que por tres meses, Rin había opacado a Makoto, y las cosas se podrían haber alargado más si la orca no hubiera estallado.

Detuvo el coche ante su plaza de aparcamiento frente a su casa, bajó del coche y miró el edificio que era el hogar que había comprado junto con Makoto, y que este había puesto a su nombre, dado que la profesión del chico de ojos verdes era mucho más peligrosa. Tragó duro, no sabía como enfrentarse a esa situación, no sabía que decirle a Makoto, no era bueno con las palabras, ambos lo sabían, y por eso estas no eran necesarias en su día a día, pero ahora Haruka sabía que con solo una mirada no bastaría para explicarle a Makoto cuanto lo sentía, y que se había dado cuenta de que lo unico que necestiaba para ser feliz era estar a su lado.

Tomó aire y entró al edificio, ascendió hasta el séptimo piso, donde ellos vivían, y abrió la puerta que había a la derecha, la luz de la luna le dió la bienvenida al oscuro apatamento, no había rastro de Makoto, el de ojos oliva siempre tenía el turno nocturno de los miércoles, para luego poder pasar el fin de semana tranquilamente con Haruka en algún lugar, pero esta vez si le extrañó, la semana pasada Makoto había tenido un cambio de turno para tener el miercoles libre, motivos personales había sido la escusa, un "te doy el divorcio" la verdadera razón para Haruka.

Nanase se sentó en el sofá, dispuesto a esperar, sobre la mesa del comedor aún estaba la argolla de oro sobre el sobre caoba, no iba a abrirlo, es más en cuanto Makoto atravesara la puerta iba a romperlo delante de sus narices dejando clara su posición de no divorciarse, de no distanciarse, de que lo que había vivido con Rin había sido un error del cual se arrepentía.

Esperó y esperó, habían pasado dos horas desde que había dejado a Rin en la habitación de hotel y no había ni rastro de Makoto, le había llamado al movil, no había contestado, tenía un mal presentimiento, ni siquiera había contestado a sus mensaje de texto

" se que estas enfadado conmigo, pero de verdad estoy preocupado, se que he obrado mal, pero por favor, al menos dejame saber que estas bien, que no te ha pasado nada"

"Makoto, por favro contesta"

"Makoto por dios estoy en serio preocupado"

"Makoto, se que me he portado fatal durante estos meses, se que no debía haber hecho nada con Rin, y me arrepiento mucho, Makoto, por favor, contesta"

"Makoto, por favor, estoy en casa, en nuestra casa, he vuelto, y es para estar solo contigo, se que lo que hice con Rin fue un error, pero es a ti a quien amo, de verdad, te lo juro, no quiero el divorcio, quiero que estemos juntos siempre, de verdad Makoto, te amo, por favor, dejame saber que estas bien"

Nada, ni una respuesta, ¿y si había cometido alguna locura? Makoto a veces no era para nada racional, como cuando se había lanzado a salvar a Rei, el solito, al agua durante la tormenta que asoló el campamento de verano durante sus años de preparatoria. ¿y si le había dado por emborracharse? o peor ¿y si se había suicidado?, sabía que Makoto adoraba la vida, pero también sabía que el chico no era tan fuerte y que le amaba mucho, que le había amado desde niños, que era su primer y único amor y que él le había destrozado la vida de felicidad que habían creado con tanto esfuerzo.

Trató de serenarse, se levantó del sofá, fue a la cocina y se sirvió agua en un vaso, ¿cuanto había pasado desde la última noche que se quedó en vela esperando que Makoto regresara?, tres meses, antes de que Rin entrara de esa manera de nuevo en su vida, antes todas esas noches de miércoles Haruka apenas dormía, se pasaba la noche en el sofá bajó una manta, mirando las noticias en la televisión, asegurandose de que no había habido ningún incendio.

Entonces el teléfono vibró en su bolsillo, soltó el vaso y rápidamente lo sacó, no era un mensaje de Makoto, sino de Nagisa, el pequeño rubio que trabajaba para el planetario que habían habierto en la ciudad, era un mensaje claro y conciso.

"pon las noticias en la tres, y no te alarmes"

Haruka, prácticamente se tiró a por el mando de la televisión, su cuerpo temblaba, ese "y no te alarmes" le había puestó más en alerta, tenía los nervios a flor de piel, y Makoto seguía sin llegar ni dar señales de vida. La pantalla negra del televisor se iluminó entonces, y ahí fue cuando el alma se le cayó a los pies, ante el se desarrollaba un incendio en un gran edificio.

La voz de la periodista apenas llegaba a sus oídos, los bomberos que estaban ahí, los conocía, eran los compañeros de trabajo de Makoto, y si su alma ya estaba en sus pies, se bajó casí hasta el sótano del edificio cuando vio a Makoto entrar en el edificio en llamas acompañado de otros compañeros.

El incendio se ponía cada vez peor, los bomberos trataban de controlarlo para que no se expandiese a otros edificios, los damnificados estaban en la calle, tras un perímetro de seguridad creado por la policia, Sousuke Yamazaki estaba ahí también, viendo como su vida entera estaba siendo reducida a cenizas. Haruka estaba de los nervios, con los ojos fijos en la tele, sus manos apretaban el movil entre ellas, casi parecía que estaba rezando, y casi en el fondo, así era, rezaba para que Makoto saliera del edificio, para que volvira a su lado, dios, nunca en su vida había tenido tantas ganas de abrazar a Makoto, de tirarse a sus brazos y de que este le abrazase gentilmente, como solo él sabía hacerlo, diciendole que estaba todo bien, que estaba a su lado y que nunca se iría.

No aguantó más, tomó las llaves de casa y del coche y se dirigió al lugar del incendio, donde la polícía hacia lo que podía para mantener alejados a las victimas y a la muchedumbre que se congregaba a ver como terminaba todo aquello. Haruka bajó a toda prisa del coche, y corrió empujando a quien se pusiera en su camino, en su mente solo estaba Makoto.

-Lo siento no puede...oh, eres tú -le habló Yamazaki al reconocerle ahí.-¿que haces aquí?

-Makoto-fue lo único que dijo.

-¿ya te has cansado de destrozarle?-preguntó mordaz, y Haruka solo agachó la cabeza, Yamazaki siempre tenía las palabras exactas en la boca para hacerle sentir fatal.

-No es asunto tuyo. -el policía iba a recriminarle pero una explosión a su espalda le impidió a hacerlo, ambos sabían que lo que iba a pasar iba a ser muy malo.

-¡Ren, llama a los chicos, que salgan, esto se cae!-escucharon gritar al jefe de bomberos, Yuu Haku.- que salgan ya.

-No puedes estar aquí, no es seguro.

-¡Makoto aún está dentro!-dijo como único motivo para no moverse de ahí.

-Saldrá, ahora muevete -dijo empujandolo hacia atrás- ¡Todo el mundo atrás, vamos, rápido!

Haruka fue hacia atrás, y se subio en pie al tejado de una furgoneta de la televisión para verlo todo, los bomberos salían del interior del edificio, mientras las explosiones en este no dejaban de sucederse, no habia ni rastro de Makoto. ¿porque no salía?, sentía que le faltaba el aire, no podía respirar.

Una nueva explosión, y todo el edificio se vino abajo, igual que el mundo de Haruka cuando se dio cuenta de que Makoto, no había salido, cayó en la más profunda oscuridad, el desmayo por shock, mientras en su movil se iluminaba la pantallita, con un mensaje entrante, un mensaje de Makoto.

"Hay un incendio, hablaremos cuando vuelva, yo también te quiero Haru-chan"


Jejeje ¿que les ha parecido? espero que no me maten. Nos vemos en un par de días.

Besos